Hebreos 4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en
su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos
de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Romanos 2:16 en el día
en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio.
Nada puede ocultarse de Dios. El
ve todo lo que hacemos y tiene conocimiento de todo lo que pensamos. Aun cuando
estemos pasando por alto su presencia, El está allí. Cuando procuramos
ocultarnos de Dios, El nos ve. No podemos tener secretos para El. Es consolador
saber que, aunque nos conoce íntimamente, sigue amándonos. Cuando somos
conscientes que Dios nos observa allí donde estemos; que conoce nuestras
intenciones y pensamientos sean de la naturaleza que sean; que sabe nuestros sueños, emociones, sentimientos...podemos entonces
vivir confiadamente sabiendo que no nos pierde de vista en ningún momento. Por
eso todo lo que hagamos sea de agrado a sus ojos y nunca tenga que avergonzarse
de nosotros.
Las Sagradas Escrituras son la
palabra de Dios. Cuando Dios la instala por su Espíritu, convence
poderosamente, convierte poderosamente y consuela poderosamente. Hace que sea
humilde el alma que ha sido orgullosa por mucho tiempo; el espíritu perverso sea
manso y obediente. Los hábitos pecaminosos que se han vuelto naturales para el
alma, estando profundamente arraigados en ella, son separados y cortados por la
espada. Dejará al descubierto a los hombres sus pensamientos y propósitos, las
vilezas de muchos, los malos principios que los mueven, las finalidades
pecaminosas para las cuales actúan. La palabra mostrará al pecador todo lo que
hay en su corazón.
Aferrémonos firmes las doctrinas de la fe cristiana en nuestras cabezas, sus principios vivificantes en nuestros corazones, su confesión franca en nuestros labios, y sometámonos a ellos en nuestras vidas.
Que el temor de Dios gobierne nuestras vidas, teniendo la conciencia continua de que Dios observa con paciencia todo lo que hacemos, decimos, sentimos, pensamos; que Dios ve TODO que conoce nuestras intenciones, motivaciones al hacer o decir algo y nada hay oculto que Dios no saque a la luz y se haga manifiesto. Sabedores de esto, podemos vivir cercanos y confiando en Dios Padre por medio de su Hijo Jesucristo con el auxilio del Espíritu Santo.
Oremos por aquellos que llevan doble vida.
Que el Espíritu Santo los confronte y aparte para que no sean piedra de tropiezo y mal testimonio en la iglesia.
Aferrémonos firmes las doctrinas de la fe cristiana en nuestras cabezas, sus principios vivificantes en nuestros corazones, su confesión franca en nuestros labios, y sometámonos a ellos en nuestras vidas.
Que el temor de Dios gobierne nuestras vidas, teniendo la conciencia continua de que Dios observa con paciencia todo lo que hacemos, decimos, sentimos, pensamos; que Dios ve TODO que conoce nuestras intenciones, motivaciones al hacer o decir algo y nada hay oculto que Dios no saque a la luz y se haga manifiesto. Sabedores de esto, podemos vivir cercanos y confiando en Dios Padre por medio de su Hijo Jesucristo con el auxilio del Espíritu Santo.
Oremos por aquellos que llevan doble vida.
Que el Espíritu Santo los confronte y aparte para que no sean piedra de tropiezo y mal testimonio en la iglesia.