} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL NACIMIENTO DEL REY DE REYES (Tercera parte)

viernes, 22 de diciembre de 2023

EL NACIMIENTO DEL REY DE REYES (Tercera parte)


22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,

 Y llamarás su nombre Emanuel,

que traducido es: Dios con nosotros.

 

Ahora bien, todo esto fue hecho... Estas no son palabras del ángel, sino del evangelista; observando que el hecho de que María concibiera del Espíritu Santo y su concepción de una manera tan extraordinaria, siendo una virgen pura, antes de que ella y José se unieran, que aunque estaba desposada con él, no era tocada por él, todo se produjo de esta manera, y en tales circunstancias,

Para que se cumpliera lo dicho por el Señor por el Profeta; es decir, el profeta Isaías, y así se lee en algunos ejemplares. El pasaje al que se hace referencia es en Isaías 7:14 (Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN hijo, y llamará su nombre Emmanuel.) lo que allí se habla fue por inspiración divina; fue hablado del Señor por el profeta; el Espíritu del Señor habló por él. Los profetas y santos en el pasado hablaban siendo inspirados por el Espíritu Santo; de modo que lo que dijeron debe considerarse como la palabra de Dios. Ahora bien, entre la profecía de Isaías mencionada y el hecho aquí registrado por el evangelista, hay un completo acuerdo: la profecía muestra la voluntad, el consejo y la determinación de Dios sobre este asunto; el cumplimiento del mismo, la fidelidad y veracidad de Dios en Su Palabra; la predicción declara que la cosa sería, y la cosa misma fue hecha, para que se cumpliera lo dicho; no simplemente a modo de acomodación, ni en un sentido típico y místico, sino en un sentido estricto, propio y literal.

El contexto original de Isaías 7:14 tiene que ver con una crisis de Judá, el reino del sur, cuando Acaz era rey. Peka, rey de Israel, y Rezín, rey de Siria, vinieron contra Jerusalén para conquistarla. Dios mandó un mensaje a Acaz, por medio de Isaías el profeta, asegurándole de su protección. Además, le mandó que pidiera una señal que serviría para confirmar la promesa de Jehová. Acaz se negó a pedir una señal, pero igual Jehová le mandó una señal. La señal consistía en una promesa de que Jehová libraría a su pueblo de las amenazas de los enemigos dentro del plazo necesario para que una doncella se casara, tuviera un hijo, y que ese hijo llegara a la edad para distinguir entre lo bueno de lo malo. El nombre Emanuel, que significa Dios con nosotros, señalaba una persona que sería una manifestación real y visible de la intervención de Dios a favor de su pueblo.

Esta profecía se cumplió cuando Dios levantó a Asiria como su instrumento para castigar a los enemigos de Judá, de modo que Asiria llegó a ser el garrote de mi furor (Isaías 10:5 Oh Assur, vara y bastón de mi furor; en su mano he puesto mi ira.). Pero, el segundo cumplimiento de la profecía, el más perfecto, tuvo lugar con el nacimiento del Hijo de Dios quien libraría al “Judá espiritual” —el verdadero pueblo de Dios, los creyentes en Cristo— del poder, las amenazas y la esclavitud de Satanás.

En el texto hebreo de Isaías 7:14, el término es “doncella” (una señorita de edad como para casarse), pero cuando se tradujo el AT al griego en el tercer siglo a. de J.C. (versión llamada Septuaginta, o la de los Setenta, cuya abreviatura es LXX), los traductores emplearon el término griego que significa “virgen”, en vez de “doncella”. Hay mucha especulación sobre este cambio. ¿Inspiró Dios a los traductores a hacer el cambio, o ellos optaron por un término esencialmente sinónimo? De todos modos, la doncella sería seguramente una virgen (Veamos las leyes de castidad, Deuteronomio 22:13-30 Cuando alguno tomare mujer, y después de haber entrado a ella la aborreciere, 14  y le pusiere algunas faltas, y esparciere sobre ella mala fama, y dijere: Esta tomé por mujer, y llegué a ella, y no la hallé virgen; 15  entonces el padre de la joven y su madre tomarán, y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta. 16  Y dirá el padre de la moza a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17  y, he aquí, él le pone tachas de algunas cosas, diciendo: No he hallado tu hija virgen; pero, he aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la ciudad. 18  Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19  y le han de multar en cien ciclos de plata, los cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la ha de tener por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20  Mas si este negocio fue verdad, que no se hubiere hallado virginidad en la joven, 21  entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán con piedras los hombres de su ciudad, y morirá; por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti. 22  Cuando se sorprendiere alguno echado con mujer casada con marido, ambos morirán, el varón que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel. 23  Cuando fuere joven virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se echare con ella; 24  entonces los sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y los apedrearéis con piedras, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque forzó a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti. 25  Mas si el hombre halló la joven desposada en la campo, y él la tomare, y se echare con ella, morirá sólo el hombre que con ella se habrá echado; 26  y a la joven no harás nada; no tiene la joven culpa de muerte; porque como cuando alguno se levanta contra su prójimo, y le quita la vida, así es esto. 27  Porque él la halló en el campo; dio voces la moza desposada, y no hubo quien la valiese. 28  Cuando alguno hallare una joven virgen, que no fuere desposada, y la tomare, y se echare con ella, y fueren hallados; 29  entonces el hombre que se echó con ella dará al padre de la joven cincuenta ciclos de plata, y ella será su mujer, por cuanto la afligió; no la podrá despedir en todos sus días. 30  No tomará alguno la mujer de su padre, ni descubrirá el regazo de su padre.). Felizmente nuestra creencia en el nacimiento virginal no se apoya únicamente en el uso del término “virgen” en el texto de Isaías. La afirmación más contundente y clara del nacimiento virginal se encuentra en Lucas 1:27-38 (a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la Casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28  Y entrando el ángel en donde ella estaba , dijo: ¡Gozo hallas, amada! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29  Mas ella, cuando le vio, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación fuese ésta. 30  Entonces el ángel le dice: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios. 31  Y he aquí, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. 32  Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y le dará el Señor Dios el trono de David su padre; 33  y reinará en la Casa de Jacob por siempre; y de su Reino no habrá fin. 34  Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Porque no conozco varón. 35  Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36  Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes a ella que era llamada la estéril; 37  porque ninguna cosa es imposible para Dios. 38  Entonces María dijo: He aquí la criada del Señor; cúmplase en mí conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. )

 

24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.

Entonces José se levantó del sueño, Es decir, se despertó del sueño, του υπνου "ese sueño", en el que naturalmente cayó, mientras meditaba sobre el asunto del embarazo de María; o más bien en el que fue arrojado por el Señor, con el propósito de poder tener una revelación de la voluntad de Dios en un sueño; y levantándose de su cama o del lugar donde se encontraba, inmediatamente y sin demora, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado; creyendo firmemente que era un mensajero de Dios el que le era enviado, y que este asunto era del Señor. Por lo tanto el tomó a su esposa, es decir, se casó públicamente con ella, con quien se había desposado antes, la llevó a su casa, vivió con ella como su esposa, y la reconoció como tal.

 

25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

La Iglesia Católica Romana afirma categóricamente la “Inmaculada Concepción” y la “Virginidad Perpetua” de María. El verso 25 ofrece dos expresiones que rebaten el dogma de la “Virginidad Perpetua” de María:

Primero, Mateo afirma que no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo. La expresión “conocer” es el modo más común para referirse a la relación sexual entre hombre y mujer. La manera más sencilla de afirmar la virginidad perpetua, si ésa fuese la intención de Mateo, sería de poner un punto después del verbo conoció. Pero Mateo agrega una cláusula adverbial que modifica el verbo conoció: hasta que ella dio a luz... El adverbio (realmente una conjunción de tiempo y un adverbio) hasta que significa que antes de ese punto en el tiempo prevalecía una condición, “no la conoció”, pero después prevaleció otra condición. Se implica que “la conoció”. Es decir, antes de ese punto en el tiempo (cuando dio a luz a su hijo), José no tuvo relación sexual con María, pero la implicación necesaria es que después, sí tuvo relación conyugal con ella.

Los que afirman la virginidad perpetua de María argumentan que la expresión “hasta que” no significa necesariamente que, luego del nacimiento de Jesús, José y María se hayan unido en relación conyugal. Sin embargo, la expresión hasta que que se usa en Mateo 1:25 Y no la conoció hasta que dio a luz a su hijo Primogénito; y llamó su nombre JESUS (en griego una conjunción acompañada por un adverbio) se encuentra 19 veces en el NT y siempre indica, o implica claramente, un cambio en la condición después de un punto en tiempo.  

En segundo lugar, el término “primogénito” se usa uniformemente para establecer la relación de Jesús con María. Al usar “primogénito”, el autor estaría destacando el hecho de que antes de Jesús, María no tuvo hijos; pero que después el término implica necesariamente sí, tuvo por lo menos uno más. Para el verso 25, la expresión “su hijo primogénito” tiene muy poco apoyo en los mejores manuscritos en griego.  

La interpretación presentada en los párrafos anteriores se ratifica por dos evidencias bíblicas que no dan lugar a dudas. En Mateo13:55-56 (55  ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas? 56  ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todo esto?), el autor nombra a cuatro hermanos de Jesús y también se refiere a “hermanas”. Entonces, el texto bíblico afirma que María tuvo por lo menos seis hijos, después de dar a luz a Jesús. Por otro lado, el NT se refiere a la relación entre Jesús y su Padre Celestial como “unigénito“. Si Jesús fuese el único hijo de María, cabe la pregunta: ¿Por qué no se usa “unigénito” también en relación con María?

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