Cuando por la gracia de Dios,
nos permite acercarnos a su Palabra en la Biblia, recibimos su enseñanza dentro
de nuestro corazón ansioso de conocer cada día un poco más de lo que el
Espíritu Santo nos muestra, abriendo nuestro entendimiento para llevarlo a la
vida diaria.
Para mi es un privilegio poder
trabajar y estar escuchando la sana doctrina a través de las grabaciones de los
estudios bíblicos de los ancianos de la Iglesia Evangélica Bonhome de Ourense o bien directamente de mi smarphone que cuenta con la aplicación de la Biblia
para escucharla en diferentes versiones como: La Biblia de la Américas,
Traducción Lenguaje Actual, Palabra de Dios para Todos, Dios habla Hoy, Nueva
Versión Internacional, Reina Valera 1960, Reina Valera 1995, Reina Valera
Antigua entre las que más suelo escuchar. Hay otras muchas en inglés, pero
lamento no saber ese idioma. La riqueza del lenguaje permite ver con mayor
claridad cada versículo, como si fuera viviendo en mi mente lo que se narra.
Le doy gracias a Dios por ser
tan generoso conmigo y abrir mi corazón para que auxiliado por su Espíritu
pueda guardar su Palabra para hablar y dar testimonio del poder de
transformación que lleva a cabo en mi vida.
Podemos ver a la luz de la
Biblia como a una mujer de Macedónia, de nombre Lidia, el Señor abre su corazón
para que estuviera atenta a Pablo, quien hablaba por el poder del Espíritu
Santo, recibiendo ella la enseñanza del Espíritu para ser nacida de nuevo. Lo
vemos en Hechos
16; 14:
14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la
ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el
corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
El rumbo de los hombres de Dios y su labor por
medio de la gracia están sometidos a la conducción y dirección del Señor. Debemos
siempre que hablemos o escribamos de la Palabra de Dios, pedir al Señor que nos
ayude con su gracia capacitante para que siempre sean sus palabras y no las
nuestras; por muy buenas intenciones que tengamos debemos someternos y creer
que es para mejor.
La gente necesita mucha ayuda para sus almas y es nuestra obligación
como cristianos hablar el Evangelio de Jesús, la Buena Nueva, de que Cristo
vino a cumplir su misión, morir por ti y por mi, para que POR FE y SOLO POR FE
en JESUCRISTO ser salvados del infierno.
Si eres de los que prefieren quedarse en casa evitando dar testimonio
¿qué clase de cristiano eres? Jesucristo ordenó predicar y testificar su
Evangelio hasta los confines de la tierra. La obediencia requiere acción
inmediata, estar dispuestos a proclamar la fe. Pero primero hay que comenzar en
tu hogar, sin ir más lejos.
Recuerdo que cuando comencé con mi negocio de verdes decorativos,
empecé la venta aquí en la ciudad de Orense y después fui ampliando el radio de
acción recorriendo la mayor parte de las provincias españolas para ampliar
clientes.
Un producto no se puede exportar más allá de tu provincia si primero
no lo acepta el entorno.
Cuando hablemos o escribamos de la Biblia, debemos pedir primero
auxilio al Espíritu Santo para que nos guíe en todo aquello que debemos decir o
escribir, limitándonos exclusivamente a trasmitir lo que recibimos. Si, sólo
ser meros instrumentos. Imaginaos que somos como una manguera que llevamos el agua
a las plantas. No somos el agua, la Palabra, somos la manguera y las plantas
son las almas sedientas de conocer a Jesús. Lo que demuestra que la inclinación
del corazón hacia la verdad no se origina en la voluntad del hombre. La primera
disposición de inclinarse hacia el evangelio es una obra de gracia.” Estar
atentos a la verdad es tanto: aquella especie de atención que consiste en tener
toda la mente absorta en ella, para compenetrarse de ella y entender su vital
carácter salvador.
Cuando sabes que Jesús te ha regalado la vida
eterna, la paz, el gozo y la alegría que llevas dentro parece quieren salir
para comunicar a viva voz al mundo lo que Dios ha hecho en tu vida; no puedes
permanecer callado y quieres que muchas más personas se beneficien de su perdón,
para salvación. La Palabra de Dios ubica a cada uno, la obra, el poder y la
gracia provienen de Dios, por lo tanto todo el Honor y la Gloria son de Él.
Es que ya sería el colmo qué,
preparando Dios de antemano ese camino para que anduviéramos en él, encima quisiéramos colocarnos una medalla al trabajo. Cuando Dios nos llama hacer algo
debemos cumplirlo con presteza. No podemos disculparnos diciendo tenemos un
negocio que administrar, o poner excusas porque ¿no tenemos también un Dios que servir, y almas
que cuidar? Cuando uno quiere haya tiempo para aprovechar las ventajas para su
alma.
La Palabra de Dios no nos saca de nuestros negocios en el mundo,
pero nos dirige en ellos. El
orgullo, el prejuicio y el pecado dejan fuera las verdades de Dios hasta que su
gracia nos hace camino en el entendimiento y los afectos; solo el Señor te
puede abrir el corazón para que recibas y creas su palabra. Debemos creer en
Jesucristo; no hay acceso a Dios como Padre sino por el Hijo como Mediador.