} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 12 Noviembre: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 12 de noviembre de 2018

12 Noviembre: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.




Salmo 90; 13-14
Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.
De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
   
El salmista no apela a ninguna justicia propia, reconoce que necesita la misericordia de Dios. Pero sabe que cuando se manifieste la obra de Dios en tus siervos el resultado será gozo, firmeza y el establecimiento de la obra de nuestras manos.

Aunque mucho del Salmo tiene tono triste, empieza y termina con confianza en Dios. Se destaca el contraste entre la eternidad de Dios y lo pasajero del hombre. Muy pocos han aprendido a “contar sus días”, y no se dan cuenta de lo efímero de su vida. Hoy pueden medir la distancia al sol y la luna y a las estrellas y la cantidad exacta de tiempo para que la luz llegue de ellas, pero no han aprendido a contar sus propios días. Aun si son literales las cifras de larga vida de los prediluvianos, ninguno vivió por mil años, que para Dios no es más significante que un día. Solamente Dios puede dar la sabiduría para contar, o evaluar, o juzgar, nuestros días; sólo Dios puede hacernos entender la realidad.

El propósito es que Dios tenga misericordia, que no olvide que el hombre es tan pasajero, que actúe ahora.

La Biblia no divide entre lo físico y lo espiritual como nosotros acostumbramos hacer. Lo espiritual, lo físico y lo emocional forman una totalidad. También la Biblia se mueve entre lo particular y lo general. Muchos salmos reconocen en particular que Israel sufre por su apostasía del pacto. Aquí, el salmista seguramente reconoce esto, pero lo relaciona con la situación universal del hombre bajo la ira de Dios. La situación del ser humano no es la que Dios quiso; la alienación de Dios, la caída en Génesis 3 cambió el rumbo de la humanidad. Toda la Biblia presenta el plan de Dios para restaurar a esta humanidad. En el proceso, el pueblo de Dios, redimido y separado por Dios para ministrar a los demás, reconoce que también participa en los sufrimientos de toda la humanidad.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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