} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL SERMÓN DEL MONTE 10

domingo, 29 de enero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 10



Mateo 5:14-16  Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende la lámpara y se pone debajo de un almud, sino en el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
 (La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)

LA LUZ DEL MUNDO

  El Sermón del Monte es sumamente práctico. Jesús habla de cosas comunes, como la sal y la luz. Para nosotros el sol es la luz del mundo, sin la cual estamos en las tinieblas y andamos a tientas en la oscuridad. Sin su luz no hay ningún color ni belleza, no se ve el camino ni el mundo de las cosas. El mundo necesita esta luz externa, pero con mucha mayor urgencia necesita la luz interna, el conocimiento adecuado, la verdad. Antes se llamó a los discípulos sal de la tierra, aquí se los llama luz del mundo. Ésta es la expresión más amplia. En ambos casos se alude a lo mismo, a saber, al mundo de los hombres y de su vida, al orbe al que se ha dado vida y que está habitado. Todo el mundo comprende perfectamente lo útil de estas cosas. Jesús dice que sus discípulos son la luz del mundo. ¡Otra afirmación admirable y maravillosa!

 Jesús habla de la realidad. Él no dice esto para producir un espíritu de soberbia en sus discípulos, sino que este atributo se debe a su utilidad en el mundo, para expeler las tinieblas (la ignorancia y los pecados), y para alumbrar el camino.

              El mundo de tinieblas urgentemente necesita de esta luz.

   Proverbios_4:19, "El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan". ¡Es muy cierto este proverbio! Los del mundo tropiezan y caen y ni siquiera saben en qué tropiezan. Juan_12:35, "el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va".
 En el Nuevo Testamento hay varias listas de los pecados más horribles del hombre (Gálatas_5:19-21; Colosenses_3:5-8). Romanos_13:12, tales pecados se llaman "las obras de las tinieblas". Efesios_5:11, "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas".

              Jesucristo es la única verdadera luz del mundo.

En el Evangelio de Juan, Jesús dice de sí mismo que es la luz del mundo (Juan_8:12). Aquí los discípulos son luz del mundo. Eso sólo puede significar que los discípulos son la luz del mundo, porque llevan la luz de la verdad, que Jesús ha traído. Los discípulos pertenecen a Jesús de una forma tan estrecha y están tan llenos de Él, que ellos mismos se convierten en luz. Cuando la luz realmente ha llegado, entonces también resplandece de una manera inextinguible, y nada puede oponerse a este fulgor; con Él todo se ilumina e irradia. De un modo muy semejante a lo que sucede en la ciudad, que está situada a gran altura en la cima de un monte, y se ve desde todas partes; así como un castillo domina el campo, o el alto campanario de una iglesia desde todas partes denota la ciudad. El israelita tenía que pensar en seguida en la sola ciudad, edificada en lo alto (Salmo_121:3): Jerusalén. Desde lejos la veían los peregrinos. Dios había elegido para sí este lugar, el monte santo de Sión, como hogar de su nombre, y como sitio de la gracia. En la visión de los profetas Sión también se convierte en el centro de los sucesos de la salvación en el tiempo final: los pueblos paganos partirán hacia este monte al fin de los tiempos y dirán: «Ea, subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de Jacob, y él nos mostrará sus caminos, y por sus sendas andaremos; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor (Isaías_2:3). La metáfora de los profetas ha continuado, su contenido es nuevo: los discípulos, que tienen hambre y sed de la verdadera justicia, y que se han convertido en la luz del mundo, serán la ciudad que no puede permanecer oculta. Ya no hay que designar como portador de la salvación para el mundo a este único lugar geográfico, sino a personas vivientes, que en sí tienen la luz. En cualquier parte en que estén, allí también está la «ciudad situada en la cima de un monte»...
 Mateo_4:16, cuando Cristo vino, "el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte luz les resplandeció". Lucas_1:78-79, el profeta Zacarías, padre de Juan el bautista, dijo al niño "que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte". Juan_1:5, "La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella".  
 Jesús es la luz del mundo porque, como el Verbo de Dios, El reveló tanto en su vida, muerte, resurrección y ascensión, como en sus enseñanzas, la voluntad de Dios con respecto a los pecados de la humanidad, y cómo podemos recibir el perdón de pecados y tener comunión con Dios.

También los discípulos de Cristo son la luz del mundo.

  Juan_12:36, "Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz". Podemos ver la expresión "hijos de luz" en 1Tesalonicenses_5:5. La palabra "hijos" significa "caracterizados porque son de esa naturaleza”.
  Efesios_5:8, "en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz". Colosenses_1:13, "nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre". 1Tesalonicenses_5:4, "No estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda". 1Pedro_2:9, "os llamó de las tinieblas a su luz admirable".

              Somos la luz del mundo si predicamos el evangelio puro.

     La luz del evangelio. 2Corintios_4:4; 2Corintios_4:6 habla de "la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. Cristo ilumina al mundo a través del evangelio. Al llegar esta luz, las tinieblas desaparecen.

Hechos_26:18, la obra de Pablo: "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios".

              Somos la luz del mundo si llevamos vidas fieles.

 Filipenses_2:15, "para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha... resplandecéis como luminares en el mundo".
La necesidad de buenos ejemplos: 1Timoteo_4:12, "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra conducta, amor, espíritu, fe y pureza". 1Pedro_3:1-4, es posible que maridos incrédulos "sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa". Para hacerlo ellas deben tener "un espíritu afable y apacible". 1Pedro_5:3, los ancianos no deben tener "señorío" sobre la iglesia, "sino siendo ejemplos de la grey".
   Hay mucha "luz" en el buen ejemplo. La mayoría de la gente no lee la Biblia. La vida de los cristianos es la única "Biblia" que leen. Aprenden mucho del evangelio "escrito" en las vidas de los cristianos 2Corintios_3:2, "Nuestras cartas sois vosotros, conocidas y leídas por todos los hombres", como documentos clavados a la pared en edificios públicos.
 No debe haber comunión con las tinieblas. Es necesario enfatizar que somos la luz del mundo solamente si somos pura luz, sin nada de tinieblas 1Juan_1:5-6 "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos". 2Corintios_6:14, "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" En este texto Pablo condena toda forma de comunión con la idolatría.  Por eso, "Salid de en medio de ellos, y apartaos". ¿Por qué? Porque si tenemos comunión con las tinieblas, llegamos a ser tinieblas otra vez. Ya dejamos de ser luz 2Corintios_6:14-18 nos enseña a no tener comunión con el error religioso.
  Recuérdense las bienaventuranzas, porque están en el contexto de Mateo_5:14-16. Para ser la luz del mundo, debemos poseer las cualidades de carácter mencionadas en las bienaventuranzas. Muchos hermanos no son luz porque no son "pobres en espíritu" (no quieren reconocer sus faltas ni pedir perdón), no tienen hambre y sed de justicia, no son pacificadores, etc.

              "Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder".

  Son bien conocidos. Los discípulos fieles que predican el evangelio puro se conocen; tienen su influencia sobre mucha gente (Hechos_17:6). La gente se fija en la buena conducta, actitud, y buena voluntad del cristiano. Es algo obvio y sobresaliente. El cristiano es diferente. No se conforma a las actitudes mundanas (Romanos_12:1-2), sino que es transformado a la semejanza de Cristo.
 Los cristianos son conocidos por familiares, vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, clientes y patrones, mayordomos y empresarios, etcétera.
 "Debajo de un almud". El almud es útil; tiene su uso práctico, pero no fue diseñado para esconder lámparas. Los habitantes de monasterios y conventos quieren poner su luz debajo de un almud. Creen que deben aislarse del mundo y dedicarse a la meditación.
Esto es precisamente lo que Jesús rechaza.   Nada de discipulado secreto, Juan_19:38. Si no confesamos a Cristo abiertamente, si nos avergonzamos de Él, somos tinieblas, y nada de luz.  Mateo_10:32-33 esta confesión no se limita a una confesión hecha antes de bautizarse en la presencia de cristianos, (Lucas_14:25-35).    

 No solamente en el local. También los miembros que limitan sus actividades evangelísticas al sitio de reunión ponen su luz debajo de un almud. Muy pocas personas irán al local para oír el evangelio, sino que es necesario llevarlo a ellos, Mateo_28:19; Marcos_16:15; Hechos_8:4.  
 No asociarse con los mundanos. Los que no quieren asociarse con los del mundo, sino solamente con los hermanos, ponen su luz debajo de un almud. Lucas_5:30-32; Lucas_15:1-2.
 "sino sobre el candelero". Los cristianos deben estar conscientes de la necesidad de tener una influencia positiva sobre otros. La luz tiene que exponerse por medio de la enseñanza del evangelio y el buen ejemplo para iluminar el camino de otros. No debe esconderse nuestra luz.

  "Alumbre vuestra luz delante de los hombres... glorifiquen al Padre".

  La Biblia condena toda forma de soberbia. La enseñanza de este verso (Mateo_5:16) no debe producir soberbia en nadie. Jesús no quiere que se haga una exhibición de nuestra justicia para que los hombres nos alaben a nosotros mismos (Mateo_6:1-18).
  El propósito de alumbrar nuestra luz: "para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos". Se añade que la luz son las buenas obras. Esto no es fácil de entender. En primer lugar, la luz no son ideas ni pensamientos. Los discípulos no deben llevar a los hombres nuevos conceptos del mundo, nuevas filosofías o enseñanzas de la sabiduría, sino acciones vivas que puedan ser oídas y vistas. Así pues, ¿se trata de «buenas obras» según la piadosa manera católica de entender? No. Las obras son simplemente la luz infiltrada en la vida, la luz que se ha realizado. Son la verdad configurada, la fe vivida. Las buenas obras no están junto a la fe ni la acompañan como una calle ribereña va bordeando el río, tampoco son mérito propio. Las buenas obras, en suma, son la vida cristiana activa, dedicada a las obras, que fluye constantemente como de un volcán. Aquí se concibe la luz del mundo por así decir con su más intenso resplandor. Sólo irradia de veras la luz que produce incesantemente tales obras y con ellas da testimonio de sí. Con las últimas palabras se quita todo pensamiento de propio mérito o ambición hipócrita. La luz que fluye no debe reflejarse en nosotros. No debemos alumbrar para que los hombres elogien nuestra luz. No se hacen las obras para ser alabados, sino única y solamente para que Dios sea ensalzado. El Padre que está en los cielos es el que debe ser reconocido. La luz del discípulo, a través de él, debe remitir al origen, al «Padre de las luces» (Santiago_1:17). Esta es la última finalidad y el motivo más profundo de la vocación del discípulo: hacer ostensible a Dios con toda la existencia, con la vida iluminada por el amor, con las obras nacidas de la verdad...
Mateo_9:8, cuando Jesús sanó al paralítico, "la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios".  
 Mateo_15:31, "la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel". Lucas_7:16.
La misma cosa sucedió cuando los apóstoles hicieron milagros.   Hechos 4:21


 Las buenas obras. ¡Hagamos buenas obras para que Dios sea glorificado! 

¡Maranatha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario