} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: RAZONES POR LAS QUE NO SE PIERDE LA SALVACIÓN. (2 PARTE)

viernes, 6 de mayo de 2016

RAZONES POR LAS QUE NO SE PIERDE LA SALVACIÓN. (2 PARTE)

  

10. Nada nos puede separar del amor de Dios - Romanos 8:35-39
Estos versículos contienen una de las promesas más reconfortantes de todas las Escrituras. Los creyentes siempre han tenido que enfrentar dificultades de diversas formas: persecución, enfermedad, prisión, aun muerte. Esto podría hacerles creer que Cristo los había abandonado. Pero Pablo exclama que es imposible que algo nos separe de Cristo. Su muerte a nuestro favor es prueba de su amor inquebrantable. Nada impedirá su presencia constante con nosotros. Dios nos dice cuán grande es su amor para que nos sintamos bien seguros en El. Si tenemos esta seguridad sorprendente, no temeremos.
11. Cuando se acepta a Cristo, la Trinidad viene a hacer morada en el creyente para siempre; no entran y salen del creyente por su comportamiento - Juan 14:17-18,23
Los siguientes capítulos enseñan estas verdades acerca del Espíritu Santo: estará con nosotros para siempre; el mundo en general no puede recibirlo; mora con nosotros y está en nosotros; nos enseña; nos recuerda las palabras de Jesús; nos convence de pecado, nos muestra la justicia de Dios y anuncia que Dios juzgará la maldad; nos guía a la verdad y nos comunica las cosas que vendrán; glorifica a Crist. El Espíritu Santo se ha mantenido activo entre las personas desde el principio de los tiempos, pero después de Pentecostés (Hechos 2) vino a vivir en todos los creyentes. Hay muchas personas que no se percatan de las actividades del Espíritu Santo; pero a quienes oyen las palabras de Cristo y entienden el poder del Espíritu, El les da una manera totalmente nueva de ver la vida.
 A veces la gente quisiera conocer el futuro a fin de prepararse para lo que ha de ser. Dios no ha querido darnos este conocimiento. Solo El sabe lo que sucederá, pero nos dice todo lo que tenemos que saber para prepararnos para el futuro. Cuando vivimos según sus normas, El no nos abandonará; vendrá a nosotros, estará en nosotros y se nos manifestará. Dios sabe lo que sucederá y, como El estará con nosotros en todo momento, no debemos temer. No es necesario que conozcamos el futuro para tener fe en Dios: debemos tener fe en El para estar seguros acerca del futuro.
12. El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea “fiel” - Juan 5:24
La "vida eterna" (vivir para siempre con Dios) comienza cuando uno acepta a Jesucristo como Salvador. En ese momento, se inicia la nueva vida dentro de uno (2Corintios 5:17). Constituye una obra total. Todavía uno ha de enfrentarse a la muerte física, pero cuando Cristo vuelva, nuestro cuerpo resucitará para vivir por siempre (1 Corintios 15).
13. Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados “grandes” y “pequeños”; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. - Romanos 3:23 “La paga del pecado [todo pecado] es muerte. . .”
Algunos pecados parecen ser mucho más grandes que otros porque sus consecuencias son mayores. El homicidio, por ejemplo, nos parece que es peor que el odio, y el adulterio al parecer es peor que la lujuria. Pero esto no significa que nos merecemos la vida eterna porque nuestros pecados son de menor envergadura. Cualquier pecado nos convierte en pecadores y nos aparta de nuestro Dios santo. Cualquier pecado, por lo tanto, conduce a la muerte (porque nos incapacita para vivir con Dios) por grande o pequeño que el pecado parezca. No minimice los pecados "pequeños" ni valore con exceso los "grandes". Todos nos separan de Dios, pero también todos pueden ser perdonados.
14. Si la salvación se pierde por “volver al pecado”, se crea incertidumbre porque ¿en qué momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿Con cuántos pecados? y si “regresa”, ¿tiene que volver a “aceptar” a Cristo, o basta con simplemente pedir perdón?
15. La salvación no se pierde porque Cristo prometió un lugar junto a Él en el cielo, y cada lugar está preparado para un cristiano específico, y no solamente para “cualquiera” que se mantenga “fiel”. -
Juan 14:3
Las palabras de Jesús muestran que el camino a la vida eterna, a pesar de ser invisible, es seguro. Es tan seguro como lo es su confianza en Jesús. El ya ha preparado el camino a la vida eterna. El único asunto que tal vez quede sin resolver es su voluntad de creer.
16. Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento -
Apocalipsis 3:5.
Vestido de "vestiduras blancas" significa puesto aparte para Dios y hecho puro. Cristo promete honor futuro y vida eterna a quienes se mantienen firmes en su fe. Los nombres de todos los creyentes están registrados en el libro de la vida. Este libro simboliza que Dios conoce a quienes le pertenecen. A los tales se le garantiza la inscripción en el libro de la vida que se presentará ante las huestes de los cielos como pertenencia de Cristo
17. La sangre de Cristo limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) - 1 Juan 1:9
La confesión tiene el propósito de librarnos para que disfrutemos de la comunión con Cristo. Esto debiera darnos tranquilidad de conciencia y calmar nuestras inquietudes. Pero muchos cristianos no entienden cómo funciona eso. Se sienten tan culpables que confiesan los mismos pecados una y otra vez, y luego se preguntan si habrían olvidado algo. Otros cristianos creen que Dios perdona cuando uno confiesa sus pecados, pero si mueren con pecados no perdonados podrían estar perdido para siempre. Estos cristianos no entienden que Dios quiere perdonarnos. Permitió que su Hijo amado muriera a fin de ofrecernos su perdón. Cuando acudimos a Cristo, El nos perdona todos los pecados cometidos o que alguna vez cometeremos. No necesitamos confesar los pecados del pasado otra vez y no necesitamos temer que nos echará fuera si nuestra vida no está perfectamente limpia. Desde luego que deseamos confesar nuestros pecados en forma continua, pero no porque pensemos que las faltas que cometemos nos harán perder nuestra salvación. Nuestra relación con Cristo es segura. Sin embargo, debemos confesar nuestros pecados para que podamos disfrutar al máximo de nuestra comunión y gozo con El.
La verdadera confesión también implica la decisión de no seguir pecando. No confesamos genuinamente nuestros pecados delante de Dios si planeamos cometer el pecado otra vez y buscamos un perdón temporal. Debemos orar pidiendo fortaleza para derrotar la tentación la próxima vez que aparezca.





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