} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA APOSTASÍA CRISTIANA EN LOS ÚLTIMOS DÍAS

lunes, 4 de julio de 2016

LA APOSTASÍA CRISTIANA EN LOS ÚLTIMOS DÍAS


La expresión “últimos días” u otras expresiones similares a veces guardan relación con la apostasía que surgiría dentro de la congregación cristiana. El apóstol Pablo escribió a Timoteo: “La expresión inspirada dice definitivamente que en períodos posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios”. En una carta posterior a Timoteo, Pablo de nuevo analizó esta cuestión, y se refirió a los “últimos días” como un período todavía futuro. Debido a que para ese entonces las personas se comportarían impropiamente, serían “tiempos críticos, difíciles de manejar”, o, más literalmente, “tiempos señalados fieros”. (2Ti 3:1)
Después de mencionar con todo detalle el proceder descarriado y pervertido que prevalecería entre las personas que vivieran en ese tiempo, Pablo continuó: “De estos se levantan aquellos hombres que astutamente logran introducirse en las casas y se llevan como cautivas suyas a mujeres débiles cargadas de pecados, llevadas de diversos deseos, que siempre están aprendiendo y, sin embargo, nunca pueden llegar a un conocimiento exacto de la verdad”. (2Ti 3:1-7.)
 A continuación contrastó a estas personas corruptas con Timoteo, quien había seguido fielmente la enseñanza del apóstol, y le animó a ‘continuar en las cosas que había aprendido y había sido persuadido a creer’.  El contexto muestra claramente que el apóstol estaba informando a Timoteo con gran antelación de las condiciones que se darían entre los que profesarían ser cristianos y de los resultados finales de la apostasía.
De manera similar, el apóstol Pedro les anticipó a sus compañeros cristianos las presiones que vendrían de dentro de la congregación: “También habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos”. (2Pe 2:1, 2.)
Esta misma advertencia se repite en las palabras de Judas, quien anima a los cristianos a que “luchen tenazmente por la fe”: “En cuanto a ustedes, amados, recuerden los dichos que han sido declarados previamente por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, que ellos solían decirles: ‘En el último tiempo habrá burlones, que procederán según sus propios deseos de cosas impías’”. (Jud 3, 17, 18.)
En las postrimerías del siglo I, E.C., la clase apóstata era ya una realidad irreversible. El fruto de aquella apostasía es hoy un hecho manifiesto; los “últimos días” a los que Pablo se había referido han llegado.

“La conclusión del sistema de cosas.”

 Sin embargo, como Jesucristo había predicho, la apostasía no afectaría a todos los cristianos; los verdaderos serían como “trigo” entre “mala hierba”. Después de comenzar la presencia invisible de Cristo en espíritu y durante “la conclusión del sistema de cosas” (que existiría entonces), se tendría que poner de manifiesto una clara separación entre ambas clases. La “mala hierba”, “los hijos del inicuo”, serían ‘juntados del reino del Hijo del hombre’. Esta limpieza de la verdadera congregación cristiana dejaría un campo de trigo limpio. Los cristianos falsos quedarían fuera de la congregación cristiana verdadera. Finalmente, los que fuesen como “la mala hierba” serían arrojados en el “horno de fuego”, en tanto que los que se asemejasen al “trigo” “resplandecerían tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre”. (Mt 13:24-30, 37-43.)
Todo esto señalaría claramente la parte final del sistema de cosas bajo el gobierno inicuo de Satanás antes de que fuese destruido.
Además, la ilustración da a entender que la apostasía produciría su fruto completo de iniquidad durante la “conclusión del sistema de cosas” dominado por Satanás. Por lo tanto, sería en aquel tiempo cuando las condiciones de las que hablaron los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas como señal de los “últimos días” se manifestarían a gran escala entre los que profesaran ser cristianos. Aumentarían el desafuero y la desobediencia a los padres; y los hombres serían “amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder”. (2Ti 3:2-5.) También aparecerían “burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación’”. (2Pe 3:3, 4.)
La ilustración profética de Jesús mostró asimismo que pasaría cierto tiempo antes de que se manifestasen por completo los que eran semejantes a la mala hierba y finalmente se les destruyese. Como los apóstoles sabían esto, el uso que ellos hicieron de expresiones como “últimos días”, “última hora” y otras similares con relación a la apostasía, no significaba que pensaban que era inminente la presencia de Jesús y la posterior destrucción de los impíos. Pablo señaló a los tesalonicenses: “Sin embargo, hermanos, tocante a la presencia de nuestro Señor Jesucristo y el ser nosotros reunidos a él, les solicitamos que no se dejen sacudir prontamente de su razón, ni se dejen excitar tampoco mediante una expresión inspirada, ni mediante un mensaje verbal, ni mediante una carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día de Jehová esté aquí. Que nadie los seduzca de manera alguna, porque no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción”. (2Te 2:1-3.)

“Último día.”

La Biblia también se refiere a un “último día” durante el cual tendrá lugar la resurrección de los muertos.   En Juan 12:48 este “último día” se relaciona con un tiempo de juicio. Por lo tanto, es obvio que aplica a un tiempo futuro mucho más distante que el fin del período apostólico.  




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