} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: Proverbios 15:1-33

martes, 15 de marzo de 2016

Proverbios 15:1-33


15.1 ¿Ha tratado alguna vez de discutir en un susurro? Es también difícil discutir con alguien que insiste en contestar de manera suave. En otras palabras, una voz y palabras acaloradas casi siempre provocan una respuesta airada. Para aplacar la ira y buscar la paz, escoja palabras amables. Una buena causa será mejor alegada con mansedumbre que con pasión. Nada incita más la ira que las palabras injuriosas.


15.2-3 El que tiene conocimiento debe usarlo con rectitud para el bien del prójimo.
 Un Dios omnisciente no sólo ve, sino que lleva las cuentas. Tal parece que en ocasiones Dios deja que el mal ande sin freno en el mundo. Y nos preguntamos si siquiera se percata de él. Pero Dios lo ve todo con claridad: las acciones y las intenciones malvadas que las provocan. No es un simple observador indiferente. Está preocupado y activo en nuestro mundo. Ahora mismo, su obra quizás no se vea ni se sienta, pero no se dé por vencido. Algún día borrará el mal y castigará a los malvados, del mismo modo que establecerá el bien y recompensará a los que hacen su voluntad.

15.4-9 Una lengua buena es sanadora para la conciencia herida, a la que consuela; para las almas enfermas de pecado, a las que da convicción de pecado; y para las partes en desacuerdo a las cuales reconcilia. Si se desprecia la instrucción, reprende a los hombres en vez de tolerar que vayan tranquilos por el camino a la destrucción. La riqueza de los mundanos aumenta sus temores y sospechas, añade fortaleza a sus pasiones y vuelve más inquietante el temor de la muerte. Usamos correctamente el conocimiento cuando lo difundimos; pero el corazón del necio nada que sea bueno tiene para difundir. El impío pone otras cosas en el lugar de la expiación de Cristo o en el lugar de la santa obediencia. Las gracias de orar son su dádiva, y la obra de su Espíritu, con lo cual Él se complace.

15.10-13 El que odia la reprensión perecerá en sus pecados, puesto que no los abandonará. Todo el mundo invisible está a la vista de Dios, cuánto más los corazones de los hombres. Nada hay que pueda ocultarse de los ojos de Dios, ni siquiera los pensamientos del hombre. El burlador no tolera pensar seriamente dentro de su propio corazón. El espíritu sombrío, impaciente e ingrato, brotando del orgullo y de la indebida ligazón a los objetos del mundo, hace que el hombre esté intranquilo consigo mismo y el prójimo.

15.14 El alimento de nuestras mentes es tan importante como el de nuestros cuerpos. La clase de libros que leemos, la gente con la que hablamos, la música que escuchamos y las películas que vemos forman parte de nuestra dieta mental. Use discernimiento porque lo que alimente su mente influirá en su total salud y bienestar. Por lo tanto, un fuerte deseo para descubrir la verdad es muestra de sabiduría. El hombre sabio procura ganar más sabiduría, creciendo en gracia y en el conocimiento de Cristo. Pero la mente carnal reposa contenta halagándose a sí misma.


15.15 Las actitudes dan color a toda la personalidad. No siempre podemos decidir lo que nos va a suceder, pero podemos decidir qué actitud tomar ante cada situación. El secreto para un corazón contento es llenar nuestras mentes con pensamientos verdaderos, puros y amorosos. Pensamientos que abarcan las cosas buenas de la vida (Filipenses 4:8). Este fue el secreto de Pablo cuando lo encarcelaron y puede ser el nuestro cuando nos enfrentemos a las luchas de la vida diaria. Analicemos nuestras actitudes y luego examinemos lo que permitimos que entre en nuestra mente y en lo que decidimos ocuparsnos. Quizás necesitemos hacer algunos cambios. Algunos están en mucha aflicción y con espíritu acongojado. Hay que compadecer, orar y consolar a tales personas. Hay otros que sirven a Dios con corazón contento y ello impulsa su obediencia, pero ellos deben regocijarse con temor.


15.16-19 Los creyentes suelen tener lo suficiente, cuando los ojos del mundo ven que hay poco; el Señor está con ellos, sin las preocupaciones, los problemas y las tentaciones que van unidos a la riqueza del impío. El que es tardo para enojarse, no sólo impide la discordia; la apacigua si se enciende.
 La "vereda de los rectos" no siempre parece fácil, pero analice las alternativas: odio, contienda y pereza causan problemas que los hombres buenos no tienen que enfrentar. En comparación, su vida es un camino suave, nivelado, porque está construido sobre una base sólida de amor por Dios. Los que no ponen el corazón en su trabajo, pretenden que no pueden hacer su obra sin dificultades ni peligros. Así muchos viven siempre dudando de su estado, porque siempre descuidan un deber.

15.20-22Los que tratan a un padre o madre ancianos con desprecio o negligencia, muestran su necedad. Los verdaderamente sabios, se ocupan de que sus pensamientos, palabras y obras sean regulares, sinceros y santos. Si los hombres no se dan el tiempo y el trabajo de deliberar no es probable que hagan que pase algo.
 Los que tienen una visión de túnel, los que están atrapados en una sola forma de pensar, tal vez pierdan el buen camino debido a que cierran su mente a nuevas opciones. Necesitamos la ayuda de los que pueden ampliar la visión y perspectiva. Busquemos el consejo de los que lo conocen y tienen una rica experiencia. Construyamos una red de consejeros. Luego seamos receptivos a nuevas ideas y estemos dispuestos a evaluar las sugerencias con cuidado. Nuestros planes serán más firmes, con más posibilidades de éxito.

15.23-27 La sabiduría se necesita para adaptar nuestro hablar a la ocasión. Un hombre bueno deposita sus afectos en las cosas de arriba; su camino se dirige directamente allá.
El orgullo es la ruina de multitudes. Pero Dios sostiene a los afligidos. Abominación son a Jehová los pensamientos del malo; Mas las expresiones de los limpios son limpias. El codicioso no deja que nadie de su familia repose o disfrute. La codicia de ganancia suele tentar a entrar en proyectos que traen ruina.

15.28-33 La precaución es el fruto de la sabiduría; la temeridad, el de la insensatez.
El justo piensa sus respuestas antes de hablar. El hombre bueno resulta ser hombre sabio por esto: gobierna bien su lengua. El impío no espera para hablar porque no le importan los efectos que provoquen sus palabras. Es importante tener algo que decir, pero es también importante pensar antes lo que vamos a decir. ¿Mides con cuidado tus palabras o lanzas tus pensamientos sin preocuparte del impacto que tendrán? El mismo Dios se distancia de quienes lo desafían. Lo que da luz alegra el corazón, quitando la incertidumbre en cuanto a nuestro proceder, y así la buena fama o doctrina  ¡Cuán delicioso es para el alma humillada oír el buen testimonio de la salvación por el Señor Jesucristo!
La reprensión fiel y amistosa ayuda a la vida espiritual y guía a la vida eterna. Los pecadores subestiman su alma; por tanto, prefieren el cuerpo al alma y dañan el alma para complacer al cuerpo. La sabiduría instruye en la verdadera piedad
El temor del Señor nos dispondrá a escudriñar las Escrituras con reverencia; y nos hará seguir la dirección del Espíritu Santo. Cuando depositamos humildemente toda nuestra dependencia en la gracia de Dios, somos exaltados en la justicia de Cristo.

¡Maranatha! ¡Si, ven Señor Jesús!

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