(Estudio bíblico familiar 15 noviembre 2016)
1 Juan 2:19 Salieron de
nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos
son de nosotros.
Por cómo se han
producido las cosas, Juan ve en la Iglesia un tiempo de zarandeo. Los falsos
maestros habían salido voluntariamente de la comunidad cristiana; y ese hecho
había dejado bien claro que realmente no formaban parte de ella. Eran ajenos, y
su propia conducta lo había demostrado. Estos muchos anticristos habían sido miembros de la iglesia.
Pertenecieron a la organización visible, pero Juan se apresura a decir que no
eran de nosotros. Y añade que salieron, para que fuera evidente que no todos
eran de nosotros. Su membresía había sido meramente apariencia. Es la doctrina
de “la iglesia invisible” si bien esa terminología se incorporó al léxico
siglos después.
Los anticristos no fueron totalmente extraños a la iglesia; un día
salieron de ella, pero en realidad no pertenecieron a ella. Juan no dio una
razón por la que no permanecieron. Es claro que sus razones para formar parte,
al comienzo, fueron equivocadas. Hoy muchas personas son "cristianas"
por menos que las mejores razones. Quizás ir a la iglesia sea una tradición
familiar. A lo mejor gustan de los contactos sociales y de negocios que pueden
desarrollar allí. O posiblemente el ir a la iglesia es un hábito de años, y
nunca se detuvieron a preguntarse por qué lo hacían.
¿Cuál es tu razón fundamental
para ser cristiano? A menos que sea una razón cristocéntrica, podrías en
realidad no serlo. No debieras conformarte con menos de lo que es mejor. Tú
puedes relacionarte con Cristo personalmente y llegar a ser un discípulo leal y
confiable.
«Todos ellos no son
de nosotros,» o, como podríamos decir mejor: «Ninguno de ellos es de nosotros.»
Es decir: que, por muy simpáticos que se hicieran algunos de ellos, y por muy
elevada que pareciera su enseñanza, sólo era conocimiento intelectual nada más,
eran todos juntamente ajenos a la Iglesia.
Es
posible que lo que la frase quiere decir sea que estos hombres habían salido de
la Iglesia para dejar bien claro que “no
todos los que están en la Iglesia pertenecen a ella realmente.” "La
membresía de la Iglesia no garantiza a nadie de que una persona pertenezca a
Cristo y no al Anticristo.» «La membresía externa no es prueba de la unión
interna.» Como Pablo había dicho: «Porque no todos los que son descendientes de
Israel pertenecen a Israel» (Romanos 9:6). Un tiempo como el que había venido
sobre el pueblo de Juan tenía su valor, porque cribaba lo falso de lo
verdadero. . “Son
como humores malos en el cuerpo de Cristo, la Iglesia: cuando se los expele,
entonces el cuerpo queda aliviado: el cuerpo de Cristo está aún en tratamiento,
y no ha alcanzado aún la perfecta salud que tendrá sólo en la resurrección.”
El apóstol exhorta a los
cristianos a permanecer fieles en la comunión cristiana ante el gran peligro
que les amenaza. Porque los anticristos ya están en el mundo. Son los herejes
que se esfuerzan por apartar a los fieles de Cristo. La aparición de estos
seductores y anticristos es señal de que la hora de la parusía está próxima. El
tema de la proximidad de la parusía era una doctrina enseñada en toda la
Iglesia primitiva .
Los anticristos de
que habla el apóstol eran los falsos doctores, que antes habían pertenecido a
la comunidad a la cual se dirige San Juan. Formaban parte de ella sólo
exteriormente, porque no le pertenecían interiormente. No poseían su fe ni su
espíritu. Eran falsos hermanos, lobos con piel de oveja . Y la prueba de que no eran verdaderos
cristianos está en que no han permanecido con nosotros. Su espíritu de hipocresía no era
compatible con el Espíritu de verdad que mora en los cristianos. Como miembros
muertos del Cuerpo místico de Cristo, se separaron del resto de los cristianos:
De los nuestros han salido. Esta separación fue providencial, pues así
la comunidad ha sido purificada, y ha desaparecido un peligro grave de
contaminación.
Juan,
al decir que no eran de los nuestros, no quiere significar que quien cae en el
error o en el pecado no haya estado antes en la verdad o en la justicia. Lo que
quiere decir es que ordinariamente los que caen en el error es que antes no se
habían adherido sinceramente a la verdad de la fe salvadora. El cristiano
auténtico entra tan de lleno y tan decididamente en la nueva luz divina de
Cristo, que de ningún modo puede volverse atrás, contando siempre,
naturalmente, con la ayuda eficaz de la gracia. Sin embargo, en el plan divino
entra que la doctrina de Jesucristo sea motivo de separación entre los que la
reciben y los que la rechazan. Y una tal separación pondrá de manifiesto la
fidelidad de los verdaderos cristianos. Juan identifica otros anticristos, como los herejes (los
«creyentes» falsos, divisionistas y destructivos) que abandonaron la Iglesia (1 Tesalonicenses 5:14-19).
Todo hombre que niega la Persona o alguno de los
oficios de Cristo es anticristo; y al negar al Hijo, niega también al Padre, y
no tiene parte en su favor porque rechaza su gran salvación. Que esta profecía
la aparición de seductores en el mundo cristiano nos resguarde de ser
seducidos. La Iglesia no sabe bien quiénes son sus miembros verdaderos, ni
quienes no lo son, pero así se prueba a los verdaderos cristianos que se hacen
más vigilantes y humildes. Los verdaderos cristianos son los ungidos, como su
nombre lo expresa: son los ungidos por el Espíritu Santo con gracia, con dones
y privilegios espirituales. Las mentiras más grandes y perjudiciales que
difunde el padre de mentira en el mundo suelen ser falsedades y errores
relativos a la persona de Cristo. Sólo la unción del Santo puede guardarnos de
los engaños. Mientras juzgamos favorablemente a todos los que confían en Cristo
como el Salvador Divino, y obedecen su palabra y procuran vivir unidos con
ellos, tengamos lástima y oremos por los que niegan la deidad de Cristo o su
expiación y la obra de nueva creación que hace el Espíritu Santo. Protestemos
contra la doctrina anticristiana y guardémonos de ellos lo más que podamos.
Para ser cristiano es indispensable permanecer en
"lo oído desde el principio” y en
la confesión adecuada de la fe. Jesús es el Cristo. Los que lo niegan son
anti-cristos ; y su aparición es signo evidente de que estamos en el tiempo último,
pues, según la concepción bíblico-cristiana, su presencia era predecesora del
fin. La comunidad está ungida por el Santo, que es Jesucristo; y ella lo sabe;
sabe que ha sido santificada por el don del Espíritu. Es la creencia esencial
del cristianismo primitivo. El cristiano ha recibido el Espíritu.
Hay más falsos maestros y profetas hoy, que
nosotros predicando verdad, y muchos prestan atención a sus doctrinas de
demonios, niegan al Mesías, apostatan de la fe; estos son los que retroceden y
después ya no tienen regreso Hebreos 6:4.
No hay comentarios:
Publicar un comentario