} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: SEAMOS SENCILLOS

domingo, 18 de enero de 2015

SEAMOS SENCILLOS

  
1Corintios 16:22  El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.

Akeraios (κέραιος)   sin mezcla, exento de materiales extraños, puro. Se utiliza de lo que es sin doblez, sincero, esto es, con la simplicidad de un ojo sencillo, discerniendo lo que es malo, y eligiendo solo aquello que da gloria a Dios.

REFLEXIÓN

 El cristianismo no destruye en absoluto el civismo, muy al contrario es la muestra evidente de que los cristianos marcamos la diferencia con el resto de religiones. Los saludos cristianos no son simples cumplidos vacíos, sino expresiones reales de buena voluntad para el prójimo, son sinceras y brotan desde lo más profundo del corazón regenerado y los encomiendan a la gracia y a la bendición divinas. Toda familia cristiana debe ser como una iglesia cristiana. Dondequiera que se reúnan dos o tres en el nombre de Cristo, y Él esté entre ellos, ahí hay una iglesia.
 Pero muchas personas que tienen muy a menudo el nombre de Cristo en sus bocas, no tienen un amor verdadero por Él en sus corazones. Evidencian por su boca, lo que abunda en su interior.
No todo el que acude a un templo cristiano con una Biblia en la mano indica que sea cristiano genuino, nacido de nuevo, nueva criatura. Hay sectas que han editado la Biblia adaptandola a las creencias de sus líderes, a sus “nuevas revelaciones” “visiones marihuanas” etc. Niegan la divinidad de Jesús y lo consideran un “ser superior” nada más. Hay incluso dentro de las denominaciones cristianas, grupos que predican otro evangelio, distinto totalmente al verdadero Evangelio de Jesús.
  No ama de verdad a Jesús quien no ame sus leyes ni obedezca sus mandamientos. Muchos son cristianos de nombre, porque no aman a Cristo Jesús, el Señor, con sinceridad. Los tales están separados del pueblo de Dios y del favor de Dios. Los que no aman al Señor Jesucristo deben perecer sin remedio. No descansemos en ninguna profesión religiosa donde no hay el amor de Cristo, los sinceros deseos por su salvación, la gratitud por sus misericordias, y la obediencia a sus mandamientos.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo tiene en ella todo lo que es bueno para el tiempo y la eternidad. Desear que nuestros amigos puedan tener esta gracia consigo, es desearles el sumo bien. Esto debemos desear a todos nuestros amigos y hermanos en Cristo. No podemos desearles nada más grande, y no debemos desearle nada menos. El cristianismo verdadero hace que deseemos las bendiciones de ambos mundos para los que amamos; esto significa desearles que la gracia de Cristo esté con ellos.

El apóstol había tratado claramente con los corintios, y les habló de sus faltas con justa severidad, pero se despide con amor y con una solemne profesión de su amor por ellos por amor a Cristo. Que nuestro amor sea con todos los que están en Cristo Jesús. Probemos si todas las cosas nos parecen sin valor cuando las comparamos con Cristo y su justicia.
¿Nos permitimos algún pecado conocido o la negligencia de un deber conocido? Con tales preguntas, fielmente hechas, podemos juzgar el estado de nuestras almas.

La iglesia de Corinto era una iglesia con problemas. Pablo, cariñosamente y al mismo tiempo con energía, enfrentó sus problemas y los condujo a Cristo. Tuvo que ver con divisiones y conflictos, egoísmo, uso desordenado de la libertad, ausencia de orden en la adoración, uso equivocado de los dones espirituales y una posición equivocada frente a la resurrección.
En cada iglesia, hay suficientes problemas para crear tensiones y divisiones. No debiéramos pasarlos por alto ni cubrirlos, estén relacionados con la iglesia o con nosotros mismos. Como en el caso de Pablo, deberíamos enfrentar los problemas en el momento en que surgen.  El último aviso de Pablo a los adversarios de Corinto, interrumpiendo su saludo, es tan fuerte como el aviso que da a los gálatas que se apartaban del evangelio predicado por él (Gálatas 1:8 – 9  8  Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9  Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.).


¡Marana ta! Expresión aramea que significa: «Ven, Señor»; otra posible lectura es Maran ata, que significa: «El Señor viene.» Maranatha en siriaco significa “el Señor viene.” Este era un lema usado para incitar a la vigilancia y a la preparación para la venida del Señor: como en Filipenses 4; 5: “El Señor que está cerca.”