} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA CREACIÓN III

sábado, 28 de junio de 2014

LA CREACIÓN III



  ¿Por qué Dios empleó la forma plural cuando dijo "Hagamos al hombre a nuestra imagen"? Creo que está haciendo referencia a la Trinidad -Dios, el Padre; Jesucristo, su Hijo; y el Espíritu Santo- todos los cuales son Dios.  
 En  Job_33:4 El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.
Y en Salm_104:30   Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.
 
Sabemos que el Espíritu de Dios estaba presente en la creación.

 En Col_1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él
Sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, estaba trabajando en la creación. Dios estaba hablando no sólo en nombre de lo que se revela como la Trinidad en el NT, sino de toda la hueste celestial, incluyendo los ángeles. Nuestra imagen parece referirse a tales cualidades como la razón, la personalidad y el intelecto, y a las capacidades de relacionar, escuchar, ver y hablar. Todas estas son aptitudes que Dios decidió otorgar a los seres humanos. Y señoree. . . en toda la tierra: Dios creó al hombre para ser el agente de su reino, para gobernar y someter al resto de la creación, incluyendo las agresivas fuerzas satánicas, que pronto la invadirían.
  El hombre, adam: Hombre, humanidad, Adán el primer hombre o la humanidad en general. Adam se traduce en el Antiguo Testamento como «Adán» (el nombre propio) unas 20 veces y como «hombre», en más de 500. Frecuentemente, cuando la Biblia se refiere a toda la raza humana, se usa la frase bnay adam  los «hijos de los hombres». La palabra hebrea adam  en su sentido general, no tiene nada que ver con masculinidad, sino más bien con humanidad. 
Por ejemplo, en un caso específico, adam se refiere exclusivamente a la mujer (Num_31:35 En cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil.)  

Adam probablemente se relaciona con el verbo adom  el ser rojo, que se refiere a la hermosura del ser humano. Adamah  «tierra» o «terreno», también podría derivarse de este verbo. De ahí que Gen_2:7 diga: «Entonces Jehová Dios formó adam del polvo de adamah .

 En 1Co_15:47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
 
Pablo ve a Adán como hombre terrenal. Adam es una de las cuatro principales palabras hebreas para «hombre» que se usan en la Biblia.

  Dios creó al hombre (varón y hembra) a su propia imagen:
Estos versículos contienen una frase que es la piedra angular del entendimiento bíblico de la humanidad: imagen de Dios. «Entonces dijo Dios [singular]: “Hagamos [plural] al hombre a nuestra [plural] imagen». Muchos estudiosos interpretan el uso, tanto del singular como del plural, como una alusión a la Trinidad.
Dios procede entonces a crear al hombre a su imagen.  Dios crea al ser humano como hombre y mujer; no como un individuo solitario, sino como dos personas. Sin embargo, al continuar nuestra lectura, descubrimos que los dos son, no obstante, «uno»  
  Cuando Dios eligió crear a la humanidad a su imagen, creó el matrimonio, una familia. La comunidad de la familia constituye un reflejo de la comunidad de la divinidad. Su identidad, vida y poder provienen de Dios. 

(Efesios 3:14-15 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,  de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra)  

  ¿Cómo es que somos hechos a semejanza de Dios? Obviamente, Dios no nos creó exactamente como El, porque Dios no tiene cuerpo físico. En cambio, somos reflejo de la gloria de Dios. Algunos piensan que nuestro raciocinio, creatividad, poder de comunicación o autodeterminación es la imagen de Dios. Más bien, es todo nuestro ser el que refleja la imagen de Dios. Nunca llegaremos a ser totalmente iguales a Dios, porque El es nuestro Creador supremo. Pero sí tenemos la capacidad de reflejar su carácter en nuestro amor, paciencia, perdón, bondad y fidelidad.
El saber que fuimos creados a semejanza de Dios y por lo tanto poseemos muchas de sus características, nos proporciona una base sólida para nuestra autoestima. Nuestro valor no se basa en posesiones, logros, atractivo físico o reconocimiento público. En cambio se fundamenta en el hecho de haber sido creados a semejanza de Dios. Debido a que somos semejantes a Dios podemos tener sentimientos positivos acerca de nosotros mismos. El criticarnos o degradarnos equivale a criticar lo que Dios ha hecho. Saber que  somos valorados como persona da la libertad de amar a Dios, de conocerlo personalmente y de hacer una contribución valiosa a aquellos que nos rodean.

  Dios hizo tanto al hombre como a la mujer a su imagen. Ninguno de los dos fue hecho más a la imagen de Dios que el otro. Desde el principio vemos que la Biblia coloca tanto a uno como al otro en la cúspide de la creación de Dios. Ninguno de los sexos es exaltado ni despreciado.
A su imagen, a imagen de Dios lo creó. Los seres humanos no son únicamente una creación especial de Dios   sino que han sido creados a su imagen, es decir, están dotados de características tales que les permiten entrar en una relación personal con Dios y ejercer, el gobierno del mundo (Gen  9.6; El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.)
(1 Co 11.7; Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.)
 (Santg 3.9. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.)

Al crear al ser humano, el Soberano del universo decidió delegar a la humanidad el señorío sobre la tierra. El poder y la autoridad humana para el ejercicio de este señorío se originan en el deseo divino de hacer a los seres humanos a su propia imagen y semejanza. La habilidad humana para regir la tierra descansará en su continua obediencia a la autoridad de Dios como Señor de la creación. Su poder para reinar en la vida dependerá de su fidelidad a la hora de obedecer la ley divina.   

(1Cron._29:10-16 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.
   Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.  Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.
   Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.
   Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.)


  Señorear significa ejercer absoluta autoridad y control sobre algo. Dios es quien en última instancia gobierna la tierra y ejerce su autoridad con cuidado amoroso. Cuando Dios delegó parte de su autoridad a la especie humana, esperaba que nos hiciésemos responsables del medio y de las otras criaturas que comparten nuestro planeta. No debemos ser descuidados ni derrochadores al llevar a cabo la tarea encomendada. Dios fue cuidadoso al crear la tierra. No debemos ser negligentes al atender de ella.

  Dios observó que lo que había hecho era muy bueno. Somos parte de la creación de Dios y El está complacido por la manera en que nos creó. Si en ocasiones sentimos que carece de valor o que vale poco, recordemos  que Dios nos creó por una buena razón. Somos valiosos para él.

 Dios mandó que la tierra, con su potencial productivo, diera vida al reino de las plantas. Según su género: Las leyes de la genética divina se impusieron al mundo vegetal.
Las más extraordinarias criaturas del océano, tales como ballenas y delfines. Según su especie: Otra vez, las leyes de la genética que imposibilita cualquiera evolución de un género en otro; un gorrión jamás podrá producir un buitre. 
Bestias: Término genérico que designa todo tipo de animales domésticos; serpientes alude a los reptiles, insectos, y así por el estilo; animales de la tierra se refiere a las especies de animales salvajes. Junto con los mencionados en el representan la totalidad del mundo animal.  Los monstruos marinos son mencionados para indicar que también ellos han sido creados por Dios y están bajo su dominio. 
Aquí radica una de las principales diferencias entre este relato y el más famoso de los mitos babilónicos de la creación, según el cual la creación del mundo estuvo precedida por el nacimiento de varias generaciones de dioses y por la victoria del dios Marduc sobre el monstruo marino que era la personificación del caos originario.  Según algunos mitos muy difundidos en el antiguo Oriente, los dioses crearon a los humanos para que les proporcionaran alimento y realizaran los trabajos serviles que ellos necesitaban para su bienestar. 

Aquí, en cambio, Dios es el que proporciona todo lo necesario para el bienestar de los seres humanos, ya que el Creador no padece ninguna necesidad. 

Por el contrario, Génesis habla de un único Dios, que existe desde siempre y que por sí mismo crea el universo con el poder de su palabra. Como todo lo que existe ha sido creado por Dios, ya no queda lugar para adorar a los fenómenos de la naturaleza o a cualquier otro ser animado o inanimado
Produzca la tierra: Dios ha concedido a algunos seres el don de la fecundidad, para que ellos continúen y completen la obra del Creador. Para los antiguos orientales la fecundidad era objeto de culto, porque la consideraban como una fuerza divina que residía en algunos seres. En el AT, en cambio, la fecundidad es una bendición otorgada por Dios.  

  Los astros, que en las religiones del antiguo Oriente eran adorados como dioses, aquí son presentados como seres creados por Dios y no como fuerzas misteriosas que rigen el destino de las personas o como objetos de culto (Deut 4.19  No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.)

 En (Salm 8.3; Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,)




Podemos leer en Jerem 31.35-36. Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

DIAS DE LA CREACION
Primer día: Luz (hubo luz y oscuridad)
Segundo día: Cielo y agua (se separaron las aguas)
Tercer día: Mar y tierra (se juntaron las aguas); vegetación.
Cuarto día: Sol, luna y estrellas (para regir sobre el día y la noche, para dar origen a las estaciones, señalar los días y los años)
Quinto día: Peces y aves (para llenar las aguas y el cielo)
Sexto día: Animales (para llenar la tierra). Hombre y mujer (para cuidar la tierra y tener comunión con Dios)
Séptimo día: Dios descansó y declaró que todo lo que había hecho era muy bueno





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