Leyendo en Hebreos 4:12-16 podemos ver: 4:12 Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos;
y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.4:13 Y no hay cosa
creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.4:14 Por
tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo
de Dios, retengamos nuestra profesión.4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.4:16 Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro.
Jesús se identifica con nosotros cuando somos
tentados, pero también cuando somos probados. Él comprende la situación
por la que estamos pasando en esos momentos cuando la tentación arrecí,
cuando una delgada línea muy fina separa tu voluntad. El Señor Jesús
experimentó como hombre las tentaciones de Satanás. Por eso se encarnó en
hombre pensando en nosotros, para experimentar en su humanidad lo que nosotros
sentimos en tales momentos de tentación y prueba.
Martín Lutero dijo una frase célebre: no podemos
evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza pero si impedir que hagan su
nido en ella.
No podemos evitar que vengan las tentaciones a
nuestra vida pero sí que aniden en nuestro corazón. El Espíritu Santo nos va a
sostener a través del desierto de la vida, donde seremos tentados por nuestros
instintos y deseos, por el mundo y por Satanás mientras sigamos en este cuerpo
carnal, mientras no abandonemos esta morada temporal para ser transformados a
la imagen de Jesús. Ya seamos arrebatados o resucitados en su Segunda Venida
para subir a su encuentro en las nubes, anhelamos ese día, para vernos
liberados de nuestra naturaleza carnal que nos impide ser tan espirituales como
quisiéramos.
El objetivo de las tentaciones es que aprendamos a
confiar plenamente en Dios Padre en cualquiera de las situaciones que tengamos
que enfrentar. Porque la fe es confiar totalmente en Dios sin hacer preguntas y
obedecer.
En Santiago 1:12 RV1960 podemos leer: 1:12 Bienaventurado
el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá
la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. En
otras versiones la palabra bienaventurado es sustituida por: bendito,
bendecido, dichoso.Bendecido, bendito, dichoso va mucho más allá y es más
entendible fuera del mundo material.
En Mateo 24:4-14 tenemos una profecía que se está
cumpliendo:24:4
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os
engañe. 24:5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo; y a muchos engañarán. 24:6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os
turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.24:7 Porque se levantará
nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares.24:8 Y todo esto será principio de dolores. 24:9 Entonces os entregarán
a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa
de mi nombre.24:10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y
unos a otros se aborrecerán. 24:11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a
muchos; 24:12 y por haberse
multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 24:13 Mas el que persevere
hasta el fin, éste será salvo.24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Es decir, Dios nos bendice con la corona de la vida
cuando en los momentos de angustia, de tribulación que vendrán soportemos los
padecimientos, las burlas, las persecuciones, los oprobios e incluso la muerte
ante la tentación de negar nuestra fe; ante el dolor, blasfemar su nombre; ante
la presencia de la muerte seremos tentados para apostatar de la fe; cuando
nuestros hijos y seres queridos sean asesinados seremos tentados a renunciar a
seguir fieles a Cristo; ante la presión de las leyes gubernamentales,
desahucios y condenas por dar testimonio de Jesús...etc cuando hayamos
soportado nuestra corona será paz, gozo, alegría, serenidad, paciencia en medio
de un mundo hostil
En Hebreos 12:7 leemos 12:7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata
como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
En 1ª de Pedro 2:20-23 podemos
ver:2:20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo
soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es
aprobado delante de Dios.2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;2:22
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;2:23 quien cuando le
maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino
encomendaba la causa al que juzga justamente;
Aguantar en la tribulación, soportar la tentación,
la adversidad, la presión por ser cristianos. Fuimos llamados a sufrir a
soportar. Cada día aprendemos a decir no al pecado con el propósito de que con
el tiempo nos acostumbremos a soportar la presión de las tentaciones que cada
vez serán más fuertes conforme se acerca la Segunda Venida de Jesucristo.
Siempre aparecerá la tentación para que mintamos,
engañemos, veamos lo que no nos conviene, vallamos donde no debemos, oigamos lo
inapropiado, toquemos lo indecente, o gustemos lo prohibido. Nuestros sentidos
ya no son los de un niño, ya somos adultos. Seamos pues maduros en la fe por
medio del conocimiento y el entendimiento de la Palabra de Dios en la Biblia
para poder soportar lo que se avecina.
En 1ª Corintios 13:7 vemos que donde hay amor: 13:7 Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Perdonando de todo corazón a los que nos han hecho
algún mal, a todos los que nos han dañado de una manera u otra; pidiendo por
ellos, orando por ellos conseguimos liberarnos de la amargura que impedía
librar al corazón de esa raíz tan dañina, que impedía avanzar hacia una
comunión y relación personal con El Señor Jesús.
Perdonar es un proceso donde el orgullo muere, el
egoísmo desaparece y el pasado nunca más herirá la conciencia como un gusano.
Es un acto que si es genuino produce una paz en el alma difícil de explicar con
palabras. Es como una jaqueca persistente, crónica que cuando se instala es una
carga pesada de llevar. Cuando desaparece y se ha curado el alivio experimentado
devuelve la alegría por vivir. Así, de un modo similar es perdonar, es respirar
aliviado, sin la opresión constante de que algo impide vivir.
En Mateo 4... Jesús, soportó todas las
tentaciones por nosotros para que se pudiera cumplir la obra de Salvación,
y como hombre lo soportó todo.
En aquellos momentos de soledad, en medio de la
incredulidad de su pueblo, aparece el tentador.
Si Jesús hubiera, como hombre, usado su poder
divino para convertir las piedras en pan, arrojarse desde el pináculo del
templo en medio de una gran expectación de las gentes y frenar su caída,
levitando o por ayuda de ángeles, si se hubiera hecho un pacto con el mundo,
nuestra salvación se habría esfumado.
En el Salmo 2:8 podemos ver que Cristo es el dueño
de todo aquello que Satanás le ofrecía si le adoraba2:8 Pídeme, y te daré por herencia las
naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.
Cuando Jesús dijo en la cruz: “Consumado es” había cumplido el propósito de Dios en
todo, no faltaba nada por hacer, la obra redentora de la Justificación y la
Salvación por Jesucristo había finalizado.
Para finalizar, basta decir que sólo entiendo una
forma de vivir la vida cristiana: soportando las tentaciones y adversidades
confiando siempre en Dios Padre y obedeciendo sin rechistar lo que su Palabra
en la Biblia me ordena.
Sé que mis caídas y pecados pasados mi Señor Jesús
me ha perdonado. Pero sabiendo lo que ocurre cuando caemos, pensemos antes de
ceder, en las consecuencias que vendrán.
Dios y Padre Soberano, Justo y Verdadero, en el
nombre de mi Señor y Salvador Jesucristo te pido fortaleza para todos los
hermanos en la fe, para que puedan soportar la tentación de renunciar y
apostatar de la fe en tu nombre en medio de las persecuciones, prisiones y
martirios; para que se mantengan firmes y sean testigos fieles, consuélalos con
Tu Presencia y Protección.
Señor, ayúdanos en los momentos difíciles que cada
uno de tus hijos vayamos a pasar en el futuro para soportar las adversidades y
ser dignos de ser llamados a tu presencia para adorarte y glorificar tu Santo
nombre por toda la eternidad. Amén.
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