} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL ÚNICO CAMINO DE LA SALVACIÓN: CRISTO

sábado, 27 de diciembre de 2014

EL ÚNICO CAMINO DE LA SALVACIÓN: CRISTO




En este capítulo 53 de Isaías encontramos la profecía más exacta de todos los padecimientos de Jesucristo. Cada vez que escudriño estos versículos, veo todas mis iniquidades, todos mis pecados hiriendo al Señor; por eso sabiendo lo que sé, yo y mi casa obedeceremos al Señor de todo corazón.
Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios en la Biblia, versión Traducción Lengiaje Actual, en Isaías 53:
 1  Isaías dijo: « ¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha visto el poder de Dios!
 2  El fiel servidor creció como raíz tierna en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni deseable.
 3  Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.
 4  »A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado.
 5  Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.
 6  »Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos.
 7  »Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.
 8  »Cuando lo arrestaron, no lo trataron con justicia. Nadie lo defendió ni se preocupó por él; y al final, por culpa de nuestros pecados, le quitaron la vida.
 9  El fiel servidor de Dios murió entre criminales y fue enterrado con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.
 10  »Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor ofreció su vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy larga, llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea.
 11  »Después de tanto sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel servidor, aunque inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los pecados de muchos para que ellos fueran perdonados.
  12 Él dio su vida por los demás; por eso Dios lo premiará con poder y con honor».

CONTEXTO

  Esta es la más conocida profecía de la crucifixión en la Biblia. Ocho siglos antes de Cristo, Isaías se refirió de una forma increíblemente certera a los hechos de la crucifixión; pero más importante aún, habló del propósito de la cruz.
Cristo cargó algo más que nuestros pecados en su sufrimiento y muerte.  Este capítulo nos habla del porqué de su sufrimiento: sufrió para llevar nuestros dolores y enfermedades  y para ofrecernos Paz, Sanidad  y Salvación eterna.
En verdad, la expiación de nuestros pecados constituye nuestra mayor necesidad, pero Dios, al enviar a su Hijo a sufrir y morir, proveyó más que una forma de escapar al juicio: Dispuso el inmediato comienzo de una vida abundante por FE EN JESUCRISTO.

REFLEXIÓN

En ninguna otra parte del Antiguo Testamento, como en este capítulo, se profetiza tan clara y plenamente que Cristo debía sufrir y luego entrar a su gloria. Pero lo triste es que en el mundo de hoy  pocos disciernen o reconocen el poder divino que va con la enseñanza de la Palabra de Dios en la Biblia. Se rechaza toda la información más importante y auténtica de la salvación a través del Hijo de Dios pora los hombres pecadores.
 ¿Quién creería que Dios decidiría salvar al mundo mediante un Siervo humilde y sufrido en vez de un rey glorioso?
 La idea es contraria al orgullo humano y a la manera de pensar del mundo. Sin embargo, Dios trabaja a menudo en formas inesperadas. La fortaleza del Mesías se muestra a través de su humildad, sufrimiento y misericordia.
La condición vil a que se sometió y su manifestación al mundo no concuerdan con las ideas del Mesías que los judíos se habían formado. Se esperaba que viniera con pompa; en cambio creció como una planta, silenciosa e inadvertidamente. Él nada tenía de la gloria que uno hubiera pensado hallar en Él.  No había nada en la apariencia física de este Siervo que fuera atractivo. Israel calculó mal la importancia del Siervo, lo considerarían como un hombre común. Pero aun cuando Jesús no atraía por su apariencia física, trajo Salvación y Sanidad. Mucha gente calcula mal la importancia de la vida y obra de Jesús, y necesitan conocer cristianos nacidos de nuevo para señalar su extraordinaria naturaleza.

  Este varón de dolores lo despreciaron y rechazaron los que estaban a su alrededor y hasta el día de hoy sucede lo mismo. Algunos lo rechazan porque se le oponen. Otros desprecian a Cristo y su gran don de perdón.  
Tú que lees esto ¿lo rechazas, lo olvidas o lo aceptas?

Toda su vida fue no sólo humilde en estado externo, también fue penosa. Hecho pecado por nosotros, vivió la sentencia a la cual nos expuso el pecado. Los corazones carnales nada ven en el Señor Jesús como para interesarse en Él.  El mundo los tiene atrapados, con sus luces y cantos de sirena. Sí, por cuántos hombres sigue siendo despreciado y rechazado respecto de su doctrina y su autoridad
En estos versículos hay un relato de los sufrimientos de Cristo; también del propósito de sus sufrimientos. Fue por nuestros pecados y en nuestro lugar que nuestro Señor Jesús sufrió. Todos hemos pecado y caído de la gloria de Dios. Los pecadores tienen su pecado favorito, su propio mal camino que aprecian. Nuestros pecados merecen todos los castigos y dolores, hasta los más severos.
Somos salvados de la ruina a la cual nos obligamos por el pecado, cuando echamos sobre Cristo nuestros pecados. Esta expiación iba a ser hecha por nuestros pecados. Este es el único camino de salvación. Nuestros pecados fueron las espinas en la cabeza de Cristo, los clavos en sus manos y pies, la lanza en su costado. Fue entregado a la muerte por nuestras ofensas. Por sus sufrimientos adquirió para nosotros el Espíritu y la gracia de Dios para mortificar nuestras corrupciones, que son las maldades de nuestra alma. Bien podemos soportar nuestros sufrimientos más leves, porque Él nos ha enseñado a estimar todas las cosas como pérdida por amor a Él y a amar al que nos amó primero.
  ¿Cómo podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo por nuestras culpas, rebeliones y pecados, en realidad cargando con el castigo que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el lugar del cordero. El es el Cordero  ofrecido por los pecados de todas las personas.  El Mesías sufrió por nuestro bien, llevando nuestros pecados para hacernos aceptos a Dios. ¿Qué podemos decir ante tanto amor? ¿Cómo le responderemos a El?
 Pero Dios descorría a un costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad.
  Isaías habla acerca de cómo Israel se apartó del camino de Dios y lo compara a una oveja errante. Con todo, Dios enviaría al Mesías para hacerla volver al redil.  

  Cristo no encarga el cuidado de su familia a ningún otro.  Prosperará lo que se emprenda conforme al beneplácito de Dios. Él se ocupará de cumplirlo en la conversión y salvación de los pecadores. Hay muchos a quienes Cristo justifica; muchos por quienes dio su vida como rescate. Por fe somos justificados, así, Dios es más glorificado, la libre gracia se promueve, el yo es abatido y nuestra felicidad asegurada. Debemos conocerle y creer en quien llevó nuestros pecados y nos salvó de hundirnos bajo la carga llevándola sobre sí.
El pecado y Satanás, la muerte y el infierno, el mundo y la carne, son los enemigos poderosos que Él venció.  
Mientras repasamos los sufrimientos del Hijo de Dios, recordemos nuestro largo catálogo de transgresiones y considerémosle sufriendo bajo el peso de nuestra culpa.   Nosotros somos la adquisición de su sangre, y los monumentos de su gracia; por esto Él continuamente intercede y prevalece destruyendo las obras del diablo. "Justificará mi siervo justo a muchos" nos habla de la enorme familia de creyentes que serán justos, no por sus obras, sino por la gran obra del Mesías en la cruz. Se tienen como justos porque han clamado a Cristo, el Justo, como su Salvador y Señor (Romanos 5:18 Por el pecado de Adán, Dios declaró que todos merecemos morir; pero gracias a Jesucristo, que murió por nosotros, Dios nos declara inocentes y nos da la vida eterna) 2Corintios 5:21  Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo).  
Despojados de la vida de pecado, nos vestiremos con la bondad de Cristo (Efesios 4:22-23 22 Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir.
 23  Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él.).

¡Ven y ve cómo Cristo nos amó! Nosotros no lo pusimos en nuestro lugar; Él se puso a sí mismo. Así quitó el pecado del mundo al llevarlo sobre sí. Se sometió a la muerte, que para nosotros es la paga del pecado.
Nosotros tenemos la oportunidad de mirar al pasado para ver y conocer la identidad del Mesías prometido, quien vino y murió por nuestros pecados. Pero si vemos todo lo que Jesús hizo y lo seguimos rechazando, cometemos un pecado más grande que los israelitas de la antigüedad, quienes no pudieron ver lo que nosotros vemos.
¿Le has entregado tu vida a Jesucristo, el "buen pastor" o sigues pareciéndote a la oveja errante? 
No eludas tu respuesta, ni tardes en tomar la decisión. Quien sabe mañana puede ser tarde; la muerte no descansa.