En la versión de la Biblia Traducción Lenguaje Actual
podemos leer:
Mateo 1:21 Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va
a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados.»
22
Cuando José despertó, obedeció al ángel de Dios y se casó con María.
Pero no durmieron juntos como esposos antes de que naciera el niño. Y cuando
este nació, José le puso por nombre Jesús. Todo esto sucedió para que se
cumpliera lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías: « ¡Presten
atención! Una joven virgen quedará embarazada, y tendrá un hijo. Y llamarán a
ese niño Emanuel.» Este nombre significa «Dios está con nosotros».
Tikto (τίκτω) dar a luz; se usa como
alumbramiento de Jesús.
CONTEXTO
Jesús entró en la historia cuando la tierra de Israel estaba
controlada por Roma y era considerada como una avanzada insignificante del
vasto y majestuoso Imperio Romano. La presencia de los soldados romanos en
Israel dio a los militares judíos paz, pero al precio de opresión, esclavitud,
injusticia e inmoralidad. A esta clase de mundo vino el Mesías prometido.
REFLEXIÓN
En los primeros 17 versículos de este capítulo de Mateo nos encontramos con
cuarenta y seis personas, en el lapso de 2000 años. Todos fueron antepasados de
Jesús, pero varían considerablemente en espiritualidad, personalidad y
experiencia. Algunos fueron héroes de la fe, como Abraham, Isaac, Ruth y David.
Otros tenían una reputación sombría, como es el caso de Rahab y Tamar. Muchos
de ellos fueron personas comunes, como Esrom, Aram, Naasón y Aquim. Y otros
fueron malvados, como es el caso de Manasés y Abías. La obra de Dios en la
historia no está limitada por los pecados humanos, y El obra por medio de gente
común. Así como Dios usó toda clase de personas para traer a su Hijo al mundo,
El hace lo mismo hoy para cumplir con su voluntad. Descansemos en Él, confiemos
en Dios Padre y en su Voluntad que hallaremos en su palabra en la Biblia.
Jesucristo, el Hijo de Dios, tuvo que ser liberado de la naturaleza
pecaminosa en que nacen todos los seres humanos desde Adán. Jesús al nacer de
una mujer se convirtió en un ser humano; pero por ser el Hijo de Dios nació sin
el pecado humano. El era totalmente humano y totalmente divino.
Porque fue hombre, sabemos que comprende completamente nuestras
circunstancias y problemas (Hebreos 4:15-16 Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros,
pero sin pecado). Porque es Dios, tiene poder y autoridad para
liberarnos del pecado (Colosenses2:13-15 13 Antes, ustedes estaban muertos, pues eran
pecadores y no formaban parte del pueblo de Dios. Pero ahora Dios les ha dado
vida junto con Cristo, y les ha perdonado todos sus pecados.
14
La ley escrita estaba en contra de nosotros, pero Dios le puso fin por
medio de la muerte de Cristo en la cruz.
15 Dios les quitó el
poder a los espíritus que tienen autoridad, y por medio de Cristo los humilló
delante de todos, al pasearlos como prisioneros en su desfile victorioso.).
Podemos contarle todos nuestros pensamientos, sentimientos y
necesidades. El ha pasado por lo que nos toca pasar ahora a nosotros y tiene la
capacidad para ayudarnos.
Si nos detuvieramos a reflexionar las
circunstancias en que entró el Hijo de Dios a este mundo inferior, no pararíamos
hasta que aprendamos a despreciar los vanos honores de este mundo, cuando se
los compara con la piedad y la santidad.
El misterio de Cristo hecho hombre debe ser adorado, enseñado,
trasmitido no es para indagar en esto por curiosidad. Fue así ordenado que
Cristo participara de nuestra naturaleza, pero puro de la contaminación del
pecado original, que había sido comunicado a toda la raza de Adán. Y obedeció,
y se encarnó.
Fijemonos que es al reflexivo a quien Dios guiará con sabiduría, no al
que no piensa y le da todo igual. El
tiempo de Dios para llegar con instrucción a sus hijos se da cuando estamos
perdidos. Los consuelos divinos confortan más nuestra alma cuando está presionada por pensamientos
que nos confunden.
Se dice a José que María debía traer al Salvador al mundo. Tenía que
darle nombre, Jesús, Salvador. Jesús es el mismo nombre de Josué. La razón de
este nombre es clara, porque aquellos a quienes Cristo salva, los salva de sus
pecados; de la culpa del pecado por el mérito de su muerte y del poder del
pecado por el Espíritu de Su gracia. Al salvarnos del pecado, nos salva de la
ira y de la maldición, y de toda desgracia, aquí y después. Cristo vino a
salvar a su pueblo no en sus pecados, sino de sus pecados y, así, a redimirnos de entre los hombres para
sí, que es apartado de los pecadores.
José hizo como le ordenó el ángel del Señor, rápidamente y sin demora,
jubilosamente, sin discutir. Aplicando las reglas generales de la palabra
escrita, debemos seguir la dirección de Dios en todos los pasos de nuestra
vida, particularmente en sus grandes cambios, que son dirigidos por Dios, y
hallaremos que esto es seguro y consolador. El ángel anunció a José que el hijo de María
había sido concebido por el Espíritu Santo. Esto revela una verdad importante
acerca de Jesús: El es Dios y hombre.
Dios tomó las limitaciones humanas para poder vivir y morir y así
obtener la salvación de todos aquellos que creen en El.
La concepción y nacimiento de Jesucristo son acontecimientos
sobrenaturales que están más allá de la razón y la lógica humanas. Por eso Dios
envió ángeles a ayudar a ciertas personas para que comprendieran el significado
de lo que había sucedido (Lucas 2:9 De pronto, un ángel de Dios se les apareció, y la gloria de
Dios brilló alrededor de ellos. Los pastores se asustaron mucho,). Los
ángeles son seres espirituales que Dios creó que ayudan a llevar a cabo su obra
en la tierra. Llevan el mensaje de Dios a la gente, protegen al pueblo de Dios, ofrecen estímulo,
dan dirección , llevan castigo, vigilan la tierra, luchan contra las fuerzas
satánicas. Hay ángeles buenos y ángeles malos, pero por el hecho de que los
ángeles malos están aliados con Satanás, poseen menos poder y autoridad. A la
postre el papel principal de los ángeles será ofrecer continua adoración a Dios.
Jesús
significa "Salvador". Jesús vino a la tierra a salvarnos porque
nosotros no podíamos hacerlo. No podíamos librarnos de las consecuencias del
pecado. Por buenos que seamos, no podemos eliminar la naturaleza pecaminosa
presente en todos nosotros. Solo Dios puede hacer esto. Jesús no vino para que
la gente se salvara a sí misma. Vino para salvarnos del poder y del castigo del
pecado. Demosle gracias a Cristo por haber muerto en la cruz por nuestros
pecados, y luego pidamosle que tome el control de nuestra vida. Una nueva vida
empezará parati en ese momento.