} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: Proverbios 16:1-33

viernes, 18 de marzo de 2016

Proverbios 16:1-33



16.1 "Mas de Jehová es la respuesta de la lengua" significa que el resultado final de nuestras disposiciones está en las manos de Dios. Si esto es así, ¿para qué decidir? Al hacer la voluntad de Dios, debe haber camaradería entre nuestros esfuerzos y el control de Dios. El quiere que usemos nuestras mentes, que busquemos el consejo de los demás y que tomemos decisiones. Sin embargo, los resultados están en sus manos. Entonces, las disposiciones nos ayudan a hacer las cosas de acuerdo con el propósito de Dios. A medida que viva para El, pídale dirección cuando tome decisiones y luego actúe de acuerdo a ellas confiando en Dios. Solo la gracia renovadora de Dios prepara el corazón para toda buena obra. Esto nos enseña que no somos suficientes por nosotros mismos para pensar o decir algo que sea sabio y bueno.


16.2 La ignorancia, el orgullo y la jactancia nos vuelven jueces parciales respecto de nuestra propia conducta.
"Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión". La gente puede buscar explicaciones racionales para todo si no tienen normas para juzgar el bien y el mal. Siempre podemos probar que tenemos razón. Antes de poner en marcha cualquier decisión, preguntémonos:
(1) ¿Está esta decisión en armonía con la verdad de Dios?
(2) ¿Dará resultados bajo las condiciones de la vida real?
(3) ¿Agrada a Dios mi actitud?

16.3 Hay diferentes formas de fracasar al encomendar a Dios cualquier cosa que hagamos. Algunos solo encomiendan su trabajo de manera superficial. Dicen que su proyecto es para Dios, pero en realidad es para ellos mismos. Otros tienden a dar a Dios el control temporal de sus intereses, solo para quitárselo en el momento en que las cosas dejan de marchar de la manera en la que esperaban. Aun así hay otros que encomiendan su tarea por completo a Dios, pero no ponen ningún esfuerzo de su parte. Debemos mantener un balance: confiar en Dios como si todo dependiera de El, mientras que trabajamos como si todo dependiera de nosotros. Descarga el peso de tu afán en Dios y déjalo con Él, por fe y confianza en Él.
Piensa en un esfuerzo específico en el que estés involucrado ahora. ¿Lo has encomendado al Señor?

16.4 Este versículo no quiere decir que Dios creó a algunas personas impías, sino más bien que Dios utiliza incluso las actividades de los impíos para llevar a cabo sus buenos propósitos. Dios usa al impío para ejecutar la justa venganza de uno contra el otro; y al final, Él será glorificado por la destrucción de ellos.
 Dios es infinito y nosotros somos finitos. No importa cuán maravillosos sean nuestros intelectos, nunca comprenderemos del todo a Dios. Pero podemos aceptar por fe que El es todopoderoso, todo amoroso y perfectamente bueno. Podemos creer que El no es la causa del mal (Santiago 1:13-17). Y podemos confiar en que no hay cabos sueltos en su sistema de juicio. El mal es una condición temporal en el universo. Un día Dios lo destruirá. Mientras tanto, utiliza las intenciones malvadas para sus buenos propósitos (Génesis 50:20).

16.5 Aunque los pecadores se fortalecen a sí mismos y unos a otros, no escaparán de los juicios de Dios.
La altivez es la voz interna que susurra: "Mi manera es la mejor". Eso es resistir al liderazgo de Dios y creer que se es capaz de vivir sin su ayuda. Cuando se vea queriendo hacer algo a su manera y menospreciando a otras personas, la altivez tira de usted. Solo cuando elimina la altivez, Dios puede ayudarlo a convertirse en lo que El quiso que usted fuera.

16.6-7 Por la misericordia y la verdad de Dios en Cristo Jesús, los pecados de los creyentes son quitados y quebrantado el poder del pecado. Aquel que tiene todos los corazones en su mano, puede hacer que los enemigos de un hombre estén en paz con éste. Queremos agradar a otras personas y en ocasiones haremos casi cualquier cosa para ganar su aprobación. Sin embargo, Dios nos dice que es mejor depositar nuestra energía en tratar de agradarle a El. Nuestro esfuerzo pacificador, por lo general, nos hará más atractivos a quienes nos rodean, incluso a los enemigos. Pero aun si esto no sucediera, no hemos perdido nada. Seguimos complaciendo a Dios, el único que en verdad importa.

16.8-10Un patrimonio pequeño honestamente logrado, resultará mejor cuenta que un patrimonio grande logrado a la mala. Si los hombres hacen de la gloria de Dios su fin, y de su voluntad su regla, Él dirigirá sus pasos por su Espíritu y su gracia. Que los reyes y jueces de la tierra sean justos y gobiernen en el temor de Dios. La segunda oración depende de la primera, expresando la importancia de la equidad en las decisiones, así autoritativas.


16.11-17 Ya sea que vendamos o que compremos, que produzcamos un artículo o que ofrezcamos un servicio, sabemos lo que es o no justo. A veces nos sentimos presionados a ser injustos para avanzar o sacar más provecho. Pero si queremos obedecer a Dios, no hay términos medios: Dios demanda honestidad en cada transacción comercial. Ninguna explicación racional encubrirá la práctica de un negocio sucio. La honradez y la justicia no siempre son fáciles, pero es lo que Dios demanda. Pídale discernimiento y fortaleza para ser siempre honrado y justo. Se espera con razón de parte de los gobernantes, por su posición, que aborrecerán el mal; pues ellos conservan su poder mediante su rectitud. Camino común, claro, representa el proceder habitual de los justos que se apartan del mal.

16.18-21 Los soberbios toman muy poco en cuenta sus debilidades ni se anticipan a los impedimentos. Piensan que están por encima de las flaquezas de la gente común. Con este estado mental es muy fácil que las mentiras los atrapen. Es irónico, pero los soberbios pocas veces se dan cuenta de que la soberbia es su problema, a pesar de que quienes los rodean están muy conscientes de ello. Pregunte a alguien de su confianza si su deseo de autocomplacencia lo ha cegado a las señales de advertencia. Quizás esto lo ayude a evitar una caída.

16.22-25 Durante siglos, la gente buscó la fuente de la juventud, un manantial que le daría vida eterna y vitalidad. Nunca se encontró. Sin embargo, la sabiduría de Dios es una fuente de vida que puede hacer feliz, saludable y viva a una persona para siempre. ¿Cómo? Cuando vivimos mediante la Palabra de Dios, El limpia los efectos mortales del pecado (Tito 3:4-8) y la esperanza de la vida eterna con El nos da una perspectiva gozosa en nuestra vida actual. El corazón es el manantial de la sabiduría que fluye de la boca. Las palabras afables, apacibles, calmando la mente, dan salud al cuerpo.
La fuente de la juventud era un simple sueño, pero la fuente de la vida es una realidad. La decisión es suya. La sabiduría de Dios lo puede iluminar o el peso de su propia necedad lo puede arrastrar. La discreción, una fuente constante de bendición que beneficia a otros; pero los mejores esfuerzos de los necios son insensatez.
 Este texto revela lo que la sabiduría divina (su Palabra) ha enseñado a nuestros corazones: verdades y promesas que deben reflejarse en nuestra conversación, transmitir esas enseñanzas a nuestros labios. La Palabra en nuestros corazones debe influir sobre nuestra conducta y nuestras conversaciones. La «dulzura» y la «medicina» que tales palabras promueven son deseables, ya sea para nuestras relaciones humanas o para la recepción de la gracia divina en nuestro diario vivir. Llevan al creyente a una vida victoriosa, a través del reconocimiento del poder y la fortaleza de Dios, tanto con nuestras acciones como con nuestros labios.(Salmo 19:14/Mateo 15:7-9)


16.26-30 "El alma del que trabaja, trabaja para sí" significa que no importa cuán difícil ni pesado encontremos el trabajo, nuestro apetito es un incentivo para seguir. El hambre hace que uno trabaje para satisfacer esa necesidad. Debemos trabajar por la comida que permanece para la vida eterna o perecer.  Los impíos realizan más esfuerzos para hacer el mal de los que serían necesarios para hacer el bien. ¡El chismoso separa a las amistades; qué carácter odioso, pero cuán común es! Algunos hacen todo el mal que pueden por la fuerza y la violencia, y están ciegos en cuanto al resultado.

16.31   La gente anciana debiera ser especialmente hallada en el camino de la religión y la santidad.
Los hebreos creían que una vida larga era una señal de la bendición de Dios; por lo tanto, el cabello blanco y la edad avanzada eran buenos. Mientras que la gente joven se enorgullece de su fortaleza, los ancianos se regocijan de sus años de experiencia y de sabiduría práctica. El cabello blanco no es señal de desgracia que debe cubrirse, sino una corona de honra. Cuando usted se dirija a un anciano, hágalo con respeto.

16.32 Vencer nuestras pasiones requiere una administración más firme que para obtener la victoria sobre un enemigo.
El dominio propio es superior a la conquista. El éxito en el trabajo, escuela o vida de hogar puede arruinarlo una persona que ha perdido el control de su temperamento. De modo que es una gran victoria personal controlar el temperamento. Cuando sienta que está a punto de explotar, recuerde que perder el control puede causar una pérdida de lo que más quiere.

16.33 Todos los ordenamientos de la Providencia acerca de nuestros asuntos, debemos considerarlos como determinantes de lo que referimos a Dios; y debemos reconciliarnos con ellos en forma consecuente. Benditos sean los que se entregan a la voluntad de Dios, porque Él sabe lo que es bueno para ellos.
 La suerte casi siempre se utilizó en ambientes ceremoniales y era un método usual para determinar la voluntad de Dios. Muchos sucesos importantes ocurrieron como consecuencia a echar suertes, incluyendo la identificación de Acán como el hombre que pecó (Josué 7:14), la repartición de la tierra prometida entre las diferentes tribus (Josué 14:2) y la selección del primer rey de la nación (1Samuel 10:16-26).



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