} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL DÍA DE LA IRA DE JEHOVÁ

sábado, 17 de enero de 2015

EL DÍA DE LA IRA DE JEHOVÁ


Podemos leer los siguientes versículos en Sofonias 1; 1-18


CONTEXTO

SOFONIAS  sirvió como profeta para Judá desde 640-621 a.C
Ambiente de la época: Josías fue el último rey bueno de Judá. Sus valientes intentos para reformar la nación y hacerla volver a Dios probablemente se debieron a la influencia de Sofonías.
Mensaje principal: Llegará un día cuando Dios, como juez, castigue severamente a todas las naciones. Sin embargo, después del juicio, El mostrará misericordia a todos los que han sido fieles.
Importancia del mensaje: Todos seremos juzgados por nuestra desobediencia a Dios; pero si permanecemos fieles, El nos mostrará su misericordia.
Profeta contemporáneo: Jeremías (627-586)


REFLEXIÓN

  Sofonías profetizó en los días de Josías, rey de Judá (640-609 a.C.). Josías buscó a Dios y durante su reinado se halló en el templo los libros de la Ley. Después de leerlos, Josías comenzó un gran avivamiento religioso en Judá (2 Reyes 22.1-23 25). Sofonías ayudó a este avivamiento al advertir al pueblo que vendría juicio si no abandonaba su pecado. A pesar de que este gran avivamiento llevó a la nación a Dios, no eliminó del todo la idolatría y solo duró un corto tiempo. Doce años más tarde, Babilonia conquistó a Judá y la envió al cautiverio.

  Dios, la más grande autoridad de todas, le advirtió con claridad al pueblo de Judá. Este se negó a escuchar porque dudó del profeta de Dios y no creyó que el mensaje proviniera de El, o porque dudó de Dios mismo, por lo tanto, no creyó que haría lo que anunció.
Si nos negamos a escuchar la Palabra de Dios, la Biblia, somos tan miopes como el pueblo de Judá.

  Cuando los israelitas llegaron a la tierra prometida, no la limpiaron por completo de sus habitantes cananeos paganos, quienes adoraban ídolos. Poco a poco los israelitas comenzaron a adorar los dioses de los cananeos. A pesar de que había muchos dioses, Baal era el principal; simbolizaba fortaleza y fertilidad. Dios se enojó grandemente porque su pueblo se alejó de El para adorar a Baal.

  La historia está llena de ídolos e idólatras, y la idolatría prevalece incluso hasta en nuestros días. Un ídolo es cualquier cosa que reverenciamos más que a Dios. Sin embargo, a la larga todos los ídolos demuestran su carencia de valor y el verdadero Dios prevalecerá. "Mas buscad primeramente el Reino de Dios" (Mateo 6:33   Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.) y "no tendrás dioses ajenos delante de mí" (Exodo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí).

  El pueblo se convirtió en politeísta, adoraba a Dios y a todos los demás dioses de la tierra. Añadió lo "mejor" de la adoración pagana a la verdadera fe en Dios y esto lo corrompió. Uno de estos dioses era Moloc, el dios nacional de los amorreos. La adoración a Moloc incluía el sacrificio de niños, un pecado abominable. Desde los tiempos de Moisés, a los israelitas se les advirtió acerca de la adoración de este falso dios (Levítico 18:21 Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
  Levítico 20:5  entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc. ) pero se negaron a escuchar.

  Muchos piensan que estas profecías tienen un doble cumplimiento, uno para el futuro cercano,  muy poco después de esta profecía y otro para el futuro distante , quizás durante el fin de los tiempos. Ocurrió un día de juicio y de gran matanza durante la vida de este pueblo cuando los babilonios invadieron la tierra. Algunos eruditos entienden que estas profecías de juicio se refieren totalmente al futuro. El profeta vio estas profecías como sucesos futuros, pero no pudo ver cuándo ni en qué orden se llevarían a cabo.Usar vestidura pagana implicaba que deseaban los dioses y estilos de vida extranjeros. Los líderes que debieron ser un buen ejemplo para el pueblo, adoptaban las prácticas extranjeras y por lo tanto, mostraban su desprecio hacia el Señor y pasaban por alto sus mandamientos en contra de adoptar la cultura pagana.

  Dios escudriñaría la ciudad minuciosamente y castigaría a quienes lo merecieran. Y porque ellos no escudriñaron sus corazones porque se complacían con el caos moral que los rodeaba y eran indiferentes a Dios, este usaría a los babilonios para castigarlos. Dentro de unos veinte años los babilonios entrarían en Jerusalén, arrastrarían al pueblo fuera de sus refugios, los tomarían prisioneros o los matarían. Ninguno escaparía al juicio de Dios, no habría lugar donde ocultarse.

  Algunas personas piensan que Dios es como un indulgente abuelo celestial, agradable cuando se tiene al lado, pero que puede moldear la vida moderna. No creen en su poder ni en su castigo venidero. Sin embargo, Dios es Santo y por lo tanto, juzgará con diligencia y castigará con justicia a todo aquel que se contenta en su vida de pecado, que es indiferente a El o que no le preocupa la justicia. Cuando a la gente Dios le es indiferente, tiende a pensar que El es indiferente a su pecado. Se llevarán la sorpresa de ver que "cercano está el día grande de Jehová".

  El gran día de Jehová estaba cerca; pronto los babilonios vendrían y destruirían Jerusalén. El día de de Jehová también está cerca para nosotros. Dios promete un juicio final, un día de destrucción mundial. La conquista babilónica ocurrió tan cierta y horriblemente como lo predijo Sofonías. Y el día final del juicio de Dios también es seguro, como también lo es su capacidad para salvar. Para salvarse del juicio, reconozca que ha pecado, que su pecado traerá juicio, que no se puede salvar a sí mismo y que únicamente Dios puede hacerlo.

  El dinero y la riqueza son buenos en su lugar, pero inútiles ante Dios. En esta vida, el dinero puede torcer nuestra perspectiva, dándonos sentimientos de seguridad y de poder. En el juicio, solo importa la obra redentora de Cristo a nuestro favor. Unicamente El nos rescatará si creemos en El. No confíe en el dinero, confíe en Cristo.