Esta expresión que se usa para referirse a
la futura manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo, cuando vuelva
para iniciar los últimos actos de redención y juicio, se refiere a la
Segunda Venida como "la esperanza bienaventurada" tema que
aparece más de trescientas veces repartidas en casi todos los
veintisiete libros del Nuevo Testamento; está implícito en pasajes como Hebreos 9; 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez
para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. ("aparecerá por segunda
vez").
Este segundo advenimiento de Jesús se
describe poniendo como símil lo que ocurría en el mundo helénico para describir
la llegada aparatosa de un emperador o rey, pero en el Nuevo Testamento
únicamente describe la Segunda Venida, alude al momento cuando el señorío
que Jesucristo goza ahora a la diestra del Padre se hará patente en el mundo;
habrá un apocálypsis de su gloria y poder, es decir, el descubrimiento de su
exaltación al mundo. Entonces muchos creyentes se volverán contra sus pastores
por no haberles enseñado la sana doctrina; otros lamentarán no haber dedicado
más tiempo a escudriñar y al conocimiento de la Palabra de Dios en la Biblia;
muchos, ese día seguirán negando a Cristo.
El mundo entero se da cuenta que estamos
en una crisis horrorosa, tanto económica, ética, moral, filosófica y
espiritual. Muchos “futurólogos” predicen catástrofes inminentes,
vaticinan la destrucción de la civilización, el eclipse total de la humanidad.
Nunca hubo tanto apogeo de adivinos, médiums, astrólogos que actúan de guías
ciegos con las almas ignorantes y desviadas. El avistamiento de objetos
voladores identificados (sabemos quiénes son) se ha intensificado en
distintas regiones del planeta para perdición de sus seguidores.
Muchos de los libros de mayor venta,
tratan sobre las terribles predicciones del futuro, apocalípticas para la
humanidad.
Tras el famoso atentado del 11-S la humanidad ha entrado en un “Nuevo Orden
Mundial. Aquellas palabras que pasaron
inadvertidas para gran parte de la humanidad, para nosotros los seguidores de
Cristo, fue una profecía más cumplida de la Biblia. Entramos desde entonces en
una de las mayores crisis de la historia humana.
La escritura en la pared ha aparecido
sobre los cinco continentes y nos dice que el día del juicio está cerca.
Todos los valores son inestables, y todas
las normas son violadas, los derechos humanos son una caricatura de su noble
función. La crisis ha migrado del terreno económico haciéndose omnipresente
tanto en la cultura como en todos los aspectos cotidianos en esta sociedad.
Penetra hasta las formas de las organizaciones sociales, económicas y
políticas, y a todos los sistemas de vida y de pensamiento. Hay razón para
creer que los efectos desastrosos de estas calamidades nos afectarán en un
grado más intenso y amplio en el futuro cercano.
Los filósofos y pensadores actuales están
utilizando términos bíblicos para explicar sus razonamientos. Ni Platón, ni
Séneca, ni Aristóteles, ni prácticamente ninguno de los grandes filósofos
antiguos intentaron sondear el porvenir. Sólo los actuales se aventuran a
predecir sus propias teorías.
La Biblia es el único libro en toda la
historia de la humanidad que contiene un estudio de las cosas que
sucederán, tanto con cada persona individual como con la humanidad, al final de
su historia y de su vida. En su escatología desde el Génesis hasta el
Apocalipsis la Biblia está llena de acontecimientos que esperan el climax de la
historia.
En una hora como ésta, los hombres y las
mujeres que no conocen la Biblia, se inclinan, como en cada hora crítica
anterior, a dejarse llevar de los falsos profetas, del espiritismo, de los
quirománticos, de las adivinadoras y otras formas de superstición. Diariamente
la gente amedrentada gasta miles de euros procurando encontrar indicios del
futuro. Todo lo que necesitan hacer es ir a la librería más cercana y comprar
una Biblia, a precio módico, y en sus páginas hallarán los secretos del futuro.
La Biblia, y sólo la Biblia desvela la oscuridad y el misterio del futuro.
El velo del misterio se levanta, el futuro
se revela; la Biblia profetiza que se acerca el fin de este mundo, tal y como
lo conocemos. La Biblia declara que el clímax de la historian será la SEGUNDA
VENIDA DE JESUCRISTO.
La
Biblia indica que el más grande suceso de todos los tiempos, será la coronación
de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores.
Como en los tiempos de Noé, hoy día
también hay muchos burladores que no creen en su Segunda Venida, incluso hay
dirigentes cristianos que dicen que esta es una falsa enseñanza pues no se
realizó como lo dijera la iglesia primitiva, esperando su regreso en su tiempo.
La misma Biblia predijo que en los últimos días vendrán burladores, andando
según sus propias pasiones diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?
Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así
como desde el principio de la Creación. (2ª
Pedro 3:4)
Demasiadas personas prefieren
decir: Bueno, el fin del mundo no ha llegado todavía, por tanto ¿para qué
pensar en ello? Probablemente tardará otros mil años ¡Puede que sea así!
Pero también puede que no.
Yo no voy adivinar el futuro ni a
predecir el fin del mundo. Muchas personas lo han hecho y son culpables de
haber cometido una falta grave contra la causa cristiana. La fe cristiana ha
sido ridiculizada debido a muchos iluminados, chiflados y fanáticos religiosos
con sus falsas predicciones.
Podrían haberse evitado hacer el ridículo
público, sólo con haber recordado la advertencia que hizo Jesús una y otra vez
en: Marcos 13:35-37
35”Velad,
pues, porque no sabéis cuando vendrá el señor de la casa; si al
anochecer, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.”
Las falsas predicciones y la terquedad
humana de creer que la vida en esta tierra puede cesar súbitamente a
causa de fuerzas sobrenaturales muy fuera de nosotros mismos, han hecho que
muchas personas se burlen de la idea de la Segunda Venida de Cristo.
Hay otra razón, que nuestro enemigo el
demonio se ha encargado de implantar en muchas mentes, con lo cual ha
adormecido a demasiadas personas, se trata del mal llamado “mundo civilizado”
con un sentido injustificado de seguridad.
Es la doctrina errónea del “progreso”,
según la cual el hombre y todas sus obras, lenta y penosamente progresan
por su propio esfuerzo e inteligencia. Muchos que creen esta teoría gnóstica
también pretenden aceptar la Segunda Venida de Cristo, pero dicen que esta
venida significa solamente el día en el que el hombre se halla purificado por su
propia obra, cuando llegue a comprender la inutilidad de las guerras, la
insensatez de la codicia, la intolerancia, los prejuicios, y entienda la
armonía de la naturaleza, se convierta en guardián de su hermano y viva
conforme a la Regla de Oro.
Este mito, pues la teoría del “Progreso
inevitable” es un mito, y nada más, se basa únicamente en lo que el
hombre espera que suceda y no en lo que realmente sucede. Se señala el hecho de
los grandes avances en la medicina moderna que hace posible vivamos más años
que nuestros antepasados, pero descuida la realidad, de que la muerte es
todavía nuestro último destino. Lo mejor que hemos podido hacer es aplazarla
unos años más. Cuando pensamos en nuestros sistemas de transportes y
comunicaciones, ampliamente mejorados, tratamos de ignorar el hecho de que,
principalmente estamos aprovechando nuestra conquista del aire para llevar
muerte y destrucción a nuestros prójimos y no para difundir el Evangelio y la
fe cristiana. Cuando nos jactamos de nuestro extenso sistema de educación en
escuelas, colegios y universidades, nos olvidamos de que gran parte de la
enseñanza que se imparte en estos centros ha alejado a los estudiantes de
Dios en lugar de acercarlos a ÉL.
La teoría de la evolución impartida en la
asignatura de ciencias de la naturaleza ha trastornado la mente de profesores y
alumnos, prendiendo sus pensamientos en vanas ideas y elucubraciones
Divulgar la idea de que el hombre desciende del mono es admitir la locura de
quien lo dice. El mono, los simios fueron creados por Dios y se mantienen en el
mismo estado desde entonces.
Génesis 1:25 “E hizo Dios animales de la tierra según su
género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra
según su especie. Y vio Dios que era bueno.”
El hombre fue formado del barro y
hecho a semejanza de Dios: Génesis
1:26-27 /Génesis 2:7
El hombre se enorgullece de haber
descubierto el "bosón de Higgs", la última pieza que faltaba
localizar para completar el cuadro de partículas elementales incluidas en el
modelo estándar de la física de partículas, aunque tiemble ante el pensamiento
de lo que el ingenio del hombre sea capaz de acarrear sobre nosotros.
Ha irrumpido con fuerza entre los
dirigentes de varias naciones la llamada “Alianza de Civilizaciones” un paso
más hacia el día del Armagedón.
Estas cosas se catalogan entre los altos
logros del “progreso” humano. Son los éxitos en los que algunos basan su fe
para un mundo mejor y más pacífico. Dan por sentado que el “progreso” conduce
siempre hacia el mejoramiento, cuando en realidad puede conducir tanto hacia
atrás, como hacia adelante.
Entonces ¿Cuáles son los argumentos
positivos? ¿Qué pruebas seguras tenemos de que Jesús volverá y de que debemos
vivir prevenidos para ese día glorioso?.
Por supuesto, la Biblia es nuestra base, y
en las Escrituras la segunda venida de Cristo ocupa un lugar preeminente. En la
Biblia uno de cada treinta versículos menciona esta enseñanza, y por cada
referencia a la primera venida de Cristo, a su nacimiento, hay ocho referencias
a su segunda venida. En total, hay trescientas dieciocho referencias a ella. En
el Antiguo Testamento es el tema de los profetas, y en el Nuevo Testamento,
libros enteros, (1ª y 2ª Tesalonicenses) y capítulos enteros (Mateo 24; Marcos
13 y Lucas 21) se dedican a su segunda venida.
La Biblia entera hace hincapié
repetidamente en el hecho de que Cristo volverá a la tierra. Por ejemplo
en Isaías 66:15 se nos dice:
” Porque he aquí que Jehová vendrá
con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su
reprensión con llama de fuego.”
En Jeremías, se nos dice que al tiempo de
la venida del Señor, Jerusalén será hecha el trono de su gloria y las naciones
se congregarán por medio de sus representantes. Habrá una poderosa conferencia
de desarme mucho más grande que cualquiera de las que el mundo haya visto en
Washington, Londres, Paris, etc y en la misma mesa se hablarán mentiras.
Ezequiel habla de que Jerusalén será
restaurada, de un templo que será reedificado y de una tierra que será
renovada, y henchida de prosperidad.
Daniel vio a Cristo en visiones, viniendo
como Juez y Rey de la tierra.
Oseas dice que en los postreros tiempos
cuando el Señor vuelva, Israel le aceptará como Señor y Rey.
Joel describe a los ejércitos del mundo en
el día postrero, alineados en orden de batalla contra las huestes celestiales.
Será el día del Armagedón.
Amós revela el nuevo trono de David,
restablecido en Jerusalén.
Abdías hace serias advertencias en vistas
de la segunda venida del Príncipe de príncipes.
Miqueas anuncia el cese de todas las
guerras cuando las espadas serán convertidas en azadones y las lanzas en hoces
y rejas de arado.
Nahum relata cómo las montañas temblarán
bajo los pies de Cristo, y la misma tierra se abrasará ante su presencia.
Hababuc muestra al Rey midiendo el nuevo
Reino con una vara, y todas las montañas arrollidándose ante ÉL.
Sofonías nos da el nuevo canto que ÉL
enseñará a Israel y describe la derrota del Anticristo.
Haggeo relata el derrumbamiento de todas
las cosas, y la permanencia exclusiva de las cosas de Dios.
Zacarías presenta el cuadro de los pies de
Cristo pisando de nuevo el Monte de los Olivos. El monte se partirá en dos y el
valle de la decisión será hecho.
Malaquías finaliza el Antiguo Testamento
con la historia del Príncipe venidero, representándolo como fuego purificador y
jabón de lavadores, y como el sol naciente, que inunda toda la tierra de
su fulgor. El Antiguo Testamento rebosa de augurios sobre la segunda venida de
Cristo.
En el Nuevo Testamento, las predicciones
de su venida son todavía más claras y más vivas. Mateo compara a Cristo con el
esposo que viene a recibir a la novia.
Marcos, lo ve como el Señor de la casa que
emprende un largo viaje, y encarga a sus siervos ciertas tareas, mientras
regresa.
Para Lucas, Jesús es el caballero noble
que viaja a un país lejano para arreglar ciertos negocios y deja sus posesiones
al cuidado de sus siervos, para que negocien con ellas hasta que ÉL venga.
Juan cita las palabras de Cristo
diciendo:”Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Vendré otra vez y os
tomaré a mí mismo”.
En Romanos, le vemos que regresa y pone
todo bajo sus pies.
En 1ª de Corintios, Pablo describe la
venida del Señor para efectuar la resurrección de muertos.
En 2ª de Corintios, describe la nueva
habitación que tendremos cuando esta vivienda terrenal sucumba.
En 1ª Tesalonicenses, Pablo nos dice que
esperemos al Hijo de Dios viniendo de los cielos.
En 2ª Tesalonicenses nos pinta el cuadro
glorioso de la venida del Señor con sus santos.
En Timoteo, encontramos que el Señor
premiará a los que aman su venida.
Tito habla de la “esperanza
bienaventurada”.
En Hebreos nos dice que los hijos de
Israel le reconocerán como al Mesías en su segunda venida.
Santiago exhorta a sus lectores a que sean
pacientes hasta la venida del Señor.
Pedro dice que el día del Señor vendrá
como ladrón en la noche, sin previo aviso.
Judas dice:”He aquí el Señor es
venido con sus santos millares”.
Y todo el libro del Apocalipsis se dedica
al asunto de su segunda venida.
No sólo, pues, el Antiguo Testamento nos
dice que esperemos la segunda venida de Cristo, sino también el Nuevo está
lleno de la promesa de ella.
Vamos a ver aquellos textos en la Palabra
de Dios en la Biblia, en diferentes versiones, que nos hablan de ese día,
cuando el Rey de Reyes, cuando Jesucristo aparezca de nuevo, por segunda vez:
1 Corintios 1; 7 /2 Tesalonicenses
1; 7/1Pedro 1; 7 / 1Pedro 1:13 / 1Pedro 4:13
2 Tesalonicenses 2; 8 / 1
Timoteo 6; 14 / 2 Timoteo 4;1/ 2Timoteo 4:8/ Tito 2.13
La base de la Segunda Venida se encuentra
en muchos pasajes de los Evangelios, especialmente en el discurso de Jesús, que
tenemos mucho que conocer y haríamos bien en escudriñar con la ayuda del
Espíritu, en Marcos
13. Jesús se refiere a sí mismo como el Hijo
del Hombre que vendrá en la Gloria de su Padre con los ángeles. Podemos ver los
siguientes textos en la Biblia. Si disponemos de varias versiones podemos enriquecernos con su lenguaje.
Podemos leer con detalle en:
Marcos 8; 38/ Marcos 13;
24-27/Marcos 14; 62/Juan 14; 3/ Juan 14; 28
La verdad universal más conmovedora y
gloriosa, es la Segunda Venida de Jesucristo. Es la promesa segura de su
futuro, ahora cuando se revelan todos los fracasos de esta sociedad moderna,
cuando todo lo que nos rodea es pesimismo, tristeza, desempleo, corrupción.
Cuando la gente se lamenta ¿Qué será de nosotros? ¿Hacia dónde vamos?, la
Biblia responde con contundencia contestando a todas esas cosas con la segunda
venida de Jesucristo, y señala los galardones que esperan a los escogidos por
Dios.
En cuanto a la fecha o al tiempo exacto de
ese acontecimiento glorioso, no desafiaré a la Providencia aventurándome
en conjeturas. No importa que desconozcamos el tiempo exacto de su
venida, lo esencial es que vivamos de tal manera que estemos preparados para
ella en cualquier momento. Jesús dijo que ni los ángeles en el cielo sabía el
día, sólo Dios conoce el instante en que habrán de resonar las poderosas
trompetas, y en que los cielos se han de partir, para que Cristo y sus huestes
celestiales aparezcan una vez más a la vista de los hombres.
El tiempo, según miden los ángeles que ven
desde la eternidad, dista mucho de parecerse al modo que nuestra mente finita
es capaz de medir. Nos aferramos a los escasos setenta u ochenta años de vida
en la que permanecemos amarrados a esta vida terrenal. La permanencia temporal,
nos impide asimilar el tiempo con respecto a quinientos, mil o dos mil años,
nos parecen muy largos. Sin embargo, para Dios, tal lapso de tiempo es como un
día.
Los que leen correctamente las Escrituras,
a la vista de todos los acontecimientos actuales, piensan que estamos en los
días postreros de la vida tal y como lo conocemos, sobre esta tierra, y que
hemos entrado en la época final, en el último acto del grandioso drama que
empezó hace miles de años en el Edén.
Jesús nos recomendó esperar y observar,
leamos: Lucas 21:25-27
Los últimos terremotos, huracanes y
tsunamis han devastado y segado vidas a su paso. El cercano Oriente con sus
guerras, la del Golfo, Irak, Afganistán, Libia, Siria. Son los primeros dolores
del parto.
Con el restablecimiento de Israel como
nación independiente y estado soberano, con su ejército propio, moneda e
identidad propias; la rueda de la historia ha descrito un ciclo tremendo y casi
completo. Fue en aquella región rica y fértil del Cercano Oriente donde nuestra
civilización tuvo su principio. De esa región limitada, se diseminó en todas
direcciones. Circundó el globo, moviéndose firmemente, deteniéndose de vez en
cuando, para recuperarse y fortalecerse, a veces atrapada en las garras
poderosas de las muchas épocas oscuras de barbarie, ignorancia, impiedad y
miedo. Ahora en nuestro tiempo, comienza a volver a los lugares de sus
orígenes.
Los campos, largo tiempo sin cultivar y estériles,
producen de nuevo su fruto. Si, las ramas de la higuera se hacen tiernas y sus
hojas brotan, por todas partes aparecen las señales que debemos observar.
Aunque algunos predicadores tergiversan
estos pasajes, no es posible eliminar de los Evangelios todo vestigio de
una Segunda Venida. La misma abundancia de referencias al tema hace improbable
que los apóstoles crearan esta doctrina, que saliera de su raciocinio. Es claro
que existe una dificultad en los dos dichos de Jesús que indican una venida muy
pronta: antes que los discípulos recorrieran las ciudades de Israel (Mateo 10; 23) o antes de que algunos de sus oyentes
murieran (Marcos 9; 1), pero es fácil explicar que estas
profecías se cumplieron en la muerte y resurrección de Jesús; porque estos
hechos fueron una manifestación sobresaliente del Reino, por los cuales Jesús
triunfó sobre Satanás y sobre la muerte. Además, por esos hechos Jesús fue
proclamado el SEÑOR del cielo y la tierra (Mateo 28; 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra.).
En otras palabras, el acontecimiento fundamental de la predicación del Reino es
el nacimiento, la encarnación, la muerte y la resurrección de Jesús. Su Segunda
Venida es la culminación de su Señorio, Soberanía y Justicia.
Si Jesús enseñaba una Segunda Venida,
podemos hacer una pregunta: ¿Esperaba Él un período entre su Ascensión y
su parusía? En vista de que hablan de un regreso inmediato: Mateo 10; 23 / Marcos 9; 1/ Marcos 13; 30-33
El argumento de muchos predicadores
para decir que no habrá Segunda Venida se basa en que: Jesús esperaba regresar
casi inmediatamente y cuando no apareció, la iglesia cambió la idea de un
regreso inmediato por la de una tarea misionera, con el resultado de que la parusía
o venida del Señor fue postergada.
Pero es inaceptable esta tergiversada interpretación, al oscuro concepto de la iglesia y la formulación de sus doctrinas en vista de los siguientes hechos:
Jesús sí enseñaba que habría un período
entre el fin de su ministerio y la parusía (Marcos
13; 10/Mateo 24; 14).
Tal espera está implícita en las parábolas del Evangelio, especialmente en
aquellas que hablan de la ausencia de la figura central del relato, tal y como
podemos leer en: Mateo
24; 45-51/ Mateo 25; 1-13
Sin el regreso del Señor, la parábola
quedaría truncada, porque la entrega de responsabilidades al principio demanda
el desenlace de los galardones al final. Así también lo que Jesús empezó a
hacer quedaría inconcluso si no volviera a completar el proceso.
Jesús fue proclamado Señor del
cielo y de la tierra y ordenó (Mateo
28; 18-20) lo que significa que con su exaltación el
evangelio rompe los límites nacionales de Israel y asume características
universales. Resulta lógico entonces que el señorío de Jesús se proclamase en
todo el mundo para que la oferta de perdón y vida eterna fuera conocida de
todos. Por tanto, precisa programar un período de tiempo para la evangelización
del mundo.
La enseñanza de Jesús acerca
del Reino de Dios refleja una tensión grande entre el aspecto presente, visto
en la vida y obra de Jesús, y el aspecto futuro. Si interpretamos el Reino de
Dios, o en términos puramente futuristas sin aspecto presente y período
intermedio o en términos de una escatología realizada en este tiempo sin
futuro alguno, no hacemos justicia a la enseñanza de Jesús. Él dejó inaugurado
el Reino en las obras maravillosas de su ministerio y especialmente en su
muerte y resurrección. Por tanto, se puede decir con que la batalla decisiva se
ha ganado, y solo se espera la terminación de la guerra y la proclamación del
gran día de victoria. Durante el actual período intermedio experimentamos
muchas de las bendiciones del futuro, (1
Corintios 10; 11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo,
y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los
fines de los siglos / Hebreos
6; 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero). Además, los
creyentes, los nacidos de nuevo, que ya hemos sido sellados por el Espíritu
Santo, ya tenemos la vida eterna (Juan
3; 16), característica del siglo venidero (Marcos 10; 29-31), pero eso no significa que se omita la
consumación final. La victoria sin par de la muerte y resurrección de Jesús
quedaría inconclusa si no llega a abatir visiblemente el reino del mal aquí en
la tierra.
En resumen, la enseñanza de los Evangelios
es clara: al final del proceso de evangelización del mundo, en un momento que
solo el Padre conoce (Marcos
13; 32 Porque
se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios,
para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.), Jesús vendrá personalmente sobre
las nubes en la misma forma corporal en que se fue (Hechos 1;10-11 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo,
entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. ). Su Segunda Venida será acompañada con trompetas,
voces, gloria, y poder; los ángeles estarán presentes para recoger a los
escogidos de los cuatro ángulos de la tierra. Entonces el Señor se sentará
sobre su trono para juzgar a todos los que tienen alguna relación con el Reino,
según sus obras.
Su Venida es precedida por un tiempo de
horrible persecución Marcos 13; 19-20 y seguida por el establecimiento del reino
de justicia del Hijo del Hombre (Mateo
25; 34)
El Apóstol Pablo nos orienta y sigue la
pauta de Jesús, aunque agrega varios énfasis nuevos. El más notable quizás es
la relación estrecha establecida entre La Segunda Venida y la Resurrección o transformación de los creyentes. Para mayor comprensión examinemos los
siguientes textos en:
1 Corintios 15; 23/1 Corintios 15; 51-53/ Filipenses
3; 20-21/1 Tesalonicenses 4; 13-18
Aunque hay que
distinguir una etapa previa a la Segunda Venida, a la cual llamamos "el
arrebatamiento de la iglesia" o “el rapto” que podemos ver como fueron
varios los escritores evangélicos que diferenciaron este rapto de los fieles,
para evitar pasaran por la gran tribulación. En el Evangelio de Lucas 17:34-36 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado,
y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra
dejada.36 Dos estarán en el
campo; el uno será tomado, y el otro dejado. Podemos corroborar el rapto en: Mateo 24:37-42
La Segunda Venida que insinúa 1 Tesalonicenses 4; 16: "El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de
Dios descenderá del cielo".
Los muertos en Cristo resucitarán primero, y ocurrirá entonces la
transformación de los creyentes vivos. Pero esto no sucederá sino hasta que
haya venido la apostasía y aparezca el hombre de pecado, a quien el Señor
destruirá "con el espíritu de su boca y con el resplandor de su
venida". Podemos leerlo en: 2
Tesalonicenses 2; 1-12
No es solamente un momento de
distribuir recompensas a los fieles sino la ocasión en que todos los hombres
han de rendir cuentas de sus acciones. Veamos varios textos que nos
ilustran con claridad:
2 Tesalonicenses 1; 7-10 / 1 Corintios 3; 13-15 / 1 Corintios 4; 5/ 2 Corintios 5; 10
Aunque a los
"burladores" les parece que el Señor retarda su promesa, realmente Él
está esperando que los hombres "procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3; 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento.) Pero el día del Señor vendrá como
"ladrón en la noche", inesperadamente, y el cielo y la tierra
serán quemados.
Como libro de consolación escrito durante
la persecución, Apocalipsis aporta datos importantes sobre la Segunda Venida de
Cristo. Todo ojo lo verá llegar y todas las naciones de la tierra lo lamentarán
Apocalipsis
1; 7 / Mateo 24; 29-30. En la final trompeta
(Apocalipsis 11; 15-19), el reino de este mundo pasa a ser de
Dios y de su Cristo, quien reinará para siempre jamás (Apocalipsis 11; 15). Apocalipsis concuerda con lo escrito
por Pablo al describirse la lucha feroz entre las fuerzas del mal y del bien,
guerra que causa tremenda Tribulación y termina en el castigo de los líderes
del reino satánico (Apocalipsis
19; 20 /Apocalipsis 20; 10).
Entonces Cristo y los justos empiezan un reino de mil años en la tierra,
(Apocalipsis 20; 1-9) durante el cual Él suprime
todo dominio, autoridad, y potencia enemiga (1Corintios
15; 23-28).
En Daniel 12:4 “…Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia se aumentará”.
El profeta Daniel refiere la cantidad de
gentes que no tendrán fe en Jesús, buscando por todas partes respuestas a sus
interrogantes, pero que se adapten a sus deseos. Personas de doble ánimo,
inconstantes, superficiales y carentes de moral.
El impresionante avance de la ciencia no
se puede poner en duda. De un día para otro hay nuevos descubrimientos que
maravillan a los científicos. En los últimos 50 años ha sido impresionante el
desarrollo de los descubrimientos tanto en medios de comunicación, transporte e
investigación. En ninguna época de la historia se han sucedido a tal ritmo los
acontecimientos.
Los médicos y psiquiatras durante los
últimos años han dicho repetidas veces que el cuerpo humano no está capacitado
para tal tensión, que no puede aguantar tata velocidad y presión, pero seguimos
adelante al ritmo de siempre sin importar o pararnos a mirar si es conveniente
o no ese ritmo de vida. No es de extrañar que el ictus se haya convertido en
algunos países como un mal en ascenso. La telefonía, los celulares, los Ipods,
auriculares se han convertido en una nueva fuente de problemas para la ya débil
salud. Muchos de los jefes de industria cuyo trabajo ha hecho posible esta
tremenda aceleración, han muerto repentinamente en sus despachos, victimas del
monstruo que ellos crearon.
En los
pasajes de Ezequiel 38 y 39, el
profeta es inspirado por Dios para describir unos hechos que ocurrirán en los postreros tiempos. Se
supone que estos enemigos se juntarán para invadir la tierra de Judea y Dios
los derrotará. Dios no sólo se ocupa de quienes son ahora los enemigos de su
Iglesia, sino ve con anticipación quienes lo serán, y les hace saber por su
palabra que está contra ellos; aunque ellos se junten, los malos no quedarán
sin castigo. El Señor hará que los transgresores más despreocupados y
endurecidos conozcan su santo nombre, sea por su justa ira o por las riquezas
de su misericordia y gracia. Las armas formadas contra Sion no prosperarán.
Aunque esta profecía va a cumplirse en los últimos tiempos, es segura. El
mensaje para nosotros es emocionante: con Dios de nuestro lado, se nos asegura
la victoria final sobre cualquier enemigo, ya que El peleará por nosotros. La
predicción de la salvación del pueblo de Dios y la ruina del enemigo, se ha
cumplido: lo que expresa que el acontecimiento predicho es tan cierto como si
estuviera ya consumado.
Hace pocos años, muchos intelectuales se
burlaban de 2ª
Pedro 3:10. Pero la explosión de
la bomba de hidrógeno y las terribles posibilidades de la bomba de
cobalto, han cambiado su escepticismo en una admiración y reconocimiento de las
profecías bíblicas.
Quiero señalar que los tiempos que
vivimos, se diferencian radicalmente de cualquier época anterior. El compás del
tiempo se acelera con sucesos de tal magnitud, que cualquiera de ellos hubiera
sido la sensación de toda una edad hasta hace poco; ahora vienen tan seguidos
que no nos da tiempo a digerirlos y muchos de ellos pasan inadvertidos. El
relajamiento moral ha llegado a ser tan común y aceptado, que se hace muy poco
esfuerzo para ocultarlo. La corrupción en la economía, política y justicia es
casi una regla y no la excepción.
El Anticristo, que los profetas
advirtieron había de aparecer en los últimos días, posiblemente ya se encuentre
a punto de surgir; posiblemente está creciendo y tomando forma ante nuestros
propios ojos, un espíritu Anticristo atrevido, desvergonzado y bien armado, que
no se preocupa en disimular su identidad o enmascara su propósito. Hace poco
que surgió el ISIS con tanta rapidez que ha sorprendido a todos los servicios
de inteligencia mundiales, aunque algunos cuando dieron la voz de alarma,
fueron silenciados por intereses petroleros. Ahora, han perdido cualquier
atisbo de humanidad, convirtiéndose en verdugos y asesinos de cristianos que no
renuncian a la fe de Cristo. Pero lo peor aún está por venir.
Estas son tendencias apocalípticas,
caracterizadas por la guerra, el hambre, la peste y la muerte que en este mismo
momento cabalgan a través del mundo. El tiempo, como es medido por los seres
celestiales, puede darnos diez años, cien años, mil años; pero también puede darnos
un día, una semana o un mes. Bien puede aplicarse a la actualidad el versículo:
Mateo 24:34” De
cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.
Hasta ese Día Supremo la actitud de todo
cristiano debe ser la de velar y esperar. Jesús dijo:
Mateo 24:42 “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha
de venir vuestro Señor”.
De nuevo esta esperanza grandiosa debe
provocar una consagración completa al servicio, de parte de todos los que
creemos en ella. Jesús dijo:
Lucas 19:13 “Negociad entretanto que vengo”.
También es un tiempo de preparación. Jesús
dijo:
Lucas 12:40 “Vosotros, pues, también, estad preparados,
porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
Toda la historia se encamina hacia el gran
día cuando todos los enemigos serán puestos bajo sus pies y Cristo será
coronado. La Biblia dice:
Isaías 9-7 “Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y
sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia
desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.
Entonces cesarán la guerra y los combates.
No habrá pecado ni codicia, y el pesa y el dolor habrán desaparecido. Entonces
los paganos serán convertidos, ningún hombre vivirá sin conocer a Dios, toda la
naturaleza desplegará el esplendor y la magnificencia que caracterizaron
el jardín del Edén. Entonces, todos los animales de la tierra habitarán juntos
en armonía y en paz. Entonces, el conocimiento del amor de Dios cubrirá la
tierra, y nuestra ardiente oración de siempre: “Venga tu reino”
será, por fin, contestada.
La Segunda Venida del Señor Jesucristo ha
tenido un valor permanente para el cristianismo, y a través de los siglos ha
sido una fuente de inspiración y confianza. Sobre ella se basan todas las
exhortaciones a la pureza, fidelidad, santidad, vigilancia y
responsabilidad. El juicio en Mateo
25; 31-46 enseña
que quienes esperamos de veras el regreso de nuestro Señor mostramos
compasión hacia los desvalidos y necesitados.
Toda la creación gime hasta la liberación
final, tanto de los hijos de Dios como el universo entero, tal y como nos dice
la Palabra de Dios en Romanos
8; 18-23
La Segunda Venida de Cristo no será para
expiar los pecados de la humanidad ya que esto se cumplió en su primera venida.
En su segunda venida se consumará la totalidad de la salvación del creyente y
el juicio del incrédulo.
"Amén; sí, ven, Señor
Jesús" (Apocalipsis
22; 20)
¡¡MARANATHA!!