1 Tesalonicenses 4; 16-18
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y
con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
En
estas palabras, el apóstol consuela a los tesalonicenses que lloraron la muerte
de sus familiares y amigos que murieron en el Señor. Su diseño es disuadirlos
de un dolor excesivo, o una pena excesiva, por ese motivo. Todo el dolor por la
muerte de amigos está lejos de ser ilegal; podemos llorar al menos por nosotros
mismos si no lloramos por ellos, lloramos por nuestra propia pérdida, aunque
puede ser su desmayo. Sin embargo, no debemos ser inmoderados en nuestras
penas, porque, es actuar demasiado como
los gentiles, que no tenían ninguna esperanza de una vida mejor después de
esta; mientras que nosotros, los cristianos, que tenemos una esperanza segura,
la esperanza de vida eterna después de esta, que Dios, que no puede mentir, nos
ha prometido, Debería moderar todas nuestras alegrías y nuestras penas a causa
de cualquier cosa mundana. Esta esperanza es más que suficiente para equilibrar
todos nuestros dolores a causa de cualquiera de las cruces de la
actualidad. Este es un efecto de la ignorancia
con respecto a los que están muertos. Hay algunas cosas que no podemos ignorar
con respecto a los que están dormidos; porque la tierra a la que se les ha
quitado es una tierra de tinieblas, que conocemos muy poco y con la cual no
tenemos correspondencia.
Porque el Señor mismo
(1:10, 2Ts_1:7; Apo_1:7; no por medio de algún representante) con voz de mando, -- la voz de Cristo
siempre es con autoridad. Jua_11:43,
“¡Lázaro, ven fuera!”. La misma voz que resucitó a Lázaro nos resucitará a
nosotros. “Todos los que están en los sepulcros oirán su voz” (la voz de
Cristo) (Jua_5:28).
-- con voz de arcángel, --
el arcángel manda a los demás ángeles con respecto a su trabajo (Mat_24:31).
Muchos dicen que en el día final Gabriel tocará su trompeta. ¿Será cierto?
Jud_1:9 habla del “arcángel Miguel”, pero ¿dónde dice la Biblia que Gabriel es
un arcángel?
-- y con trompeta de Dios
(Éxo_19:16; Heb_12:19; Mat_24:31;1Co_15:52 “a la final trompeta”) , descenderá
del cielo; -- 2Ts_1:7-10; 2Pe_3:10; Apo_20:11 y otros textos describen otros
aspectos de su venida.
-- y los muertos en Cristo
resucitarán primero. -- Los muertos se despertarán y
resucitarán. Pablo no dice que los muertos en Cristo resucitarán primero y que
en seguida los muertos no en Cristo resucitarán, sino que los muertos en Cristo
resucitarán primero y luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor. Algunos leen Apo_20:4-6 acerca de
la primera resurrección y suponen que habrá dos resurrecciones, la de los
justos y después de mil años la de los injustos. La primera resurrección de este
texto no es una resurrección literal, sino figurada: “Y vi tronos, y se
sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de
los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca
en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero
los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta
es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la
primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Ahora leamos
Apo_2:11, “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. La segunda
muerte no tiene potestad sobre la persona que tiene parte en la primera
resurrección y la segunda muerte no tiene potestad sobre la persona que
venciere. Por eso, es muy obvio que ¡el que tiene parte en la primera
resurrección es el que venciere!
La
Biblia no dice en ninguna parte que habrá dos resurrecciones literales, sino
que todos los muertos serán resucitados al mismo tiempo: dice Pablo, “teniendo
esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber
resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hch_24:15). Habrá
solamente una resurrección y será de los justos y los injustos, pero en
1Ts_4:16 Pablo no se refiere a la resurrección de los injustos, porque él está
comparando el estado de los santos muertos con el de los santos vivos.
Jesús
dice que la resurrección de todos ha de acontecer a la misma hora: “No os
maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de
vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”
(Jua_5:28-29). “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los
santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como
aparta el pastor las ovejas de los cabritos” (Mat_25:31-32).
Recuérdese
el propósito de Pablo. Está consolando a los hermanos con respecto a los que
duermen. Para hacerlo enseña que los muertos resucitarán antes de la
transformación de los vivos; por eso, en cuanto a la venida de Cristo, los
muertos serán bendecidos antes que los vivos.
Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, -- Pablo explica en otros
textos que al venir Cristo los vivos seremos transformados (Flp_3:20-21;
1Co_15:50-53), porque “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios,
ni la corrupción hereda la incorrupción”.
--
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire, y así estaremos siempre con el Señor (Jua_14:1-3; Jua_17:24) . -- Al
dejar la tierra, Jesús “fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus
ojos” (Hch_1:9). Así también cuando El vuelva “seremos arrebatados juntamente
con” los resucitados “para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor”.
Según
el concepto de muchos “cristianos”, cuando Cristo venga, habrá un “rapto
secreto”; es decir, al venir Cristo los fieles serán arrebatados secreta,
silenciosa e invisiblemente. Según esta teoría, en ese momento los justos
simplemente desaparecerán. Ya no estarán sobre la faz de la tierra; más bien
estarán en las nubes con Cristo por siete años para escapar de la “Gran
Tribulación”.
Muchos
están en desacuerdo con estos hechos del fin de los tiempos. Algunos esperan el
rapto secreto de los creyentes (Mateo 24:40-42) antes del reinado de mil años
de Cristo sobre la tierra. Con frecuencia esto va unido a un período de siete
años de tribulaciones (Daniel 7:25; 24:40-42). Algunos teólogos establecen el
rapto antes, durante y después de este período. En el mejor de los casos, el
orden y la naturaleza de estos eventos son ambiguos. Estemos seguros que aquí
el dogmatismo es inapropiado. Esta teoría se basa en lo que Jesús dice en Mat_24:21 acerca de la
gran tribulación que vendría sobre Jerusalén, y sobre Mat_24:40-41, “Entonces
estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres
estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”.
El
arrebatamiento de los santos no será ni secreto ni silencioso, “Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo”. Tampoco dejará a los otros vivos confusos porque “He aquí que viene
con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes
de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Apo_1:7).
La
llegada en las nubes es una señal escatológica de mucho significado. En el
Antiguo Testamento, era utilizada en tres formas diferentes:
Para
demostrar la presencia física de Dios, el shekina o nube de gloria (Apocalipsis
1:7; 16:10; Números 11:25).
Para
cubrir Su santidad de modo que los seres humanos no le viesen y murieran
(Números 11:25; Isaías 6:5).
En
Daniel 7:13 las nubes eran utilizadas como transporte para el Divino Mesías
humano. Las profecías en Daniel aluden al último período de 30 años en el Nuevo
Testamento. La misma relación entre el Mesías y las nubes del cielo se
encuentra en Mateo 24:30; Marcos 13:26; Lucas 21:27; Hechos 1:9, 11; I Hechos
1:9.
Por tanto, alentaos los unos a los
otros con estas palabras. -- Con esta explicación
sencilla y clara de lo que pasará cuando Cristo venga, los hermanos podían
animar el uno al otro. Ya no estaban en oscuras con respecto a este tema tan
importante. Ahora podrían conversar unos con otros con plena confianza con
respecto a los seres queridos que ya durmieron en el Señor como también acerca
de la importancia de que los vivos se preparen para “aquel día”. .
Debemos esforzarnos por apoyarnos los unos a los otros en momentos de dolor, no
aplacarnos, ni debilitarnos las manos, sino consolarnos unos a otros; y esto
puede hacerse con seria consideración y discurso sobre las muchas buenas
lecciones que se pueden aprender de la doctrina de la resurrección de los
muertos, la segunda venida de Cristo y la gloria de los santos en ese día.
¡Maranata!
¡Ven pronto mi Señor Jesús!
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