Mar 10:41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a
enojarse contra Jacobo y contra Juan.
Mar 10:42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que
los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y
sus grandes ejercen sobre ellas potestad.
Mar 10:43 Pero no será así entre vosotros, sino que el
que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
Mar 10:44 y el que de vosotros quiera ser el primero,
será siervo de todos.
Mar 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Era
inevitable que la acción de Santiago y Juan produjera un profundo disgusto
entre los otros diez. Les parecería que aquellos dos habían tratado de tomarles
la delantera y sacar una ventaja fraudulenta sobre los demás. Inmediatamente
empezó otra vez la antigua discusión sobre cuál de ellos era el más importante.
Era una situación delicada. El compañerismo del grupo
apostólico podría haber empezado a resquebrajarse si Jesús no hubiera
intervenido a tiempo. Los llamó, y dejó bien claro que los baremos de grandeza
de Su Reino y los de los reinos de este mundo eran completamente diferentes. En
los reinos del mundo, el baremo de grandeza es el poder. La prueba era:
¿Cuántas personas controla un hombre? ¿Cómo es de grande el ejército de
servidores que tiene a sus espaldas y a sus órdenes? ¿A cuántas personas puede
imponer su voluntad?
No mucho después de esto, Galva había de resumir la
idea pagana de la realeza y de la soberanía diciendo que ahora él era el
emperador podía hacer lo que le diera la gana y a quien le diera la gana. En el
Reino de Jesús, el baremo es el del servicio. La grandeza consiste, no en
reducir a otros al servicio de uno mismo, sino en reducirse uno mismo al
servicio de los demás. La prueba no era: ¿Qué servicio puedo extraer?; sino:
¿Qué servicio puedo prestar?
Se tiende a pensar en esto como un estado ideal de
cosas; pero, de hecho, es del más sano sentido común. Es de hecho el primer
principio de la vida de negocios normal y corriente. Bruce Barton indica que la
base sobre la cual una compañía de coches pretenderá ganar clientes es
asegurando que se meterán debajo de tu coche más a menudo y se pondrán más
sucios que ninguno de sus competidores. En otras palabras, que están dispuestos
a dar mejor servicio. También señala que aunque el empleado normal puede irse a
casa a las cinco y media de la tarde, se seguirá viendo la luz en la oficina
del jefe de personal hasta bien entrada la noche, porque quiere aportar el
servicio extra que le hace ocupar ese puesto.
El problema fundamental de la situación humana es
que la gente quiere aportar lo menos posible y recibir lo más posible. Es
solamente cuando se está lleno de deseo de meter más en la vida de lo que se
saca cuando la vida vale la pena para uno y para los demás. El mundo necesita
personas cuyo ideal sea el servicio -es decir, que se hayan dado cuenta de lo
sensato que fue lo que dijo Jesús.
Notemos, por último, en este pasaje, el lenguaje que
usa nuestro Señor al hablar de su propia muerte. Dice, "El Hijo del hombre
vino a dar su vida en rescate por
muchos..
Esta es una de esas expresiones que debían guardar
como un tesoro en sus almas todos los verdaderos cristianos. Es uno de los
textos que prueban de una manera
incontrovertible el carácter expiatorio de la muerte de Cristo. Su muerte no
fue una muerte común, como la de un mártir, u otros santos. Fue el pago público que hizo un Representante.
Omnipotente de lo que debía el hombre pecador al Dios Santo. Era el rescate que
un Fiador divino ofrecía para procurar la
libertad de pecadores, atados y ligados por la cadena de sus pecados.
Con esa muerte Jesús dio satisfacción plena y completa por las transgresiones del
hombre. En la cruz cargó nuestros pecados sobre su cuerpo. El Señor se cubrió
con todas nuestras iniquidades, y cuando murió, murió por todos. Cuando sufrió, sufrió en nuestro lugar; cuando
colgaba de la cruz, colgaba de ella como Sustituto nuestro, y su sangre que
allí corrió, fue el precio de nuestras almas. Jesús
vino para ser el siervo sufriente de Dios profetizado en Isa. 53 y para dar su
vida en rescate por muchos. El uso de la palabra muchos no significa que Jesús
murió por ciertas personas solamente, de ninguna manera; recalca más bien el
gran número de los redimidos por su muerte. Este es uno de los pocos lugares en
Marcos donde se explica la manera en que la muerte de Jesús nos salva. Marcos
tiene mucho más interés en la sencilla realidad de la salvación, y no en cómo
sucede. Rescate es uno de los muchos cuadros por medio de los cuales se explica
la salvación en el NT. Significa pagar un precio para ser libres de la
esclavitud, o la prisión, o la muerte pagando un precio. En nuestro día estamos
bien familiarizados con las demandas de aquellos que secuestran o asaltan. En
este caso el precio sería la muerte de Jesús.
Que todos los que en Cristo confían se consuelen al
pensar que se apoyan en sólido cimiento. Verdad es que somos pecadores, pero Cristo cargó sobre si
nuestros pecados. Verdad es que somos deudores pobres y desvalidos, pero Cristo
ha pagado nuestras deudas. Verdad es que
merecemos vernos encerrados para siempre en la prisión del infierno; pero,
gracias a Dios, Cristo ha pagado por
completo nuestro rescate. La puerta está abierta de par en par, y los
prisioneros pueden salir libres. Que
todos por el sentir de nuestro corazón tengamos la convicción de poseer ese
privilegio, y marchemos en la bendita
libertad de los hijos de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario