} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL QUE NO ESTÁ EN CONTRA DE NOSOTROS ESTÁ A FAVOR DE NOSOTROS

jueves, 6 de mayo de 2021

EL QUE NO ESTÁ EN CONTRA DE NOSOTROS ESTÁ A FAVOR DE NOSOTROS

 

Mar 9:38  Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.

Mar 9:39  Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.

Mar 9:40  Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

Mar 9:41  Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

 

               

           Tenemos en estos versículos la opinión de Cristo respecto a la gran cuestión de tolerancia religiosa. El apóstol Juan le dijo, "Maestro, vimos a uno que lanzaba  demonios en tu nombre, y no nos sigue: y se lo vedamos, porque no nos sigue." Esa persona estaba sin duda haciendo una buena obra; es incuestionable que  militaba bajo la misma bandera de los apóstoles; pero eso no satisfacía á Juan, porque no trabajaba en su compañía, ni combatía con ellos en el mismo cuerpo  de ejército; por tanto, Juan se lo prohibió. Escuchemos ahora lo que decide sobre este particular la gran Cabeza de la iglesia. "Jesús le dijo, No se lo impidas;  porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre que pueda hablar mal de mí. Pues que el que no está contra nosotros, con nosotros está...

Más preocupados por la posición en su grupo que por liberar a los atormentados por los demonios, los discípulos sintieron celos de un hombre que sanaba en el nombre de Jesús. Hoy en día, muchas veces hacemos lo mismo al no participar en causas dignas porque:

 (1) no son miembros de nuestra denominación,

 (2) no se relacionan con la clase de gente con la que nos sentiríamos bien,

(3) no hacen las cosas como nosotros las haríamos,

(4) nuestros esfuerzos no reciben suficiente reconocimiento.

La buena teología es importante, pero eso nunca será excusa para evitar ayudar a los que padecen necesidad.

Esta es una regla preciosa, de que está en mucha necesidad la humana naturaleza, y que con harta frecuencia se olvida. Muy dispuestos están a imaginarse los  miembros de las diferentes ramificaciones de la iglesia de Cristo que ningún bien puede hacerse en el mundo, si no lo hace su propio partido o su  denominación especial. Tienen miras tan estrechas, que no pueden concebir ni aun la posibilidad de trabajar de otra manera sino siguiendo el modelo o el  sistema que se han trazado. Convierten en un ídolo la organización eclesiástica a que pertenecen, y no pueden encontrar ningún mérito en otra alguna. Son  como el que clamaba cuando El-dad y Medad profetizaban en el campamento, "Señor Moisés, prohíbeselos...

Debemos a este espíritu intolerante algunas de las páginas más negras de la historia de la iglesia. Cristianos han perseguido repetidamente a otros cristianos  por ninguna otra razón más fuerte que la que aquí da Juan. Han dicho en realidad a sus hermanos, "nos seguís, o no trabajáis por Cristo de ninguna manera...

 

Guardémonos de este sentimiento, pues está muy cerca de la superficie de nuestros corazones. Empeñémonos en practicar el espíritu tolerante que  Jesús nos recomienda en este pasaje, y agradezcamos toda buena obra cualquiera que sea la persona que la haga y el lugar en que se realiza. Espiemos en  nosotros mismos la más ligera inclinación a paralizar y detener a otros en sus trabajos, tan solo porque no han preferido adoptar nuestros planes, ni trabajar  con nosotros. Permitido nos es considerarlos errados en algunos particulares; creer que mucho más podría hacerse por Cristo, si se hubieran unido a nosotros,  y todos trabajáramos de consuno; lamentar los males que ocasionan las luchas y divisiones religiosas; pero esto no debe ser un obstáculo a que nos  regocijemos de que las obras del demonio sean destruidas y de que las almas se salven. ¿Está mi prójimo guerreando contra Satanás? ¿Está realmente  trabajando por Cristo? Esta es la gran cuestión. Mejor es cien mil veces que otras manos hagan el trabajo antes que quede por hacer. Feliz aquel que siente en  sí el espíritu de Moisés cuando dijo: " Ojalá que todos los miembros del pueblo de Dios fueran profetas," Núm. 11.29; y el de Pablo cuando este dice: "Si  Cristo es predicado, me regocijo, sí, y me regocijaré." Filip. 1:16.

No hay comentarios:

Publicar un comentario