En la Palabra de Dios en la Biblia podemos
advertir esos avisos del Señor Jesús, cuando dice que nuestra fe va a ser
probada. Tal como le aconteció a los hombres de la fe, mencionados en la
Biblia; nosotros los cristianos que hemos nacido de nuevo por gracia de Dios, cuyos
pecados fueron borrados por la preciosa Sangre de Cristo, en cualquier momento de
nuestra vida, seremos afligidos, aventados, para apartar el polvo y la paja que
nos estorba para producir fruto de calidad, para madurar por la obediencia al
Señor, dependiendo totalmente de Él. Será doloroso pero necesario para moldear
nuestro carácter cada día un poco más en semejanza al de Cristo. Pero veamos lo
que nos dice Lucas 22;31-32:
31 Dijo también el
Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por
ti, que tu fe no falte; y tú, una
vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Siniazo (σινιάζω) bieldar, apalear,
aventar, cerner, zarandear.
REFLEXIÓN
Personalmente, me veo
reflejado de algún modo en el primer versículo. Lo que ocurrió queda entre Dios
y yo. Pero sin duda ese zarandeo, ha servido para madurar en la fe de Cristo, por
la gracia de Dios, con el auxilio de su Santo Espíritu.
Pero vayamos al realto bíblico
que es lo que importa.
Satanás os ha pedido. Al igual que en Job 1:9–12 9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios
de balde? 10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa
y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto,
sus bienes han aumentado sobre la tierra. 11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo
que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. 12 Dijo Jehová a
Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu
mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
Satanás no podrá zarandear a
Pedro cuando desee hacerlo, sino que sólo podrá hacer lo que Dios le permita.
Para zarandearos como a trigo. La separación del grano de trigo de la paja es
simbólico de la prueba a la que serán sometidos los discípulos por Satanás.
Satanás quiere poner la fe de Pedro a una prueba severa, como lo hizo con Job,
con la esperanza de que no quedara nada al final, pero Dios usará ese mismo
proceso para fortalecer la fe de Pedro ( Stg 1:3 sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia). ) Hallaría bastante paja en su
religión, si acaso hubo algo de trigo. Pero no sólo deseaba tener a Pedro, sino
a todos ellos.
Al llamarlo Simón,
en lugar de Pedro («Roca»), Jesús puede estar sugiriendo que el discípulo
pronto actuará de acuerdo con su vieja naturaleza, que es una de sus
debilidades humanas. El carácter impulsivo de Simón se puso de manifiesto en
varias ocasiones. Satanás quiso zarandear a Pedro como si fuera trigo. Esperaba
hallar solo paja, fácil de soplar. Pero Jesús aseguró a Pedro que su fe, a
pesar de flaquear, no se destruiría, sino que se renovaría hasta convertirse en
un líder poderoso. Mas yo he rogado
he estado rogando siempre por ti
como el que está en mayor peligro. Que tu
fe no falte es decir, no enteramente, porque parcialmente faltó. Una vez vuelto convertido, traído de
nuevo como discípulo arrepentido haciendo uso de tu experiencia amarga para
afirmar a tus hermanos tentados.
En el
texto griego el tú es plural, lo cual significa que otros también
pasarán por la prueba. Jesús oró por todos los discípulos (Juan 17:6-19 6He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me
diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido
que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras
que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido
verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos;
no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado
en ellos. 11 Y ya no estoy en el
mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me
has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu
nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino
el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que
tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu
palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy
del mundo. 15 No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.17 Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste
al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también
ellos sean santificados en la verdad. ). Él sabía de antemano de la
negativa y posterior arrepentimiento de Pedro, y por lo tanto lo urge a alentar
a los otros discípulos en sus propios momentos de prueba. Las experiencias de Pedro
en las próximas horas cambiarían su vida. Se convertiría de un seguidor poco
entusiasta a un discípulo arrepentido y finalmente a la clase de persona que
Cristo podría utilizar para edificar su Iglesia. Pedro lloró amargamente, no
solo por aceptar que negó a su Señor, el Mesías, sino también porque dio las
espaldas a un amigo muy querido, alguien que lo amó y enseñó durante tres años.
Sin tomar en cuenta la advertencia de Jesús (Marcos
14:29-31 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú,
hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres
veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me
fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
Lucas 22:33-34 33 El le dijo: Señor,
dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. 34 Y él le dijo: Pedro,
te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me
conoces. ), Pedro manifestó que nunca lo negaría. Sin embargo,
cuando sintió temor, actuó en contra de su intrépida promesa. Incapaz de
mantenerse a favor de su Señor durante doce horas, falló como discípulo y como
amigo. Debemos estar atentos a nuestros lados débiles y no ser auto suficientes ni presumidos. Si fallamos, recordemos que Cristo puede usar a quienes
reconocen su falta. Pedro aprendió mucho de esta experiencia humillante y le
fue de ayuda en las responsabilidades de líder que muy pronto asumiría.
En el camino a la dicha eterna tenemos que esperar ser atacados y
zarandeados por Satanás. Si no puede destruirnos, tratará de hacernos
desdichados o de angustiarnos. Nada precede con mayor certeza a la caída de un
seguidor confeso de Cristo, que la confianza en sí mismo, con desconsideración
por las advertencias y desprecio del peligro. A menos que velemos y oremos
siempre podemos ser arrastrados en el curso del día a aquellos pecados contra
los cuales estábamos más decididos en la mañana. Si los creyentes fuéramos dejados sin la protección del Señor, caeríamos, pero somos mantenidos, fortalecidos,
amparados por el poder de Dios, y la intercesión de Cristo, por el Espíritu Santo con el cual fuimos sellados para vida eterna.