} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIZACIÓN MUNDIAL

sábado, 26 de noviembre de 2016

EVANGELIZACIÓN MUNDIAL


Sólo hay dos grupos de personas en el mundo: los que han escuchado y creído el evangelio de Jesús y aquellos que no. Los que han nacido de nuevo por fe en Jesucristo, y los que creen pueden salvarse por méritos propios. Si quienes lo hemos escuchado, y creído, rehúsamos proclamarlo, Dios recompensará a cada uno «de acuerdo con sus obras». Somos responsables por nuestra generación. Aunque la gente a menudo debate en cuanto a la suerte de aquellos que murieron sin escuchar el evangelio, este pasaje revela la importancia de alcanzar a aquellos que están vivos aún. Aquellos perdieron su oportunidad, su incredulidad los condenó al infierno.
Una orientación práctica, tomada de Hechos_13:36, podría enseñarnos: David sirvió a su generación por la voluntad divina. No podemos retornar a la pasada generación, tampoco alcanzar la próxima, pero sí servir a ésta. La única generación por la cual Dios nos hace responsables es la nuestra.(Salmos_2:8/Isaías_40:8-11).
Jehová es el gran Evangelizador o Portador de buenas nuevas. Después que Adán pecó, las palabras de Génesis 3:15 acerca de que habría una descendencia que aplastaría la cabeza de la serpiente fueron buenas nuevas, y supusieron una esperanza para la humanidad. (Romanos 8:20.) Al ampliar la promesa sobre la descendencia, Jehová Dios le declaró a Abrahán buenas nuevas. (Gálatas 3:8; Génesis 12:1-3.) En Isaías 52:7 se profetizó que alguien ‘traería buenas nuevas’ con respecto a la restauración de los judíos de Babilonia.
El apóstol Pablo cita este texto en conexión con la evangelización que efectuamos los cristianos. (Romanos 10:15.) El ángel Gabriel actuó como evangelizador cuando anunció a Zacarías las buenas nuevas del venidero nacimiento de Juan el Bautista, y a María las del nacimiento de Jesús. Otro ángel informó de la buena nueva a los pastores cuando Jesús nació. (Lucas 1:18-38; 2:10.) Juan el Bautista fue un evangelizador, pues se dice que “continuó declarando las buenas nuevas al pueblo”. (Lucas 3:18.) De hecho, todos los discípulos de Jesús participaron en el ministerio público de declarar las buenas nuevas, de modo que fueron evangelizadores. (Hechos 8:4.)

Misioneros evangelizadores especiales.
Aunque todos los cristianos recibimos la comisión de ser evangelizadores de las buenas nuevas y predicar a otras personas, esta palabra se usa de un modo especial en Efesios 4:8, 11, 12. En este pasaje, Pablo habla de las “dádivas en hombres” que Cristo entregó a la congregación cuando ascendió a los cielos: “Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros para la edificación del cuerpo del Cristo”. El trabajo específico de estos evangelizadores era el de ser misioneros. Ellos a menudo abrirían nuevos campos en lugares donde no se había predicado antes. En la lista de Efesios 4:11 los evangelizadores preceden a los pastores y a los maestros, porque después que se han predicado las buenas nuevas y se han hecho discípulos, los pastores y los maestros continúan la obra de edificación.
Felipe es un ejemplo de alguien a quien se llama específicamente evangelizador. Después del Pentecostés, inició la obra en la ciudad de Samaria con gran éxito. Guiado por un ángel, Felipe le predicó las buenas nuevas acerca del Cristo a un eunuco etíope, a quien él mismo bautizó. Más tarde, el espíritu condujo a Felipe a predicar en Asdod y en todas las ciudades hasta llegar a Cesarea. (Hechos 8:5, 12, 14, 26-40.) Asimismo, Pablo trabajó de forma activa en la evangelización. (2Corintios 10:13-16.) También Timoteo fue un evangelizador o misionero. Cuando Pablo le dio su última exhortación, subrayó de manera especial la evangelización: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente”. Timoteo participaba con otros cristianos en la predicación de las buenas nuevas y, como era superintendente en Éfeso, también se dedicaba al pastoreo y la enseñanza. (2Timoteo 4:5; 1Timoteo 1:3.)

La evangelización en el “tiempo del fin”.

 La obra de evangelización más extensa de toda la historia tendría que efectuarse en el “tiempo del fin”, según la declaración de Jesús registrada en Mateo 24:14: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada; y entonces vendrá el fin”. En la actualidad, las naciones tienen sus misioneros en el campo de la economía, la política, la medicina, etc.; sin embargo, a los cristianos se nos manda predicar el reino de Dios y hacer discípulos de Jesucristo. (2 Timoteo 4:2; 1 Corintios 9:16; 1 Pedro 1:12, 25; 4:17.) El ángel que vuela en medio del cielo con las buenas nuevas eternas hace la siguiente proclamación: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”. (Apocalipsis 14:6, 7.)
 Estas son las buenas nuevas que el evangelizador o misionero cristiano debe llevar. Así como la Biblia habla de algunos cristianos, como Felipe, que fueron misioneros o evangelizadores en un sentido especial, en la actualidad algunos cristianos tal vez vayan a otros países para predicar en calidad de misioneros. (Hechos 21:8.) No obstante, todos los cristianos estamos comisionados y obligados a ser evangelizadores donde sea que nos encontremos, predicando las buenas nuevas a hombres de toda clase utilizando todos los medios que Dios nos pone a nuestro alcance. (Romanos 10:9, 10.)

¡Maranatha!

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