Mateo 5:13 Vosotros sois la sal de la tierra; y si la
sal se perdiere su sabor ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para
ser echada fuera y hollada por los hombres. (La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)
LA SAL DE LA TIERRA
"Vosotros sois la sal de la
tierra". ¡Qué afirmación más maravillosa y alentadora! En este texto Jesús
habla de la relación entre sus discípulos y los demás. Son una gran bendición
para el mundo.
Los que
poseen las cualidades de carácter descritas en las bienaventuranzas
ineludiblemente son la sal de la tierra. La palabra "sal" se refiere
a la influencia de los cristianos para impedir la maldad y para preservar el
mundo de la corrupción espiritual.
¡He
aquí los discípulos de Jesús!
Estudiemos
este grupo de discípulos. ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Qué habían
hecho o qué hacían en ese entonces? ¿Cómo es posible que Jesús les haya dicho,
"Vosotros sois la sal de la tierra"?
Eran
galileos. Los doce apóstoles eran galileos sin educación formal (Hch_1:11; Hch_4:13).
Jesús no buscó apóstoles entre los entrenados y privilegiados. Jesús no
solamente fue criado en Nazaret, una ciudad despreciada por los judíos (Jua_1:46), sino que también llevó a cabo una gran
parte de su ministerio en Galilea. Los galileos no gozaban de muy buena
reputación entre los judíos de Jerusalén. Por estar más lejos del templo, y por
tener más contacto con los gentiles (Mat_4:15,
"Galilea de los gentiles"), se consideraban menos religiosos que los
de Judea. Mar_14:70, "porque eres
galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos".
Eran del pueblo común. Los
discípulos no eran personas de reputación en la vista del mundo.
No eran grandes ni importantes, según el
concepto popular de lo que constituye la grandeza, sino que, al contrario, era
muy insignificantes.
Por lo menos cuatro de los apóstoles eran
pescadores (Mat_4:18-21).
Otro apóstol era publicano (Mat_8:9-13).
Eran pobres. "Bienaventurados vosotros los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios", Luc_6:20.
Eran despreciados por los romanos. Los discípulos de Jesús,
siendo judíos, no tenían ningún poder político.
No participaban en ningún movimiento político
para corregir injusticias.
Eran despreciados por los líderes religiosos. Jua_7:49, "Mas esta gente que no sabe la ley, maldita
es". Así era el concepto que los líderes de los judíos tenían de los
discípulos de Jesús.
1Co_1:26, "Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos,
ni muchos nobles". Este texto explica claramente que "lo necio
de mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil de mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es (lo que no tiene reputación), para deshacer lo que
es, a fin de que nadie se jacte en su presencia"
. Que
toda la gloria sea para Dios y su mensaje, y no para los mensajeros.
¿Cómo es posible, pues, que tales personas --
pobres, insignificantes, perseguidos -- tengan una influencia tan grande sobre
el mundo?
Es obvio
que lo que es “grande” e “importante” ante los ojos del mundo no cuenta con
Dios (Luc_16:15.
La verdad es que los discípulos de Jesús iban
a tener, han tenido, y siguen teniendo un tremendo impacto sobre la raza
humana, no por poseer la grandeza según el mundo, sino por poseer las
cualidades de carácter delineadas en las bienaventuranzas.
La sal
sirve para preservar de la corrupción.
Los habitantes de la tierra son corruptos.
Desde luego, no se necesita texto bíblico para probar esto, pero leamos Rom_1:18-21; Gál_5:19-21;
Efe_4:17-19. Los discípulos de Cristo son preservadores
que impiden el proceso de la corrupción por medio de predicar el evangelio,
enseñando todo el consejo de Dios (Hch_20:20; Hch_20:27), y demostrando la enseñanza en sus
propias vidas. Los discípulos de Cristo tienen influencia salvadora. Los santos
son la "conciencia" para la gente que les conozca. Les enseña y les
pone un buen ejemplo de la enseñanza. Esta influencia doble (la enseñanza y la
enseñanza ejemplificada) es la sal de la tierra.
La sal obra silenciosamente, como la
levadura, Mat_13:33. No es ruidosa. Jesús no inició revoluciones
ni participó en marchas políticas. Mat_12:19, "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en
las calles su voz". No era revolucionario en el sentido común de la
palabra. No buscaba medios sensacionales para ganarse el favor de la gente. Sus
discípulos siguen su ejemplo al evitar tales tácticas.
La
sal tiene que ser aplicada. Los que viven en monasterios y
conventos no preservarán al mundo de corrupción. Los discípulos tienen que
estar asociados con los del mundo para que la sal obre. Desde luego, es
importante que los discípulos influyan en los del mundo, sin caer bajo
la influencia del mundo. Los discípulos deben influir en los del mundo sin ser
influenciados por el mundo. La sal da su sabor a la carne. Cuando la
carne da su sabor a la sal, ¡qué horrible sabor tiene la sal! Tampoco puede la
iglesia influir debidamente en el mundo si se limitan sus actividades a las
cuatro paredes del sitio de reunión.
Esta
figura significa que lo son la sal de la tierra en el sentido de "dar
sabor al mundo" y hace menos aburrida la vida, etc., pero en esta
figura el mundo no come la sal, sino que la sal se aplica al mundo (la
"carne") para preservarlo de la corrupción. Sí da su sabor a la carne
en ese sentido. Pero no "da su sabor" en el sentido de echar sal a la
comida para dar gusto al que coma. La Biblia de las Américas dice "si la
sal se ha vuelto insípida", pero la palabra "insípida" no da
importancia al "sabor" para el gusto, sino que, más bien, significa
que la sal pierde su calidad de sal, y por lo tanto, pierde su
eficacia para salar. "La sal de la tierra" sí da gusto a los que
se convierten de su maldad para que ellos también lleguen a ser "la sal de
la tierra".
Para ser la sal de la tierra hay dos
requisitos indispensables.
Los discípulos deben poseer las cualidades de
carácter enseñadas en las bienaventuranzas, y reflejarlas llevando vidas
fieles.
1Ti_4:12; 1Pe_3:1-4; 1Pe_5:2-3.
2Pe_1:4, los
discípulos de Cristo han "huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia", y deben tener una fuerte influencia sobre los
que todavía están en el mundo, para que éstos también puedan escapar del lazo
del diablo. Col_4:6, "Sea vuestra
palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo
debéis responder a cada uno". No solamente la palabra sino toda nuestra
conducta deben ser sazonada con sal. Tit_1:16,
"Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan". Los tales
no son "sal". 2Ti_3:5,
"que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella".
La "apariencia" no sirve para preservar de la corrupción. Los
miembros infieles no son sal. Los miembros mundanos, indiferentes,
sectarios y desobligados no son sal. Los miembros que están mal en su
matrimonio por hacer caso omiso de Mat_5:32; Mat_19:9 no son sal.
Los discípulos deben predicar el evangelio
puro. Algún evangelio corrupto no salva a nadie, no preserva de
corrupción. Gál_1:6-9; 1Ts_5:21; 1Jua_4:1-2. Siempre ha
habido apostasías. Los apóstoles tuvieron que combatir muchas enseñanzas falsas
(por ejemplo, el error de los judaizantes, y el de los gnósticos). Estos
errores causaron división en la iglesia. Hoy en día es necesario combatir el
error: el institucionalismo, la centralización, el evangelio social y otras tendencias sectarias. Por lo tanto, nos urge predicar
"todo el consejo de Dios" para salvar y edificar almas y para
preservarlas de la corrupción de doctrinas falsas 2Ti_4:2,
"que prediques la palabra; que instes a tiempo, y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina". Haciendo esto
los discípulos de Cristo son la sal de la tierra. Muchos sectarios y hasta
hermanos creen que la iglesia debe ser el
azúcar del mundo. Quieren dar pura miel a la gente perdida, pero
el mundo corrupto no necesita azúcar, sino la "sal" del evangelio
puro.
"Si la sal se desvaneciere, ¿con qué
será salada?"
La sal perderá su eficacia, su carácter
distintivo, si los que profesan ser discípulos de Cristo no poseen en realidad
las características enseñadas en las bienaventuranzas, y si no enseñan diligentemente la sana doctrina,
no adulterada (2Co_2:17; 2Co_4:2; 1Pe_2:2).
Es indispensable que todo miembro de la
iglesia entienda que la mera profesión de ser cristiano o de ser miembro de la
iglesia de Cristo no basta (Mat_7:21). El
miembro que pierda su capacidad para salar es inútil, inservible. Es sal
sólo de nombre. ¡Es "sal" que no puede salar!
La "sal" que no es sal no preserva
de corrupción, y "no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres". Es arrojada al camino para ser pisoteada por la
gente. Podemos leer también Luc_14:34-35. Tales personas son despreciadas por
los hombres mundanos, los cuales se hunden más en corrupción por falta de esa
"sal" que tanto necesitan.
Así es el
cuadro pintado por Jesús de un "evangelio insípido" y de
"cristianos insípidos". Son totalmente inútiles. No valen
nada. No sirven para nada. Lo triste es que los miembros de la iglesia pueden
llegar a ser "insípidos" sin darse cuenta.
Como
Sansón (Jue_16:20) creen que tienen
fuerza, y no saben que Dios ya se apartó de ellos.
Como la iglesia de Efeso, no saben que están en
peligro de perder su "candelero" (su identidad como iglesia de
Cristo), Apo_2:5.
Como dice el borracho, "Me azotaron, mas no
lo sentí" (Pro_23:35), así son los
miembros que ni oyen los reproches de los mundanos que hacen burla de ellos.
¡Qué tropiezo para la obra de Cristo son los miembros "inútiles"!
"¿Con qué será salada?"
No hay
substituto. No hay otra cosa que pueda hacer lo que la sal hace. La sal
espiritual no tiene substituto. Que todo hermano piense seriamente en esta
verdad solemne: ¡No hay otra cosa que la substituya! La fidelidad de los
discípulos de Cristo es la única esperanza del mundo.
El
mundo está perdido, y su única esperanza es el evangelio, el evangelio
predicado y el evangelio vivido
por los verdaderos discípulos de Cristo. Pero no hay otra sal, no hay otra cosa
que preserve del error y de la maldad. Si la iglesia no es fiel, el mundo
estará sin esperanza.
Gén 6-9 describe el diluvio que Dios envió porque el
mundo era totalmente corrupto. Gén 19 describe
el fuego y azufre que Dios envió sobre Sodoma y Gomorra porque eran totalmente
corruptos. Dios envió a Josué y los ejércitos de Israel a Canaán para destruir
aquellas naciones que se entregaban a las abominaciones de la idolatría. Ahora otra
vez el mundo está en gran peligro, porque está lleno de toda forma de
disolución. Los perversos matan actualmente millones de infantes (el
"aborto"), afirmando que la mujer debe tener control sobre su propio
cuerpo (rehusan admitir que el bebé es otra persona); los homosexuales ya
perdieron todo sentimiento de vergüenza y con todo valor demandan sus
"derechos"; los humanistas ya se han apoderado de las escuelas,
denunciando a Dios y la Biblia para enseñar la evolución, la "educación
sexual" y toda forma de depravación. ¿Cuándo llegará "el colmo de
maldad" (Gén_15:16) para atraer la
furia de la ira de Dios? "Porque dondequiera que estuviere el cuerpo
muerto, allí se juntarán las águilas" (Mat_24:28);
es decir, la nación corrupta atrae su ruina y asolamiento. Si Dios no
destruyera una nación moderna entregada a la homosexualidad, tendría que pedir
perdón a Sodoma y Gomorra. Por lo tanto, el mundo corrupto necesita
urgentemente de la sal, y los cristianos son la única esperanza del
mundo, porque aparte del evangelio y el ejemplo de los cristianos, el mundo
no puede ser salado para evitar la corrupción total.
¡Maranatha!
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