Mateo 5:14-16 Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende la lámpara y se pone debajo de un almud, sino en el
candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)
LA
LUZ DEL MUNDO
El Sermón del Monte es sumamente práctico. Jesús habla de cosas
comunes, como la sal y la luz. Para
nosotros el sol es la luz del mundo, sin la cual estamos en las tinieblas y
andamos a tientas en la oscuridad. Sin su luz no hay ningún color ni belleza,
no se ve el camino ni el mundo de las cosas. El mundo necesita esta luz
externa, pero con mucha mayor urgencia necesita la luz interna, el conocimiento
adecuado, la verdad. Antes se llamó a los discípulos sal de la tierra, aquí se
los llama luz del mundo. Ésta es la expresión más amplia. En ambos casos se
alude a lo mismo, a saber, al mundo de los hombres y de su vida, al orbe al que
se ha dado vida y que está habitado. Todo el mundo
comprende perfectamente lo útil de estas cosas. Jesús dice que sus discípulos
son la luz del mundo. ¡Otra afirmación admirable y maravillosa!
Jesús habla de la realidad. Él no dice esto para producir un
espíritu de soberbia en sus discípulos, sino que este atributo se debe a su utilidad en el mundo, para
expeler las tinieblas (la ignorancia y los pecados), y para alumbrar el camino.
El
mundo de tinieblas urgentemente necesita de esta luz.
Proverbios_4:19, "El camino de los impíos es como la
oscuridad; no saben en qué tropiezan". ¡Es muy cierto este proverbio! Los
del mundo tropiezan y caen y ni siquiera saben en qué tropiezan. Juan_12:35, "el que anda en tinieblas, no sabe
a dónde va".
En el Nuevo Testamento hay
varias listas de los pecados más horribles del hombre (Gálatas_5:19-21;
Colosenses_3:5-8). Romanos_13:12,
tales pecados se llaman "las obras de las tinieblas". Efesios_5:11, "Y no participéis en las obras
infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas".
Jesucristo es la única verdadera luz del mundo.
En el Evangelio de Juan, Jesús dice de sí mismo
que es la luz del mundo (Juan_8:12). Aquí los
discípulos son luz del mundo. Eso sólo puede significar que los discípulos son
la luz del mundo, porque llevan la luz de la verdad, que Jesús ha traído. Los
discípulos pertenecen a Jesús de una forma tan estrecha y están tan llenos de Él,
que ellos mismos se convierten en luz. Cuando la luz realmente ha llegado,
entonces también resplandece de una manera inextinguible, y nada puede oponerse
a este fulgor; con Él todo se ilumina e irradia. De un modo muy semejante a lo
que sucede en la ciudad, que está situada a gran altura en la cima de un monte,
y se ve desde todas partes; así como un castillo domina el campo, o el alto
campanario de una iglesia desde todas partes denota la ciudad. El israelita
tenía que pensar en seguida en la sola ciudad, edificada en lo alto (Salmo_121:3): Jerusalén. Desde lejos la veían los
peregrinos. Dios había elegido para sí este lugar, el monte santo de Sión, como
hogar de su nombre, y como sitio de la gracia. En la visión de los profetas
Sión también se convierte en el centro de los sucesos de la salvación en el
tiempo final: los pueblos paganos partirán hacia este monte al fin de los
tiempos y dirán: «Ea, subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de
Jacob, y él nos mostrará sus caminos, y por sus sendas andaremos; porque de
Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor (Isaías_2:3). La metáfora de los profetas ha
continuado, su contenido es nuevo: los discípulos, que tienen hambre y sed de
la verdadera justicia, y que se han convertido en la luz del mundo, serán la
ciudad que no puede permanecer oculta. Ya no hay que designar como portador de
la salvación para el mundo a este único lugar geográfico, sino a personas
vivientes, que en sí tienen la luz. En cualquier parte en que estén, allí
también está la «ciudad situada en la cima de un monte»...
Mateo_4:16,
cuando Cristo vino, "el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los
asentados en región de sombra de muerte luz les resplandeció". Lucas_1:78-79, el profeta Zacarías, padre de Juan el
bautista, dijo al niño "que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar
luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte". Juan_1:5, "La luz en las tinieblas resplandece,
y las tinieblas no prevalecieron contra ella".
Jesús es la luz del mundo
porque, como el Verbo de Dios, El reveló tanto en su vida, muerte, resurrección
y ascensión, como en sus enseñanzas, la voluntad de Dios con respecto a los
pecados de la humanidad, y cómo podemos recibir el perdón de pecados y tener
comunión con Dios.
También los discípulos de Cristo son la luz del
mundo.
Juan_12:36,
"Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de
luz". Podemos ver la expresión "hijos de luz" en 1Tesalonicenses_5:5. La palabra "hijos" significa
"caracterizados porque son de esa naturaleza”.
Efesios_5:8,
"en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad
como hijos de luz". Colosenses_1:13,
"nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre". 1Tesalonicenses_5:4, "No estáis en tinieblas,
para que aquel día os sorprenda". 1Pedro_2:9,
"os llamó de las tinieblas a su luz admirable".
Somos
la luz del mundo si predicamos el evangelio puro.
La
luz del evangelio. 2Corintios_4:4; 2Corintios_4:6
habla de "la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la
luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. Cristo ilumina al
mundo a través del evangelio. Al llegar esta luz, las tinieblas desaparecen.
Hechos_26:18,
la obra de Pablo: "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios".
Somos la luz del mundo si llevamos vidas
fieles.
Filipenses_2:15,
"para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha...
resplandecéis como luminares en el mundo".
La necesidad de buenos
ejemplos: 1Timoteo_4:12,
"Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en
palabra conducta, amor, espíritu, fe y pureza". 1Pedro_3:1-4,
es posible que maridos incrédulos "sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa". Para hacerlo ellas deben tener "un espíritu afable y
apacible". 1Pedro_5:3, los ancianos no
deben tener "señorío" sobre la iglesia, "sino siendo ejemplos de
la grey".
Hay mucha "luz" en el buen ejemplo. La mayoría de la gente no lee la Biblia. La
vida de los cristianos es la única "Biblia" que leen. Aprenden mucho
del evangelio "escrito" en las vidas de los cristianos 2Corintios_3:2, "Nuestras cartas sois vosotros,
conocidas y leídas por todos los hombres", como documentos clavados a la
pared en edificios públicos.
No debe haber comunión con las tinieblas. Es necesario enfatizar que somos la luz del
mundo solamente si somos pura luz, sin nada de tinieblas 1Juan_1:5-6 "Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos". 2Corintios_6:14,
"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?" En este texto Pablo condena toda forma de comunión con la
idolatría. Por eso, "Salid de en
medio de ellos, y apartaos". ¿Por qué? Porque si tenemos comunión con las
tinieblas, llegamos a ser tinieblas
otra vez. Ya dejamos de ser luz 2Corintios_6:14-18
nos enseña a no tener comunión con el error religioso.
Recuérdense las bienaventuranzas, porque están
en el contexto de Mateo_5:14-16. Para ser la luz del mundo, debemos poseer
las cualidades de carácter mencionadas en las bienaventuranzas. Muchos
hermanos no son luz porque no son "pobres en espíritu" (no quieren
reconocer sus faltas ni pedir perdón), no tienen hambre y sed de justicia, no
son pacificadores, etc.
"Una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder".
Son
bien conocidos. Los discípulos fieles que predican el evangelio puro se conocen; tienen su influencia
sobre mucha gente (Hechos_17:6). La gente se
fija en la buena conducta, actitud, y buena voluntad del cristiano. Es algo
obvio y sobresaliente. El cristiano es
diferente. No se conforma a las actitudes mundanas (Romanos_12:1-2), sino que es transformado a la semejanza de
Cristo.
Los cristianos son conocidos
por familiares, vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, clientes y
patrones, mayordomos y empresarios, etcétera.
"Debajo de un almud". El almud es útil; tiene su uso
práctico, pero no fue diseñado para esconder lámparas. Los habitantes de monasterios y conventos quieren poner
su luz debajo de un almud. Creen que deben aislarse del mundo y dedicarse a la
meditación.
Esto es precisamente
lo que Jesús rechaza. Nada
de discipulado secreto, Juan_19:38. Si no confesamos a Cristo abiertamente,
si nos avergonzamos de Él, somos tinieblas, y nada de luz. Mateo_10:32-33
esta confesión no se limita a una confesión hecha antes de bautizarse en la
presencia de cristianos, (Lucas_14:25-35).
No solamente en el local. También los miembros que limitan sus actividades
evangelísticas al sitio de reunión ponen su luz debajo de un almud. Muy pocas
personas irán al local para oír el evangelio, sino que es necesario llevarlo a
ellos, Mateo_28:19; Marcos_16:15;
Hechos_8:4.
No asociarse con los mundanos. Los que no quieren asociarse con los del mundo,
sino solamente con los hermanos, ponen su luz debajo de un almud. Lucas_5:30-32; Lucas_15:1-2.
"sino sobre el candelero". Los cristianos deben estar
conscientes de la necesidad de tener una influencia positiva sobre otros. La
luz tiene que exponerse por medio de la enseñanza del evangelio y el buen
ejemplo para iluminar el camino de otros. No debe esconderse nuestra luz.
"Alumbre vuestra luz delante de los
hombres... glorifiquen al Padre".
La Biblia condena toda forma de soberbia. La
enseñanza de este verso (Mateo_5:16) no debe
producir soberbia en nadie. Jesús no quiere que se haga una exhibición de
nuestra justicia para que los hombres nos alaben a nosotros mismos (Mateo_6:1-18).
El
propósito de alumbrar nuestra luz: "para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos". Se añade que la luz son las buenas obras.
Esto no es fácil de entender. En primer lugar, la luz no son ideas ni
pensamientos. Los discípulos no deben llevar a los hombres nuevos conceptos del
mundo, nuevas filosofías o enseñanzas de la sabiduría, sino acciones vivas que
puedan ser oídas y vistas. Así pues, ¿se trata de «buenas obras» según la
piadosa manera católica de entender? No. Las obras son simplemente la luz
infiltrada en la vida, la luz que se ha realizado. Son la verdad configurada,
la fe vivida. Las buenas obras no están junto a la fe ni la acompañan como una
calle ribereña va bordeando el río, tampoco son mérito propio. Las buenas
obras, en suma, son la vida cristiana activa, dedicada a las obras, que fluye
constantemente como de un volcán. Aquí se concibe la luz del mundo por así
decir con su más intenso resplandor. Sólo irradia de veras la luz que produce incesantemente
tales obras y con ellas da testimonio de sí. Con las últimas palabras se quita
todo pensamiento de propio mérito o ambición hipócrita. La luz que fluye no
debe reflejarse en nosotros. No debemos alumbrar para que los hombres elogien
nuestra luz. No se hacen las obras para ser alabados, sino única y solamente
para que Dios sea ensalzado. El Padre que está en los cielos es el que debe ser
reconocido. La luz del discípulo, a través de él, debe remitir al origen, al
«Padre de las luces» (Santiago_1:17). Esta es
la última finalidad y el motivo más profundo de la vocación del discípulo:
hacer ostensible a Dios con toda la existencia, con la vida iluminada por el
amor, con las obras nacidas de la verdad...
Mateo_9:8, cuando Jesús
sanó al paralítico, "la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a
Dios".
Mateo_15:31,
"la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos
sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de
Israel". Lucas_7:16.
La misma cosa sucedió cuando los apóstoles hicieron milagros. Hechos 4:21
Las buenas obras.
¡Hagamos buenas obras para que Dios sea glorificado!
¡Maranatha!
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