Salmo 19:7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace
sabio al sencillo.
8 Los mandamientos de
Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los
ojos.
9 El temor de Jehová es
limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos
justos.
10 Deseables son más que
el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila
del panal.
11 Tu siervo es además
amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón.
12 ¿Quién podrá entender
sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
13 Preserva también a tu
siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran
rebelión.
14 Sean gratos los
dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
REFLEXIÓN
En este salmo, la meditación de David lo llevó paso a paso desde la
creación, a través de la Palabra de Dios, a través de sus propios pecados,
hasta la salvación. Cuando Dios se revela por medio de la naturaleza aprendemos
sobre su gloria y nuestra condición finita. Cuando Dios se revela por medio de
las Escrituras, aprendemos acerca de su santidad y de nuestra limitación tan
acusada para comprender por nuestras fuerzas tantas maravillas reveladas a
través de las Escrituras, y que están ahí para nosotros, los hijos de Dios que
nos sirven para guía, como ejemplo, para enseñarnos a cada uno según nuestras
necesidades. Porque ahí reside el poder de la Palabra de Dios, que a cada cual
según sus necesidades les descubre y revela como Dios va a actuar en él. Leer
la Biblia está bien, pero si confías y crees en lo que lees, la Palabra
revelada actuará dentro de tu interior para obrar los cambios necesarios para
una transformación. Comenzará entonces el proceso de santificación. Cuando Dios
se revela por medio de las experiencias diarias, aprendemos acerca de su perdón
misericordioso y de nuestra salvación.
Estamos
rodeados de fantásticas demostraciones de la capacidad creativa de Dios. Los
cielos son una dramática evidencia de su existencia, poder, amor y cuidado.
Decir que el universo surgió por casualidad es absurdo. Su diseño y sentido del
orden son prueba de que un Creador intervino en forma personal. Cuando veo la
obra de Dios en la naturaleza y en los cielos, agradezco a Dios tan maravillosa
belleza y la verdad que nos revela acerca del Creador.
El apóstol
Pablo se refirió a este salmo cuando explicó que todos saben acerca de Dios
debido a que la naturaleza proclama su existencia y poder (Rom_1:19-20 19 porque lo que de Dios se conoce les es
manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas
invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa.). El mensaje de salvación de Dios, que se
encuentra en su Palabra, la Biblia, debe seguir difundiéndose hasta los
confines de la tierra. La naturaleza señala la existencia de Dios, pero la
Biblia nos habla de la salvación. El pueblo de Dios debe explicarles a otros
cómo llegar a tener una relación con Dios. A pesar de que la gente en todas
partes debería creer en un Creador al sólo mirar la evidencia de la naturaleza
que la rodea, Dios necesita que nosotros expliquemos su amor, misericordia y
gracia. ¿Qué estamos haciendo para
llevar el mensaje de Dios al mundo?
Cuando
pensamos en la ley, muchas veces la asociamos con lo que nos impide
divertirnos. Pero aquí vemos lo opuesto, leyes que convierten el alma, nos
hacen sabios y alegran el corazón y alumbran los ojos, nos amonestan y nos
galardonan. Esto es porque las leyes de Dios son guías y luces en nuestro
camino, y no cadenas en nuestras manos y pies. Nos señalan el peligro y nos
advierten, luego nos señalan el triunfo y nos guían.
Muchos
cristianos se ven llenos de sentimientos de culpa. Les preocupa la posibilidad
de haber pecado inconscientemente, o haber hecho algo bueno pero con
intenciones egoístas, o no haber hecho el mejor esfuerzo en alguna tarea, o
haber olvidado hacer algo. La culpabilidad puede jugar un papel importante al
llevarnos a Cristo y al hacer que nos comportemos apropiadamente, pero no debe
debilitarnos ni atemorizarnos. El perdón de Dios es total y completo, aun
cuando se trate de pecados inconscientes.
¿Cambiaría
nuestra manera de vivir si supiéramos que cada palabra y pensamiento Dios lo
examina primero? David pidió que Dios aprobara sus palabras y sus pensamientos
como si fueran ofrendas presentadas en el altar. Al comenzar cada mañana propongámonos
que el amor de Dios nos guíe en todo lo que decimos y pensemos.
Los cielos declaran la gloria de Dios y proclaman su sabiduría, poder
y bondad, para que todos los impíos queden sin excusa. Por sí mismos los cielos
dicen ser obras de las manos de Dios, porque deben tener un Creador eterno,
infinitamente sabio, poderoso y bueno. El contraste de día y noche es una gran
prueba del poder de Dios y nos llama a observar que en el reino de la
naturaleza, como en el de la providencia, Él forma la luz y crea la oscuridad, y
contrapone la una a la otra. El sol del firmamento es un emblema del Sol de
justicia, el Esposo de la iglesia, y la Luz del mundo, que por su evangelio
difunde luz y salvación divinas a las naciones de la tierra. Él se deleita en
bendecir a su iglesia con la cual se ha desposado y su curso será inagotable como el del sol
hasta que toda la tierra esté llena con su luz y su salvación.
Oremos por la época en que Él iluminará, alegrará y hará fértil a toda
nación de la tierra con esa bendita salvación.
No hay lenguaje ni palabras, pero se oye su voz. Todo aquel que es
nacido de nuevo, escucha la voz del Espíritu que habla de las maravillas del
Señor y mucho más audible cuando escudriñamos la Palabra de Dios en la Biblia.
Todo pueblo puede oír en su propio idioma a los predicadores que cuentan las
obras maravillosas de Dios. Demos la gloria a Dios por todo consuelo y provecho
que tenemos por las luces del cielo, aun mirando arriba y más allá de ellas
hacia el Sol de justicia.
La
Sagrada Escritura es de mucho mayor provecho para nosotros que el día y la
noche, que el aire que respiramos o la luz del sol. Se necesita la palabra de
Dios para recobrar al hombre de su estado caído.
La palabra que se traduce “ley” puede comprenderse como doctrina
entendiendo que significa todo eso que nos enseña la fe verdadera. El todo es perfecto, su tendencia es convertir o
volver al alma del pecado y del mundo a Dios y a la santidad. Muestra nuestra debilidad
carnal y miseria al dejar a Dios y la necesidad de nuestro retorno a Él. Este
testimonio es fiel porque se
puede confiar completamente en Él; el ignorante e indocto, creyendo lo que Dios
dice, se vuelve sabio para salvación; es dirección segura en el camino del
deber; es fuente segura de consolación viva y fundamento seguro de esperanza
eterna. Los mandamientos de Jehová son rectos
tal como deben ser y como son
rectos alegran el corazón. El precepto de Jehová es puro, santo, justo y bueno. Por ellos descubrimos nuestra
necesidad del Salvador y, entonces, aprendemos a adornar su evangelio. Ellos
son los medios que usa el Espíritu Santo para alumbrar los ojos; ellos nos
llevan a tener una visión y sentido de nuestro pecado y miseria, y nos dirigen
en el camino del deber. El temor del Señor, esto es, la verdadera fe y santidad
es limpia, limpiará nuestro
camino y permanece para siempre. La ley ceremonial fue abrogada hace
mucho tiempo, pero la ley del temor de Dios es siempre la misma. Los juicios de
Jehová, sus preceptos, son verdad;
son justos y, así, son coherentes; no hay injusticia en
ninguno de ellos.
El oro es sólo para el cuerpo y las preocupaciones temporales, pero la
gracia es para el alma y las preocupaciones de la eternidad. La palabra de
Dios, recibida por fe, es más preciosa que el oro; es dulce para el alma, más
dulce que la miel. Los placeres sensuales pronto sacian, pero nunca satisfacen;
pero los de la fe en Jesús son sustanciosos y satisfacen; no hay peligro de
exceso.
El que se mencione que la ley
de Jehová es perfecta, constituye una referencia directa a la absoluta,
completa e indudable integridad de las Sagradas Escrituras. La Palabra de Dios
es perfecta en su certeza y segura en su confiabilidad.
Generalmente se utilizan dos términos para describir estos aspectos de la
Palabra de Dios:
·
Inerrable (perfecta), lo cual significa que en las copias originales
escritas por el autor o autores de cada manuscrito, de cada uno de los libros
de la Biblia, nada ha sido afectado por el error. Además, la excelente protección de las
Escrituras a través de los siglos nos asegura que las copias llegadas a
nuestros días reproducen esencialmente los originales. Aún los críticos
literarios que no reclaman fe en la verdad de la Biblia, testifican que,
debido a haber permanecido inalterable y exacta, esta es la obra más confiable
de las transmitidas desde la antigüedad.
·
Infalible
se refiere al hecho de que la Biblia no falla como guía absolutamente confiable
para nuestra fe (creencia en Dios) y práctica (vida y comportamiento). Ello se
debe a que Dios es fiel (Juan_3:33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es
veraz. ; Juan_17:3 Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Su Palabra veraz (Juan_17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.) y no
puede mentir (Números_23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para
que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará?; Hebreos_6:18 para que por
dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un
fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros.).
Naturalmente, para que nuestras palabras sean
gratas a la vista de Dios, tienen que reflejar lo que nuestros corazones
sienten y piensan. La verdad nos urge a
pronunciar siempre el tipo de palabras que confirmen lo que creemos o pensamos
en nuestros corazones acerca de Dios, su amor y su poder. No es aceptable a la
vista de Dios que, si creemos, contradigamos esa creencia con palabras
descuidadas. Lo inaceptable para Dios
no sólo es incrédulo e infructífero, sino también mortal. Pro_16:23-24
El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade
gracia a sus labios. 24 Panal de miel son los
dichos suaves; Suavidad al alma y
medicina para los huesos
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