} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL SERMÓN DEL MONTE 9

sábado, 28 de enero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 9


Mateo 5:13  Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal se perdiere su sabor ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. (La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)

LA SAL DE LA TIERRA

             
              "Vosotros sois la sal de la tierra". ¡Qué afirmación más maravillosa y alentadora! En este texto Jesús habla de la relación entre sus discípulos y los demás. Son una gran bendición para el mundo.
              Los que poseen las cualidades de carácter descritas en las bienaventuranzas ineludiblemente son la sal de la tierra. La palabra "sal" se refiere a la influencia de los cristianos para impedir la maldad y para preservar el mundo de la corrupción espiritual.

              ¡He aquí los discípulos de Jesús!

              Estudiemos este grupo de discípulos. ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Qué habían hecho o qué hacían en ese entonces? ¿Cómo es posible que Jesús les haya dicho, "Vosotros sois la sal de la tierra"?
             
 Eran galileos. Los doce apóstoles eran galileos sin educación formal (Hch_1:11; Hch_4:13). Jesús no buscó apóstoles entre los entrenados y privilegiados. Jesús no solamente fue criado en Nazaret, una ciudad despreciada por los judíos (Jua_1:46), sino que también llevó a cabo una gran parte de su ministerio en Galilea. Los galileos no gozaban de muy buena reputación entre los judíos de Jerusalén. Por estar más lejos del templo, y por tener más contacto con los gentiles (Mat_4:15, "Galilea de los gentiles"), se consideraban menos religiosos que los de Judea. Mar_14:70, "porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos".

              Eran del pueblo común. Los discípulos no eran personas de reputación en la vista del mundo.

No eran grandes ni importantes, según el concepto popular de lo que constituye la grandeza, sino que, al contrario, era muy insignificantes.

Por lo menos cuatro de los apóstoles eran pescadores (Mat_4:18-21).

Otro apóstol era publicano (Mat_8:9-13).

Eran pobres. "Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios", Luc_6:20.

Eran despreciados por los romanos. Los discípulos de Jesús, siendo judíos, no tenían ningún poder político.

No participaban en ningún movimiento político para corregir injusticias.

Eran despreciados por los líderes religiosos. Jua_7:49, "Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es". Así era el concepto que los líderes de los judíos tenían de los discípulos de Jesús.
              1Co_1:26, "Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles". Este texto explica claramente que "lo necio de mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil de mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es (lo que no tiene reputación), para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia"
. Que toda la gloria sea para Dios y su mensaje, y no para los mensajeros.

  ¿Cómo es posible, pues, que tales personas -- pobres, insignificantes, perseguidos -- tengan una influencia tan grande sobre el mundo?  

 Es obvio que lo que es “grande” e “importante” ante los ojos del mundo no cuenta con Dios (Luc_16:15.

  La verdad es que los discípulos de Jesús iban a tener, han tenido, y siguen teniendo un tremendo impacto sobre la raza humana, no por poseer la grandeza según el mundo, sino por poseer las cualidades de carácter delineadas en las bienaventuranzas.
             
 La sal sirve para preservar de la corrupción.
              Los habitantes de la tierra son corruptos. Desde luego, no se necesita texto bíblico para probar esto, pero leamos Rom_1:18-21; Gál_5:19-21; Efe_4:17-19. Los discípulos de Cristo son preservadores que impiden el proceso de la corrupción por medio de predicar el evangelio, enseñando todo el consejo de Dios (Hch_20:20; Hch_20:27), y demostrando la enseñanza en sus propias vidas. Los discípulos de Cristo tienen influencia salvadora. Los santos son la "conciencia" para la gente que les conozca. Les enseña y les pone un buen ejemplo de la enseñanza. Esta influencia doble (la enseñanza y la enseñanza ejemplificada) es la sal de la tierra.
              La sal obra silenciosamente, como la levadura, Mat_13:33. No es ruidosa. Jesús no inició revoluciones ni participó en marchas políticas. Mat_12:19, "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz". No era revolucionario en el sentido común de la palabra. No buscaba medios sensacionales para ganarse el favor de la gente. Sus discípulos siguen su ejemplo al evitar tales tácticas.
              La sal tiene que ser aplicada. Los que viven en monasterios y conventos no preservarán al mundo de corrupción. Los discípulos tienen que estar asociados con los del mundo para que la sal obre. Desde luego, es importante que los discípulos influyan en los del mundo, sin caer bajo la influencia del mundo. Los discípulos deben influir en los del mundo sin ser influenciados por el mundo. La sal da su sabor a la carne. Cuando la carne da su sabor a la sal, ¡qué horrible sabor tiene la sal! Tampoco puede la iglesia influir debidamente en el mundo si se limitan sus actividades a las cuatro paredes del sitio de reunión.
  Esta figura significa que lo son la sal de la tierra en el sentido de "dar sabor al mundo" y hace menos aburrida la vida, etc., pero en esta figura el mundo no come la sal, sino que la sal se aplica al mundo (la "carne") para preservarlo de la corrupción. Sí da su sabor a la carne en ese sentido. Pero no "da su sabor" en el sentido de echar sal a la comida para dar gusto al que coma. La Biblia de las Américas dice "si la sal se ha vuelto insípida", pero la palabra "insípida" no da importancia al "sabor" para el gusto, sino que, más bien, significa que la sal pierde su calidad de sal, y por lo tanto, pierde su eficacia para salar. "La sal de la tierra" sí da gusto a los que se convierten de su maldad para que ellos también lleguen a ser "la sal de la tierra".

              Para ser la sal de la tierra hay dos requisitos indispensables.

Los discípulos deben poseer las cualidades de carácter enseñadas en las bienaventuranzas, y reflejarlas llevando vidas fieles. 
1Ti_4:12; 1Pe_3:1-4; 1Pe_5:2-3. 2Pe_1:4, los discípulos de Cristo han "huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia", y deben tener una fuerte influencia sobre los que todavía están en el mundo, para que éstos también puedan escapar del lazo del diablo. Col_4:6, "Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno". No solamente la palabra sino toda nuestra conducta deben ser sazonada con sal. Tit_1:16, "Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan". Los tales no son "sal". 2Ti_3:5, "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella". La "apariencia" no sirve para preservar de la corrupción. Los miembros infieles no son sal. Los miembros mundanos, indiferentes, sectarios y desobligados no son sal. Los miembros que están mal en su matrimonio por hacer caso omiso de Mat_5:32; Mat_19:9 no son sal.
              Los discípulos deben predicar el evangelio puro. Algún evangelio corrupto no salva a nadie, no preserva de corrupción.   Gál_1:6-9; 1Ts_5:21; 1Jua_4:1-2. Siempre ha habido apostasías. Los apóstoles tuvieron que combatir muchas enseñanzas falsas (por ejemplo, el error de los judaizantes, y el de los gnósticos). Estos errores causaron división en la iglesia. Hoy en día es necesario combatir el error: el institucionalismo, la centralización, el evangelio social y otras tendencias sectarias. Por lo tanto, nos urge predicar "todo el consejo de Dios" para salvar y edificar almas y para preservarlas de la corrupción de doctrinas falsas 2Ti_4:2, "que prediques la palabra; que instes a tiempo, y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina". Haciendo esto los discípulos de Cristo son la sal de la tierra. Muchos sectarios y hasta hermanos creen que la iglesia debe ser el  azúcar del mundo. Quieren dar pura miel a la gente perdida, pero el mundo corrupto no necesita azúcar, sino la "sal" del evangelio puro.

              "Si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?"

              La sal perderá su eficacia, su carácter distintivo, si los que profesan ser discípulos de Cristo no poseen en realidad las características enseñadas en las bienaventuranzas, y  si no enseñan diligentemente la sana doctrina, no adulterada (2Co_2:17; 2Co_4:2; 1Pe_2:2).
              Es indispensable que todo miembro de la iglesia entienda que la mera profesión de ser cristiano o de ser miembro de la iglesia de Cristo no basta (Mat_7:21). El miembro que pierda su capacidad para salar es inútil, inservible. Es sal sólo de nombre. ¡Es "sal" que no puede salar!
              La "sal" que no es sal no preserva de corrupción, y "no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres". Es arrojada al camino para ser pisoteada por la gente. Podemos leer  también Luc_14:34-35. Tales personas son despreciadas por los hombres mundanos, los cuales se hunden más en corrupción por falta de esa "sal" que tanto necesitan.
  Así es el cuadro pintado por Jesús de un "evangelio insípido" y de "cristianos insípidos". Son totalmente inútiles. No valen nada. No sirven para nada. Lo triste es que los miembros de la iglesia pueden llegar a ser "insípidos" sin darse cuenta. 

 Como Sansón (Jue_16:20) creen que tienen fuerza, y no saben que Dios ya se apartó de ellos.

Como la iglesia de Efeso, no saben que están en peligro de perder su "candelero" (su identidad como iglesia de Cristo), Apo_2:5.  

Como dice el borracho, "Me azotaron, mas no lo sentí" (Pro_23:35), así son los miembros que ni oyen los reproches de los mundanos que hacen burla de ellos. ¡Qué tropiezo para la obra de Cristo son los miembros "inútiles"!

  "¿Con qué será salada?"

  No hay substituto. No hay otra cosa que pueda hacer lo que la sal hace. La sal espiritual no tiene substituto. Que todo hermano piense seriamente en esta verdad solemne: ¡No hay otra cosa que la substituya! La fidelidad de los discípulos de Cristo es la única esperanza del mundo.
  El mundo está perdido, y su única esperanza es el evangelio, el evangelio predicado y el evangelio  vivido por los verdaderos discípulos de Cristo. Pero no hay otra sal, no hay otra cosa que preserve del error y de la maldad. Si la iglesia no es fiel, el mundo estará sin esperanza.
  Gén 6-9 describe el diluvio que Dios envió porque el mundo era totalmente corrupto. Gén 19 describe el fuego y azufre que Dios envió sobre Sodoma y Gomorra porque eran totalmente corruptos. Dios envió a Josué y los ejércitos de Israel a Canaán para destruir aquellas naciones que se entregaban a las abominaciones de la idolatría. Ahora otra vez el mundo está en gran peligro, porque está lleno de toda forma de disolución. Los perversos matan actualmente millones de infantes (el "aborto"), afirmando que la mujer debe tener control sobre su propio cuerpo (rehusan admitir que el bebé es otra persona); los homosexuales ya perdieron todo sentimiento de vergüenza y con todo valor demandan sus "derechos"; los humanistas ya se han apoderado de las escuelas, denunciando a Dios y la Biblia para enseñar la evolución, la "educación sexual" y toda forma de depravación. ¿Cuándo llegará "el colmo de maldad" (Gén_15:16) para atraer la furia de la ira de Dios? "Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas" (Mat_24:28); es decir, la nación corrupta atrae su ruina y asolamiento. Si Dios no destruyera una nación moderna entregada a la homosexualidad, tendría que pedir perdón a Sodoma y Gomorra. Por lo tanto, el mundo corrupto necesita urgentemente de la sal, y los cristianos son la única esperanza del mundo, porque aparte del evangelio y el ejemplo de los cristianos, el mundo no puede ser salado para evitar la corrupción total.
           

 ¡Maranatha!

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