} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA CREACIÓN II

sábado, 28 de junio de 2014

LA CREACIÓN II




  Cuando leemos de que "la tierra estaba desordenada y vacía", nos pinta el entorno para la narración de la creación que aparece a continuación. Durante el segundo y tercer días de la creación, Dios dio forma al universo; durante los tres días siguientes, Dios llenó la tierra con seres vivientes. "Las tinieblas sobre la faz del abismo", se disiparon el primer día cuando Dios creó la luz.

  La imagen del Espíritu de Dios que se movía sobre la faz de las aguas es similar a un gallina que protege a sus polluelos ( Deut_32:11-12  Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos,  Extiende sus alas, los toma,  Los lleva sobre sus plumas,  Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño).
El Espíritu de Dios estaba activamente involucrado en la creación del mundo ( Job_33:4;  El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida).

Su cuidado y protección siguen estando activos.

  Creó, bara viene del hebreo (בָּרָא  bara raíz primaria; (absolutamente) crear. Formar, hacer, producir, crear. Originalmente este verbo encerraba la idea de «tallar» Por lo tanto, baraes la palabra apropiada para describir tanto el proceso de crear algo de la nada como el de moldear lo existente para crear algo nuevo, tal cual hizo Dios al crear al hombre  del polvo de la tierra. Dios es siempre el sujeto del verbo baraen su forma común; el crear es, por lo tanto, un atributo divino.
 
   ;Dijo Dios ;: Esta frase, confirmada por la frase complementaria ;Y fue así ;  pone de relieve el poder creador de la palabra de Dios. La orden divina se cumple en forma inmediata, y el efecto producido coincide con el pensamiento y la voluntad del Creador (Salm 33.6-9 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos.  Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.)
 (Salm 148.5 Alaben el nombre de Jehová; Porque él mandó, y fueron creados.)

(Isaias 48.13; Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente)

 (Isaias 55.10-11; Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.)

(Hebr 11.3; Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.)



En el principio creó Dios:
La Biblia en Génesis nos enseña aquí de las consecuencias del primer acto creador de Dios: la tierra estaba desordenada (carente del orden que reinaría en ella cuando se completara el mandato de Dios) y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo (una referencia a la ausencia del orden y la belleza que aparecerían dentro de seis días). Ambas enseñanzas revelan que la creación constituyó un reflejo del proceso normal utilizado por Dios para introducir el orden en el caos. El abismo es el océano primitivo que se hallaba bajo la tierra   Se movía sugiere algo que no permanece permanente. El Espíritu Santo es el «brazo ejecutivo» de la Trinidad, por lo que se mantenía activo mientras Dios pronunciaba cada una de sus palabras.
La palabra hebrea traducida por espíritu puede significar también viento, soplo o aliento.
 La parte final de este versículo puede significar un fuerte viento iba y venía sobre las aguas.

Cabe la posibilidad de que la creación inicial haya sido alterada (posiblemente a causa de la caída de Lucifer),  es mi humilde opinión nada más.

Las tinieblas... sobre la faz del abismo: Otra posible traducción: Todo era un mar profundo cubierto de oscuridad. Según una idea muy difundida entre los pueblos del antiguo Oriente, antes de la creación solo había un caos de tinieblas que lo cubrían todo como aguas amenazantes (Salm 104.6-9 Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. A tu reprensión huyeron;  Al sonido de tu trueno se apresuraron;
Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste. Les pusiste término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra. )
 Por lo tanto, una de las primeras acciones del Creador consistió en separar las aguas de arriba y las de abajo, poniendo como línea divisoria la expansión o bóveda celeste. De este caos primitivo se formaron los mares, tanto los que están sobre la superficie de la tierra como los que están debajo de ella. (Salm 18.15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová,
Por el soplo del aliento de tu nariz.)
Y en (Salm 24.2. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.)
  
El primer mandato divino da inicio al proceso de transformar el caos. Dijo Dios se repetirá   como medio de hacer surgir el orden y la vida.  La luz alude al efecto luminoso en general, porque los cuerpos celestes son creados en el cuarto día.

  Dios, el hacedor de pactos. Desde el principio, Dios se revela como autor de pactos. Jeremías se refirió a esa actividad de Dios en la creación (Jer_33:20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo), al hablar del «pacto con el día y la noche». Así se destaca el inalterable carácter de la naturaleza divina y representa su relación con lo creado como una unión inmutable bajo el soberano gobierno de Dios. ( Gen_8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.)  

¿Cuánto tiempo le tomó a Dios crear el mundo? Hay dos puntos de vista respecto de los días de la creación: cada día fue un período literal de veinticuatro horas; cada día representa un período indefinido (hasta millones de años). Para los hebreos cada nuevo día comenzaba con el crepúsculo. Esta forma de calcular el tiempo, junto con el recuento de los días y el descanso sabatino en el séptimo día, muestra que el autor ve la creación como algo que ocurre en el transcurso de seis períodos consecutivos de 24 horas, seguido de un séptimo período de descanso divino.

  El relato bíblico distribuye las acciones creadoras de Dios en el marco de una semana, con seis días de trabajo y uno de descanso. En esos seis días están repartidas ocho obras: Las cuatro primeras consisten en separar y delimitar las zonas o regiones que configuran el mundo visible; las cuatro restantes están destinadas a poblar esas regiones con seres dotados de movimiento.
La Biblia no aclara cuál teoría es la correcta. Pero la pregunta real no es cuánto tiempo le tomó a Dios, sino cómo lo hizo. Dios creó al mundo de una manera ordenada (no creó las plantas antes que la luz); y creó al hombre y a la mujer como seres singulares capaces de comunicarse con El. Ninguna otra parte de la creación puede reclamar ese maravilloso privilegio. El punto importante no es cuánto tiempo le tomó a Dios crear el mundo, ya sean unos pocos días o unos pocos miles de millones de años, sino que lo creó tal cual quiso hacerlo.  
Este relato de la creación insiste en afirmar que la obra realizada por Dios es buena   El adjetivo bueno en el AT tiene varios significados, que comprenden desde lo moralmente correcto hasta lo bello, agradable y útil. En este pasaje se afirma que todo lo que existe es bueno, porque procede de Dios y corresponde a su propósito. Esta idea está en abierto contraste con los mitos paganos que hablan de un mundo creado por dioses caprichosos, o de un universo que existe sin propósito alguno o tiene incluso un carácter maligno.

  Dios vio que su obra era buena. En ocasiones, la gente se siente culpable por pasar un rato agradable o por sentirse bien por un logro. Esto no debe ser así. Así como Dios estaba complacido con su obra, podemos estar complacidos con las nuestras. Sin embargo, no podemos estar complacidos con nuestra obra si Dios no lo está también.

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