} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ATENTOS A LOS ACONTECIMIENTOS

viernes, 4 de septiembre de 2015

ATENTOS A LOS ACONTECIMIENTOS



2 Tesalonicenses 1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,  2  que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.  3  Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4  el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Si surgen errores entre los cristianos debemos corregirlos; y los hombres de fe tendrán cuidado para suprimir los errores que surgen de entender mal sus palabras y acciones. Tenemos un adversario astuto que está velando para hacer el mal y fomentar errores hasta por las palabras de la Escritura.
Muchos buscan la controversia y sacan versículos fuera de contexto para tener un pretexto de sus erróneas enseñanzas, para desviar consciente o inconscientemente a las almas confiadas, que se limitan a escuchar sin comprobar en la Palabra de Dios en la Biblia, tales doctrinas.
A día de hoy hay muchos rumores de que algo “gordo” va ocurrir en este mes de septiembre de 2015. Buscan asustar con complicadas teorías, masónicas e iluminatis, para decir que el fin se va a producir. Esos agoreros siempre los hubo a lo largo de la historia de la humanidad, y nunca han dado una en el clavo.
Sabemos que Cristo va a volver a recoger a su Iglesia antes de que la “gran tribulación” asole la humanidad, pero la fecha solo la sabe Dios.
Cualquiera sea la incertidumbre que tengamos o cualquiera sean los errores que surjan sobre el tiempo de la venida de Cristo, la venida misma es inminente. Esta ha sido la fe y la esperanza de todos los cristianos en todas las edades de la Iglesia; fue la fe y la esperanza de los santos del Antiguo Testamento. Todos los creyentes serán reunidos en Cristo para estar con Él y ser felices en su presencia para siempre. Debemos creer firmemente la segunda venida de Cristo, pero los tesalonicenses estaban ante el peligro de cuestionar la verdad o certeza de la cosa misma por estar equivocados en cuanto al tiempo. Las doctrinas falsas son como los vientos que mueven el agua de aquí para allá e inquietan la mentes de los hombres que son tan inestables como el agua. Basta con que nosotros sepamos que nuestro Señor vendrá y recogerá a todos sus santos a Él.
Se da una razón del por qué ellos no debían esperar la venida de Cristo como inmediata. Primero tendría que haber una gran caída, la que ocasionará el levantamiento del anticristo, el hombre de pecado. Ha habido grandes debates sobre quién o qué se entiende por este hombre de pecado e hijo de perdición. El hombre de pecado no sólo practica el pecado; también promueve y comanda el pecado y la maldad en los demás; es el hijo de perdición, porque está dedicado a destrucción cierta, y es el instrumento para destruir a muchos, de cuerpo y alma. Como Dios estuvo en el templo antiguo y allí lo adoraban, ahora está en su Iglesia y con ella; de la misma manera el anticristo aquí mencionado es un usurpador de la autoridad de Dios sobre la Iglesia cristiana, y reclama honores divinos.

Pablo describe el fin del mundo y la Segunda Venida de Cristo. Dice que están por venir gran sufrimiento y problemas y que el malvado no prevalecerá porque Cristo volverá para juzgar a todos. Aunque Pablo presenta algunos signos del final de los tiempos, su énfasis, como el de Jesús (Marcos 13) está en la necesidad de que cada persona esté preparada para el regreso de Cristo, viviendo correctamente día a día. Si estamos preparados no tenemos que preocuparnos acerca de los acontecimientos previos al tiempo en que volverá. Dios controla todos los acontecimientos. 
  En la Biblia, el día del Señor es usado en dos formas: puede significar el fin de los tiempos (comenzando con el nacimiento de Cristo y continuando hasta hoy) y puede significar el día del juicio final (que está por venir). Debido que algunos falsos maestros andaban diciendo que el día del juicio ya había llegado, muchos creyentes estaban esperando con expectación su vindicación y alivio del sufrimiento. Pero el día del juicio no había llegado aún; otros hechos tendrían que ocurrir primero.

  "Espíritu, palabra y carta" podría referirse al hecho de que las falsas enseñanzas pudieron haber venido de: alguien que decía haber recibido una revelación divina;   alguien que enseñaba algo como si hubiese venido de Pablo; o   alguien que distribuía una carta supuesta mente escrita por Pablo.

  A través de la historia ha habido individuos que han predicado lo malo y han sido hostiles a todo lo que Cristo representa (1 Juan 2:18; 1 Juan 4:3; 2 Juan 1:7). Estos anticristos han existido en cada generación y continuarán su obra de maldad. Entonces, justo antes de la Segunda Venida de Cristo, se levantará "el hombre de pecado, el hijo de perdición", un individuo realmente maligno. Será la herramienta de Satanás, equipado con el poder de Satanás (1 Juan 2:9). Este hombre sin ley será el anticristo.
Sin embargo, es peligroso etiquetar a cualquiera persona como el anticristo y tratar de predecir la venida de Cristo basados en esas suposiciones. Pablo menciona el anticristo, no para que podamos reconocerlo específicamente, sino para que podamos estar preparados para hacer frente a todo lo que amenace nuestra fe. Si nuestra fe es fuerte, no tenemos por qué temer lo que esté por delante, porque sabemos que este hombre sin ley ya ha sido vencido por Dios, no importa cuán poderoso llegue a ser o cuán terrible parezca nuestra situación. Dios está en control de todo y será victorioso sobre el anticristo. Nuestra tarea es estar preparados para el regreso de Cristo y extender el evangelio para que aun más personas estén preparadas.

  Cuando Pablo primero escribió a los tesalonicenses, estaban en peligro de perder su esperanza en la Segunda Venida de Cristo. Después se fueron al otro extremo, al punto que algunos de ellos pensaban que Jesús vendría en cualquier minuto. Pablo trató de restablecer el balance, describiendo ciertos hechos que tendrán lugar antes del regreso de Cristo. Por eso nuestro deber es escudriñar como atalayas para que viendo los acontecimientos que suceden en el mundo, perseveremos en santidad, obediencia y oración. Sabiendo que cuando menos lo esperemos, en un abrir y cerrar de ojos seremos transformados y arrebatados a la presencia de nuestros Señor y Salvador Jesucristo.

¡¡Velemos!!