} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 5 Noviembre. Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia

lunes, 5 de noviembre de 2018

5 Noviembre. Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia



1 Tesalonicenses 5; 2-3
 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

     No conseguiremos entender las imágenes que encontramos en el Nuevo Testamento de la Segunda Venida a menos que recordemos que tienen el trasfondo del Antiguo Testamento. La concepción del Día del Señor es muy corriente en el Antiguo Testamento; y todas las figuras y la trama del Día del Señor se han aplicado a la Segunda Venida.
Para los judíos, la historia del tiempo se dividía en dos edades. Estaba esta edad presente, que era total e incurablemente mala; y la edad por venir, que sería la edad de oro de Dios. Entre las dos estaba el Día del Señor, que sería un día terrible en el que un mundo sería destruido y otro nacería.
Muchas de las más terribles descripciones del Antiguo Testamento se refieren al Día del Señor (Isa_22:5; Isa_13:9; Sof_1:14-16; Amo_5:18; Jer_30:7; Mal_4:1; Joe_2:31). Sus principales características son las siguientes:
(i) Se produciría repentina e inesperadamente.
 (ii) Implicaría un cataclismo cósmico en el que el universo sería sacudido desde sus cimientos.
(iii) Sería un tiempo de juicio.
Como es natural, los autores del Nuevo Testamento identificaron para todos los propósitos el Día del Señor con la Segunda Venida de Jesucristo. Haremos bien en tener presente que estas son lo que podríamos llamar figuras tradicionales.   Son visiones pictóricas de lo que sucederá cuando Dios intervenga en el tiempo.
Naturalmente, se quería saber cuándo llegaría ese Día. El mismo Jesús había dicho claramente que nadie sabía el día ni la hora cuando se produciría, ni siquiera Él mismo, sino sólo el Padre (Mar_13:32 ; cp. Mat_24:36; Hec_1:7). Pero aquello no hizo que algunos dejaran de especular, como se sigue haciendo, aunque es casi blasfemo el buscar conocimientos que no poseía Jesús. De esas especulaciones Pablo tiene dos cosas que decir.
Ratifica que la llegada de ese Día será repentina. Vendrá como ladrón en la noche. Pero también insiste en que eso no es razón para que nos pille desapercibidos.

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor -- el día en que el Señor juzga, Amó_5:18-20; Sofon 1:14-18; 2Pe_3:10.  1Co_5:5, “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”; Jua_6:40, “le resucitaré en el día postrero”; 2Pe_3:12, “esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios”; Jud_1:6, “el juicio del gran día”; así pues “el día del Señor” se refiere a “la venida de nuestro Señor Jesucristo” (2Ts_2:2; 2Ts_1:7).

-- vendrá así como ladrón en la noche; -- ¿Por qué se compara la venida del Señor con la venida de un ladrón?
(1) Porque no avisará cuándo vendrá
 (2) su venida será inesperada
 y (3) la mayoría de la gente no estará preparada. A pesar de textos tan claros como éste, los hombres siguen especulando acerca del tiempo de la venida de Cristo y del fin del mundo. Los testigos del Atalaya son los ofensores más grandes, pero también ha habido otros. Tal actitud muestra su rechazo de las afirmaciones claras de las Escrituras.
Mat_24:43, “Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. Dice Pedro, “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! (2Pe_3:10-12). Jesús dice a la iglesia de Sardis, “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apo_3:3). “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza” (Apo_16:15).

 que cuando digan: Paz y seguridad, -- En cuanto a las actividades humanas, inmediatamente antes de llegar “el día del Señor” todo será normal. Es posible que sea un tiempo sumamente bueno y favorable, quizá un tiempo de paz mundial y de prosperidad inigualada. Este texto bien describe la actitud de los hombres inconversos. Aun minutos antes de la venida del Señor para tomar venganza sobre los que no obedecen al evangelio (2Ts_1:7-9) estarán diciendo “Paz y seguridad” (“todo va bien; no hay problema”). De esta misma manera los falsos profetas engañaron al pueblo de Israel poco antes de venir sus enemigos para llevarlos al cautiverio (Jer_6:14 “Paz, paz”; Eze_33:10, “engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz”; Amó_6:1, “¡Ay de los reposados en Sion!”).
Jesús dijo (Mat_24:37), “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”.
También dijo, (Luc_17:28), “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste”.
Recuérdese el ejemplo del rey Belsasar (Dan_5:1-9; Dan_5:26-28) y el del rey Herodes (Hch_12:21-23).
2Pe_3:3-10 se refiere a los burladores que confían en la “uniformidad” de todos los eventos terrenales. Dicen, “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”, pero dice Pedro que éstos ignoran voluntariamente que Dios envió el gran diluvio en el tiempo de Noé. Ese acontecimiento destruye la teoría de la perpetua uniformidad y los que creen en el diluvio fácilmente pueden creer que la misma palabra de Dios que envió el diluvio enviará el fuego en el Día Final.

-- entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, -- Así también los que estén diciendo que hay paz y seguridad serán interrumpidos por la destrucción repentina de la cual nadie podrá escapar. La palabra destrucción no quiere decir aniquilación, como suponen los testigos del Atalaya.  Mat_10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”; aquí se usa otra palabra traducida destruir, pero con el mismo significado de arruinar. Las almas perdidas no dejan de existir, sino que pierden su bienestar, “excluidos de la presencia del Señor”. Es obvio en este texto que al morir el hombre, su alma no deja de existir, porque los infieles serán destruidos en el infierno. La palabra destruir (OLETHROS) significa “ruina”.

-- como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. -- Los profetas emplearon esta figura repetidas veces (Jer_4:31; Jer_6:24; Jer_13:21; Jer_22:23; Jer_49:24; Jer_50:43; Ose_13:13; Miq_4:9-10). Cuando el tiempo llega para que la mujer encinta dé a luz, no puede escapar de los dolores de parto; de la misma manera nadie escapará del juicio de Dios. Dice Apoc. (cap. 6), “15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” Jesús amonesta (Luc_21:1-38), “34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Obsérvese que la glotonería y la embriaguez no son las únicas cosas que cargan el corazón: Jesús agrega, “los afanes de esta vida”; es decir, muchas personas que no se entregan a los “vicios comunes” no son espirituales y no están preparados para el día del Señor por causa de los afanes de esta vida (Mat_6:24-34; Flp_4:6).
“Este día iba a ser terrible. Sería como los dolores de parto de un mundo nuevo; un día en que un mundo se destrozaría y otro nacería a la vida. Muchos de los cuadros más terribles del Antiguo Testamento pertenecen al Día del Señor (Isa_22:5; Isa_13:9; Sof_1:14-16; Amó_5:18; Jer_30:7; Mal_4:1; Joe_2:31). Las principales características del Día del Señor en el Antiguo Testamento eran las siguientes. (1) Vendría impresionante e inesperadamente. (2) Incluiría una conmoción cósmica en la que todo el universo sería sacudido en sus mismos fundamentos. (3) Sería un momento de juicio. Con toda naturalidad los escritores del Nuevo Testamento identifican intencionadamente y a conciencia el Día del Señor con el día de la Segunda Venida de Jesucristo.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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