Después
de estudiar la columna vertebral del
cristiano, la Epístola a los Romanos, que afirma nuestra fe en la Roca que es Cristo para una
vida espiritual en la obediencia. El libro de Proverbios es para la vida
diaria. Proverbios da sugerencias prácticas para una vida eficaz. Este libro no
solo es una colección de dichos hogareños, contiene consejos espirituales
profundos extraídos de la experiencia. Un proverbio es una frase corta y sabia, fácil de aprender y llama
a una persona a actuar. No argumenta sobre criterios espirituales ni morales
básicos, supone que ya los tenemos. El libro de Proverbios se enfoca en Dios
(carácter, obras y bendiciones) y nos dice cómo vivir en relación íntima con
El.
COMPRENSIÓN DE LOS PROVERBIOS
Muy a menudo,
los proverbios se escriben en forma de versos pareados. Estos se crearon de
tres modos:
Contrastantes:
El significado y la aplicación se deben a la diferencia o contraste existente
entre los dos enunciados del proverbio.
Palabras clave: “mas”:
10.6; 15.25, 27
Comparativos:
El significado y la aplicación se deben a las similitudes o la comparación
existente entre los dos enunciados del proverbio.
Palabras clave: “como"
"mejor/que”: 10.26; 15.16, 17; 25.25
Complementarios:
El significado y la aplicación se deben a la forma en que el segundo enunciado
completa al primero.
Palabras clave: “y”:
10.18; 15.23
1.1
Salomón, el tercer rey de Israel, hijo del gran rey David, reinó durante la
época de oro de Israel. Cuando Dios le dijo que le concedería cualquier cosa
que deseara, pidió un corazón entendido (1 Reyes 3:5-14).
A Dios le agradó esta petición y no solo le dio sabiduría, sino también grandes
riquezas, poder y una era de paz. Salomón construyó el glorioso templo de
Jerusalén (1 Reyes 6) y escribió la mayor parte del libro de Proverbios. Su
perfil se encuentra en 1 Reyes 4.
1.6
"Dichos profundos" son los que dejan interrogantes. Las lecciones
aquí dadas son simples y probablemente beneficien a los que sienten su propia
ignorancia y la necesidad de que les enseñen. Si los jóvenes atendieran sus
caminos conforme a los Proverbios de Salomón, ganarían conocimiento y
discreción.
Salomón habla de
los puntos más importantes de la verdad y aquí hay uno mayor que Salomón.
Cristo habla por su palabra y por su Espíritu. Cristo es la Palabra y la
Sabiduría de Dios, y nos es hecho sabiduría.
1.7
Uno de los tipos de individuos más molestos es el sabelotodo, alguien que tiene
una opinión dogmática acerca de todo, cerrada a cualquier novedad, se irrita
con la disciplina y se niega a aprender. Salomón llama insensato a esta clase
de individuo. No seamos sabelotodos. En
cambio, seamos receptivos al consejo de otros, sobre todo a los que nos conocen
bien y que nos pueden dar consejos valiosos. Logremos aprender de otros. Recordemos
qué, solo Dios lo sabe todo. Necias son las personas que no tienen sabiduría
verdadera y siguen sus propios artilugios, sin considerar la razón ni la
reverencia para con Dios.
Los niños son
criaturas razonables, y cuando les decimos lo que deben hacer, debemos
decirles por qué. Pero son corruptos y voluntariosos, por tanto con la
instrucción se necesita una ley. Que las verdades y mandamientos divinos sean
para nosotros altamente honorables; valorémoslos y entonces lo serán para
nosotros.
1.9
En esta era de información, el conocimiento es abundante, pero hay falta de
sabiduría. Sabiduría significa mucho más que simplemente saber mucho. Es una
actitud básica que influye en cada aspecto de la vida. El fundamento de la
sabiduría es temer a Dios: honrarlo y respetarlo, vivir maravillados por su
poder y obedecer su Palabra. La fe en Dios debe ser la base para nuestra
comprensión del mundo, nuestras actitudes y nuestras acciones. Confíiemos en
Dios y El nos hará profundamente sabios.
Nuestras acciones hablan más fuerte que
nuestras palabras. Esto es especialmente cierto en casa. Los niños aprenden
valores, moral y prioridades al observar todos los días cómo actúan y
reaccionan sus padres. Si estos muestran una profunda reverencia y dependencia
en Dios, los niños captarán esas actitudes. Permitámoles que vean nuestra
reverencia por Dios. Enseñémoles a vivir con rectitud al darle a la adoración
un lugar importante en nuestra familia y al leer la Biblia juntos.
1.10-18
El pecado atrae porque ofrece una vía rápida hacia la prosperidad y nos hace
sentir como si fuéramos uno de la multitud. Cuando nos dejamos llevar por los
demás y nos negamos a escuchar la verdad, nuestros apetitos se vuelven en amos
y haremos cualquier cosa para satisfacerlos. Pero el pecado, si bien es
atractivo, es mortal. Debemos aprender a elegir, no en base a una apariencia
deslumbrante o de un placer a corto plazo, sino de acuerdo a los efectos a
largo plazo. A veces esto significa evitar a quienes quieren incitarnos a
realizar actividades que sabemos que son malas. No podemos ser amigos del
pecado sin esperar que se afecte nuestra vida. La gente mala ejerce celo para
seducir a los demás llevándolos a las sendas del destructor; los pecadores aman
la compañía para pecar. Pero tienen tanto más por qué responder. ¡Cuán
cautelosa debe ser la gente joven! “No consientas”. No digas como ellos dicen, ni
hagas como ellos hacen o quisieran que hicieras; no tengas comunión con ellos. —
¡Quién podría pensar que es un placer para un hombre destruir a otro! Nótese
que su idea de riqueza mundana que no es ni de peso ni preciosa. Es el error
destructor de miles que sobrevaloran la riqueza de este mundo. Los hombres se
prometen en vano que el pecado resultará ventajoso para ellos.
El camino del
pecado es cuesta abajo; los hombres no pueden detenerse a sí mismos. Que la
gente joven quisiera rehusar la ruina temporal y la eterna; que ellos rehusen
dar un paso en las sendas destructoras. La avaricia que los hombres tienen por ganar
los apresura a cosas que no tolerarán que ellos ni otros vivan la mitad de sus
vidas. ¿Qué le aprovecha al hombre si gana el mundo y pierde su vida? Mucho
menos si pierde su alma?
1.19
Darse a la codicia es una de las trampas seguras de Satanás. Comienza cuando
planta la sugerencia de que no podemos vivir sin cierta posesión o más dinero.
Luego ese deseo aviva su propio fuego hasta convertirse en una obsesión que lo
consume todo. Pídamosle a Dios sabiduría para reconocer cualquier deseo
codicioso antes de que nos destruya. Dios nos ayudará a superarlo.
1.20-23
La ilustración de la sabiduría clamando en las calles es una personificación,
una figura literaria para hacer que la sabiduría cobre vida para nosotros. La
sabiduría no es un ser aislado, es la mente de Dios revelada. Al leer acerca
del ministerio terrenal de Jesucristo, vemos la sabiduría en plena acción. A
fin de comprender la forma en que podemos volvernos sabios, debemos escuchar a
la sabiduría que nos llama e instruye en el libro de Proverbios. Para leer el
llamado de la sabiduría en el Nuevo Testamento, 2Timoteo 1:7 y Santiago 1:5.
Asegurémonos de no rechazar el ofrecimiento de sabiduría que Dios nos hace.
En el libro de Proverbios, "simples"
e insensatos no son los que tienen deficiencias mentales, sino
deficiencias del carácter (tales como rebelión, haraganería o ira). El
insensato no es demente, sino incapaz de reconocer lo justo de lo injusto, el
bien del mal. Salomón declara aquí cuán peligroso es no escuchar los llamados
de Dios, habiendo mostrado cuán peligroso es escuchar las tentaciones de
Satanás. Cristo mismo es Sabiduría. Tres clases de personas son aquí llamadas
por Él:
1. Los simples.
Los pecadores que quieren sus simples nociones del bien y del mal, sus simples
prejuicios contra los caminos de Dios y se halagan en la maldad.
2. Los
burladores. Gente orgullosa y jovial que hace chistes de todo. Los burladores
de la religión que rebajan toda cosa sagrada y seria.
3. Los necios.
Los necios peores son los que odian a quienes les enseñan, y que tienen un
disgusto bien arraigado contra la verdadera piedad.
1.24-28
Dios desea mucho abrir nuestro corazón y comunicarnos sus pensamientos. Para
recibir su consejo, debemos estar dispuestos a escuchar. No podemos permitir
que la soberbia obstaculice nuestro camino. La soberbia es pensar que nuestra
sabiduría y nuestros deseos son superiores a los de Dios. Si pensamos que
sabemos más que El o sentimos que no necesitamos su dirección, hemos caído en
una soberbia necia y desastrosa. El precepto es simple: Vuélvete ante mi
reproche. No usamos bien los reproches si no nos devolvemos del mal a lo que es
bueno. Las promesas son muy alentadoras. Los hombres no pueden devolverse por
ningún poder propio, pero Dios responde: He aquí, Yo derramaré mi Espíritu en
ti. Se necesita gracia especial para la conversión sincera. Pero esa gracia
nunca será negada a quien la busque.
1.31, 33
Muchos proverbios señalan que el "fruto de su camino" será las
consecuencias que la gente experimentará en esta vida. Ante la disyuntiva de
elegir la sabiduría de Dios o persistir en independencia rebelde, muchos
deciden seguir solos. Los problemas que tales personas se crean terminarán
destruyéndolos. No pasemos por alto el consejo de Dios, aun cuando este sea
doloroso para el presente. Nos guardará de mayor dolor en el futuro.
El amor de
Cristo y las promesas mezcladas con sus reprensiones seguramente captan la
atención de todos. Bien se puede preguntar: ¿cuánto tiempo piensan los hombres
seguir por ese camino tan peligroso cuando se toman en cuenta las
incertidumbres de la vida y las consecuencias de morir sin Cristo? Ahora los
pecadores viven cómodos y desafían la pena, pero su calamidad llegará. Ahora
Dios está dispuesto a oír sus oraciones, pero entonces ellos clamarán en vano.
¿Todavía despreciamos la sabiduría? Oigamos con diligencia y obedezcamos al
Señor Jesús, para que disfrutemos de paz de conciencia y confianza en Dios;
seamos libres del mal en la vida, en la muerte y para siempre.
¡Maranatha! ¡Si, ven
Señor Jesús!