} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL VERDADERO EVANGELIO DE JESÚS (2)

miércoles, 4 de junio de 2014

EL VERDADERO EVANGELIO DE JESÚS (2)


En la Palabra de Dios en la Biblia, podemos leer en Lucas 9:57-62: 57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Cuando hemos “nacido de nuevo” dentro de nosotros, el Espíritu Santo con el que fuimos sellados, nos inicia a seguir a Jesús. Para poder seguirle tenemos que renunciar a nuestra vida anterior de la cual fuimos liberados por Cristo. Debemos pagar un precio, no para salvarnos, ya lo somos por fe, no por obras que podamos hacer. Me refiero a que, comenzar a caminar cuesta porque debemos dejar a un lado nuestros planes, nuestros compromisos, nuestro orgullo. Requiere renunciar a lo que el mundo ofrece, a todas las posibilidades de triunfo que te puedan desviar del rumbo de Jesús. 

No es cómodo y nada fácil al principio. Los tropiezos en las mismas cosas que quieres dejar atrás a veces te pueden dejar anclado, sin avanzar, temiendo tropezar de nuevo. Pero muchas veces ocurren por volver la vista para mirar lo que hemos dejado y el camino andado. Cuando perdemos de vista a Jesús, debemos cambiar el rumbo. Tenemos una brújula, la Palabra de Dios, que nos orienta de forma exacta para no perderlo de vista.

Jesús vino al mundo para perdonarnos nuestros pecados, para salvarnos de la condenación del infierno.
Haber creído en Jesús va a producir cambios en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestro entorno social y laboral. A veces puede producir que como consecuencia, tu familia que estaba destrozada comience a recibir la Palabra y se opere un cambio en sus vidas. El cambio en tu vida va servir para que los que te rodean se den cuenta que algo te ha pasado. Querrán saber y es entonces cuando sabrás a quien tienes enfrente.

Lo más común es que te rechacen, te llamen santurrón, loco, chiflado o qué sé yo. En tu propia familia verás cómo se rebelan contra ese cambio, prohibiéndote hablar de la Biblia. Así ha sido en mi caso. En tu trabajo verás cómo se burlarán, habrá quién su jefe le haga la vida imposible y eso sí “tus amigos” dejarán de hablarte; tus vecinos te calumniarán con falsas acusaciones; tu negocio será el siguiente objetivo, del espíritu del mundo.
Predicar un evangelio sin la cruz, es mentir. Decir que todo va a ir de color de rosa, que todo será como un cuento de hadas, que todo el mundo te imitará es pervertir el verdadero evangelio. Este es el evangelio descafeinado y mentiroso que hoy se predica en gran parte de esas macro iglesias que vemos por internet o televisiones supuestamente cristianas. El evangelio de la prosperidad.

Seguir el Evangelio verdadero de Jesús, es la forma más rápida de perder amigos, familia e incluso trabajo y negocio. Ten celo y obedece la Palabra de Dios y te van a decir muchas cosas nada bonitas, pues con tu ejemplo descubrirás donde cojean. Te llamarán fanático, legalista y te rechazarán.

En Juan 15:19-20 podemos comprobar lo que Jesús anunció nos ocurriría:19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. 20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. 

El Evangelio ha cambiado tu vida, ahora es íntegra, te odiarán porque ahora la suya se pone al descubierto. Continuando en Juan 3:16-21:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

El Verdadero Evangelio de Jesús es luz. Cuando ha iluminado tu vida, los perros rabiosos del mundo que están en tinieblas, no soportan la luz y te atacan para morder y hacer daño de algún modo. Los que aman a Dios, aceptan la luz del Evangelio de Jesús, que descubre su estado de pecado llegando a descubrir incluso lo más oscuro de sí mismos para que la luz los ilumine y no quede nada en tinieblas.
Todo aquel que no acepta el Evangelio de Jesús, no quiere salir de las tinieblas, la luz le hace daño, le enseña como es realmente y no le gusta ser descubierto. Por eso va en pos de otros evangelios falsos, mas cariñosos, con mejor onda, donde no le prohíban llevar doble vida. Donde pueda seguir siendo hipócrita. Donde pueda seguir con sus pecados veniales, sus medias verdades. Busca un evangelio donde todo es permitido si das una buena ofrenda; donde las alabanzas son de cantantes de primera fila, cristianos que cobran su buena entrada. Desea seguir en el mundo en medio de las tinieblas para no ser visto.

Continuando en Juan 6:60: Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?  

Quién no acepta el Evangelio de Jesús, no puede entender su mente está velada.

 El verdadero Evangelio ofende porque está en contra de lo que sale del corazón del hombre, de las intenciones, de los ídolos ocultos, por eso muchos lo rechazan, no les gusta oír la verdad. Es más fácil escuchar la mentira, que entra suave como un veneno que mata; que escuchar la verdad que descubre, duele, pero que sana y limpia para vida eterna. Tenemos libertad para escuchar el evangelio que mata, o para escuchar el Evangelio que salva. Seguir a Jesús es aceptar un compromiso, como cuando contrajiste matrimonio. Te comprometiste con tu esposa para serle fiel, amarla y cuidarla. 
Pues con Jesús el compromiso es de mayor calado pero debes ser fiel y amarlo.

Siguiendo con Juan 8:31-32 dice: 31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 

Permanecer en la Palabra de Dios, en el verdadero Evangelio de Jesús, te examina cada día para negarte a ti mismo, perdiendo es como ganamos, muriendo es como nacemos. La verdad del Evangelio nos libera, del orgullo, de la amargura, de las preocupaciones,  para experimentar una paz, un gozo y una seguridad que el mundo no puede entender. 
La Palabra de Dios permanece para siempre. Su mensaje, el mensaje del Evangelio está tan fresco como el primer día. El Verdadero Evangelio de Jesús habla la verdad, es la Verdad.

En Mateo 7:13-14:13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

El Verdadero Evangelio de Jesús, te dice: ¡Abrázate de la Cruz, no la sueltes! La Cruz, es muerte, es negación de uno mismo, es la única forma de vivir. Cuando lleguen los envites del mundo, abrázate más a ella, no te sueltes de Jesús, cueste lo que cueste. Cuando Jesús te pida que te despojes de algo en el camino, hazlo; seguirle será más llevadero sin esa carga que te impedía avanzar.
A través del Evangelio de Jesús puedes atravesar su puerta. Jesús es la puerta. Jesús dice: Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida.

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