La Palabra de Dios en
la Biblia, versión Reina Valera de 1960, nos dice en Hechos 4:13:
Hechos 4:13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de
Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y
les reconocían que habían estado con Jesús.
Y en 1ª Corintios 3:11:
1Cor. 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesucristo.
La fe que salva, fe salvífica,
es la total confianza del hombre en Jesucristo, es poner todos los sentidos en
una entera y llana confianza en la Palabra de Dios.
En el A.T tenemos
multitud de ejemplos de hombres con fe. Pero el que más me llama la atención es
el ejemplo de Abraham.
Gen 15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
En
ocasiones de gran importancia, cuando dos o más personas se unen en un
compromiso, u observan exactamente los mismos ritos que observó Abram, o si no,
invocan la lámpara como su testigo. Según estas ideas, que desde tiempo
inmemorial están grabadas en la mente del pueblo oriental, el Señor mismo
condescendió en entrar en un pacto con Abram. No hubo sacrificio de por medio,
y el motivo fue que en esta transacción él no se obligó a nada. El pidió una
señal, y Dios tuvo placer en dársela, por la cual, según las ideas orientales,
sí quedaba obligado. De la misma manera Dios ha entrado en un pacto con
nosotros; y en la gloria de su Hijo unigénito, quien se interpuso entre Dios y
nosotros, todos los que creemos, como Abraham, tenemos una señal y garantía en
el don del Espíritu, por el cual sabemos que heredaremos la Canaán celestial.
En
el N.T esta esperanza y confianza se aclara y completa cuando se declara que la
ÚNICA FE VERDADERA está siempre, aunque en distintas maneras, vinculada a
Cristo. La fe se basa sobre Jesús y se relaciona directamente con la persona de
Cristo. La fe se basa en el significado de un hecho histórico.
Hechos 17:3 declarando y exponiendo por medio de
las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo.
Es más que el acto de
creer. Santg. 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan.
Es la participación en
la vida de Jesús. 1Jn 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Es el resultado del
impacto de la gracia de Dios en nuestras vidas, trastocandolas, cambiándolas, modificando
su rumbo para siempre. “Dios nos amó”, este es el punto de salida desde el cual,
tu y yo cuando creímos, comenzamos el desarrollo de una nueva experiencia.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Pero más que una
decisión momentánea, la fe produce un nuevo modo de vivir la vida en un clima
espiritual. No te agrada todo aquello por lo que antes vivías; tu deleite es
obedecer la sana doctrina.
Rom 11:20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en
pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
La fe, creer, es
indispensable para la Justificación; Cristo inmolado en la cruz, efectuó la
Salvación para perdónar los pecados de todos los que quieran aceptarle como Señor y Salvador. El hombre
debe de creer por fe el significado de aquel
acontecimiento histórico. No puede esperar a entender y comprender aquello
para tener fe. No, el orden en este caso si es importante. Primero es la fe,
creer; que se produce de forma instantánea por el oír la Palabra de Dios; lleva
al reconocimiento de los pecados, al dolor y arrepentimiento de haber pecado;
la conversión, el nuevo nacimiento, el perdón de los pecados, la justificación
y la aceptación como hijos por el Espíritu Santo. Siendo sellados, a través del
Espíritu Santo, como propiedad de Dios para vida eterna. Ya la muerte ha sido
derrotada. Nuestra carne, nuestro
cascarón, con los años se deteriora y tendrá que morir. Entonces
comenzará nuestra verdadera vida. Ojalá no lleguemos a pasar por la muerte,
anhelamos y esperamos la Segunda Venida de Jesucristo para recoger a su
Iglesia; pero sea que seamos transformados, o resucitados, a través de la fe en
Jesucristo recibimos la vida eterna.
El acto fundamental del
amor de Dios espera una respuesta del creyente, de aquellos que escuchan el
Verdadero Evangelio de Jesús; la fe es esa respuesta. Por nuestra fe somos
Justificados.
Rom 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Galat. 2:16 sabiendo que el hombre no es
justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros
también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y
no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será
justificado.
Pablo insistió
en que la justificación se logra sólo por medio de la fe en Cristo Jesús
y que la ley no puede justificar a nadie. “Las obras de la ley” son aquellas
que tienen la ley por objeto, es decir, aquellas que se efectúan para cumplir
la ley. “Sino sólo (de ninguna otra manera) por
la fe en Jesucristo”, como el medio e instrumento de la justificación.
Si las leyes
judías no pueden salvarnos ¿por qué debemos seguir obedeciendo los Diez
Mandamientos y las otras leyes del Antiguo Testamento? Pablo no decía que las
leyes eran malas, en otra carta que escribió manifestó: "La ley a la
verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom_7:12). En cambio,
decía que por medio de la ley nunca podremos ser aceptables delante de Dios. La
ley aún juega un papel importante en la vida de un cristiano. La ley: nos
protege del pecado dándonos normas para nuestra conducta; nos
convence de pecado, dándonos la oportunidad de pedir el perdón de Dios; nos
lleva a confiar en la suficiencia de Cristo porque nosotros nunca podremos
cumplir los Diez Mandamientos a la perfección. Por la ley es imposible
salvarnos, pero después de que llegamos a ser cristianos, la ley puede ser una
valiosa guía para vivir como Dios requiere.
Al estudiar el
Antiguo Testamento, Pablo se percató de que no podía obtener salvación por
medio de la obediencia a las leyes de Dios. Los profetas sabían que el plan de
salvación no estaba basado en el cumplimiento de la ley. Porque nosotros
podemos ser infectados por el pecado, no podemos cumplir las leyes de Dios
perfectamente. Afortunadamente, Dios ha provisto un camino de salvación que
depende de Jesucristo, no de nuestros propios esfuerzos. Aunque conocemos esta
verdad, debemos guardarnos de la tentación de usar el servicio, las buenas
obras, las dádivas o cualquier otro esfuerzo como un sustituto de la fe.
Galat 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
¿Cómo hemos sido
crucificados con Cristo? Legalmente, Dios nos ve como si hubiésemos
muerto con Cristo, porque nuestros pecados murieron con El, ya no estamos más
condenados (Col_2:13-15). En cuanto a la
relación, hemos llegado a ser uno con Cristo y sus experiencias son
nuestras. Nuestra vida cristiana empieza cuando, en unidad con El, morimos a la
vida vieja ( Rom_6:5-11). En
nuestra vida diaria, en repetidas ocasiones hemos tenido
que crucificar nuestros deseos pecaminosos que han tratado de impedir que
sigamos a Cristo. Esta también es una forma de morir con El
(Lucas_9:23-25).
Aunque
el enfoque del cristianismo no es la muerte sino la vida. Porque hemos sido crucificados
con Cristo, también hemos resucitado con El. Legalmente, hemos sido reconciliados
con Dios y somos libres para poder
crecer a la semejanza de Cristo. Y en nuestra vida diaria, al continuar
con nuestra batalla contra el pecado, el poder de la resurrección de Cristo
está disponible
Efes. 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Efes. 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su
diestra en los lugares celestiales,
No estamos solos, Cristo vive en nosotros,
esta es nuestra razón para vivir y nuestra esperanza para el futuro (Col 1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer
las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en
vosotros, la esperanza de gloria). Él también llamó al
plan de Dios "misterio que había estado oculto desde los siglos y
edades", no en el sentido de que solo algunos podrían entenderlo sino
porque quedó oculto hasta la venida de Cristo. A través de Cristo fue dado a
conocer a todos. El plan secreto de Dios es: "Cristo en vosotros la
esperanza de gloria".
Dios planeó
tener a su Hijo, Jesucristo, viviendo en los corazones de todos los que
creyeran en El, tanto a los gentiles como a los colosenses.
¿Conoce usted a Cristo? El no se esconde si usted lo busca.
¿Conoce usted a Cristo? El no se esconde si usted lo busca.
Los creyentes de hoy todavía estámos en peligro
de actuar como si Cristo hubiera muerto en vano. ¿Cómo? Al reemplazar el
legalismo judío por sus propias marcas de legalismo cristiano, le estamos dando a
la gente leyes extras para obedecer. Al creer que ellos pueden ganar la
aceptación de Dios por medio de lo que hacen, no confían plenamente en la obra
de Cristo en la cruz. Al tratar de apropiarse el poder de Dios para cambiarse a
sí mismos, no confían en el poder de Dios para salvarlos
(justificación). Si pudiéramos salvarnos por ser buenos, entonces no habría
sido necesaria la muerte de Cristo. Pero la cruz es el único camino para la
salvación.
Cristo es el
autor y consumador de la fe (Hebreos
12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la
fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios) y
obra fe en nosotros por el Espíritu Santo.
El Espíritu vivifica a la persona que es justificada por la fe. La vida cristiana implica trabajo arduo. Requiere poner a un lado todo lo que ponga en peligro nuestra relación con Dios, correr con paciencia y hacer frente al pecado en el poder del Espíritu Santo. Para vivir con eficiencia esta vida, debemos fijar nuestros ojos en Cristo. Titubearemos si apartamos la mirada de Él y si nos miramos a nosotros mismos o contemplamos las circunstancias que nos rodean. Debemos correr para participar en la carrera de Cristo, no en la nuestra, y siempre debemos fijar nuestra mirada en El.
El Espíritu vivifica a la persona que es justificada por la fe. La vida cristiana implica trabajo arduo. Requiere poner a un lado todo lo que ponga en peligro nuestra relación con Dios, correr con paciencia y hacer frente al pecado en el poder del Espíritu Santo. Para vivir con eficiencia esta vida, debemos fijar nuestros ojos en Cristo. Titubearemos si apartamos la mirada de Él y si nos miramos a nosotros mismos o contemplamos las circunstancias que nos rodean. Debemos correr para participar en la carrera de Cristo, no en la nuestra, y siempre debemos fijar nuestra mirada en El.
Cuando enfrentamos dificultades y desaliento,
es muy fácil perder la perspectiva global. Pero no estamos solos; hay ayuda.
Muchos han logrado vencer a lo largo de la vida y en forma constante y en
circunstancias mucho más difíciles de las que estamos experimentando. El
sufrimiento es el campo de adiestramiento para alcanzar la madurez cristiana.
Desarrolla nuestra paciencia y convierte en agradable nuestra victoria final.
Características de un evangelio falso
Trata la muerte
de Cristo sin darle importancia o no se menciona, ni el arrepentimiento, ni la
conversión etc.
Dice que deben obedecer la ley a fin de ser
salvos
Trata de ganar el favor de Dios al cumplir
con ciertos ritos
Confía en que al guardar las leyes se
borrarán sus pecados
Características de un evangelio verdadero
Enseña que la
fuente del evangelio es Dios
Sabe que la vida
se obtiene por medio de la muerte, confiamos en el Dios que nos ama y murió, de
manera que podamos morir para el pecado y vivir para Él.
Explica que
todos los creyentes tienen al Espíritu Santo por la fe.
Declara que no
podemos ser salvos por guardar la Ley; el único camino de salvación es por la
fe en Cristo, la que está a disposición de todos.
Dice que todos
los creyentes son uno en Cristo, de modo que no hay posibilidad de
discriminación.
Proclama que
somos libres del dominio del pecado y que el poder del Espíritu Santo nos llena
y guía
Mi
único interés es hablar de la Palabra de Dios. Trato de expresarme lo mejor
posible, dentro de mis capacidades, para que la lectura de todos los temas
tratados sea fácil de entender a través de un lenguaje sencillo. Le doy gracias
a Dios por su compañía, llevándome de la mano y animándome a seguir
escribiendo. Su Palabra me deja con hambre; hambre de un mayor conocimiento espiritual de la sana doctrina; sed de seguir bebiendo de las aguas limpias del Evangelio de Jesucristo, un manatial limpio, puro e inagotable.Cuanto más bebes más sed produce del conocimiento de la Palabra de Dios en la Biblia, para obediencia y, en mis imperfeciones, intentar asemejar mi carácter al de Cristo.
A todas
aquellas personas que han leído hasta aquí, deseo que les haya sido de
provecho; y si hay algo que pueda dar
lugar a confusión, por favor, les agradecería me corrigieran.
Concluyo con este lema, que he leido: "En lo esencial, unidad; en lo secundario, libertad; en todo, caridad"
Concluyo con este lema, que he leido: "En lo esencial, unidad; en lo secundario, libertad; en todo, caridad"
Leidos sus temas, me parece repetitivo hasta el cansancio, sentrado en la cruz; demasiado legalista y doctrinal. Necesita una apertura mental hacia otras corrientes en el cristianismo actual para continuar con el avivamiento más espectacular en la iglesia de los últimos siglos.
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