En
el estudio anterior consideramos la cuestión de la voluntad humana. Hemos visto
que la voluntad del hombre natural no es soberana ni tampoco libre, sino más
bien es la sierva de su naturaleza caída y del pecado. No es posible sostener
la doctrina bíblica de la depravación humana a menos que uno sostenga también
el concepto bíblico de la esclavitud de la voluntad humana. Hasta que sea
enseñado por Dios" el hombre natural negará que el pecado haya esclavizado
tanto su mente como sus emociones y su voluntad. El hombre caído se jacta 'de
su "libre albedrío", cuando en realidad está en servidumbre al pecado
y es llevado cautivo a la voluntad de Satanás. (2
Timoteo 2:26 y escapen del lazo del diablo, en
que están cautivos a voluntad de él.) Pero si la voluntad del hombre natural
no es libre, ¿significa entonces que no es responsable por sus hechos? ¿Acaso
Dios no puede inculparle por su orgullo, rebeldía e incredulidad? Las Escrituras hablan continuamente de la
corrupción moral y de la ruina espiritual del hombre. También declaran que
el hombre es incapaz de hacer el bien espiritual, pero esto no significa que
las Escrituras nieguen que sea responsable. Más bien, hablan continuamente de
sus deberes hacia Dios y hacia su prójimo y exigen una obediencia perfecta a
los mandamientos de Dios. Entonces, el
asunto más difícil es definir la relación entre la soberanía de Dios y la
responsabilidad humana. Muchos en su afán por mantener la verdad de la
responsabilidad humana, terminan negando de una u otra manera la soberanía de
Dios. Estas personas dicen que si Dios fuera a ejercer un control directo
sobre la voluntad humana, el hombre quedaría reducido a un títere. Por lo
tanto, afirman que Dios no puede hacer más que advertir y exhortar al hombre;
pues si Dios hiciera algo más directo, esto acabaría con la libertad humana.
Otros han caído en el error del fatalismo; es decir, tratan de usar la
soberanía de Dios para justificar su desobediencia y pecado, como si Dios
tuviera la culpa.
Podemos
resumir la enseñanza bíblica sobre este asunto con lo siguiente:
1.
Dios es enteramente soberano. en todo sentido, sobre todas las cosas, incluso
sobre la voluntad humana. Pero la soberanía de Dios no quita ni disminuye en
forma alguna la responsabilidad humana.
2.
Los hombres son completamente responsables; son responsables por sus hechos,
son responsables de obedecer, de creer, de hacer la voluntad de Dios, responsables por todo lo que hacen. Pero
en ningún sentido la responsabilidad humana quita o disminuye la soberanía de
Dios.
3.
No existe contradicción alguna entre estas dos verdades. Pablo en Romanos 9:11-24 da una
exposición de las dos cosas (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni
mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por
las obras sino por el que llama), 12 se
le dijo: El mayor servirá al menor. 13
Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. 14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en
Dios? En ninguna manera. 15 Pues a
Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me
compadeceré del que yo me compadezca.16
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que
tiene misericordia. 17 Porque la
Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi
poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.18 De manera que de quien quiere, tiene
misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. 19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa?
porque ¿quién ha resistido a su voluntad? 20
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá
el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el
barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su
ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, 23 y para
hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de
misericordia que él preparó de antemano para gloria, 24 a los cuales también ha llamado, esto es, a
nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?
El lector debería hacer un cuidadoso estudio
de los argumentos presentados por el apóstol en Romanos 9 en defensa de esta
verdad. También muchos otros versículos declaran juntamente estas dos verdades.
Por ejemplo Hech.2:23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole, Luc.22:22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está
determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!, Hech.4:24-28 24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la
voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo
y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; 25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los
pueblos piensan cosas vanas? 26 Se
reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el
Señor, y contra su Cristo. 27 Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían
antes determinado que sucediera. ,
Hech.13:45-48 45
Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían
lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con
denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase
primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos
de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. 47 Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles,
A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y
glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados
para vida eterna. y 2 Tesalonicenses 2:8-14
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con
el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que
se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso,
para que crean la mentira, 12 a fin de
que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia. 13 Pero
nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
14 a lo cual os llamó mediante nuestro
evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
En
este estudio de hoy, trataremos con las siguientes preguntas:
1.
¿Cómo puede Dios detener a algunos hombres de hacer lo que ellos quieren e
impulsar a otros a hacer lo que no quieren, y al mismo tiempo preservar su
responsabilidad? (Es decir, considerarlos responsables.)
2.
¿Cómo puede el pecador ser responsable de hacer lo que por naturaleza es
incapaz de hacer? ¿Cómo puede ser condenado por no hacer lo que es incapaz de
hacer?
3.
¿Cómo puede Dios decretar que los hombres hagan ciertos pecados y después
hacerlos responsables por cometerlos?
4. ¿Cómo puede el pecador ser responsable de
recibir a Cristo y ser responsable por rechazarlo, cuando Dios no le ha elegido
para ser salvo?
Primero,
¿Cómo puede Dios detener a algunos hombres de hacer lo que ellos quieren e
impulsar a otros a hacer lo que no quieren, y al mismo tiempo preservar su
responsabilidad? En Génesis 20:6 leemos:
" Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu
corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te
permití que la tocases. " Aquí tenemos un caso claro en
donde Dios detuvo a Abimelec de pecar, impidiendo que hiciera lo que de sí
mismo hubiera hecho. (Leyendo los capítulos 22 al 24 de Números [y 2 Crónicas 17:10 Y cayó el
pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de
Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat] como ejemplos cuando Dios detuvo el pecado.) Si Dios puede hacer esto, mucha gente se
pregunta, ¿Por qué entonces no detuvo a Adán de pecar? ¿Por qué no detuvo a Satanás?
O como lo expresan muchos en la actualidad, ¿Por qué permite que ocurra tanto
sufrimiento y maldad en el mundo? Algunos responden diciendo que Dios quiere
detenerlo pero no puede porque no puede violar el "libre albedrío"
humano sin reducir al hombre a un robot. Tal respuesta es absurda e indigna
de Dios. ¿Quién es el hombre para decir que el Todopoderoso Dios quiere pero no
puede hacerlo? La respuesta bíblica
apropiada es que tanto el pecado como la caída de Adán son usadas para
manifestar mejor la sabiduría y los buenos propósitos de Dios. Entre otras
cosas, el pecado provee ocasión para que
el amor y la superabundante gracia de Dios sean manifestados. ¿Cómo es posible que Dios detenga a los
hombres de pecar sin interferir con su libertad y con su responsabilidad? La
respuesta se encuentra en una comprensión de la siguiente pregunta: ¿En qué
consiste la verdadera libertad moral? La
respuesta es que la libertad moral consiste en la liberación de la esclavitud
del pecado. Esto es lo que Cristo expresó en Juan.
8:36, " Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres." Es decir, entre
más que uno sea librado del control del pecado será más libre. Los hombres
tienen una definición falsa de la libertad, porque creen que la libertad
consiste de ser libres para pecar. La Biblia afirma que el pecado no es
libertad sino esclavitud. Esto es lo que Cristo dijo en Juan.8:34: " Jesús
les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado,
esclavo es del pecado." El hombre natural supone que la
única libertad se encuentra en el hecho de no estar bajo ninguna autoridad, ni
bajo el control de nadie salvo uno mismo, cumpliendo los deseos de su propio
corazón. No obstante, este tipo de "libertad" en realidad resulta ser
la peor esclavitud y miseria posible. La Escritura nos dice que Dios no puede
ser tentado de los malos (Stg.1:14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido.), que
Dios no puede mentir, ni hacer injusticia. ¿Acaso significa que Dios no es
libre porque no puede hacer lo que es malo? Ciertamente no. Por lo tanto,
cuando Dios interviene y detiene a los pecadores, tampoco esto disminuye ni
quita su verdadera libertad. El hombre ya estaba en esclavitud y entonces Dios
no ha quitado nada al hombre, sino que ha aumentado su verdadera libertad.
Entre más que el hombre sea detenido de pecar y librado de la esclavitud del
pecado, más libertad tiene.
Segundo,
¿Cómo puede el pecador ser responsable de hacer lo que por naturaleza es
incapaz de hacer? ¿Cómo puede ser condenado por no hacer lo que es incapaz de
hacer? Algunos han concluido erróneamente que la caída del hombre y su
incapacidad espiritual ha terminado con su responsabilidad moral. Dicen que no
es posible que el hombre sea tanto incapaz como responsable; dicen que esto es
una contradicción. La Biblia responde que a pesar de su depravación y a
pesar de su incapacidad, el hombre es enteramente responsable: responsable
de obedecer el evangelio, responsable de arrepentirse y confiar en
Cristo, responsable de dejar sus ídolos y someterse a Dios.
El hecho de que Dios exija al hombre cosas que éste es incapaz de hacer es una
realidad; por ejemplo leemos en la Biblia, "amarás
a Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y de toda tu mente",
"sed vosotros perfectos como vuestro Padre en los
cielos es perfecto", "arrepentíos y
creed el evangelio". El hombre no regenerado es incapaz de hacer
todas estas cosas, pero esto no cambia su responsabilidad y deber de
hacerlas. Dios no puede exigir menos que la santidad y la justicia. Aunque el
hombre ha perdido su capacidad, esto no ha anulado ni acabado con su
obligación. Las siguientes ilustraciones servirán para confirmar este punto:
1.
Un borracho que atropella y mata a una persona al estar manejando su automóvil,
no es considerado inocente (o no responsable), aunque no era capaz de controlar
su vehículo.
2. El ladrón que es controlado por la
concupiscencia y la avaricia, no puede dejar de robar. Pero el hecho de que no
puede dejar de hacerlo no lo hace inocente (no le quita la responsabilidad).
3. La segunda carta de Pedro nos habla de
aquellos que tienen los ojos llenos de adulterio y no pueden dejar de
pecar". Pero esto no disminuye en manera alguna su culpa y su
responsabilidad.
4. El argumento propuesto por los homosexuales
en la actualidad es que son pervertidos por naturaleza y nacieron así. Por lo
tanto dicen que no es posible que dejen su pecado. Sin embargo en Romanos l: 26-28 26 Por esto Dios los
entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural
por el que es contra naturaleza, 27 y de
igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos
hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su
extravío. 28 Y como ellos no aprobaron
tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer
cosas que no convienen, dice que reciben en sí mismos la retribución
debida a su extravío.
5.
La excusa de aquellos que dicen: Así soy y no puedo cambiar, no sirve sino sólo
para condenarlos
6.
La persona que tiene una deuda la cual no le es posible pagar, la ley no la excusa
por este hecho de su responsabilidad de pagar. En una forma semejante, Dios no
ha perdido su derecho de exigir el pago aunque los hombres hayan perdido su
capacidad de pagar. La impotencia humana no cancela la obligación ni la
responsabilidad.
7. El hecho de que el corazón humano es
depravado, el hecho de que ame el pecado y no pueda dejarlo, no hace en ningún
modo que uno sea menos responsable de sus pecados no fuera así, entonces entre
más depravado y más endurecido que uno llegara a ser, menos responsabilidad
tendría. En tal caso, Dios no podría juzgar a nadie. Es simplemente un
argumento filosófico el que dice que la responsabilidad humana es limitada por
la incapacidad. Este argumento conduce a una absurda conclusión de que entre
más pecaminoso que uno fuera, menos responsabilidad tendría. El diablo es un
buen ejemplo de esto. Nadie duda de la depravación total del diablo. No hay
duda alguna de que aborrece a Dios, de que es incapaz de hacer el bien y aún
incapaz de arrepentirse. Pero ninguna de estas cosas le hace menos responsable;
por el contrario, aumentan su culpa y su condenación.
Ahora
es necesario hacer algunos comentarios sobre la naturaleza de la incapacidad
humana: 1. El hombre caído no sólo es incapaz de hacer el bien espiritual sino
también es culpable de su propia incapacidad.
2. El hombre es culpable porque ha continuado
en la misma rebelión de Adán. Este cayó voluntariamente y nosotros en él (Rom.5:12 Por tanto, como
el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.). Pero como
una raza, hemos continuado en su rebeldía hasta el día de hoy. Cada ser humano a
participado voluntariamente en la misma
rebelión de Adán. El hecho de que ninguna persona dejada a sí misma quiere
arrepentirse y volverse a Dios es la prueba de su rebelión.
3. Es necesario entender la distinción entre
la incapacidad física (natural) y la incapacidad moral (espiritual). Por
ejemplo, hay una diferencia entre la ceguera de Bartimeo y la ceguera de
aquellos que cierran sus ojos para no ver. Hay una diferencia entre los que son
sordos de nacimiento y aquellos que tapan sus oídos para no escuchar la verdad.
La capacidad natural (física) tiene que ver con las facultades que recibimos
como seres humanos, por ejemplo: la capacidad de pensar, de hablar, de ver, de
oír y sobre todo de escoger. Los hombres tienen mente y voluntad y la
capacidad de escoger lo que quieren. ¿Cuál es entonces, el problema? El
problema radica en sus deseos". Por naturaleza los hombres no tienen el
deseo de ser salvos; no quieren venir a Cristo. Esto es lo que Cristo señalaba
cuando decía, "ninguno puede venir a mí, si no fuere traído por el
Padre." Juan.6:44, Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y
yo le resucitaré en el día postrero. 65
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a
mí, si no le fuere dado del Padre. )
Cuando
la Biblia dice que los hombres no pueden venir, significa que la incapacidad es
espiritual y moral. No pueden porque no quieren.
Así lo dijo Cristo en Juan 5:40, "Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida."
Los hombres no pueden porque aborrecen a Dios y aman sus pecados (Jn.3:19-20 Y esta es la
condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas. 20
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz,
para que sus obras no sean reprendidas. Rom.8:5-8
Porque
los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del
Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu
es vida y paz. 7 Por cuanto los
designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley
de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que
viven según la carne no pueden agradar a Dios.).
Esta incapacidad es moral y espiritual y en ella se encuentra la raíz de la
depravación humana.
Tercero,
¿Cómo puede Dios decretar que los hombres hagan ciertos pecados y después
hacerlos responsables por cometerlo? Para contestar esta pregunta vamos a
considerar la traición y la crucifixión de Cristo. El Antiguo Testamento
profetizó que Cristo sería traicionado (Zacarías .11:12
Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario;
y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.). En Hechos 2:23 se
declara, "A éste (Jesús), entregado por
determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de
los inicuos, crucificándole;" Leemos que los hombres son inculpados
por aquello que fue predestinado por Dios. También Hechos.4:27-28
dice, "Porque verdaderamente se juntaron en
esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio
Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel, Para hacer lo que tu mano y
tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho." Fue el propósito de Dios que Cristo muriera
crucificado. Sin embargo, el propósito de los hombres al traicionar y
crucificar a Cristo no fue para obedecer a Dios, sino mas bien una
manifestación de su odio y rebeldía contra él. Judas mismo confesó sus malvadas
intenciones en Mateo 27:4, "Yo he pecado entregando la sangre inocente." Por
este motivo Judas fue condenado por Dios. La traición de Judas formó una parte
del plan eterno de Dios, pero esto no libró de su responsabilidad a Judas.
Cristo mismo afirmó este punto en Lucas 22:22 diciendo,
A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está
determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
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