LA
REVELACIÓN Y LAS ESCRITURAS
El término «revelación especial»
puede ser usado en más de un sentido. A veces denota las comunicaciones
directas de Dios al hombre en mensajes verbales y en sucesos milagrosos. Los
profetas y los apóstoles recibieron a menudo mensajes divinos mucho antes de
que los escribieran. Hoy día los encontramos en las Escrituras pero no forman
el todo de la Biblia. Una gran parte de la Biblia no fue dada a los escritores
sagrados en esta forma sobrenatural, sino que es el fruto de su estudio y
reflexión. De todos modos, la frase «revelación especial» se usa con referencia
a toda la Biblia, es decir, al conjunto de los hechos y de verdades redentoras
que se encuentran en las Escrituras, dentro de su conjunto histórico. La
Escritura nos garantiza estas verdades por el hecho de haber sido
infaliblemente inspiradas por el Espíritu Santo. Podemos pues afirmar que toda
la Biblia, y solamente la Biblia, es la revelación especial de Dios para cada
uno de nosotros. La revelación especial de Dios vive en las páginas de la
Biblia y aun hoy día nos da vida, luz y santidad.
PRUEBA
BÍBLICA DE LA INSPIRACIÓN DE LAS ESCRITURAS.
Toda la Biblia fue dada por inspiración de Dios y es la guía infalible de fe y conducta para toda la humanidad. Puesto que muchos niegan la inspiración de la Biblia tal asunto requiere una consideración especial. La doctrina de la inspiración de la Biblia no es una invención humana sino que está fundada en la misma Biblia. Son muchos los pasajes que nos hablan de ello, pero vamos a indicar solamente algunos. Los autores del Antiguo Testamento fueron instruidos por Dios a que escribieran lo que Él les ordenaba. Éxodo 17:14 (Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo); 34:27 (Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.); Isaías 8:1(Me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella con caracteres legibles tocante a Maher-salal-hasbaz); 30:8 (Vé, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.); Jeremías 25:13(Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todas las naciones.); 30:2 (Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.); Ezequiel 24:1-2 (Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo: 2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día); Daniel 12:4 (Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.); Habacuc 2:2 (Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.). Los profetas tenían conciencia de ser portadores de la palabra del Señor y por tal motivo introducían sus mensajes con estas palabras «Así dice Jehová» o bien, «y fue a mi palabra de Jehová diciendo», Jeremías 36:27(Y vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo:), Ezequiel capítulos 26, 27, 31, 32, 39. El apóstol Pablo habla de sus propias palabras como palabras que el Espíritu le había enseñado, 1 Corintios 2:13 (lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.), y alega que es Cristo quien hablaba en él, 2 Corintios 13:3 (pues buscáis una prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.). En su carta a los Tesalonicenses declara que su mensaje era «palabra de Dios», 2 Tesalonicenses 2:13 (Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,). En la epístola a los Hebreos encontramos citas del Antiguo Testamento mencionadas como palabra de Dios o del Espíritu Santo, Hebreos 1:5 (Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo?); 3:7(Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz); 4:3 (Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo); 5:6 (Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec); 7:21(porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec). El pasaje más importante que existe sobre la inspiración de las Escrituras se halla en 2 Timoteo 3:16: «Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instituir en justicia».
LA
NATURALEZA DE LA INSPIRACIÓN
Existen dos conceptos erróneos de la
inspiración. Ambos representan extremos que debemos evitar.
LA
INSPIRACIÓN MECÁNICA
Se ha dicho algunas veces que Dios
literalmente dictó lo que los autores humanos de la Biblia debían escribir,
como si éstos fueran cual plumas en la mano del escritor, es decir, agentes
completamente pasivos. Esto significa que sus inteligencias no contribuyeron
absolutamente en nada a la forma y contenido de las Escrituras. Las mismas
Escrituras demuestran que no fue así. Los autores humanos eran autores reales,
y en algunos casos derivaron sus materiales de fuentes que Se hallaban a su
disposición, 1 Reyes 11:41 (Los demás hechos de
Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de
los hechos de Salomón?); 14:29 (Los demás hechos
de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de
Judá?); 1 Crónicas 29:29 (Y los hechos del rey
David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de
Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas de Gad
vidente,) y Lucas 1:1-4 (Puesto que ya muchos
han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han
sido ciertísimas, 2 tal como nos lo
enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros
de la palabra,3 me ha parecido también a
mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su
origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas bien la verdad de las cosas
en las cuales has sido instruido) En otros casos estos autores nos
cuentan sus propias experiencias, como en el libro de los Salmos y sus escritos
llevan las huellas de su propio estilo literario. El estilo de Isaías es
diferente del de Jeremías, y tampoco Juan escribe con el mismo estilo de Pablo.
LA
INSPIRACIÓN DINÁMICA
Otros han dicho que el fenómeno de la
inspiración sólo afecta a los escritores pero no a sus escritos. Se dice que su
vida espiritual y poder intelectual fue levantado a un nivel tal, que
comprendieron mejor todas las cosas y tuvieron una orientación más profunda de
su verdadero valor espiritual. Se ha dicho también que esta inspiración no
estaba limitada al tiempo cuando escribieron los libros de la Biblia, sino que
era una característica permanente en la vida de tales escritores, y que sólo de
una manera indirecta tiene algo que ver con sus escritos. Fue como una especie
de iluminación espiritual parecida a la que gozan todos los creyentes, pero
solamente en un grado muy superior. Esta teoría no tiene fundamento bíblico y
dista mucho de la doctrina bíblica de la inspiración, como veremos después.
LA INSPIRACIÓN ORGÁNICA
El verdadero concepto de la inspiración
bíblica enseña que el Espíritu Santo actuó sobre los escritores de la Biblia en
una forma orgánica, cual órganos suyos, pero en armonía con las leyes de su ser
interior. El Espíritu Santo los usó tal cual eran, con su carácter y
temperamento, sus dones y talentos, su educación y cultura, su vocabulario y
estilo. El Espíritu Santo iluminó sus mentes, ayudó su memoria, los impulsó a
escribir, dominó la influencia que el pecado hubiera podido tener sobre sus
escritos, y los guió en la expresión de sus pensamientos hasta el punto de la
selección de palabras. Sin embargo les dio una buena medida de libertad en sus
actividades. Dejó que nos dieran los resultados de sus investigaciones, y que
pusieran en los libros sagrados la huella de su propio estilo y vocabulario.
LA EXTENSIÓN DE LA INSPIRACIÓN.
Hay diferencias de opinión sobre este
punto, que es necesario estudiar.
LA INSPIRACIÓN PARCIAL
Bajo la influencia del Racionalismo
no es raro encontrar hoy día quienes niegan completamente la inspiración de la
Biblia, o mantienen que sólo partes de la misma son inspiradas. Algunos niegan
la inspiración del Antiguo Testamento pero aceptan la del Nuevo. Otros afirman
que sólo las enseñanzas morales y religiosas de la Biblia son inspiradas pero
en lo que se refiere a sus partes históricas, hay errores cronológicos,
arqueológicos y científicos. Hay quienes limitan la inspiración al Sermón de la
Montaña. Los que aceptan tales puntos de vista no tienen ya una Biblia sobre la
cual apoyarse, puesto que las mismas diferencias de opinión que existen son una
prueba positiva de que ninguna de tales personas puede determinar con el menor
grado de certeza, qué partes de la Escritura son inspiradas y cuáles no lo son.
Hay todavía otra forma de negar la inspiración bíblica de las Escrituras y estriba
en afirmar que sólo los pensamientos están inspirados, pero que la selección de
las palabras fue dejada completamente en manos de los autores humanos. Tal
afirmación cae por su propio peso, ya que se halla fundada en el erróneo
concepto de que es posible separar los pensamientos de las palabras. En cambio,
podemos afirmar que sin palabras es imposible pensar con exactitud.
LA INSPIRACIÓN PLENARIA
La Biblia enseña que cada parte de la misma es
inspirada. Jesucristo y los apóstoles apelan con frecuencia al Antiguo
Testamento con las palabras «Escrituras» o «Escritura» para solucionar un punto
de controversia. Para ellos apelar a la Escritura era lo mismo que apelar a
Dios. Es también digno de notar que en la lista de libros que citan de esta
forma, se encuentran libros históricos. En la epístola a los Hebreos se citan
con frecuencia pasajes del Antiguo Testamento como palabras de Dios o del
Espíritu Santo. Pedro pone las cartas de Pablo al mismo nivel que los libros
del Antiguo Testamento 2 Pedro 3:16 (casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia perdición.) y Pablo afirma que toda la Escritura es divinamente
inspirada, 2 Timoteo 3:16 (Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia,). Podemos pues dar un paso más allá y afirmar que
la inspiración de la Biblia alcanza las mismas palabras empleadas. La Biblia es
verbalmente inspirada, cosa que no hay que confundir con la inspiración
mecánica. La doctrina de la inspiración verbal está bien justificada por las
Escrituras. En muchos casos encontramos que Dios mismo indicó con exactitud a
Moisés y a Josué lo que debían escribir. Levítico 3 y 4; 6:1 (Habló Jehová a Moisés, diciendo:), 24; 7 (Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para
el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová.) :22, 28 (Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose
en ello. Yo Jehová.); Josué 1:1 (Aconteció
después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo
de Nun, servidor de Moisés, diciendo:); 4:1 (Cuando
toda la gente hubo acabado de pasar el Jordán,
Jehová habló a Josué, diciendo);
6:2 (Mas Jehová dijo a Josué: Mira,
yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.), etc. Los
profetas hablan como si Jehová pusiera su palabra en sus bocas, Jeremías 1:9 (Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová:
He aquí he puesto mis palabras en tu boca.) o les ordenara hablar al
pueblo las mismas palabras' de Dios, Ezequiel 3:4 (Luego
me dijo: Hijo de hombre, vé y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con
mis palabras.), 10, 11 (Cuando andaban, hacia
los cuatro frentes andaban; no se volvían cuando andaban, sino que al lugar
adonde se volvía la primera, en pos de ella iban; ni se volvían cuando andaban.).
Pablo nos habla de que su palabra es doctrina del Espíritu, 1 Corintios 2:13(lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por
sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual
a lo espiritual.) y tanto Pablo como Jesús mismo fundan todo un
argumento en una simple palabra, Mateo 22:43-45 (El les
dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: 44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi
derecha,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de
tus pies? 45 Pues si David le llama
Señor, ¿cómo es su hijo?); Juan 10:35 (Si llamó dioses a aquellos a quienes
vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),); Gálatas
3:16 (Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas,
y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino
como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.).
LAS PERFECCIONES DE LA ESCRITURA.
Los Reformadores desarrollaron la
doctrina de la Escritura en contraste con la Iglesia Católica Romana y algunas
de las sectas. Roma enseña que la Biblia debe su autoridad a la Iglesia,
mientras los reformadores afirmaron que la Biblia tiene autoridad propia, por
ser la Palabra inspirada de Dios. También afirmaron la necesidad de las
Escrituras como el medio de gracia preparado por Dios mismo. La Iglesia
Católica Romana afirma que la Iglesia no tiene una necesidad absoluta de las
Escrituras y algunas sectas ponen su énfasis en la «luz interior» y en el
mensaje del Espíritu Santo en el corazón de los creyentes en detrimento de las
Escrituras. También en contra de la Iglesia Romana, los reformadores
defendieron la claridad de las Escrituras. No negaron el que la Escritura
encierra misterios demasiado profundos para el entendimiento humano, pero
afirmaron que la Biblia nos da todo el conocimiento necesario para la
salvación. Este conocimiento aun cuando no Se halla con igual claridad en cada
una de las páginas de la Biblia, nos es dado de tal forma, que cualquiera que
sinceramente busca la salvación de su alma puede obtenerlo por sí mismo y no
necesita fiar de la interpretación de la Iglesia o el clero. Finalmente,
defendieron la suficiencia de las Escrituras, es decir, negaron la necesidad de
la Tradición que la Iglesia Católica Romana mantiene, o la luz interior que preconizaban
los Anabaptistas.
EL CONOCIMIENTO DE DIOS
La posibilidad de conocer a Dios ha
sido negada por diferentes motivos y aunque es cierto que el hombre no puede
jamás llegar a una comprensión absoluta del divino ser, esto no implica el que
no podamos tener ningún conocimiento de Él. Podemos conocer a Dios solamente en
parte, pero con un conocimiento que es real y verdadero. Esto es posible porque
Dios mismo se nos ha revelado. Sí el hombre hubiera sido abandonado a sus
propios esfuerzos, jamás hubiera llegado a descubrirle o a conocerle. Nuestro
conocimiento de Dios es de dos clases. El hombre tiene un conocimiento innato
de Dios. Esto no significa que en virtud de su creación a la imagen y semejanza
de Dios el hombre tenga una habilidad natural para conocer a Dios. Tampoco
implica el que el hombre desde su nacimiento lleve consigo al mundo un cierto
conocimiento de Dios. El conocimiento innato significa que bajo condiciones
normales se desarrolla en el hombre en forma natural un cierto conocimiento de Dios.
De todos modos este conocimiento es de naturaleza muy general. Además de este
conocimiento innato de Dios el hombre puede obtener cierto conocimiento de El a
través de la revelación general y de la revelación especial. Este conocimiento
se obtiene como fruto de una búsqueda consciente y continua. Aun cuando tal
conocimiento es posible por razón de la capacidad natural en el hombre para
conocer a Dios, el conocimiento adquirido le lleva mucho más lejos de aquellos
límites impuestos al conocimiento innato de Dios.
EL CONOCIMIENTO DE DIOS QUE SE DERIVA
DE LA REVELACIÓN ESPECIAL
Aun cuando debemos reconocer que es
imposible definir lo que es Dios, es en cambio posible dar una descripción
general de su ser. Cuanto más podemos describirlo como a un espíritu puro de
perfecciones infinitas. Esta descripción incluye los siguientes elementos:
DIOS ES UN ESPÍRITU PURO.
La Biblia no nos da definición alguna
de Dios. Lo que más se acerca a una definición son las palabras de Jesús a la
Samaritana diciendo: «Dios es un espíritu». Esto significa que Dios es
esencialmente espíritu, y que todas aquellas cualidades que pertenecen a la
idea de un espíritu perfecto se encuentran necesariamente en él. El hecho de
que Dios sea un espíritu puro excluye la idea de que Dios tiene un cuerpo de
alguna clase que pueda ser visible de un modo completo alojo humano.
DIOS ES UN SER PERSONAL
La idea de Dios como espíritu incluye la idea
de personalidad. Un espíritu es un ser inteligente y moral, por esto, cuando
atribuimos a Dios la personalidad, queremos decir que es un ser razonable,
capaz de determinarse y decidir las cosas. Hay muchos hoy día que niegan la
personalidad de Dios y lo conciben simplemente como una fuerza ú poder
impersonal. Sin embargo, el Dios de la Biblia es un Ser personal, un Dios con
quien los hombres pueden conversar, en quien pueden confiar, que conoce sus
experiencias, les ayuda en sus dificultades y llena sus corazones de alegría y
regocijo. Aún más, Dios se reveló a sí mismo en una forma personal a través del
Señor Jesucristo.
DIOS ES INFINITAMENTE PERFECTO
Lo que distingue a Dios de sus criaturas es su
infinita perfección. Su ser y virtudes o atributos están completamente libres
de toda limitación o imperfección. Dios no es sólo un ser infinito e ilimitado,
sino que está infinitamente por encima de todas sus criaturas en sus
perfecciones morales y gloriosa majestad. Los hijos de Israel cantaron la
grandeza de Dios después de pasar el Mar Rojo con estas palabras: « ¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú,
magnífico en santidad, terrible en loores, hacedor de maravillas?, Éxodo
15:11. Algunos filósofos contemporáneos hablan erróneamente de Dios como un ser
«finito, que se desarrolla, que lucha y que sufre compartiendo las derrotas y
victorias del hombre». Este concepto existencialista se aparta de las verdades
bíblicas.
DIOS Y SUS PERFECCIONES SON UNA MISMA
COSA
La simplicidad es una de las
características fundamentales de Dios. Esto significa que Dios no está dividido
en partes, sino que su ser y sus atributos son una sola cosa. Se podría decir
que los atributos divinos son Dios tal como ha querido revelar se al hombre y
son simplemente manifestaciones del divino Ser. Por tal motivo la Biblia afirma
que Dios es verdad, vida, luz, amor, justicia, etc.
TEXTOS PARA APRENDER DE MEMORIA QUE
ATESTIGUAN: QUE DIOS PUEDE SER CONOCIDO:
1. 1 Juan 5:20. «Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en
su Hijo Jesucristo.»
2. Juan 17:3. «Esta empero es la vida eterna: que te conozcan al sólo Dios
verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado.»
QUE DIOS ES ESPÍRITU
1. Juan 4:24. «Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que le adoren.»
2. 1 Tim. 6:16. «Quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible;
a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.»
QUE DIOS ES UN SER PERSONAL
1. Malaquias 2:10. « ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo
Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro,
profanando el pacto de nuestros padres?
2. Juan 14:9b. «El que me ha visto ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos al Padre?
QUE DIOS ES UN SER INFINITO EN
PERFECCIÓN.
1. Éxodo 15:11. « ¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses? ¿quién como tú,
magnífico en santidad, terrible en loores, hacedor de maravillas?
2. Salmo 147:5. «Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; y de su
entendimiento no hay número.»
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