} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿QUIEN TIENE EL CONTROL? (9)

viernes, 4 de marzo de 2022

¿QUIEN TIENE EL CONTROL? (9)


 

Muchos designios hay en el corazón del hombre, Pero el propósito de YHVH es el que prevalece. (Proverbios 19:21)

Como los repartimientos de las aguas, Así el corazón del rey está en la mano de YHVH, A todo lo que quiere lo inclina. (Proverbios 21:1)

Si YHVH Sebaot lo ha determinado ¿Quién lo impedirá? Su mano extendida ¿quién la hará volver atrás? (Isaías 14:27)

Pues Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el actuar para agradarle. (Filipenses 2:13)

 

             Muchas personas dicen que el hombre tiene "libre albedrío”. Ellos dicen que podemos escoger por nosotros mismos el creer o no en el Señor Jesucristo. Nos dicen que tenemos en nosotros mismos la capacidad para aceptar o rechazar a Cristo. Pero la Biblia no enseña esto. Romanos 3:11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios, En el Salmo 14:2 YHVH miró desde los cielos sobre los hijos del hombre, Para ver si había algún entendido que buscara a ’Elohim.  Se representa a Dios mirando desde el cielo para ver, es decir, para investigar, si había alguien que lo entendiera o lo buscara. Esta circunstancia le da al pasaje no sólo una gran belleza poética, sino también una profunda solemnidad y espanto. Se representa a Dios, el que escudriña los corazones, investigando este mismo punto. Él mira hacia abajo desde el cielo con este mismo propósito, para averiguar si había algún justo. En el hebreo no se afirma, aunque se da a entender clara y firmemente, que no se halló ninguno de ellos. Ese hecho el apóstol “declara” en Romanos 3; 11. Si, como resultado de tal investigación, no se encontró ninguno; si Dios no especificó que existieran tales; entonces se deduce que no había ninguno. Porque nadie podía escapar a la atención de su ojo; y si lo hubiera habido, la benevolencia de su corazón lo habría llevado a registrarlo. Una disposición a no buscar a Dios, es decir, a descuidarlo y olvidarlo, es una de las pruebas más decididas de la depravación. Un hombre justo considera su mayor privilegio y honor conocer a Dios y comprender su voluntad. Un hombre puede entregarse a la maldad sólo si se olvida de Dios. Por lo tanto, una disposición a “no” buscar a Dios es prueba plena de depravación.  Es cierto que la Biblia dice que el que quiera, puede venir a Cristo, pero esto no significa que los hombres posean la capacidad de venir. De hecho la Biblia dice claramente que nadie tiene la capacidad para venir a Cristo. (Juan 6:44  Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo atrae, y Yo lo resucitaré en el día postrero. Juan 6; 65 Y decía: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí, si no le ha sido dado del Padre.).

Romanos 8:7 porque la manera de pensar de la carne es enemistad contra Dios, pues no se sujeta a la Ley de Dios, porque tampoco puede. Nos dice que nuestra naturaleza caída está en enemistad contra Dios. Juan 15:18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.  Dice que el mundo odia en forma natural a Dios. Lea estos versículos por sí mismo y vea que esto es bíblico. Está claro entonces, que la Biblia dice que nuestras voluntades no son realmente libres. No somos libres para elegir si vamos a recibir a Cristo como nuestro salvador o no. En realidad, lejos de ser libres o neutrales, nuestra voluntad es esclava de otras cosas. Pero, ¿qué es nuestra voluntad? La voluntad es la capacidad de escoger entre una cosa y otra, o entre varias alternativas. Pero algo siempre influye en la elección que nos hace decidir en favor de una o en contra de otra alternativa. Esto significa que nuestra voluntad es como una sierva de aquellas cosas que la influyen en su decisión. Por lo tanto, nuestra voluntad no puede ser libre. ¿Cuáles son las cosas que influyen en nuestra voluntad para que escoja entre una cosa u otra? Esto depende de qué tipo de personas seamos; es decir, 'depende de nuestra naturaleza y carácter. En algunas personas esta influencia pude ser la razón y en otras podría ser la conciencia o las emociones, o podría ser Satanás o el Espíritu Santo. Cualquiera de estas cosas que tenga más influencia sobre la persona es lo que en realidad controla su voluntad. Así pues, mientras que muchos dicen que es la voluntad del hombre lo que le -gobierna, la Biblia enseña que es su naturaleza interna la que le gobierna. La Biblia llama a esta naturaleza interior "el corazón". Es nuestro corazón (nuestra naturaleza interior) la que influencia nuestra voluntad. Por lo tanto, cuando alguien hace una elección, él hará lo que agrada a su corazón. Si un pecador tiene que escoger entre una vida de bondad y santidad y una vida de pecado y egoísmo, escogerá la vida de pecado. ¿Por qué? Porque eso es lo que agrada a su corazón. Su corazón (su "yo" interior) es pecaminoso. Recuerde, la voluntad del hombre (su capacidad de elegir) está controlada por su corazón pecaminoso. La Biblia enseña que nuestros corazones son por naturaleza pecaminosos y que por naturaleza odiamos a Dios. Debido a esto, nuestras voluntades se inclinan naturalmente hacia la maldad, ya que nuestras voluntades son controladas por nuestros corazones pecaminosos. Puesto que nunca somos forzados a pecar en contra de nuestra voluntad, hay un sentido en que podemos decir que nuestras voluntades son " libres". Como personas somos libres de hacer lo que nos gusta, pero porque somos pecadores, lo que nos gusta hacer es siempre pecar. Esto es semejante a un hombre que sostiene un libro en su mano y después lo deja caer. El libro es ahora libre, pero naturalmente cae al suelo. El hombre que lo soltó no lo ha forzado a caer al suelo; ahí cayó. Del mismo modo, nadie fuerza al pecador a pecar; él peca naturalmente porque su naturaleza pecaminosa controla su voluntad. El escoge pecar libre y deliberadamente, pero siempre escoge pecar porque su naturaleza es pecaminosa. El pecado ha afectado cada parte de la naturaleza del hombre, es decir: su mente, sus emociones y su voluntad. El hombre es totalmente depravado y esto no es difícil de probar. No tenemos que discutir acerca de la naturaleza pecaminosa del hombre, puesto que ninguna persona puede guardar las normas que se ha impuesto a sí misma. Tampoco puede hacer las cosas buenas que desea hacer, ni mucho menos 'hacer las cosas que agradan a Dios. Es por eso que la Escritura declara: " 10  como está escrito: No hay justo, ni aun uno, 11  No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios, 12  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno; 13  Sepulcro abierto es su garganta, Con sus lenguas engañaron, Veneno de áspides hay bajo sus labios, 14  Su boca está llena de maldición y de amargura; 15  Veloces son sus pies para derramar sangre; 16  Destrucción y miseria hay en sus caminos, 17  No conocieron camino de paz. 18  No hay temor de Dios delante de sus ojos. " Romamos. 3:10-18.) Esto muestra claramente que el hombre no es libre, sino que es controlado por el pecado y por Satanás. El pecado ha penetrado en cada parte de nuestra naturaleza humana. Por naturaleza no queremos hacer la voluntad de Dios y tampoco deseamos amarle. El pecado ha entrado en cada parte de nosotros, incluyendo nuestras voluntades. Nuestras voluntades no son libres. De igual manera como las otras partes de nuestro ser, la voluntad es gobernada por el pecado y está opuesta a Dios. Así que, no es correcto decir que el hombre es capaz de escoger amar y obedecer a Dios, porque en realidad la voluntad no desea obedecer a Dios en lo absoluto.

Tampoco es correcto decir que los hombres tienen que hacer" su parte" en la salvación de sí mismos.  Como ya referí en un estudio anterior, comprendí esto cuando encontré a mi padre terrenal fallecido. Por mucho que le hablaba no podía escucharme. Así nos ocurre a todos los seres humanos. Un hombre muerto no puede hacer nada para salvarse a sí mismo, y la Biblia nos dice que los hombres están muertos a causa de su desobediencia y pecado. Solamente Dios puede cambiar nuestra naturaleza pecaminosa de modo que lleguemos a amarle y obedecerle.

 Hemos aprendido que Dios tiene control de todas las cosas. Dios el Padre escogió salvar a ciertas personas de sus pecados. Jesucristo murió para salvarlos y el Espíritu Santo les da vida espiritual. En la salvación de su pueblo y en su control de todas las cosas. Veamos los siguientes versículos para confirmar esta verdad:

 Rom.8:7-8  porque la manera de pensar de la carne es enemistad contra Dios, pues no se sujeta a la Ley de Dios, porque tampoco puede. 8  Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios.

1 Cor.2:14 Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad, y no puede entenderlas porque se han de discernir espiritualmente

Juan.3:1-9 1  Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un magistrado de los judíos. 2  Éste vino a Él de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con Él. 3  Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4  Le dice Nicodemo: ¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5  Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de agua y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6  Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es. 7  No te maravilles de que te haya dicho: Os es necesario nacer de nuevo. 8  El espíritu sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo el que ha nacido del Espíritu. 9  Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?

Juan 6:44  Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo atrae, y Yo lo resucitaré en el día postrero.

Juan 6; 65 Y decía: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí, si no le ha sido dado del Padre

Juan.8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo el que practica el pecado es esclavo del pecado.

Juan 8; 44  Vosotros sois de vuestro padre, del diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer; él era homicida desde un principio y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla, pues es mentiroso y padre de ella.

Efesios 2:1¬10 1  En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, según el curso de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, del espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. 3  Entre ellos también vivimos todos nosotros en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás; 4  pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), 6  y juntamente con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo sentar en los celestiales, 7  para mostrar en los siglos venideros la inmensurable riqueza de su gracia, en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8  Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. 9  No por obras, para que nadie se gloríe; 10  porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Efesios 4:17-19  17  Esto pues digo y requiero en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en la futilidad de su mente, 18  teniendo el entendimiento entenebrecido, totalmente ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; 19  los cuales, después que llegaron a ser insensibles, se entregaron a sí mismos a la sensualidad, para practicar con avidez toda clase de impureza.

 Génesis .6:5 Vio entonces YHVH que la maldad del hombre se había multiplicado en la tierra, y que toda forma de pensamiento de su corazón era solamente el mal durante todo el día.

 Eclesiastés .9:3 Tal es el mal entre todo lo que ocurre debajo del sol, que haya una misma suerte para todos, y que el corazón de los hijos del hombre esté lleno de maldad, y que la locura anide en su corazón mientras viva, y después de esto … ¡a los muertos!

Jeremías.17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, Incurable, ¿quién lo conocerá?

 Isaías 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, Cada cual se apartó por su camino, Pero YHVH cargó en Él el pecado de todos nosotros

Isaías 64:6  Todos nosotros somos como cosa impura, Y nuestra justicia como trapo de menstruo. Todos nosotros nos marchitamos como hojas, Y la mano de nuestras iniquidades nos arrastra como el viento.

Job 14:4 ¿Quién hará limpio lo inmundo? ¡Nadie!

Jeremías.13:23 ¿Cambiará el etíope su piel, O sus manchas el leopardo? Así también vosotros, ¿podréis hacer lo bueno, Estando habituados a hacer lo malo?

 Dios obra de acuerdo con Su propósito determinado. Ninguna persona puede escoger si será salva o no, porque su voluntad es por naturaleza mala y no desea lo que es bueno. Es decir, si Dios nos dejara a todos a los deseos de nuestra propia naturaleza, entonces ninguno sería salvo sino todos perdidos. Solo Dios puede hacer que una persona desea ser salva de sus pecados. Muchas personas desean escapar de las consecuencias de sus pecados, pero nadie por naturaleza quiere dejar el pecado, ni ser salvo de su control y dominio. Es por lo tanto que la Biblia enseña que el arrepentimiento y la fe son dones que Dios concede sólo a sus elegidos. Podemos comprobarlo en los siguientes versículos:

Hechos 5:31 A éste exaltó Dios con su diestra como Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.  

Hechos 16:14  Y estaba escuchando cierta mujer de nombre Lidia, de la ciudad de Tiatira, negociante en telas de púrpura, temerosa de Dios. Y el Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a lo que decía Pablo

Filipenses l: 29  Porque a vosotros os ha sido concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en Él, sino que también padezcáis por Él,  

Filipenses 2: 13- 14 Porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14  Haced todo sin murmuraciones ni discusiones,

 Santiago 1:18  El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

1 Corintios .3:5  ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.

Romanos 12:3   Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

 

La fe que tenemos los cristianos se remonta a Dios como nuestro dador. Este acto, que Dios nos ha dado, será en sí mismo uno de los más eficaces promotores de la humildad y de los rectos sentimientos. La gente suele considerar los objetos de los que se enorgullecen como cosas de su propia creación, o como algo que depende de ellos mismos. Pero si se considera un objeto como un don de Dios, deja de excitar el orgullo y el sentimiento se transforma de inmediato en gratitud. El que considera a Dios como la fuente de todas las bendiciones, y sólo Él, será un hombre humilde. No debemos, por lo tanto, estar eufóricos en nuestra visión de nosotros mismos; no debemos juzgar nuestro propio carácter por la riqueza, el talento o el saber, sino por nuestro apego a Dios y por la influencia de la fe en nuestra mente.  

Dios nos juzgará en el día del juicio por nuestro apego a Cristo y su causa; y ese es el verdadero estándar por el cual estimarnos aquí en esta vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario