En este capítulo 53 de Isaías encontramos la
profecía más exacta de todos los padecimientos de Jesucristo. Cada vez que
escudriño estos versículos, veo todas mis iniquidades, todos mis pecados
hiriendo al Señor; por eso sabiendo lo que sé, yo y mi casa obedeceremos al
Señor de todo corazón.
Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios
en la Biblia, versión Traducción Lengiaje Actual, en Isaías 53:
1
Isaías dijo: « ¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha visto el
poder de Dios!
2
El fiel servidor creció como
raíz tierna en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su
aspecto no era atractivo ni deseable.
3 Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un
hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos
mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.
4
»A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros
dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado.
5 Pero él fue herido por nuestras rebeliones,
fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus
heridas recibimos la paz y fuimos sanados.
6 »Todos andábamos perdidos, como suelen andar
las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su
fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos.
7 »Fue maltratado y humillado, pero nunca se
quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la
lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.
8
»Cuando lo arrestaron, no lo
trataron con justicia. Nadie lo defendió ni se preocupó por él; y al final, por
culpa de nuestros pecados, le quitaron la vida.
9 El fiel servidor de Dios murió entre
criminales y fue enterrado con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen
ni jamás engañó a nadie.
10
»Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor ofreció su
vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy larga,
llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea.
11
»Después de tanto
sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel servidor, aunque
inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los pecados de muchos
para que ellos fueran perdonados.
12 Él dio su vida por los demás; por eso Dios lo premiará con
poder y con honor».
CONTEXTO
Esta es la más conocida profecía de la
crucifixión en la Biblia. Ocho siglos antes de Cristo, Isaías se refirió de una
forma increíblemente certera a los hechos de la crucifixión; pero más
importante aún, habló del propósito de la cruz.
Cristo cargó algo más que nuestros pecados en su sufrimiento y muerte.
Este capítulo nos habla del porqué de su
sufrimiento: sufrió para llevar nuestros dolores y enfermedades y para ofrecernos Paz, Sanidad y Salvación eterna.
En
verdad, la expiación de nuestros pecados constituye nuestra mayor necesidad,
pero Dios, al enviar a su Hijo a sufrir y morir, proveyó más que una forma de
escapar al juicio: Dispuso el inmediato comienzo de una vida abundante por FE
EN JESUCRISTO.
REFLEXIÓN
En ninguna otra parte del Antiguo Testamento, como en este capítulo,
se profetiza tan clara y plenamente que Cristo debía sufrir y luego entrar a su
gloria. Pero lo triste es que en el mundo de hoy pocos disciernen o reconocen el poder divino
que va con la enseñanza de la Palabra de Dios en la Biblia. Se rechaza toda la
información más importante y auténtica de la salvación a través del Hijo de
Dios pora los hombres pecadores.
¿Quién creería que Dios decidiría salvar al
mundo mediante un Siervo humilde y sufrido en vez de un rey glorioso?
La idea
es contraria al orgullo humano y a la manera de pensar del mundo. Sin embargo,
Dios trabaja a menudo en formas inesperadas. La fortaleza del Mesías se muestra
a través de su humildad, sufrimiento y misericordia.
La condición vil a que se sometió y su manifestación al mundo no
concuerdan con las ideas del Mesías que los judíos se habían formado. Se
esperaba que viniera con pompa; en cambio creció como una planta, silenciosa e
inadvertidamente. Él nada tenía de la gloria que uno hubiera pensado hallar en
Él. No había nada en la
apariencia física de este Siervo que fuera atractivo. Israel calculó mal la
importancia del Siervo, lo considerarían como un hombre común. Pero aun cuando
Jesús no atraía por su apariencia física, trajo Salvación y Sanidad. Mucha
gente calcula mal la importancia de la vida y obra de Jesús, y necesitan conocer
cristianos nacidos de nuevo para señalar su extraordinaria naturaleza.
Este varón
de dolores lo despreciaron y rechazaron los que estaban a su alrededor y hasta
el día de hoy sucede lo mismo. Algunos lo rechazan porque se le oponen. Otros
desprecian a Cristo y su gran don de perdón.
Tú que lees esto ¿lo rechazas, lo olvidas o lo aceptas?
Toda su vida fue no sólo humilde en estado externo, también fue
penosa. Hecho pecado por nosotros, vivió la sentencia a la cual nos expuso el
pecado. Los corazones carnales nada ven en el Señor Jesús como para interesarse
en Él. El mundo los tiene atrapados, con
sus luces y cantos de sirena. Sí, por cuántos hombres sigue siendo despreciado
y rechazado respecto de su doctrina y su autoridad
En estos versículos hay un relato de los sufrimientos de Cristo;
también del propósito de sus sufrimientos. Fue por nuestros pecados y en
nuestro lugar que nuestro Señor Jesús sufrió. Todos hemos pecado y caído de la
gloria de Dios. Los pecadores tienen su pecado favorito, su propio mal camino
que aprecian. Nuestros pecados merecen todos los castigos y dolores, hasta los
más severos.
Somos salvados de la ruina a la cual nos obligamos por el pecado,
cuando echamos sobre Cristo nuestros pecados. Esta expiación iba a ser hecha
por nuestros pecados. Este es el único
camino de salvación. Nuestros pecados fueron las espinas en la cabeza de
Cristo, los clavos en sus manos y pies, la lanza en su costado. Fue entregado a
la muerte por nuestras ofensas. Por sus sufrimientos adquirió para nosotros el
Espíritu y la gracia de Dios para mortificar nuestras corrupciones, que son las
maldades de nuestra alma. Bien podemos soportar nuestros sufrimientos más
leves, porque Él nos ha enseñado a estimar todas las cosas como pérdida por
amor a Él y a amar al que nos amó primero.
¿Cómo
podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo
por nuestras culpas, rebeliones y pecados, en realidad cargando con el castigo
que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un
cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el
lugar del cordero. El es el Cordero ofrecido por los pecados de todas las personas.
El Mesías sufrió por nuestro bien,
llevando nuestros pecados para hacernos aceptos a Dios. ¿Qué podemos decir ante
tanto amor? ¿Cómo le responderemos a El?
Pero Dios descorría a un
costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías
mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón
resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad.
Isaías
habla acerca de cómo Israel se apartó del camino de Dios y lo compara a una
oveja errante. Con todo, Dios enviaría al Mesías para hacerla volver al redil.
Cristo no encarga el cuidado de su familia a
ningún otro. Prosperará lo que se
emprenda conforme al beneplácito de Dios. Él se ocupará de cumplirlo en la
conversión y salvación de los pecadores. Hay muchos a quienes Cristo justifica;
muchos por quienes dio su vida como rescate. Por fe somos justificados, así,
Dios es más glorificado, la libre gracia se promueve, el yo es abatido y
nuestra felicidad asegurada. Debemos conocerle y creer en quien llevó nuestros
pecados y nos salvó de hundirnos bajo la carga llevándola sobre sí.
El pecado y Satanás, la muerte y el infierno, el mundo y la carne, son
los enemigos poderosos que Él venció.
Mientras repasamos los sufrimientos del Hijo de Dios, recordemos
nuestro largo catálogo de transgresiones y considerémosle sufriendo bajo el
peso de nuestra culpa. Nosotros somos la adquisición de su sangre, y
los monumentos de su gracia; por esto Él continuamente intercede y prevalece
destruyendo las obras del diablo. "Justificará mi siervo justo a
muchos" nos habla de la enorme familia de creyentes que serán justos, no
por sus obras, sino por la gran obra del Mesías en la cruz. Se tienen como
justos porque han clamado a Cristo, el Justo, como su Salvador y Señor (Romanos 5:18 Por el pecado de Adán, Dios declaró que todos merecemos
morir; pero gracias a Jesucristo, que murió por nosotros, Dios nos declara
inocentes y nos da la vida eterna) 2Corintios 5:21 Cristo nunca pecó.
Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio
de Cristo).
Despojados de la vida de pecado, nos vestiremos con la bondad de
Cristo (Efesios 4:22-23 22 Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los
malos deseos dirigían su manera de vivir.
23 Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y
ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto
a crear, para ser como él.).
¡Ven y ve cómo Cristo nos amó! Nosotros no lo pusimos en nuestro
lugar; Él se puso a sí mismo. Así quitó el pecado del mundo al llevarlo sobre
sí. Se sometió a la muerte, que para nosotros es la paga del pecado.
Nosotros tenemos la oportunidad de mirar al pasado para ver y conocer
la identidad del Mesías prometido, quien vino y murió por nuestros pecados.
Pero si vemos todo lo que Jesús hizo y lo seguimos rechazando, cometemos un
pecado más grande que los israelitas de la antigüedad, quienes no pudieron ver
lo que nosotros vemos.
¿Le has entregado tu vida a Jesucristo, el "buen pastor" o
sigues pareciéndote a la oveja errante?
No eludas tu respuesta, ni tardes en
tomar la decisión. Quien sabe mañana puede ser tarde; la muerte no descansa.