} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL ENGAÑO DEL PECADO

sábado, 13 de diciembre de 2014

EL ENGAÑO DEL PECADO




La Palabra de Dios en la Biblia, abre nuestros sentidos espirituales para estar alerta de las asechanzas del león rugiente que intenta devorarnos. Veamos como el Apóstol Pablo exhorta a los Hebreos 3; 12-15:

 12  Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
 13  antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
 14  Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
 15  entre tanto que se dice:
 Si oyereis hoy su voz,
 No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

Parakaleo (παρακαλέω) primariamente, llamar a una persona (para, al lado; kaleo, llamar). Denota: llamar, rogar, amonestar, exhortar, apremiar a alguien para que siga un curso de conducta o corrija su caminar.

REFLEXIÓN
Los días de tentación suelen ser los días cuando nuestro semblante está entristecido, sombrío, producto de la turbación interior.  Mientras nuestra mente busca el modo de justificarnos, sin comprender que es una provocación tentar a Dios cuando Él nos deja que veamos que dependemos y vivimos por entero de Él. Cuando despues de ser tentados, nos centramos y regodeamos en lo que nos ofrece el pecado, decidimos pecar; somos conscientes del acto de pecar voluntario, nadie nos obliga a ello. Ocurre que el pecado va utilizar los mismos métodos que utilizó cuando engañó a Adán y Eva. Recordemos en el Libro del Génesis en 3; 4-6  4  Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
 5  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
 6  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
 siempre va presentar todo de color de rosa, que todo va a ir bien, que nadie se va a enterar, porque no disfrutar el momento tu te lo mereces; siempre va utilizar una media verdad, que es la mayor de las mentiras. En el Génesis vemos como la serpiente dice a Eva: serán abiertos vuestros ojos (verdad) y sereis como Dios (mentira). De tal modo que cuando Eva escuchó la bondad del fruto, se tragó por completo el anzuelo.
Así del mismo modo sigue actuando el padre de la mentira en el día de hoy. Ofrece un señuelo muy bonito, para que entre por uno de los sentidos, por la vista, el oido, el olfato, el gusto o el tacto. En el caso de los hombres sabe que le da buen resultado una mujer que enseña más de lo que debiera, los ojos ven y la mente carnal relincha; o un coche de alta gama puede tener el mismo efecto perverso.
No es malo desear un coche bueno, una bonita casa y tener una hermosa esposa. El mal se genera cuando ambicionas tener eso que te ofrecen por los ojos si o si, del modo que sea quieres que sea tuyo. Eso es pecado y lleva a que el endurecimiento del corazón es la fuente de todos los demás pecados.  
Todo pecado, especialmente el pecado cometido por un cristiano que profesa a Dios, no sólo provoca a Dios sino lo contrista. Dios detesta destruir a nadie en o por su pecado; espera mucho para ser Misericordioso. Pero el pecado en que se persiste por largo tiempo, hace que la ira de Dios se revele al destruir al pecador; no hay reposo bajo la ira de Dios.  Todos los que vamos a llegar a salvo al cielo debemos cuidarnos de provocar a Dios; si una vez nos permitimos desconfiar de Dios, pronto podemos desertar de Él. Los que pensamos    estar firmes, miremos de no caer. Puesto que  no sabemos lo que nos deparará el día de mañana, no nos pertenece confiar en nuestras fuerzas para resistir al pecado; antes bien debemos encomendarnos al Señor Jesucristo para que con la ayuda de Su Santo Espíritu seamos fortalecidos para resisitir las tentaciones que vendrán; por eso debemos aprovechar al máximo tiempo para conocer la Palabra de Dios en la Biblia, para que sirva de energía, de alimento a nuestra mente y corazón. No hay, ni siquiera los más fuertes de una congregación, quien no necesite  la ayuda de otros cristianos. Tampoco hay alguien tan bajo y despreciado cuyo cuidado en la fe y su seguridad, no pertenezca a todos. El pecado tiene tantos caminos y colores que necesitamos más ojos que los propios. El pecado parece justo, pero es vil; parece agradable, pero es destructivo; promete mucho, pero no cumple nada. Lo engañoso del pecado endurece el alma; un pecado permitido da lugar a otro; y cada acto de pecado confirma la costumbre. Que cada cual se cuide del pecado. Muchas veces la Biblia nos advierte que no endurezcamos el corazón. Eso significa que nos rebelemos contra Dios hasta el punto de que ya no podamos volvernos a El en busca del perdón. Tal endurecimiento comienza cuando nos negamos a obedecer la voluntad revelada de Dios. Los israelitas endurecieron el corazón cuando desobedecieron el mandato de Dios para conquistar la tierra prometida. Procuremos con cuidado obedecer la Palabra de Dios y no permitamos que se endurezca nuestro corazón.  Nuestro corazón nos aparta del Dios vivo cuando obstinadamente nos negamos a creer en El. Si persistimos en nuestra incredulidad, finalmente Dios nos dejará solos en nuestros pecados. Pero Dios puede darnos un nuevo corazón, nuevos deseos y un nuevo espíritu (Ezequiel 36:22-27  22  Por tanto, dí a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.
 23  Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.
 24  Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.
 25  Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
 26  Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
 27  Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. ).
 Un antídoto para un corazón incrédulo es un constante compañerismo con otros creyentes, hablar cada día acerca de nuestra fe mutua, ser conscientes del engaño del pecado (atrae pero también destruye) y animarnos los unos a los otros con amor e interés.

El privilegio que tenemos  los nacidos de nuevo, es que somos hechos partícipes de Cristo, esto es, del Espíritu, la naturaleza, las virtudes, la justicia y la vida de Cristo; estamos interesados en todo lo que Cristo es, en todo lo que Él ha hecho o hará. El mismo espíritu con que  los cristianos emprendemos el camino de Dios, es el que debemos mantener hasta el final. La perseverancia en la fe es la mejor prueba de la sinceridad de nuestra fe. Oír la palabra a menudo es un medio de salvación, pero si no se escucha, ni se obedece, nos expondrá más a la ira divina. La dicha de ser partícipes de Cristo y de su salvación completa, y el temor a la ira de Dios y a la miseria eterna, deben estimularnos a perseverar en la vida de la fe obediente. Cuidémonos de confiar en privilegios o profesiones externas y pidamos ser contados con los creyentes verdaderos que entran al cielo cuando todos los demás fallan a causa de la incredulidad.  

  Porque Cristo mora en nosotros, los creyentes podemos permanecer con valor y esperanza hasta el fin. No somos salvos por perseverar, pero la perseverancia revela que nuestra fe es verdadera. Sin esa fidelidad permanente, pudiéramos fácilmente ser alejados por los vientos de la tentación, las falsas enseñanzas o la persecución.  
     Los israelitas tuvieron problemas para entrar en la tierra prometida porque dejaron de confiar en Dios. No creyeron que Dios podía ayudarles a vencer a los gigantes de la tierra. Por esa razón Dios los envió al desierto donde anduvieron errantes durante cuarenta años, una alternativa desdichada para el don maravilloso que El había planeado para ellos. La pérdida de confianza en Dios siempre nos priva de recibir lo mejor de su parte.
Por eso no sólo deberíamos estar apercibidos de tantos ejemplos en la Biblia, sino que deberíamos estar tan preocupados cada miembro por la seguridad del otro, a fin de que ninguno pereciese por la negligencia de alguno.  Cristo es fiel; por lo tanto, dice Pablo a los hebreos, no debemos ser infieles como nuestros padres bajo Moisés.   Dios castiga a tales apóstatas de la misma manera, se aparta de ellos, la peor desgracia. Dios vivo, es un Dios viviente, real. La característica distintiva del Dios de Israel, no como los dioses inertes de las religiones; un Dios, pues, cuyas amenazas son horribles realidades. El apostatar de Cristo es apostatar de Dios.La incredulidad es causada por un corazón endurecido debido al engaño del pecado. El resultado es la apostasía, apartarse del Dios vivo. El autor ve el abandono de la fe cristiana como el apartarse de Dios. El constante aliento, dentro de una relación de cuidado fraternal, ayudará al creyente a mantenerse fiel.

 Así que, seamos prudentes en nuestro caminar ya que tener parte con Cristo requiere mantenerse firmes en la fe, no tener meramente una sola experiencia con él.