} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: RAZONES POR LAS QUE NO SE PIERDE LA SALVACIÓN. (1PARTE)

viernes, 6 de mayo de 2016

RAZONES POR LAS QUE NO SE PIERDE LA SALVACIÓN. (1PARTE)

   

 1. Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención - Efesios 1:13-14 El Espíritu Santo es el sello de Dios de que le pertenecemos y su depósito o arras nos garantiza de que El hará lo prometido. El Espíritu Santo es un anticipo, un depósito, una firma válida en un contrato. Su presencia en nuestras vidas ratifica que tenemos una fe genuina y prueba que somos hijos de Dios. Ahora su poder obra en nosotros la transformación de nuestras vidas y es un adelanto del cambio total que experimentaremos en la eternidad.

2. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo, ni de la mano del Padre - Juan 10:28-29 Del mismo modo que un pastor protege sus ovejas, Jesús protege a su pueblo del daño eterno. A pesar de que es de esperar que los creyentes sufran en la tierra, Satanás no puede dañar sus almas ni quitarles su vida eterna con Dios. Existen muchas razones para sentir temor aquí en la tierra porque este es territorio del diablo. Pero si decidimos seguir a Jesús, El nos dará seguridad eterna.

 3. Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir - Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11
Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas. Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos.

4. La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe -
Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6
Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte. Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos. Si bien ninguna acción u "obra" nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio. No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de El, para glorificarle y edificar la Iglesia.
Aceptar a Cristo como Señor de su vida es el comienzo de la vida con Cristo. Pero debe continuar siguiendo a sus líderes para arraigarse, edificarse y fortalecerse en su fe. Cristo desea guiarlo y ayudarlo cada día en sus problemas. Usted puede vivir para Cristo al: (1) dedicar su vida y someterse a su voluntad (Romanos 12:1-2); (2) buscar aprender de El, de su vida y de sus enseñanzas (Romanos 3:16); y (3) reconocer el poder del Espíritu Santo en usted.

5. La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por supuesto, Dios menos - Romanos 6:23
La vida eterna es un regalo de Dios. Si es un regalo, no podemos ganarlo ni pagar por él. Sería insensato recibir un regalo por amor y ofrecer pagarlo. El que recibe un regalo no puede comprarlo. Lo correcto cuando se nos ofrece un regalo es aceptarlo con agradecimiento. Nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que hemos hecho nosotros (Efesios 2:8-9). El nos salvó por su misericordia, no por lo que hayamos hecho (Tito 3:5). Debemos aceptar con acción de gracias el regalo que generosamente Dios nos ha regalado.

6. Cristo nunca rechazará a los que ha recibido -
Juan 6:37
Jesús no obraba independientemente de Dios el Padre, sino con El. Esto debiera darnos mayor seguridad de ser aceptos en la presencia de Dios y protegidos por El. El propósito de Jesús era hacer la voluntad de Dios, no satisfacer sus deseos humanos. Debiéramos tener el mismo propósito.

7. Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes - Mateo 28:19
Los discípulos debían bautizar personas porque el bautismo une al creyente con Jesús en su muerte por el pecado y su resurrección a una vida nueva. El bautismo muestra sumisión a Cristo y disposición a vivir en la forma que Dios quiere.

8. Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo -
Hebreos 6:6
Este versículo señala el peligro de los obreros cristianos que retornaban al judaísmo y que, por lo tanto, cometían apostasía. Hoy algunos aplican este versículo a los creyentes superficiales que renuncian a su cristianismo, o a incrédulos que están a punto de apropiarse de la salvación y luego se apartan. Sea como sea, quienes rechazan a Cristo no serán salvos. Cristo murió una vez para siempre. No será crucificado nuevamente. Aparte de su cruz, no hay otra forma posible de salvación. Sin embargo, el autor no cree que sus lectores estén en peligro de renunciar a Cristo. El nos advierte contra la dureza de corazón que haría inconcebible el arrepentimiento para el pecador.

9. Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de ser salvo -
Colosenses 2:13-14
Antes de creer en Cristo, nuestra naturaleza era mala. Desobedecíamos, nos rebelábamos e ignorábamos a Dios (no podíamos amarlo con todo el corazón. El cristiano, no obstante, tiene una nueva naturaleza. Dios ha crucificado la antigua naturaleza rebelde (Romanos 6:6) y la reemplaza con una nueva naturaleza amorosa (Romanos 3:9-10). La paga del pecado se cumplió con Cristo en la cruz. Dios nos declara no culpables y no necesitamos vivir bajo el poder del pecado. Dios no nos saca del mundo para convertirnos en robots, todavía nos seguiremos sintiendo pecadores y algunas veces pecaremos. La diferencia radica en que antes de que fuéramos salvos fuimos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora somos libres de vivir para Cristo.
  El acta de los decretos que fue cancelada trataba de la demanda de las leyes del Antiguo Testamento. La Ley impuesta demandaba el pago de nuestros pecados. Aunque ninguno podía ser salvo por guardar meramente esos decretos, la verdad moral y los principios del Antiguo Testamento aún hoy nos enseñan y guían.

  Podemos disfrutar de nuestra vida en Cristo porque nos hemos unido a El en su muerte y su resurrección. Nuestros malos deseos, nuestra esclavitud al pecado y nuestro amor por el pecado murieron con El. Unidos con Cristo en su resurrección, podemos disfrutar de compañerismo inquebrantable con Dios y libertad del pecado. Nuestra deuda por el pecado ha sido pagada completamente, nuestros pecados han sido puestos a un lado y olvidados por Dios; y podemos ser limpios y nuevos. Para ampliar lo relacionado con la diferencia entre la nueva vida en Cristo y la vieja naturaleza pecaminosa. 


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