2 Tesalonicenses 1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y
nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de
vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni
por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no
vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición, 4
el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios.
Si surgen errores entre los cristianos debemos corregirlos; y los
hombres de fe tendrán cuidado para suprimir los errores que surgen de entender
mal sus palabras y acciones. Tenemos un adversario astuto que está velando para
hacer el mal y fomentar errores hasta por las palabras de la Escritura.
Muchos buscan la controversia y sacan versículos fuera de contexto
para tener un pretexto de sus erróneas enseñanzas, para desviar consciente o
inconscientemente a las almas confiadas, que se limitan a escuchar sin
comprobar en la Palabra de Dios en la Biblia, tales doctrinas.
A día de hoy hay muchos rumores de que algo “gordo” va ocurrir en este
mes de septiembre de 2015. Buscan asustar con complicadas teorías, masónicas e
iluminatis, para decir que el fin se va a producir. Esos agoreros siempre los
hubo a lo largo de la historia de la humanidad, y nunca han dado una en el
clavo.
Sabemos que Cristo va a volver a recoger a su Iglesia antes de que la “gran
tribulación” asole la humanidad, pero la fecha solo la sabe Dios.
Cualquiera sea la incertidumbre que tengamos o cualquiera sean los
errores que surjan sobre el tiempo de la venida de Cristo, la venida misma es
inminente. Esta ha sido la fe y la esperanza de todos los cristianos en todas
las edades de la Iglesia; fue la fe y la esperanza de los santos del Antiguo
Testamento. Todos los creyentes serán reunidos en Cristo para estar con Él y
ser felices en su presencia para siempre. Debemos creer firmemente la segunda
venida de Cristo, pero los tesalonicenses estaban ante el peligro de cuestionar
la verdad o certeza de la cosa misma por estar equivocados en cuanto al tiempo.
Las doctrinas falsas son como los vientos que mueven el agua de aquí para allá
e inquietan la mentes de los hombres que son tan inestables como el agua. Basta
con que nosotros sepamos que nuestro Señor vendrá y recogerá a todos sus santos
a Él.
Se da una razón del por qué ellos no debían esperar la venida de
Cristo como inmediata. Primero tendría que haber una gran caída, la que
ocasionará el levantamiento del anticristo, el hombre de pecado. Ha habido
grandes debates sobre quién o qué se entiende por este hombre de pecado e hijo
de perdición. El hombre de pecado no sólo practica el pecado; también promueve
y comanda el pecado y la maldad en los demás; es el hijo de perdición, porque
está dedicado a destrucción cierta, y es el instrumento para destruir a muchos,
de cuerpo y alma. Como Dios estuvo en el templo antiguo y allí lo adoraban,
ahora está en su Iglesia y con ella; de la misma manera el anticristo aquí
mencionado es un usurpador de la autoridad de Dios sobre la Iglesia cristiana,
y reclama honores divinos.
Pablo describe el fin del mundo y la Segunda Venida de Cristo. Dice
que están por venir gran sufrimiento y problemas y que el malvado no
prevalecerá porque Cristo volverá para juzgar a todos. Aunque Pablo presenta
algunos signos del final de los tiempos, su énfasis, como el de Jesús (Marcos
13) está en la necesidad de que cada persona esté preparada para el regreso de
Cristo, viviendo correctamente día a día. Si estamos preparados no tenemos que
preocuparnos acerca de los acontecimientos previos al tiempo en que volverá.
Dios controla todos los acontecimientos.
En la
Biblia, el día del Señor es usado en dos formas: puede significar el fin de los
tiempos (comenzando con el nacimiento de Cristo y continuando hasta hoy) y
puede significar el día del juicio final (que está por venir). Debido que
algunos falsos maestros andaban diciendo que el día del juicio ya había
llegado, muchos creyentes estaban esperando con expectación su vindicación y
alivio del sufrimiento. Pero el día del juicio no había llegado aún; otros
hechos tendrían que ocurrir primero.
"Espíritu, palabra y carta" podría
referirse al hecho de que las falsas enseñanzas pudieron haber venido de:
alguien que decía haber recibido una revelación divina; alguien que enseñaba algo como si hubiese
venido de Pablo; o alguien que
distribuía una carta supuesta mente escrita por Pablo.
A través
de la historia ha habido individuos que han predicado lo malo y han sido
hostiles a todo lo que Cristo representa (1 Juan 2:18;
1 Juan 4:3; 2 Juan 1:7). Estos anticristos han existido en cada generación
y continuarán su obra de maldad. Entonces, justo antes de la Segunda Venida de
Cristo, se levantará "el hombre de pecado, el hijo de perdición", un
individuo realmente maligno. Será la herramienta de Satanás, equipado con el
poder de Satanás (1 Juan 2:9). Este hombre sin
ley será el anticristo.
Sin embargo, es peligroso etiquetar a cualquiera persona como el
anticristo y tratar de predecir la venida de Cristo basados en esas
suposiciones. Pablo menciona el anticristo, no para que podamos reconocerlo
específicamente, sino para que podamos estar preparados para hacer frente a
todo lo que amenace nuestra fe. Si nuestra fe es fuerte, no tenemos por qué
temer lo que esté por delante, porque sabemos que este hombre sin ley ya ha
sido vencido por Dios, no importa cuán poderoso llegue a ser o cuán terrible
parezca nuestra situación. Dios está en control de todo y será victorioso sobre
el anticristo. Nuestra tarea es estar preparados para el regreso de Cristo y
extender el evangelio para que aun más personas estén preparadas.
Cuando Pablo primero escribió a los tesalonicenses,
estaban en peligro de perder su esperanza en la Segunda Venida de Cristo.
Después se fueron al otro extremo, al punto que algunos de ellos pensaban que
Jesús vendría en cualquier minuto. Pablo trató de restablecer el balance,
describiendo ciertos hechos que tendrán lugar antes del regreso de Cristo. Por
eso nuestro deber es escudriñar como atalayas para que viendo los
acontecimientos que suceden en el mundo, perseveremos en santidad, obediencia y
oración. Sabiendo que cuando menos lo esperemos, en un abrir y cerrar de ojos
seremos transformados y arrebatados a la presencia de nuestros Señor y Salvador
Jesucristo.
¡¡Velemos!!