} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿EN QUÉ CLASE VIAJA USTED? (Sexta parte)

lunes, 6 de noviembre de 2023

¿EN QUÉ CLASE VIAJA USTED? (Sexta parte)


Hace aproximadamente un mes me comunicaron el fallecimiento de Paz, convertida, por la gracia de Dios, en una creyente en la obra de Jesucristo para Salvación de su alma. Unas semanas antes de esa noticia, era una defensora a ultranza de la salvación por fe en Jesucristo más las obras de cada uno. Sin las cuales ella creía que no había salvación posible. Después de estar varias semanas mostrándola que a través de la Biblia solo existe una fe salvífica, y es por gracia de Dios: Romanos 11:6  Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. Y en Efesios 2; 8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9  no por obras, para que nadie se gloríe. Como insistía en su tozudez, creí necesario visitarlas, a ella Paz, y a los padres de Alejandra, junto con Mari Paz. Desde aquí hay dos horas de trayecto por las montañas, hasta llegar a las tierras de Lemos. Pudimos conocernos personalmente, y sobremanera me llamó la atención Paz, la recién llegada al grupo hacía pocas semanas. Sobre todo destacaba por su insistencia en las obras de fe.

El Señor me llevó al Evangelio de Lucas capítulo 23, y destaco los versículos:

Lucas 23:40  Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

 41  Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.

 42  Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

 43  Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso

En la Misericordia de Dios, estos versículos fueron suficientes para vencer la resistencia de la testarudez de su mente y corazón. Paz, imagínate clavada de pies y manos en la cruz y ponte en el lugar del ladrón arrepentido. Dime ¿Acaso podrías bajarte de esa cruz para dar limosna, peregrinar, bautizarte o unirte a una denominación como demostración de Buena obra para ser aceptada por Dios? ¿Hiciste algo para merecer la respuesta de Jesús? Mira: Seguro que este ladrón habría escuchado hablar sobre Jesús, aunque solo fuera en el trayecto hasta el Gólgota; se habría dado cuenta de toda la actitud de Jesús, dócil y mudo; este ladrón en su interior recibió el toque del Espíritu Santo por la misericordia de Dios, y confesó con su boca que recibía el justo pago de sus pecados, y aprovechó la ultima oportunidad que tenía antes de morir, para reconocer que Jesús resucitaría, El Señor de la Vida no podía morir, y él humildemente lo confesaba cuando le decía a Jesús que se acordara de él cuando volviera en su Reino. ¿Paz te das cuenta, que ni tú, ni yo, ni nadie de los presentes podemos hacer nada para salvarnos? Su semblante, sus ojos parecían haber tomado un brillo especial. ¡Es cierto; Vivía en el error!. Es solo por la fe en la Obra de Jesucristo, - confesó Paz. Y aquella mujer de 65 años, recién jubilada recibió el “toque “del Espíritu Santo y creyó.

La fe en Cristo Jesús es fruto de la gracia electiva, y bendición del pacto de gracia; es el don gratuito de Dios y la operación de su Espíritu, y es peculiar de los elegidos de Dios y ovejas de Cristo; y por tanto no puede pertenecer a la ley de obras

Paz, cuatro días más tarde pasaba a la presencia del Señor.

Alejandra, sus padres y MariPaz, no supieron encajar el fallecimiento de su amiga; no lo entendían y les surgieron un montón de dudas. Recibí algún reproche velado, por no haber asistido a su funeral. Que si Paz había recibido sepultura, sin un pastor, como manda la costumbre de la zona. Ante sus mensajes tuve que preguntarles ¿Acaso ese rito de funeral, afectó a su salvación? ¿El hecho de no estar un pastor en ese acto, afectó a su salvación? Paz recibió el bautismo del Espíritu Santo como Sello o garante de estar apartada para Dios, y ningún ángel, demonio, potestad ni principado, ni cura romanista pueden romper esa UNIÓN con Dios, por medio de la Sangre de Su Hijo Jesucristo.

 

Quizá algunos lectores de este blog diga: “Si estoy salvado, ¿Cómo es que experimento tantas fluctuaciones de ánimo; que tan a menudo pierdo la alegría, y me siento tan abatido como antes de mi conversión?”

Esta pregunta nos lleva a tratar el tercer punto que es:

El Gozo de la Salvación

Al corazón humano no se puede evitar que le surjan dudas. Cualquier persona con una mente y un corazón sensibles a veces se pregunta si es realmente cristiana. Sabemos por la Palabra de Dios en la Biblia que, si bien somos salvos por la Obra de Cristo y de ello adquirimos la CERTEZA por esa Palabra, hemos de mantenernos en el Gozo y satisfacción espirituales por el ESPIRITU SANTO que habita en el cuerpo de cada creyente después del nuevo nacimiento.

Sabemos también que toda persona nacida de nuevo tiene aún en sí “la carne”, esto es, la naturaleza pecaminosa en que ha venido al mundo, y que empezó a manifestarse con el primer llanto y perdurará hasta el ultimo aliento en este mundo. El Espíritu Santo en el nacido de Nuevo resiste “esa naturaleza carnal”, y se ve entristecido por cualquiera manifestación suya, ya sea de pensamiento, de palabra o de obra.

Cuando el creyente camina conforme a la voluntad de Dios, el Espíritu Santo produce en el alma su fruto que es:” Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

Si el creyente anda en camino mundano o carnal, el Espíritu se entristece, y en nuestra alma faltan esos frutos en mayor o menor medida. Podemos decir qué: La Obra de Cristo y mi salvación son PARA SIEMPRE; mientras que mi GOZO DE LA SALVACIÓN subsiste o se apaga según mi caminar en obediencia a la voluntad de Dios.

La Obra de Cristo es INMUTABLE, PERPETUA, ETERNA

La salvación del creyente es ETERNA, la realizó Cristo.

El Gozo de la salvación depende de mi caminar en esta vida. Cuando incurro en algún pecado sea de pensamiento, palabra o de obra, la Tercera Persona de la Trinidad vuelve su rostro, y Su ayuda deja de ser tan evidente, porque mi pecado estorba esa relación con Ella; no percibo su influencia en mi vida, flaquean mis fuerzas y mi conciencia me acusa del “delito”; aún mis huesos se debilitan. Esa situación empeora cuando en nuestro orgullo restamos importancia a esa “mentirijilla” o “desliz”, llámese adulterio.

Veamos un caso real en la Biblia  en 2 Samuel capítulo 1; 1 al 27:

A la vuelta de un año, al tiempo de salir a campaña los reyes, mandó salir David a Yoab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el país de los ammonitas y pusieron cerco a Rabbá; pero David se quedó en Jerusalén. Una tarde David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real; y vio desde la terraza a una mujer que se estaba bañando, la cual era por cierto muy hermosa. Mandó averiguar quién era aquella mujer, y le dijeron: Es Betsabé, hija de Eliam, esposa de Urías, el hittita. David mandó emisarios para que la trajeran; y ella se presentó ante David quien durmió con ella, la cual acababa de purificarse de su inmundicia. Luego ella se volvió a su casa. La mujer quedó encinta y se lo hizo saber a David, avisándole: Estoy encinta. Entonces David mandó este mensaje a Yoab: Envíame a Urías el hittita. Y Yoab envió Urías a David. Cuando Urías llegó ante él, David le preguntó por el estado de Yoab y el del pueblo, y por la marcha de la guerra. Después díjole David a Urías: Baja a tu casa y lávate los pies. Salió Urías del palacio real, y tras él salió también un obsequio de la mesa del rey. Pero Urías se acostó a la entrada del palacio real con todos los servidores de su señor y no bajó a su casa. Avisáronle a David: Urías no ha bajado a su casa. Y David preguntó a Urías: ¿No acabas de llegar de un viaje? ¿Por qué no has bajado a tu casa? Respondióle Urías: El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; y mi señor Yoab y los servidores de mi señor acampan al raso. ¿Cómo voy a entrar yo en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? ¡Por tu vida, por tu propia vida, no haré yo semejante cosa! David replicó a Urías: Quédate aquí todavía hoy, y mañana te despediré. Urías se quedó en Jerusalén aquel día, y al día siguiente David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Urías salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa. A la mañana siguiente David escribió a Yoab una carta que le remitió por mano de Urías. En ella había escrito: Colocad a Urías en vanguardia, donde sea más dura la lucha, y retiraos de él, para que sea herido y muera. Así pues, Yoab, que sitiaba la ciudad, puso a Urías en el lugar en que sabía que estaban los guerreros más valientes. Los de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Yoab. Y cayeron no pocos del pueblo, de los servidores de David, y entre ellos murió también Urías el hittita. Yoab mandó en seguida quien comunicara a David todos los detalles del combate, y le dio esta orden al mensajero: Cuando hayas terminado de contar al rey todos los detalles del combate, si estalla la cólera del rey y te dice: ¿Por qué os habéis acercado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais que tirarían desde lo alto de la muralla? ¿Quién hirió a Abimélek, hijo de Yerubbaal, sino una mujer que arrojó sobre él desde lo alto de la muralla una rueda de molino y por ello murió él en Tebés? ¿Por qué os habéis acercado a la muralla? Pero tú le dirás: Tu siervo Urías, el hittita, murió también. Partió el mensajero, y en llegando ante David, le comunicó todo lo que le había mandado Yoab. Y dijo el mensajero a David: Cuando aquellos hombres llevaban las de vencer sobre nosotros, hicieron una salida contra nosotros al descampado, pero los rechazamos hasta la entrada de la puerta; mas los arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla, y murieron algunos de los servidores del rey, entre ellos tu vasallo Urías, el hittita. Entonces dijo David al mensajero: Esto has de decir a Yoab: No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú, dale ánimo. Cuando la mujer de Urías se enteró de que había muerto su marido, hizo duelo por su señor. Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahvéh.

 

El invierno es una estación de lluvia en Israel, la época cuando se plantan los cultivos. La primavera era un momento adecuado para ir a la guerra debido a que los caminos estaban secos, haciendo más fáciles el traslado de las tropas, los carros de abastecimientos y las carrozas. En Israel, muchas cosechas estaban listas para ser levantadas en la primavera. Estas cosechas eran una fuente importante de alimento para los ejércitos en tránsito.

En el episodio con Betsabé, David se permitió caer hondo y más profundamente en el pecado:

 (1) David abandonó su propósito al estar en casa para la batalla.

(2) Centró sus pensamientos en sus propios deseos.

 (3) Cuando la tentación llegó, la examinó en vez de alejarse de ella.

(4) Pecó deliberadamente.

(5) Trató de cubrir su pecado traicionando a otros.

(6) Cometió asesinato para continuar cubriendo su pecado. Finalmente su pecado fue expuesto, y fue castigado.

(7) Las consecuencias de su pecado afectaron a muchos otros.

David pudo haber decidido detenerse, y volverse del mal en cualquier etapa de su camino. Pero una vez que se inicia la progresión de pecados es difícil detenerse (Santiago1:14-15 Cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. Luego la concupiscencia, después de concebir, pare el pecado, y el pecado, una vez consumado, pare la muerte.). Mientras más grande es el desastre menos admitimos que nosotros lo causamos. Es mucho más fácil dejar de deslizarse por una colina cuando se está cerca de la cima que a mitad del camino. La mejor solución es detener el pecado antes de que comience.

Cuando David miró desde la terraza del palacio, vio a una bella mujer que se estaba bañando, y la lujuria llenó su corazón. Debió haber dejado la terraza y huido de la tentación. En vez de eso, abrigó la tentación al investigar acerca de Betsabé. El resultado fue devastador.

Para huir de la tentación: (1) Ruegue a Dios en oración que lo ayude a alejarse de la gente, lugares y situaciones que representen una tentación. (2) Memorice y medite en porciones de las Escrituras que combatan esas debilidades específicas. En la raíz de la mayoría de las tentaciones se encuentra una necesidad o deseo real que Dios puede llenar. (3) Busque a otro creyente con quien pueda abrirse y contar sobre sus luchas, y pedir ayuda a esta persona cuando la tentación llegue.

David puso tanto a Betsabé como a Joab en una situación difícil. Betsabé sabía que era pecado cometer adulterio, pero el rehusarse a la petición del rey podría significar un castigo o la muerte. Joab no sabía por qué Urías tenía que morir, pero era obvio que el rey lo quería muerto. En ocasiones nos enfrentamos a situaciones que nos presentan sólo dos alternativas aparentes, y las dos parecen estar mal. Cuando esto suceda, no debemos perder la visión de lo que Dios quiere. La respuesta sería buscar más alternativas. Al hacer esto, tendremos la posibilidad de buscar una que honre a Dios.

La respuesta de David ante la muerte de Urías parece petulante e insensible. Mientras que se lamentó profundamente por Saúl y Abner, sus rivales no mostró ninguna aflicción por Urías, un buen hombre con un carácter espiritualmente firme. ¿Por qué? David se había hecho insensible a su propio pecado. La única manera en la que pudo cubrir su primer pecado (adulterio) fue pecando otra vez, y muy pronto no sintió más culpabilidad por lo que había hecho. El pecado deliberado y repetido nubló su sensibilidad a las leyes de Dios, y a los derechos de los demás. Mientras más tratemos de cubrir un pecado, más insensible nos haremos a él. No nos endurezcamos  ante el pecado como hizo David. Confesemos de inmediato nuestras malas acciones a Dios, y a quien corresponda, antes de que olvidemos que son pecados.

El adulterio suele ocasionar homicidio al tratar de ocultar una maldad con otra. Hay que temer el comienzo del pecado, porque, ¿Quién sabe dónde terminará? ¿Puede un creyente verdadero andar por esta senda? ¿Puede tal persona ser un verdadero hijo de Dios? Aunque la gracia no se pierde en un caso tan espantoso, la SEGURIDAD y el GOZO  DE LA SALVACIÓN se apagan. Podemos tener la plena seguridad de que se apagaron de la vida de David toda la espiritualidad y el GOZO. Ningún hombre, en tal caso, puede tener evidencia que le satisfaga de que es creyente. Mientras mayor sea la confianza de un hombre que se ha hundido en la maldad, más grandes son su presunción e hipocresía. Nadie que se parezca en nada a David, sino en sus transgresiones, debe estimular su confianza con este ejemplo. Que siga a David en su humillación, arrepentimiento y sus otras gracias eminentes; es preferible que piense de sí como un descarriado, y no sea un hipócrita.

Durante el incidente David escribió el Salmo 51, dándole un discernimiento valioso en su carácter, y ofreciéndonos una esperanza para nosotros también. No importa cuán miserable la culpabilidad lo haga sentirse o cuán terrible sea el pecado que ha cometido, usted puede volcar su corazón en Dios, y buscar su perdón como lo hizo David. Hay perdón para nosotros cuando pecamos

Salmo 51:12: Vuélveme el Gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

“Devuélveme el gozo de tu salvación”. La salvación la había conocido, y la había conocido como propia del Señor; también había sentido el gozo que surge de ser salvo en el Señor, pero lo había perdido por un tiempo y, por lo tanto, anhelaba su restauración. 'Nadie excepto Dios puede devolver esta alegría, este GOZO; Él puede hacerlo; podemos preguntarlo; lo hará para su propia gloria y nuestro beneficio. Esta alegría no es lo primero, sino que sigue al perdón y a la pureza: en tal orden es seguridad, en cualquier otro es vana presunción o delirio idiota. Consciente de su debilidad, consciente de haber caído tan recientemente, busca ser mantenido en pie por un poder superior al suyo. Ese Espíritu real, cuya santidad es verdadera dignidad, es capaz de hacernos caminar como reyes y sacerdotes, en toda la rectitud de la santidad; y lo hará si buscamos su amable apoyo. Tales influencias no nos esclavizarán sino que nos emanciparán; porque la santidad es libertad, y el Espíritu Santo es Espíritu libre. En las formas más duras y traicioneras estamos a salvo con un guardián así; En los mejores caminos tropezamos si se nos deja solos. La oración de gozo y el apoyo van bien juntos; todo se acaba con la alegría si no se guarda el pie; y, por otra parte, el gozo es algo muy sustentador y ayuda mucho a la santidad; mientras tanto, el Espíritu Santo, noble y leal está en el fondo de ambos.

 

Que nadie que se oponga a la verdad diga: ¡Este es el fruto de la fe! No; son los efectos de la naturaleza corrupta. Vigilemos los comienzos de la autocomplacencia y mantengámonos a la mayor distancia de todo mal. Pero en el Señor hay misericordia y abundante redención. Él no echará fuera a ningún creyente arrepentido y humilde; tampoco soportará que Satanás arrebate sus ovejas de su mano. No obstante, el Señor hará que su pueblo se recupere del daño en forma tal que marcará el aborrecimiento de sus crímenes, para impedir que los que tienen consideración por su Palabra, abusen de las doctrinas de la gracia.

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