Prefacio del traductor
Doy gracias a Dios, en primer lugar, por haberme permitido tener
acceso a esta obra tan importante y poder traducirla para el beneficio de los
lectores hispanohablantes. Esta es una de las muy pocas obras que pude
encontrar, que elabora los rasgos fundamentales de una cosmovisión cristiana,
que abarca no solamente la iglesia y la vida personal, sino todas las áreas de
la vida y de la sociedad. El lector evangélico, aunque tal vez simpatice con el
arminianismo, no debe sentir repugnancia ante el título de
"Calvinismo". Este no es en primer lugar un libro calvinista, sino un
libro cristiano que se esfuerza por devolver al cristianismo su significado
para la sociedad en general. Aunque el autor no disimula sus convicciones
calvinistas, su primera meta es desarrollar una cosmovisión cristiana,
consistente con los principios revelados en las Sagradas Escrituras. En nuestro
mundo de cambios rápidos, tenemos la tendencia de olvidarnos de las raíces
históricas. Y así, muchos evangélicos consideran que el calvinismo y la Reforma
son obsoletos, y que las iglesias evangélicas contemporáneas son la cumbre
máxima del desarrollo del cristianismo. Es cierto que los reformadores dijeron
muy poco o nada acerca de ciertos asuntos importantes que las iglesias
evangélicas descubrieron posteriormente: la importancia de una decisión
personal, las misiones mundiales, los dones espirituales, y otros. Pero tenemos
que preguntarnos si al descubrir nuevamente estas verdades, ¿no nos hemos en
cambio olvidado de otras verdades igualmente importantes, que fueron
enfatizadas en la Reforma? Una de estas verdades olvidadas es la injerencia de
nuestras convicciones cristianas, no solamente en nuestra vida privada, sino
también en el mundo "secular". Encuentro a muy pocos cristianos que
se preocupan por aplicar principios bíblicos a su trabajo diario
"secular". Las iglesias evangélicas de hoy han dividido el mundo en
dos esferas: una esfera "religiosa" de la iglesia, donde gobierna
Dios y se aplica Su Palabra, y una esfera "secular" donde la Biblia
no tiene nada que decir. El cristiano promedio, si tiene algún celo por su
Señor, se esfuerza por escapar de la "esfera secular" y por entregar
la mayor parte de sus esfuerzos a la "esfera religiosa". Pero de esta
manera, abandona su deber en el mundo y permite que todo tipo de influencias
anti-cristianas invadan la "esfera secular". La Biblia no conoce
ninguna "esfera secular" que se encuentre afuera del gobierno de
Dios. Por eso, es de mucha actualidad el llamado de Kuyper a reconquistar el
mundo para Cristo, en todas sus esferas. El conflicto entre cristianismo y
modernismo no ha desaparecido en los cien años que pasaron desde entonces, sino
se ha agudizado aun más. Y la polémica esporádica de Kuyper contra los
anabaptistas no se dirige en contra del bautismo de adultos, sino exactamente
en contra de esta tendencia de muchos evangélicos: de aplicar la Biblia
solamente a una "esfera religiosa" limitada, pero no a su vida diaria
en el "mundo secular". Es cierto que Kuyper escribe desde una época
histórica y una zona geográfica desconocidas para muchos lectores. Pero los
principios fundamentales que él elabora, se aplican a todas las naciones y
todos los tiempos, porque son derivados de la Palabra de Dios que es eterna. En
este sentido, es mi deseo que esta obra encuentre el interés de muchos
cristianos evangélicos.
Hans
Ruegg, 2003
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