El Salmo 139 es útil para
quitarnos las máscaras engañadoras y las hipocresías que tantas veces estorban
la comunión con Dios y la vida de la iglesia.
Es muy doctrinal, pero notemos
cómo enseña las doctrinas de Dios. No lo hace con conceptos abstractos, sino
con hechos concretos de lo que significa esta verdad en la vida cotidiana. Así
debemos teologizar: aplicar la enseñanza bíblica a todo aspecto de nuestra
vida, vivir un evangelio práctico.
1. Dios Omnisciente: me conoce
todo 1-6
Dios tiene un conocimiento
perfecto de nosotros, y todos nuestros pensamientos y acciones están abiertos
ante Él. Más provechoso es meditar en las verdades divinas aplicándolas a
nuestros propios casos, con el corazón elevado a Dios en oración, que con un
enfoque mental de curiosidad o de debate. Que Dios sabe todas las cosas, es
omnisciente y que esté por doquier, es omnipresente, ambas son verdades
reconocidas por todos, pero rara vez creídas correctamente por la humanidad.
Dios lleva la cuenta estricta de cada paso que damos, de cada paso bueno y cada
paso malo. Él sabe por qué regla andamos, hacia cuál finalidad nos encaminamos,
con qué compañía andamos. Cuando soy separado de toda compañía, tú sabes lo que
tengo en mi corazón. No hay palabra vana, ni palabra buena en mí sin que sepas
qué origen tuvo en mis pensamientos, y con qué intención fue dicha. Dondequiera
estemos, estamos bajo el ojo y la mano de Dios. No podemos descubrir cómo Dios
nos escudriña; no conocemos cómo somos conocidos. Tales pensamientos debieran
evitarnos el pecar.
Tú me has examinado. Dios no es como un receptor impersonal de la
tecnología moderna que capta todo pero sin discernir entre estados de ánimo,
motivos, etc. Dios conoce todo, pero puede discernir nuestras necesidades más
íntimas.
Tú es enfático, el que me conoce es el Señor
mismo, y me conoce personalmente. Los verbos que se usan sentarse, levantarse,
caminar, acostarse, indican la totalidad
de las acciones de cada día. Los mismos
verbos se han empelado en Deu_6:7.
Pensamiento es una palabra que conlleva la idea de “propósito” o “meta”. Has considerado es una
palabra que significa “zarandear”. Dios conoce todos mis proyectos, mis sueños,
mis deseos, mis propósitos. Él sabe si mi
acostarme es pereza o el descanso necesario.
El versículo 4 es sorprendente, nos hace cuidar aun lo que nos
gustaría decir. Me rodeas se usa
para sitiar un lugar o “encerrar”. Pero el salmista no se siente encasillado;
más bien encuentra seguridad en este hecho.
“Tan
alto que no lo puedo alcanzar” Nuestra mente no alcanza, no comprendemos cómo
Dios puede saber todos estos detalles de nuestra vida. Y conoce los mismos
detalles acerca de miles y millones de otras personas a la vez. La fe verdadera
reconoce la grandeza de Dios, aunque la mente no la puede alcanzar. Para el
salmista que ama a Dios, todo esto no es negativo; implica dos lecciones
grandes:
1)
la responsabilidad, pues hemos de ser francos con Dios y dejar que
nos examine a fondo.
2) la
seguridad, porque Dios conoce nuestras dificultades y peligros y nos ama,
sabemos que nos cuida: Sobre mí pones tu mano.
2. Dios Omnipresente: está
dondequiera que yo vaya 7-12
No podemos ver a Dios, pero Él
puede vernos. El salmista no desea irse del Señor. ¿Adónde puedo ir? En los rincones
más distantes del mundo, en el cielo o en el infierno, no puedo escapar de tu
alcance. Ningún velo puede taparnos de Dios; ni siquiera la oscuridad más
densa. Ningún disfraz puede salvar a una persona, o evitar que un hecho sea
visto a la verdadera luz por Él. Los acosos secretos del pecado son tan
abiertos ante Dios como las villanías más francas. Por otro lado, el creyente
no puede ser quitado de la presencia consoladora y sostenedora de su Amigo
Omnipotente. Si el perseguidor le quita la vida, su alma ascenderá muy presta
al cielo. La tumba no puede separar su cuerpo del amor de su Salvador, que lo
levantará como cuerpo glorioso. Ninguna circunstancia externa puede separarlo
de su Señor. Mientras esté en la senda del deber, puede estar feliz en cualquier
situación por el ejercicio de la fe, la esperanza y la oración.
Dios es omnipresente, está en
todas partes. Debido a que es así, usted nunca se podrá apartar de su Espíritu.
Estas son buenas nuevas para los que conocen y aman a Dios pues no importa lo
que hagamos ni a dónde vayamos, nunca estaremos lejos de la presencia
consoladora de Dios ( Rom_8:35-39).
¿A dónde me iré...? Dios está presente en todo el universo. Observemos
qué bien el lenguaje encuadra con la revelación más completa del NT, donde está
el Espíritu de Dios, allí también está su presencia.
En los versículos 8 y 9 el salmista presenta una serie de contrastes para
mostrar lo infinito de la presencia de Dios: los cielos, el Seol, el alba (que
puede sugerir el oriente), el extremo del mar (que fue sinónimo al occidente).
No hay lugar en el universo donde uno podría escapar de la presencia de Dios,
ni en las galaxias, ni en las estrellas más lejanas, todo es parte del universo
que Dios creó y en el que señorea. Dios aún está a cargo del Seol; el infierno
no está gobernado por Satanás como algunos piensan.
En el versículo 10, la palabra asirá
“agarrar”, muestra el cuidado de Dios.
El salmista no quiere huir de la presencia de Dios; sabe que en cualquier
situación, aun la que parezca oscura, Dios lo “agarra”, lo sostiene y lo guía.
Dios quiere que nosotros tengamos esta misma confianza en él.
Las tinieblas me encubrirán (11). En
tal caso las tinieblas también se refieren a experiencias difíciles y oscuras.
A menudo pasamos por tales experiencias cuando parece que Dios está lejos o
ausente; pero el salmista asegura que allí también Dios está presente.
La noche resplandece como el día (12) nos hace pensar en
los nuevos inventos tecnológicos para poder ver en la oscuridad. ¡Pero a Dios
no le hacen falta! ¿Cómo ve Dios? ¿Cómo sabe todo? Es más allá de nuestra
comprensión.
3. Dios Soberano: me formó,
13-18
Los consejos de Dios acerca de
nosotros y de nuestro bienestar son profundos, tanto, que no pueden ser
conocidos. No podemos pensar cuántas misericordias hemos recibido de Él. Ayudaría
mantenernos en el temor del Señor todo el día si, cuando despertamos en la
mañana, nuestros primeros pensamientos fueran de Él; ¡y cuánto admiraremos y
bendeciremos a nuestro Dios por su preciosa salvación cuando despertemos en el
mundo de la gloria! -Ciertamente no debemos usar nuestros miembros y sentidos,
tan curiosamente diseñados, como instrumentos de injusticia para pecar. Pero
nuestra alma racional e inmortal es una obra y dádiva aun más noble de parte de
Dios. Pero si no fuera por sus preciosos pensamientos de amor para nosotros,
nuestra razón y nuestra vida por siempre resultarían ser, por nuestros pecados,
la ocasión de nuestra miseria eterna. ¡Entonces, cómo no deleitarnos en meditar
en el amor de Dios en Jesucristo hacia los pecadores, la suma de lo cual excede
todo conocimiento! -El pecado lo odian y lloran por los pecadores todos los que
temen al Señor. Pero mientras los alejamos de nosotros, debemos orar por ellos;
con Dios es posible la conversión y la salvación de ellos.
Como el Señor nos conoce tan
completamente, y nosotros somos extraños para nosotros mismos, debemos desear y
orar fervientemente ser escudriñados y probados por su palabra y su Espíritu.
Si hay un camino malo en mí, déjame verlo; y tú desarráigalo de mí. El camino
de la santidad agrada a Dios, y es provechoso para nosotros; y terminará en la
vida eterna. Es el antiguo buen camino. Todos los santos desean mantenerse y
ser guiados en este camino para no perderse, no salirse ni cansarse de él.
El carácter de Dios está dentro
de la creación de cada persona. Cuando creas que no vales nada o hasta comiences
a odiarte, recuerda que el Espíritu de Dios está listo y dispuesto a trabajar
en ti para hacer que tu carácter sea todo lo que Dios desea. Debemos tener
tanto respeto por nosotros mismos como lo tiene nuestro Hacedor.
Tú formaste mis entrañas (13). Así Dios conoce todos mis órganos y
cómo funcionan. Es nuestro Médico, nuestro Creador. Nos conoce desde antes de
nacer. Por eso hemos de dar gracias por la salud a Dios y alabarle. Alabamos a
Dios porque tanto sus obras pequeñas como las grandes son maravillosas.
En lo profundo de la tierra (15) está en paralelo
con en lo oculto del vientre, una comparación entre el seno de la madre
y el seno de la tierra de donde el ser humano tuvo su origen.
Si Dios aun toma interés en la
formación de nuestros huesos y
nuestro embrión nos sugiere dos
implicaciones: 1) debemos orar por las mujeres embarazadas, y 2) qué serio
delante de Dios debe ser la gran cantidad de abortos en nuestra sociedad.
En tu libro… escrito (16)
es un concepto a través de la Biblia. En el mundo antiguo, lo que era
importante para recordar fue puesto por escrito. Dios no olvida ningún detalle
de nuestra vida; todos están registrados (¿será un registro literal o en la
memoria de Dios?).
Los pensamientos de Dios a
favor de sus hijos son positivos y son muchos. El Salmo debe aumentar nuestra
fe y nuestro concepto de cuán grande es Dios.
Esto no es sólo un sueño; Despierto,
y aún estoy contigo (18), puede también señalar hacia la
resurrección.
4. Dios Santo: compromete mi
vida, 19-24
Los versículos 19-23 el salmista pide castigo o venganza sobre sus enemigos.
En esta sección encontramos el motivo del Salmo, que el salmista fue acusado
por sus enemigos y pide que Dios lo examine para comprobar que es inocente.
El odio que David sentía por
sus enemigos provenía de su celo por Dios. David veía a sus enemigos como
enemigos de Dios, así que su odio era un deseo por la justicia de Dios y no por
venganza personal. ¿Es bueno enojarse con alguien que odia a Dios? Sí, pero
debemos recordar que Dios es el que los enfrentará, no nosotros. Si en verdad
amamos a Dios, nos sentiremos profundamente heridos si alguien lo odia. David
pidió a Dios que examinara su corazón y prestara atención y señalara si existía
algún motivo malo que pudiera estar detrás de sus fuertes palabras. Pero si
bien buscamos justicia en contra del mal, también debemos orar para que los
enemigos de Dios se vuelvan a El antes que los juzgue (Mat_5:44). David pidió a Dios que examinara si
había un pecado en él y lo señalara hasta el punto de analizar sus
pensamientos. Esto es cirugía exploratoria de pecado. ¿Cómo reconoceremos el
pecado a menos de que Dios nos lo señale? Entonces, cuando Dios nos lo muestre,
podemos arrepentirnos y ser perdonados. Hagamos de este versículo nuestra
oración. Si le pedimos a Dios que analice nuestros pensamientos y nos revele el
pecado que hay en nuestra vida, andaremos por el "camino perfecto” de la
Palabra de Dios en la Biblia.
Porque contra ti urden planes
(20) y ¿Acaso no aborrezco,
oh Jehová, a los que te aborrecen...? (21) indican el
compromiso del salmista con el honor y la gloria de Dios. Se identifica con los
propósitos de Dios; de modo que aborrece el mal. Debemos recordar 1) que estamos
en una batalla; tenemos enemigos espirituales, y 2) en el NT debemos amar a las
personas. El salmista queda dentro del marco de la revelación del AT. Aunque
debemos amar a nuestros enemigos, debemos luchar contra el mal; debemos estar
comprometidos con los principios y propósitos que Dios ha revelado en su
Palabra. El salmista nos da un buen ejemplo de este compromiso.
Los
versículos que siguen son una joya bíblica, para deleitarse en el Amor de Dios:
Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón;
pruébame y conoce mis
pensamientos.
Ve si hay en mí camino de perversidad
y guíame por el camino eterno (Deu_139:23-24).
Ve si hay en mí camino de perversidad (24)
“camino de pesadumbre” o “camino dañino”. El salmista puede estar reclamando su
inocencia frente a una acusación. Pero, parece que la oración va más profunda.
Al pensar en el mal de los enemigos de Dios, el salmista reconoce su propia
vieja naturaleza. Aun en un siervo de Dios, como era el salmista, puede quedar
algo profundo que desagrada a Dios. La oración del salmista debe ser la nuestra
siempre: Examíname… y conoce
mis pensamientos… y guíame por el camino eterno. Este Salmo no
deja ningún lugar para la hipocresía; nos desafía a ser humildes, francos y
abiertos delante de Dios en todo momento. Aun cuando el falso testimonio nos
lleve a vivir momentos difíciles, descansemos en la Justicia de Dios, Él dará
el pago en su justa medida. Nosotros somos tan injusto qué podríamos dejarnos
dominar por nuestra vieja naturaleza que aún reside en nosotros y cegarnos
nuestra reacción. Cuando sea así, conviene recordar este Salmo, estos
versículos y dejar que fluyan desde nuestro espíritu, por el auxilio del Espíritu
Santo, y la mansedumbre nos lleve a deleitarnos en la Paz y el Gozo del Señor.
En la Sagrada Escritura se encuentran páginas
admirables y figuras grandiosas, que deben inspirarnos en nuestra vida de
creyentes. Son héroes verdaderos; no son hombres ni mujeres perfectos, ni
retratos idealizados; son hombres y mujeres de carne y hueso, sujetos a las
mismas pasiones y necesidades espirituales que nosotros, hombres y mujeres
creyentes del siglo XX.
Uno de estos héroes de la fe es
el profeta Elías, prototipo de nuestra vocación, con sus arriesgadas
experiencias y frecuentes cambios de ánimo, y su ejemplo es de gran importancia
para nosotros, que vivimos en un tiempo de profunda crisis vocacional y de
compromiso con nuestra fe.
Elías ha llegado al monte
Horeb. Amenazado de muerte por el rey y perseguido por la incredulidad de
Israel, Elías se esconde en una cueva y desea morir, desvanecidos los grandes
recuerdos de su sensacional victoria que obtuvo en la cumbre de otro monte, en
el Carmelo, sobre más de 400 profetas de Baal; el enfrentamiento con el rey
Acab; su oración en súplica de lluvia, y tantas otras experiencias poderosas.
Es aquí donde Elías se encuentra con Dios. Y es aquí donde Dios le hace dos
veces una pregunta penetrante: “¿Qué haces aquí, Elías?”
Entonces le habló Dios: “Sal
fuera y ponte sobre el monte en presencia del Señor.” Y sobrevino una fuerte tormenta
que desgarró los montes y cuarteó las peñas. Pero el Señor no estaba en la
tormenta. Tras la tormenta vino un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto.
Luego del terremoto cayeron rayos y fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego.
Después del fuego llegó el susurro de una suave brisa. Cuando Elías lo oyó
escondió su rostro bajo el manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva, y
el Señor le dijo: “Anda y vuélvete por el mismo camino… Yo me reservaré en
Israel siete mil varones, todas las rodillas que nunca se han doblado ante Baal
y todas las bocas que no lo han besado.”
Las contradicciones de la
sociedad en que vivimos tienden a crear dudas e inseguridad en los cristianos,
terribles inhibiciones en el servicio al Señor, pavorosas huidas al desierto,
agudizando la falta de objetivos concretos en la vida. ¿Dónde estamos nosotros?
¿Qué hacemos en nuestro particular monte Horeb?
¡Maranatha!
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