} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: Proverbios 14:1-35

sábado, 12 de marzo de 2016

Proverbios 14:1-35



14.1-3 La mujer que no teme a Dios, que es soberbia y dispendiosa, y se da a la comodidad, ciertamente arruinará a su familia, como si derribara su casa. la gracia y el pecado están con sus verdaderos colores. Quienes desprecian los preceptos y promesas de Dios, desprecian a Dios y todo su poder y misericordia. El orgullo crece de la raíz de rencor que hay en el corazón. La raíz debe ser arrancada o no podemos vencer esta rama. Las palabras prudentes de los sabios los sacan de las dificultades.

14.4-5 No puede haber ventajas sin que algo, aun por un momento, asuste al indolente. Cuando un campesino no tiene buey para arar, no hay comida en el granero. La única manera de guardar tu vida libre de gente problemática es mantenerse alejado de ella. Pero si te aíslas de la gente, eres inservible. Si vives tu vida solo, esta no tiene sentido. El testigo consciente no se atreve a representar nada que no esté conforme a su conocimiento. En vez de evitar a otros, debemos servirlos, hablarles de nuestra fe y trabajar por la justicia. ¿Es su vida limpia, pero vacía? ¿O da muestras de que sirve a Dios con todo el corazón?

14.6-8 El escarnecedor trata con desdén las cosas divinas. El que siente su ignorancia e indignidad escudriñará las Escrituras con espíritu humilde. Descubrimos al hombre malo cuando no hay un dejo de piedad en su habla.
Todos conocemos a los escarnecedores, personas que se burlan de cualquier palabra de instrucción o consejo. Nunca encuentran sabiduría, debido a que no la toman en serio. La sabiduría viene de manera fácil a los que prestan atención a la gente experimentada y a Dios. Si la sabiduría que necesita no le llega con facilidad, quizás su actitud sea la barrera. Somos viajeros cuya preocupación no es ver maravillas, sino llegar al final de su viaje; hay que entender las reglas por las cuales tenemos que andar, y los fines hacia los cuales tenemos que andar. El hombre malo se engaña y sigue en su error.


14.9-11 Los necios y profanos consideran el pecado como pura fruslería, la cual debe tomarse a la ligera en vez de lamentarla. Los necios se burlan de la ofrenda por el pecado, pero los que la toman a la ligera, toman a Cristo a la ligera.
No sabemos cuáles aguijones de conciencia o pasiones consumidoras atormentan al pecador próspero. Tampoco el mundo conoce la paz mental que disfruta el cristiano serio, aun en pobreza y enfermedad.
Es muy raro encontrar en la actualidad buena voluntad. Conductores iracundos se miran malhumorados entre sí en las calles. La gente se pelea por ser la primera en la fila. Tanto patrones como empleados disgustados exigen sus derechos. Pero el lazo de unión del pueblo de Dios debe ser la buena voluntad. Los de buena voluntad piensan lo mejor de los demás y suponen que otros tienen buenos motivos e intentan hacer lo que es debido. El pecado arruina a muchas familias grandes mientras la rectitud suele elevar y fortalecer hasta las familias viles. Cuando alguien lo contraríe y sienta que su presión sanguínea comienza a subir, pregúntese: "¿Cómo puedo mostrarle buena voluntad a esta persona?"

14.12-16 El "camino que al hombre le parece derecho" parece ofrecer muchas opciones y demanda pocos sacrificios. Sin embargo, cuando nos encontramos con elecciones fáciles, deberíamos echarles una segunda mirada. ¿Acaso es atractiva esta solución porque me permite ser perezoso? ¿Porque no me obliga a cambiar mi estilo de vida? ¿Porque no tiene límites morales? La buena opción a menudo requiere trabajo arduo y sacrificio. No se deje seducir por aparentes atajos que parecen buenos, pero que al final conducen a la muerte. Los caminos de la negligencia, de la mundanalidad y de la sensualidad, parecen rectos a los que andan en ellos; pero los que se engañan a sí mismos se destruyen a sí mismos. De todos los pecadores, los descarriados tendrán el mayor terror cuando reflexionen en sus caminos. La ansiedad por creer lo que dicen los demás siempre ha resultado engañosa. Así fue arruinado todo el mundo al comienzo. El hombre espiritualmente sabio confía solo en el Salvador para su aceptación. Está alerta contra los enemigos de su salvación obedeciendo la palabra de Dios. El santo temor resguarda contra toda cosa no santa. Un hombre enojado debe ser compadecido y culpado, pero el vengativo es más odioso.
El pecado es la vergüenza de los pecadores, pero la sabiduría es el honor del sabio.

14.20-28 La amistad del mundo está dominada por el interés propio. Bueno es tener a Dios como nuestro Amigo; no nos abandonará.
Cuán sabiamente consultan sus propios intereses los que no sólo hacen el bien, sino ¡tienen la intención de hacerlo!
El trabajo de la cabeza o de la mano resultará en una buena cuenta, pero si la religión de los hombres se desperdicia toda en charla y ruido, no llegarán a nada. El hombre recto se aventura al desagrado del más grande, pero sacará a relucir la verdad. Los que temen al Señor para obedecerle y servirle, tienen una fuerte base de confianza y serán preservados. Busquemos la Fuente de vida, para escapar de los lazos de la muerte. Que todos los que desean bien al reino de Cristo, hagan lo que puedan para que muchos sean sumados a su iglesia.
 En Isaias 25:4 se describe a Dios como «refugio» en medio de la tormenta y «sombra» que protege del calor, lo cual se relaciona con el concepto de «protección contra los elementos de la naturaleza».


14.29-31 Hombre paciente y manso es quien aprende de Cristo que es la Sabiduría misma. La pasión desenfrenada es necedad manifiesta.
La impaciencia de espíritu puede ser como un fuego incontrolable. Nos puede consumir a nosotros y a todo lo que esté a su paso. El enojo divide a la gente. Nos empuja a tomar decisiones precipitadas que solo provocan amargura y culpabilidad. A pesar de todo, el enojo en sí no es malo. Una mente ecuánime conviene a la salud; la envidia la arruina. Aun en época tan temprana como esa, se percibió la salud y la actitud humanas como relacionadas. Es una reacción legítima ante la injusticia y el pecado. Cuando sienta que comienza a enojarse, analice la causa. ¿Está reaccionando ante una situación o acción provocada por el mal y quiere enmendarla? ¿O responde egoístamente a un insulto personal? Ore que Dios lo ayude a controlar su espíritu impaciente, canalizando sus sentimientos en acción eficaz y conquistando el enojo egoísta mediante la humildad y el arrepentimiento.

14.31-35 La sabiduría posee el corazón y, de ese modo, regula los afectos y los temperamentos.
El malo tiene su alma enajenada; muere en sus pecados bajo la culpa y el poder de ellos. Pero los piadosos, aunque tienen dolor y algo de miedo a la muerte, tienen la esperanza bendita que Dios, que no puede mentir, les ha dado. Tal cosa como la justicia colectiva es una realidad, y trae consigo un beneficio colectivo.
Dios tiene una preocupación especial por el pobre. Insiste en que los que tienen bienes materiales deben ser generosos con los que están en necesidad. Ayudar a los pobres no solo es una sugerencia de la Biblia, sino un mandato que pude requerir un cambio de actitud de su parte.  El gran Rey que reina en cielo y tierra recompensará a los siervos fieles que honran su evangelio por el desempeño apropiado de los deberes de su cargo. Él no desprecia los servicios de los más bajos.



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