} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LOS TESOROS DE LA VERDAD

sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS TESOROS DE LA VERDAD




En el Antiguo Testamento, en la Palabra de Dios en la Biblia nos enseña en 1ªReyes 3; 5-14, como Salomón, hijo del rey David, hizo una petición en la que deberiamos meditar:
5  Y en Gabaón el SEÑOR se apareció a Salomón de noche en sueños, y Dios le dijo: "Pide lo que quieras que Yo te dé."
 6  Entonces Salomón le respondió: "Tú has mostrado gran misericordia a Tu siervo David mi padre, según él anduvo delante de Ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón hacia Ti; y has guardado para él esta gran misericordia, en que le has dado un hijo que se siente en su trono, como sucede hoy.
 7  "Ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a Tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar (estoy sin experiencia).
 8  "Tu siervo está en medio de Tu pueblo al cual escogiste, un pueblo inmenso que no se puede numerar ni contar por su multitud.
 9  "Da, pues, a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?"
 10  Fue del agrado a los ojos del Señor que Salomón pidiera esto.
 11  Y Dios le dijo: "Porque has pedido esto y no has pedido para ti larga vida, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti inteligencia para administrar justicia,
 12  he hecho, pues, conforme a tus palabras. Te he dado un corazón sabio y entendido, de modo que no ha habido ninguno como tú antes de ti, ni se levantará ninguno como tú después de ti.
 13  "También te he dado lo que no has pedido, tanto riquezas como gloria, de modo que no habrá entre los reyes ninguno como tú en todos tus días.
 14  "Y si andas en Mis caminos, guardando Mis estatutos y Mis mandamientos como tu padre David anduvo, entonces prolongaré tus días."


CONTEXTO

  Salomón, el tercer rey de Israel, hijo del gran rey David, reinó durante la época de oro de Israel. Cuando Dios le dijo que le concedería cualquier cosa que deseara, pidió un corazón entendido. A Dios le agradó esta petición y no solo le dio sabiduría, sino también grandes riquezas, poder y una era de paz. Salomón construyó el glorioso templo de Jerusalén  y escribió la mayor parte del libro de Proverbios.  En 1ªReyes 4:32 (También pronunció 3,000 proverbios, y sus cantares fueron 1,005) leemos que éste “compuso” tres mil proverbios.
Mientras el libro de los Salmos es para una vida devocional, el de Proverbios es para la vida diaria. Proverbios da sugerencias prácticas para una vida eficaz. Este libro no solo es una colección de dichos hogareños, contiene consejos espirituales profundos extraídos de la experiencia. Un proverbio es una frase corta y sabia, fácil de aprender y llama a una persona a actuar. No argumenta sobre criterios espirituales ni morales básicos, supone que ya los tenemos. El libro de Proverbios se enfoca en Dios, carácter, obras y bendiciones, y nos dice cómo vivir en relación íntima con Él.

REFLEXIÓN

 Las lecciones aquí dadas son simples y beneficiosas a los que sentimos que hemos vivido en la ignorancia, antes de “nacer de nuevo”, teniendo la  necesidad de ser enseñados.  Si de jóvenes atendieramos nuestros caminos conforme a los Proverbios de Salomón que el Espíritu Santo puso en su corazón, habriamos ganado conocimiento y discreción.
Salomón nos habla de los puntos más importantes de la verdad y aquí hay uno mayor que Salomón. Cristo habla por su palabra y por su Espíritu. Cristo es la Palabra y la Sabiduría de Dios, y nos es hecho sabiduría.
Cuando vivíamos como necios éramos personas que no teniamos sabiduría verdadera y seguiamos nuestros propios artilugios, andábamos a nuestro “aire” sin considerar  las verdades  ni la reverencia para con Dios.
Los niños son criaturas razonables, y cuando les decimos lo que deben hacer, debemos decirles por qué, pues ellos mismos son corruptos y manchados por la herencia del pecado, por tanto cuando les enseñamos también les mostramos unas normas. Aun niño es necesario enseñarle a hacer lo bueno, porque el mal viene de fábrica.  
Nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras. Esto es especialmente cierto en casa. Los niños aprenden valores, moral y prioridades al observar todos los días cómo actúan y reaccionan sus padres. Si mostramos una profunda reverencia y dependencia en Dios, los niños captarán esas actitudes. Permitamosles que vean nuestra reverencia por Dios. Enseñemoles a vivir con rectitud al darle a la adoración un lugar importante en nuestra familia y al leer la Biblia juntos.
Que las verdades y mandamientos divinos sean para nosotros el mayor galardón, honorables en grado sumo, tengamoslos en gran estima, valorémoslos y entonces serán para nosotros vida y vida en abundancia.

La gente mala del mundo ejerce presión para seducir a los demás llevándolos a las sendas del pecado de muerte; los pecadores siempre se juntan, se atraen como un imán, aman la compañía para pecar en grupo. Por eso tienen tanto más por qué responder de sus malignidades. ¡Cuán cautelosa debe ser la gente joven!  No permitas que sus palabras te seduzcan. No digas como ellos dicen, ni hagas como ellos hacen o quisieran que hicieras; no tengas comunión con ellos.  Sólo una mente perturbada por el pecado, podría pensar que es un placer para un hombre destruir a otro, para conseguir su puesto de trabajo; su dinero; su poder, incluso su buen nombre. Hay personas que abren los ojos y nada más despertar, maquinan el mal en su corazón.   
  Darse a la codicia es una de las trampas seguras de Satanás. Comienza cuando planta la sugerencia de que no podemos vivir sin cierta posesión o más dinero. Luego ese deseo aviva su propio fuego hasta convertirse en una obsesión que lo consume todo. Pídale a Dios sabiduría para reconocer cualquier deseo codicioso antes de que lo destruya. Dios le ayudará a superarlo.
Es el error destructor de miles que sobrevaloran la riqueza de este mundo, creyendo que actúa como un talismán para atraer hacia elllos la felicidad. Los hombres se prometen en vano que el pecado resultará beneficioso para ellos.
El camino del pecado es cuesta abajo, los hombres no pueden detenerse a sí mismos. Es como deslizarse por un tobogán abrillantado con aceite es imposible parar. El pecado atrae porque ofrece una vía rápida hacia la prosperidad y nos hace sentir como si fuéramos uno de la multitud. Cuando nos dejamos llevar por los demás y nos negamos a escuchar la verdad, nuestros apetitos se vuelven en amos y haremos cualquier cosa para satisfacerlos. Pero el pecado, si bien es atractivo, es mortal. Debemos aprender a elegir, no en base a una apariencia deslumbrante o de un placer a corto plazo, sino de acuerdo a los efectos a largo plazo. A veces esto significa evitar a quienes quieren incitarnos a realizar actividades que sabemos que son malas. No podemos ser amigos del pecado sin esperar que se afecte nuestra vida.
Continúa...