(Estudio bíblico 19 noviembre 2016)
1 Juan
2:22-23
¿Quién
es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Ungido de Dios? El Anticristo
es el que niega al Padre y al Hijo. El que niegue al Hijo, tampoco tiene al
Padre; y el que reconozca al Hijo, tiene también al Padre.
Como ha dicho alguien, negar que Jesús es el
Cristo es la mentira capital, la mentira p0r excelencia, la mentira más
grande de todas las mentiras.
Juan dice que, el
que niegue al Hijo, tampoco tiene al Padre. Lo que se encuentra tras este dicho
es lo siguiente. Los falsos maestros presentaban su postura diciendo: «Puede
ser que tengamos ideas diferentes de las vuestras acerca de Jesús; pero
vosotros y nosotros tenemos la misma doctrina acerca de Dios." La
respuesta de Juan es que esa es una postura imposible; ninguna persona puede
negar al Hijo si pretende tener al Padre; o negar al Padre si pretende tener al
Hijo. ¿Cómo llega a esta conclusión?
Llega a ella porque
nadie que acepte la enseñanza del Nuevo Testamento puede llegar a otra. Es la
enseñanza consecuente del Nuevo Testamento, y es lo que Jesús dice acerca de Sí
mismo: que, aparte de Él, nadie puede conocer a Dios. Jesús dijo claramente que
nadie conoce al Padre excepto el Hijo, y aquel a quien el Hijo le revele
ese conocimiento (Mat_11:27 ; Luc_10:22 ). Jesús dijo: «El que cree en
Mí, no cree sólo en Mí, -sino también en el Que Me envió; y el que Me vea Mí,
ve al Que Me envió» (Jua_12:44 s). Cuando, hacia el fin de Su vida, Felipe dijo
que se conformaban con que Jesús les mostrara al Padre, la respuesta de Jesús
fue: "El que Me ha visto, ha visto al Padre» (Jua_14:6-9 ). Es
a través de Jesús como se llega a conocer a Dios; es en Jesús donde se puede
uno acercar a Dios. Si Le negamos a Jesús el derecho a hablar, si negamos Su
conocimiento especial y su relación especial con Dios, no podemos seguir
teniendo confianza en lo que Él dice. Sus palabras no pasarían de ser las
suposiciones que podría hacer cualquier hombre bueno y grande. Aparte de Jesús
no tenemos ningún conocimiento seguro de Dios; negarle a Él es al mismo tiempo
perder todo contacto con Dios.
Jesús afirma que la
reacción que se tenga con Él es la misma que se tiene con Dios, y que de ella
depende el destino en el tiempo y en la eternidad. Jesús dijo: "A
cualquiera que Me confiese delante de los hombres, Yo también le confesaré
delante de Mi Padre que está en el Cielo; y a cualquiera que Me niegue delante
de los hombres, Yo también le negaré delante de Mi Padre Que está en el Cielo» (Mat_10:32 s).
Negar a Jesús es estar separado
de Dios, porque nuestra relación con Dios depende de nuestra reacción a Jesús. Negar
a Jesús es sin duda la mentira capital, porque es perder totalmente la
fe y el conocimiento que Él solo hace posible. La mentira que esparcen los
anticristos es la afirmación de que Jesús no es el Cristo. Niegan, por
lo tanto, la divinidad de Jesucristo, la filiación divina de Cristo. Bastantes
autores ven aquí una alusión probable al error de los ebionitas, herejes
gnósticos que concebían a Cristo como un eón que descendió sobre el
hombre Jesús en el bautismo y que lo abandonó en el momento de la pasión. En
cuyo caso el que habría muerto y resucitado sería tan sólo el hombre Jesús. De
donde se deduce que esta herejía negaba la divinidad de Cristo y la redención.
Negar que Jesús es el Cristo es lo mismo que negar que es el Hijo de Dios. Y
negar al Hijo es también negar al Padre, por la correlación existente entre la
filiación y la paternidad y porque el Hijo es la revelación del Padre. El Hijo
es inseparable del Padre. Y “nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien
el Hijo quisiere revelárselo.” En cambio, el que conoce y confiesa al Hijo está
en íntima comunión con el Padre, y tiene en sí al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo. Una vez que Cristo vino al mundo, no hay comunión posible
con Dios sino a través del Hijo. Jesucristo es el único camino que conduce
realmente a los fieles a la verdadera unión con Dios.”
Podemos decir que
hay tres confesiones de Jesús en el Nuevo Testamento. Está la confesión de que
Él es el Hijo de Dios (Mat_16:16 ; Jua_9:35-38 ); está la confesión de que
Él es el Señor (Flp_2:11 ); y está la confesión de que Él es el Mesías
(1Jn_2:22 ).
La esencia de cada una de ellas es la afirmación de que Jesús tiene una
relación única con Dios. Y negar esa relación es negar la certeza de que todo
lo que Jesús dijo acerca de Dios es verdad. La fe cristiana depende de la
relación única de Jesús con Dios. Juan, por tanto, tiene razón: el que niegue
al Hijo, también ha perdido al Padre.
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