1Juan_2:24 Lo que habéis oído
desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el
principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en
el Padre.
Durante
la vida de Jesús en la tierra, la palabra que usó principalmente al hablar de
las relaciones de los discípulos consigo mismo fue: " Sígueme".
Cuando estaba a punto de partir para el cielo, les dio una palabra nueva, en la
que debía expresarse su unión más íntima y espiritual con Él mismo en la
gloria. Esa palabra escogida fue: " Permaneced en mí"
Es de temer que haya muchos fervientes seguidores de
Jesús a quienes se les oculta mucho el significado de esta palabra, con la
bendita experiencia que promete. Mientras confían en su Salvador para el perdón
y la ayuda, y buscan hasta cierto punto obedecerle, apenas se han dado cuenta
de la cercanía de la unión, de la intimidad del compañerismo, de la maravillosa
unidad de vida e interés. Los invitó cuando dijo: "Permaneced en mí".
Esto no es solo una pérdida indescriptible para ellos mismos, sino que la
Iglesia y el mundo sufren por lo que pierden.
Si preguntamos por qué los que en verdad aceptaron al
Salvador, y se hicieron partícipes de la renovación del Espíritu Santo, están
destituidos de la salvación plena preparada para ellos, estoy seguro que la
respuesta será en muchísimos casos, que la ignorancia es la causa de la
incredulidad que falla de la herencia. Si, en nuestras Iglesias ortodoxas, la
permanencia en Cristo, la unión viva con Él, la experiencia de Su presencia y
mantenimiento diarios y horarios, fueran predicados con la misma claridad y
urgencia que Su expiación y perdón a través de Su sangre, confío en que muchos
aceptarían con alegría la invitación a tal vida, y que su influencia se
manifestaría en su experiencia de la pureza y el poder, el amor y el gozo, la
fructificación y toda la bienaventuranza que el Salvador conectado con el
permanecer en Él.
Es con el deseo de ayudar a aquellos que aún no han
entendido completamente lo que el Salvador quiso decir con Su mandato, o que
han temido que era una vida fuera de su alcance, que ahora se publican estas
meditaciones. Es sólo mediante la repetición frecuente que un niño aprende sus
lecciones. Es sólo fijando continuamente la mente por un tiempo en alguna de
las lecciones de fe que el creyente es gradualmente ayudado a tomarlas y
asimilarlas completamente. Tengo la esperanza de que para algunos,
especialmente para los jóvenes creyentes, será una ayuda leerlas a traves de
este blog. "Permaneced en mí", con las lecciones relacionadas con
ellas en el Parábola de la Vid: Paso a paso llegaremos a ver cuán
verdaderamente esta promesa-precepto está destinada a nosotros, cuán seguramente
la gracia es provista para permitirnos obedecerla, cuán indispensable es la
experiencia de su bendición para una vida cristiana saludable, y cuán inefables
son las bendiciones que fluyen de ella. Mientras escuchamos, meditamos y
oramos, cuando nos entregamos y aceptamos en la fe a Jesús completo tal como se
nos ofrece en él, el Espíritu Santo hará que la palabra sea espíritu y vida;
esta palabra de Jesús, también, se convertirá para nosotros en el poder de Dios
para la salvación, ya través de ella vendrá la fe que se aferra a la bendición
largamente deseada.
Oro fervientemente para que nuestro misericordioso Señor
se complazca en bendecir esta meditaciones, para ayudar a aquellos que buscan
conocerlo completamente. Ruego aún más fervientemente que Él, por cualquier
medio, haga que las multitudes de Sus amados hijos que todavía viven vidas
divididas, vean cómo Él los reclama totalmente para Sí mismo, y cómo la entrega
de todo corazón para permanecer en Él solo trae el gozo inefable y lleno de
gloria. Oh, que cada uno de nosotros que ha comenzado a gustar la dulzura de
esta vida, se entregue por completo para ser testigo de la gracia y el poder de
nuestro Señor para mantenernos unidos a Él, y procure con la palabra y el
caminar ganar a otros para que lo sigan a Él completamente. Es sólo en tal
fructificación que podemos mantener nuestra permanencia.
No es suficiente leer la Palabra de Dios, o
meditaciones como las que se ofrecen aquí en este blog, y cuando pensamos que
hemos dominado los pensamientos y le hemos pedido a Dios Su bendición salir con
la esperanza de que la bendición permanecerá. No, necesita día a día tiempo con
Jesús y con Dios. Todos sabemos la necesidad de tiempo para nuestras comidas
cada día, cada trabajador reclama su hora para la cena; no basta con comer
apresuradamente tanta comida. Si vamos a vivir a través de Jesús, debemos
alimentarnos de Él (Juan 6; 57 Como me envió el Padre
viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá
por mí.); debemos ingerir y asimilar cabalmente ese alimento celestial
que el Padre nos ha dado en Su vida. Por lo tanto, hermano mío, que quiere
aprender a permanecer en Jesús, tómese un tiempo cada día, antes de leer,
mientras lee y después de leer, para ponerse en contacto vivo con el Jesús
viviente, rendirse clara y conscientemente a su bendita influencia; así le
darás a Él la oportunidad de tomarte, de atraerte y mantenerte a salvo en Su
vida todopoderosa.
Y ahora, a todos los hijos de Dios a quienes Él me
concede el privilegio de señalar la Vid Celestial, les ofrezco mi amor
fraternal y saludos, con la oración de que a cada uno de ellos se le dé la rica
y plena experiencia de la bienaventuranza de permanecer en Cristo. Y que la
gracia de Jesús, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean su
porción diaria. Amén.
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