Marcos 16:15-16 15Y les dijo (Jesús): Id
por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.
Kerusso (κηρύσσω)
significa: (a) ser heraldo, o, en general, «predicando» «publicar» «pregonar» «predicar» «se
proclamará» «predicó»(b) predicar el evangelio como un heraldo «será predicado» «sea predicado» «se predique»
«predicad» «predicaron» (c) predicar
la palabra del ministerio de las Escrituras, con especial referencia al
evangelio.
CONTEXTO
Para entender la
Gran Comisión en este Evangelio, debemos captar el sentido del énfasis que
Marcos hace sobre Jesús como el Siervo. Las profecías mesiánicas, predicen que, en su condición de Siervo, Jesús
haría una obra específica y actuaría con una obediencia incondicional y sin
mancha.
Marcos destaca
la condición de Siervo de Cristo al omitir su genealogía, mostrando que, como
siervos de Cristo, nosotros también debemos actuar según el espíritu de siervo,
algo esencial para el cumplimiento de la Gran Comisión. Cristo busca a aquellos
que han de servir sin desear ser reconocidos, y quienes abnegada y
obedientemente intentan exaltar a Cristo y darlo a conocer a todos. Tales
siervos definen su personalidad y sus ministerios a través de su devoción y
obediencia a Jesús, de su disposición a servir con toda abnegación. El único
ejercicio de poder de esos siervos es extender el amor de Dios, dedicando su
vida a los perdidos, a los enfermos y a los esclavos del pecado. Ellos actúan
así, comoquiera y dondequiera la soberanía de Dios los conduzca, mediante su
entrega total a la obra del Señor, o a través de sus oraciones de intercesión.
El amor y la obediencia del Siervo Jesús obligan a sus siervos a rendirle un
servicio leal y sin reservas
Nuestro bendito Señor
renueva la elección de los once como apóstoles suyos y les encarga la misión de
ir a todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura.
REFLEXIÓN
Las pruebas de la
verdad del evangelio son tan completas que los que no las aceptan, pueden ser
justamente reprendidos por su incredulidad. Sólo el que es verdadero cristiano será salvo
por medio de Cristo. Simón el mago profesó creer, y fue bautizado, pero se
declaró que estaba en los lazos de la iniquidad. Sin duda esta es una
declaración solemne de la fe verdadera del que recibe a Cristo, el creyente
genuino, y para todos los propósitos de la salvación, y produce su buen efecto
en el corazón y la vida; no el simple asentimiento, que es fe muerta y no da
provecho.
La comisión de
los ministros de Cristo se extiende a toda criatura de todo el mundo, y las
declaraciones del evangelio contienen no sólo verdades, exhortaciones y
preceptos, sino también advertencias temibles. Podemos leer en los versículos
siguientes con qué poder fueron dotados los apóstoles, para confirmar la
doctrina que iban a predicar. Estos fueron milagros para confirmar la verdad
del evangelio, y medios para difundirlo en las naciones que no lo habían oído.
Jesús dijo a sus
discípulos: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio". Que todos
sepan que El ya pagó el castigo por el pecado y que todos los que creen en El
recibirán perdón y vida eterna junto a Dios.
Hoy en día, los discípulos cristianos se
encuentran en todas partes del mundo hablando de estas buenas nuevas a los
pueblos que no las han oído. El poder que dirige y lleva a los misioneros
alrededor del mundo y pone a la Iglesia de Cristo en acción es la fe que viene
de la resurrección. Como si no se entregarían a una muerte segura al predicar
el Evangelio en países como Corea del Norte, Países Árabes y más aún con el
azote satánico del Estado Islámico que pretende exterminar a quienes no se
rindan a sus ideas.
*Alguna
vez he sentido que no poseo las habilidades ni la osadía para ser un testigo de
Cristo, sobre todo a la hora de hablar en público. Me atenaza el nerviosismo y
las cuerdas vocales no vibran como debieran*
Debemos darnos cuenta
que Jesús se levantó de entre los muertos y vive para nosotros. En la medida
que crezca en nuestra relación con Dios, El nos dará las oportunidades y la
fuerza interna para proclamar su mensaje.
El respeto que
otros muestran a Cristo no nos debe impedir que mostremos nuestro respeto. Los
que son llevados por el celo santo a buscar con diligencia a Cristo,
encontrarán que los tropiezos del camino se desaparecen con rapidez. Cuando nos
exponemos a problemas y gastos por amor a Cristo, somos aceptos aunque nuestros
esfuerzos no tengan éxito. Así, pues, muchas veces lo que debiera ser
nuestro consuelo, produce terror debido a nuestro propio error. —Él fue crucificado,
pero está glorificado. Ha resucitado, no está aquí. No está muerto, y
vive de nuevo; más adelante, le veréis, pero aquí podéis ver el lugar donde fue
puesto. Así, se enviará el consuelo oportuno a los que lloran al Señor Jesús.
Pedro es nombrado en particular: Decid a Pedro; esto lo recibirá muy bien,
porque está triste por el pecado. Ver a Cristo es algo muy bien recibido por un
verdadero arrepentido, y el penitente verdadero es muy bien recibido cuando
quiere ver a Cristo. Los hombres corrieron a toda prisa hacia donde estaban los
discípulos; pero los temores inquietantes suelen impedirnos hacer el servicio
que podríamos hacer a Cristo y a las almas de los hombres, si la fe y el gozo
de la fe fueran firmes.
Mejores noticias no
pudieron ser llevadas a los discípulos que lloraban, que contarles de la
resurrección de Cristo. Nosotros debiéramos estudiar para consolar a los
discípulos dolientes diciéndoles lo que hemos visto de Cristo. Fue una sabia
providencia que las pruebas de la resurrección de Cristo fueran dadas
gradualmente, y recibidas con cautela, para que la seguridad con que los
apóstoles predicaron esta doctrina después, fuera más satisfactoria. Sin
embargo, ¡cuán lentos somos para admitir los consuelos que la palabra de Dios
tiene! Entonces, mientras Cristo consuela a su pueblo, ve que, a menudo, es
necesario reprenderlos y corregirlos por la dureza de corazón que desconfía de
su promesa como asimismo que no obedece sus santos preceptos.
No es el agua del bautismo lo que salva, sino
la gracia de Dios aceptada por la fe en Cristo. El bautismo es una señal
externa de una fe interna. Por la respuesta de Jesús al ladrón en la cruz
entendemos que se salvó sin el bautismo de agua. El bautismo solo sin fe no
lleva automáticamente a la persona al cielo. Los que rechazan creer serán
condenados, no importa que estén o no bautizados.
Hay ocasiones cuando Dios interviene
milagrosamente para proteger a sus seguidores. A veces, El les da un poder
especial. Pablo tuvo serpientes en sus manos y los
discípulos sanaron a los enfermos. Esto no significa, sin embargo, que podemos
probar a Dios poniéndonos a propósito en situaciones peligrosas.
Cuando Jesús ascendió al cielo, dejó de estar
físicamente con los discípulos. El hecho de que Jesús se sentara a la diestra
de Dios significa la consumación de su obra, su autoridad como Dios y su
coronación como Rey.
El Evangelio de Marcos enfatiza el poder de
Cristo y su condición de siervo. La vida y las enseñanzas de Jesús ponen las
cosas del mundo al revés. El mundo entiende el poder como el control que se
tiene sobre los demás para subyugarlos. Pero Jesús, con todo su poder y
autoridad tanto en el cielo como en la tierra, opta por servir a los demás.
Tuvo a los niños en brazos, sanó a los enfermos, lavó los pies a sus discípulos
y murió por los pecados del mundo. Seguir a Cristo significa recibir este mismo
poder de servicio. Como creyentes, tenemos el llamamiento a ser servidores de
Cristo. En la misma forma en que Cristo sirvió, debemos servir nosotros.
Después que el
Señor habló, subió al cielo. Sentarse es una postura de reposo; había terminado
su obra; es postura de gobierno: tomó posesión de su reino. Se sentó a la
diestra de Dios, lo que denota su soberana dignidad y poder universal. Lo que
Dios haga con nosotros, nos dé o nos acepte, es por su Hijo. Ahora Él está
glorificado con la gloria que tuvo antes que el mundo fuese.
Los apóstoles
fueron y predicaron en todas partes, lejos y cerca. Aunque la doctrina que
predicaron era espiritual y celestial, directamente contraria al espíritu y
temperamento del mundo; aunque se encontraron con mucha oposición, y fueron
absolutamente desprovistos de todos los apoyos y ventajas del mundo, aun así,
en unos pocos años, su voz llegó hasta lo último de la tierra. Los ministros de
Cristo no necesitan ahora obrar milagros para probar su mensaje; está
demostrado que las Escrituras son de origen divino y esto hace que no tengan
excusa los que las rechazan o desprecian. Los efectos del evangelio, cuando se
predica fielmente y se cree verdaderamente, y cambia los temperamentos y el
carácter de la humanidad, son una prueba constante, una prueba milagrosa, de
que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
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