} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: GENEALOGIA DE JESUCRISTO

martes, 8 de junio de 2021

GENEALOGIA DE JESUCRISTO

 

  Mat 1:1   Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

Mat 1:2  Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos.

Mat 1:3  Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.

Mat 1:4  Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.

Mat 1:5  Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.

Mat 1:6  Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.

Mat 1:7  Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa.

Mat 1:8  Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías.

Mat 1:9  Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías.

Mat 1:10  Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías.

Mat 1:11  Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.(A)

Mat 1:12  Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.

Mat 1:13  Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.

Mat 1:14  Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.

Mat 1:15  Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob;

Mat 1:16  y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

Mat 1:17  De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.     

 

 He aquí los versículos con los cuales empieza el Nuevo Testamento. Leámoslos siempre con respeto y reverencia. Cada página de este libro fue escrita por  inspiración del Espíritu Santo.

Diariamente rindamos gracias a Dios por habernos dado las Santas Escrituras. Cualquiera, por iliterato que sea, si comprende la Biblia, sabe más en materia de  religión que los más sabios filósofos de la antigüedad pagana.

Tengamos presente nuestra grave responsabilidad. En el último día todos seremos juzgados según los conocimientos y las luces que hubiéramos recibido de lo  alto. A quienes mucho se ha dado, mucho se les exigirá.

Leamos la Biblia reverente y cuidadosamente, y con la firme resolución de creer y practicar lo que en ella hallemos. No es materia de poca entidad el hacer  buen o mal uso de este libro. Al leerlo imploremos humildemente las luces del Espíritu Santo. El únicamente, puede hacer que la verdad penetre en nuestros  corazones y que nos sea de provecho lo que leamos.

El Nuevo Testamento principia con la vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Ninguna parte de la Biblia es tan importante como esta, y  ninguna es tan abundante en detalles y tan completa. Cuatro distintos Evangelios nos refieren la historia de los hechos y de la muerte de Cristo. Cuatro veces  leemos la preciosa narración de sus obras y palabras. ¡Cuán agradecidos debemos esta por ello! Comprender a Cristo es vida eterna. Creer en Cristo es tener  paz con Dios. Seguir a Cristo es ser cristiano verdadero. Estar con Cristo será el mismo cielo. Jamás podemos saber acerca de Jesucristo más de lo debido.

Los judíos tenían un interés tremendo en las genealogías. Mateo llama a esta parte el libro de la generación (biblos guenéseós) de Jesucristo. Esa era una frase corriente entre los judíos; y quería decir la partida del linaje de una persona, con unas pocas frases explicativas donde fueran necesarias. En el Antiguo Testamento nos encontramos frecuentemente con listas de generaciones de personas famosas  (Gen_5:1 ; Gen_10:1 ; Gen_11:10 ; Gen_11:27 ). Cuando Josefo, el gran historiador judío, escribió su propia autobiografía, empezó por su propio pedigrí que, nos dice, encontró en los registros públicos.

La razón de este interés en los pedigrís era que los judíos daban la mayor importancia a la pureza de linaje. Si hubiera en alguna persona la más ligera mezcla de sangre extranjera, perdería su derecho de ciudadanía como judía y como miembro del pueblo de Dios. Un sacerdote, por ejemplo, estaba obligado a presentar el certificado ininterrumpido de su pedigrí remontándose hasta Aarón; y, si se casaba, su mujer tenía que presentar su pedigrí por lo menos de las últimas cinco generaciones. Cuando Esdras estaba reorganizando el culto de Dios, después que el pueblo volvió del exilio, y estaba instalando el sacerdocio en su ministerio, los hijos de Habaía, los de Cos y los de Barzilai fueron excluidos del sacerdocio y considerados contaminados porque «buscaron su registro genealógico pero no lo hallaron» (Esdras_2:62 ).

Estos registros genealógicos los guardaba el sanedrín. A Herodes el Grande siempre le despreciaron los purasangres judíos porque era medio edomita; y podemos advertir la importancia que el mismo Herodes concedía a estas genealogías por el hecho de que hizo destruir todos los registros oficiales para que nadie pudiera demostrar un pedigrí más puro que el suyo. Este puede que nos parezca un pasaje sin ninguna importancia, pero para un judío contiene un asunto de la máxima importancia: el que la genealogía de Jesús se pudiera trazar hasta Abraham.

Además ha de notarse que esta genealogía está dispuesta con sumo cuidado. Comprende tres grupos de catorce nombres cada uno. Es, de hecho, lo que técnicamente llamaríamos mnemotécnica; es decir, algo que se coloca de manera que se pueda memorizar fácilmente. Debemos recordar siempre que los evangelios se escribieron siglos antes de que existiera tal cosa como libros impresos. Muy pocas personas serían capaces de poseer ejemplares de ellos; así que, si querían poseerlos, los tenían que memorizar. Esta genealogía, por tanto, está organizada de tal manera que sea fácil de memorizar. Su invalidad es demostrar que Jesús fue el Hijo de David, y está dispuesta para que resulte fácil conservarla en la memoria.

El Evangelio de S. Mateo empieza con una larga lista de nombres. Diez y seis versículos delinean la genealogía desde Abrahán hasta David y desde David  hasta la familia de la cual nació Jesús. Que nadie piense que estos versículos son inútiles. Nada es inútil en la creación. El más pequeño musgo, y los insectos  apenas perceptibles sirven para algo bueno. No hay nada inútil en la Biblia. Cada palabra en ella es inspirada. Los capítulos y versículos que a primera vista  parecen de poco provecho, nos han sido transmitidos con algún buen designio. Leed otra vez estas diez y seis versículos, y encontraréis en ellos lecciones  útiles e instructivas.

 

Hay algo representativo en la manera como está organizada esta genealogía: hay en ella tres secciones, que corresponden a las tres grandes etapas de la historia de Israel.

La primera sección incluye la historia hasta David. David fue el hombre que fraguó a Israel como nación, e hizo de los judíos un poder en el mundo. La primera sección sigue la historia hasta el surgimiento del más grande rey de Israel.

La segunda sección continúa la historia hasta la cautividad de Babilonia. Es la sección que nos cuenta la vergüenza, y la tragedia, y el desastre de la nación.

La tercera sección continúa la historia hasta Jesucristo. Jesucristo fue la Persona Que liberó a la humanidad de la esclavitud del pecado, Que la rescató del desastre, y en Quien la tragedia se transformó en triunfo.

Estas tres secciones representan tres etapas de la historia espiritual de la humanidad.

(i) El hombre fue creado para la grandeza. «Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creó» (Gen_1:27 ). Dios dijo «Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza» (Gen_1:26 ). Adán -el primer hombre y la raza humana- fue creado a imagen de Dios. El sueño de Dios para el hombre era un sueño de grandeza. El hombre estaba diseñado para la comunión con Dios. Fue creado para nada menos que vivir en intimidad con Dios. Como lo veía el pensador latino Cicerón: "La única diferencia entre el hombre y Dios es en cuanto al tiempo.» Adán nació esencialmente para ser rey.

(ii) El hombre perdió su grandeza. En vez de ser siervo de Dios, se convirtió en esclavo del pecado. Como dijo G. K. ChEsterton: «Entre otras cosas tal vez, lo que es seguro es que el hombre no es lo que se supuso que fuera.» Usó su libre albedrío para desafiar y desobedecer a Dios más bien que para entrar en una relación de amistad y comunión con Él. Culpablemente frustró el designio y el plan de Dios en Su creación.

(iii) El hombre puede recuperar su grandeza. Aun entonces, Dios no abandonó al hombre a su destino frustrado, Dios no permitió que el hombre fuera destruido por su propia necedad. No dejó que la historia acabara en tragedia. A este mundo Dios mandó a Su Hijo Jesucristo para que rescatara al hombre de la ciénaga del pecado en que se había perdido, y le liberara de las cadenas del pecado. en las que él mismo se había aherrojado, para que por medio de Él el hombre pudiera recuperar la comunión con Dios que había perdido.

En su genealogía Mateo nos muestra la realeza original; la tragedia de la libertad perdida; la gloria de la libertad restaurada. Y esa, por la misericordia de Dios, es la historia de la humanidad y de cada persona humana.

Enseñan, en esta lista de nombres, que Dios siempre cumple su palabra. Él había prometido que en la familia de Abrahán todas las naciones de la tierra serían  benditas; que un Salvador había de salir de la familia de David. Gen.12.3; Isaías 11.1. Estas diez y seis versículos prueban que Jesús descendió de David y de Abrahán, que la promesa de Dios se cumplió. Los impíos deberían acordarse de esta lección y atemorizarse. Poco importan lo que ellos piensen: Dios  cumplirá su palabra. Si no se arrepienten perecerán infaliblemente. Los verdaderos cristianos deberían recordar esta lección y consolarse. Su Padre celestial  será fiel a todas sus promesas. Ha dicho que salvará a todos los que crecen en Cristo. Puesto que lo ha dicho, sin duda que lo hará. "El permanece fiel: no  puede negarse a sí mismo" 2 Tim.2.13 Aprended también en esta lista de nombres a conocer la maldad y corrupción de la naturaleza humana. Observad en este catálogo de cuantos padres piadosos  tuvieron hijos malvados e impíos. Los nombres de Roboam, Joroam, Amón y Jeconías nos presentan ejemplos que deben hacernos sentir humillados. Aunque  tuvieron padres piadosos ellos fueron malvados. La gracia no es herencia de las familias. Se necesita algo más que buenos ejemplos y buenos consejos para  hacernos hijos de Dios. Los que renacen, no son engendrados de la sangre ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. Juan 1.13.

Los padres que tienen la costumbre de orar deberían rogar noche y día que sus hijos sean santificados por el Espíritu Santo.

Aprended finalmente en esta lista de nombres, cuán grande es la misericordia y compasión de nuestro Señor Jesucristo. Meditad acerca de lo corrompido e  inmundo de nuestra naturaleza; y después reflexionad cuanta condescendencia fue la de Jesús en haber nacido de una mujer, "y hecho a semejanza de los  hombres.

Algunos de los nombres que leemos en este catálogo nos traen a la memoria historias vergonzosas y melancólicas. Algunos son de personas que no se  mencionan en ninguna parte de la Biblia. Mas al fin de los suyos se encuentra el nombre del Señor Jesucristo. Aunque Él es el eterno Dios, se humilló  tomando sobre Si nuestra naturaleza para salvar a los pecadores. "Aunque Él era rico, por nosotros se hizo pobre.

Este pasaje hace hincapié en dos cosas especiales acerca de Jesús:

(i) Subraya el hecho de que era el Hijo de David. Era, desde luego y principalmente, para demostrar este hecho para lo que se compuso la genealogía. El Nuevo Testamento lo subraya una y otra vez.

Pedro lo afirmó en el primer sermón cristiano del que tenemos referencia, el del día de Pentecostés (Act_2:29-36 ). Pablo dice que Jesucristo fue descendiente de David según la carne (Rom_1:3 ). El autor de las epístolas pastorales nos exhorta a recordar que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los muertos (2 Timoteo_2:8 ). El autor del Apocalipsis oye decir al Cristo resucitado: «Yo soy la raíz y el linaje de David» (Apocalipsis 22:16).

Repetidamente se Le llama así a Jesús en la historia evangélica. Después de la curación del hombre ciego y mudo, la gente exclamó: "¿Será Éste aquel Hijo de David?» (Mat_12:23 ). La mujer de Tiro y Sidón que le pedía a Jesús que ayudara a su hija le llamó «Hijo de David» (Mat_15:22 ). Los dos ciegos que clamaron a Jesús cuando pasaba Le llamaron «Señor, Hijo de David» (Mat_20:30 s). Fue como Hijo de David como las multitudes Le saludaron y aclamaron cuando entró en Jerusalén por última vez (Mat_21:9; Mat_21:15 ). Aquí hay algo sumamente significativo. Está claro que fue la multitud, la gente corriente, la que llamaba a Jesús Hijo de David. Los judíos eran un pueblo a la expectativa. Nunca olvidaban, y nunca podían olvidar, que eran el pueblo escogido de Dios. Aunque su historia era una larga serie de desastres, aunque entonces eran un pueblo sometido, nunca olvidaron su destino. Y era el sueño de la gente del pueblo que algún día vendría a este mundo un descendiente de David que los conduciría a la gloria que ellos creían que les pertenecía por derecho.

 Es decir: Jesús es la respuesta a los sueños humanos. Es verdad que muchas veces no se ve así. Se ve la respuesta a los sueños en el poder, en la riqueza, en la abundancia material, y en la realización de las ambiciones que se. han acariciado. Pero si han de cumplirse los sueños de paz y .amor, de grandeza y satisfacción, solamente podrá ser en Jesucristo.

Jesucristo y la vida que ofrece son la respuesta a los sueños humanos. En la vieja historia de José :hay un texto que sobrepasa la historia misma. Cuando José estaba en la cárcel, el copero y el panadero principales del Faraón estaban presos con él. Tuvieron cada uno un sueño que los dejó turbados y les hizo clamar en confusión: «Hemos tenido sueños, pero no hay nadie que nos los interprete» (Gen_40:8 ). Porque el hombre es hombre, porque es una criatura de la eternidad, el hombre está siempre alucinado por su sueño; y la única manera de que pueda realizarse está en Jesucristo.

(ii) Este pasaje también hace hincapié en que Jesús es el cumplimiento de la profecía. En Él se hace realidad el mensaje de los profetas. En nuestro tiempo tomamos bastante a la ligera la profecía. No tenemos interés la mayor parte de nosotros en buscar los dichos del Antiguo Testamento que se cumplen en el Nuevo. Pero es verdad que la profecía, contiene esta gran verdad eterna: Que en este universo hay un propósito y un diseño, y que Dios quiere y se propone que sucedan ciertas cosas.


Si creemos en la profecía, eso es lo que no podemos decir nunca. La Historia no puede nunca ser una carretera que no lleva a ninguna parte. Puede que no usemos la profecía de la misma manera que nuestros padres; pero, tras el hecho de la profecía descansa el eterno hecho de que la vida y el mundo no siguen un camino que no lleva a ninguna parte, sino el camino cuya meta es Dios.

Con mucho lo más maravilloso de este pedigrí son los nombres de mujeres que aparecen en él.

No es normal encontrar nombres de mujeres en las genealogías judías. La mujer no tenía derechos legales; se la consideraba, no como una persona, sino como una cosa. No era más que una posesión de su padre o de su marido, quienes podían hacer con ella lo que quisieran. En la fórmula tradicional de oración matutina, el judío le da gracias a Dios por no haberle hecho ni un gentil, ni un esclavo, ni una mujer. La misma existencia de estos nombres en cualquier pedigrí es ya un fenómeno de lo más sorprendente y extraordinario.

Pero cuando nos fijamos en quiénes eran estas mujeres y en lo que hicieron, la cosa se vuelve todavía más alucinante. Rajab -o como se la llama en el Antiguo Testamento, Rahab, era una prostituta de Jericó (Jos_2:1-7 ). Rut no era judía, sino moabita (Rth_1:4 ), ¿y es que no establecía la ley misma que: "No entrará el amonita ni el moabita en la congregación del Señor, ni siquiera en su décima generación; no entrarán nunca en la congregación del Señor?» (Deu_23:3 )? Rut pertenecía a un pueblo ajeno y aborrecido. Tamar fue una seductora y adúltera (Génesis 38). Betsabé, la madre de Salomón era la mujer de Urías a la que David sedujo con una crueldad imperdonable (2 Samuel 11 y 12). Si Mateo hubiera escarbado las páginas del Antiguo Testamento buscando candidatas improbables no podría haber descubierto cuatro antepasadas de Jesucristo más increíbles. Pero sin duda hay algo encantador en esto. Aquí; justamente al principio, Mateo nos da una muestra del Evangelio de Dios en Jesucristo, porque nos muestra las barreras que se vienen abajo.

(i) Desaparece la barrera entre judío y gentil. Rahab, la mujer de Jericó, y Rut, la mujer de Moab, hallan su sitio en el pedigrí de Jesucristo. Ya está aquí la gran verdad de que en Cristo no hay judío ni griego. Aquí, en el mismo principio, encontramos el universalismo del Evangelio y del amor de Dios.

(ii) Desaparece la barrera entre varón y mujer. En ningún pedigrí ordinario se encontraría el nombre de ninguna mujer; pero sí en el de Jesús. El viejo desprecio ha desaparecido; y varones y mujeres se encuentran en el mismo nivel en el amor de Dios y son igualmente importantes en Sus propósitos.

(iii) Desaparece la barrera entre santo y pecador. Dios se las arregla para usar para Su propósito a los que han sido grandes pecadores. «Yo he venido -dijo Jesús-, no para llamar a los justos, sino a los pecadores (Mat_9:13 ).

Aquí, al principio mismo del evangelio, se nos da un adelanto de la amplitud del amor de Dios que lo abarca todo. Dios puede encontrar servidores entre aquellos que los respetables ortodoxos evitarían con horror.

Siempre deberíamos leer este catálogo con sentimientos de gratitud. Vemos en el que nadie que participe de la naturaleza  humana está fuera del alcance de la misericordia y compasión de Cristo. Nuestros pecados pueden haber sido tan negros y  enormes como los cometidos por cualquiera de las personas cuyos nombres menciona S. Mateo. Pero ellos no pueden  cerrarnos la puerta del cielo, si nos arrepentimos y creemos en el Evangelio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario