Creerse justo por mérito propio es
peligroso pues conduce al orgullo, motiva desprecio a otros e impide aprender
más de Dios. Debiéramos hacer nuestra la oración del publicano porque
necesitamos la misericordia de Dios todos los días. No permitamos que el orgullo
nos impida reconocer nuestra necesidad de Dios.
La voluntad de Cristo es que sus discípulos se ocupen de su deber sin andar curioseando hechos futuros, sea acerca de sí o del prójimo. Somos buenos para ponernos ansiosos por muchas cosas que nada tienen que ver con nosotros. Los asuntos de otras personas nada son para que nos entrometamos; debemos trabajar tranquilamente y ocuparnos de nuestros asuntos. Se hacen muchas preguntas curiosas sobre los consejos de Dios, y el estado del mundo invisible, a las cuales podemos responder, ¿qué a nosotros? Si atendemos el deber de seguir a Cristo, no hallaremos corazón ni tiempo para meternos en lo que no nos corresponde.
La voluntad de Cristo es que sus discípulos se ocupen de su deber sin andar curioseando hechos futuros, sea acerca de sí o del prójimo. Somos buenos para ponernos ansiosos por muchas cosas que nada tienen que ver con nosotros. Los asuntos de otras personas nada son para que nos entrometamos; debemos trabajar tranquilamente y ocuparnos de nuestros asuntos. Se hacen muchas preguntas curiosas sobre los consejos de Dios, y el estado del mundo invisible, a las cuales podemos responder, ¿qué a nosotros? Si atendemos el deber de seguir a Cristo, no hallaremos corazón ni tiempo para meternos en lo que no nos corresponde.
¡Cuán poco se puede confiar en las tradiciones orales!
Que la Escritura se interprete y se explique a sí misma; porque
en gran medida, es evidencia y prueba en sí misma, porque es la Palabra de Dios
y en ella no hay contradición . La facilidad de enmendar errores sólo es
posible por la propia Palabra de Cristo. El lenguaje de la Escritura es el
canal más seguro para la verdad de la Escritura: las palabras que enseña el
Espíritu Santo. Nadie puede saber las cosas de Dios, sino su Espíritu Santo,
que es uno con el Padre y el Hijo, y que da a conocer los misterios divinos a
su Iglesia.
Los apóstoles no fueron guiados por principios mundanos. Recibieron del Espíritu de Dios la revelación de estas cosas, y del mismo Espíritu recibieron su impresión salvadora. Estas cosas son las que declararon con un lenguaje claro y sencillo, enseñado por el Espíritu Santo, totalmente diferente de la afectada oratoria o palabras seductoras de la humana sabiduría.
Los apóstoles no fueron guiados por principios mundanos. Recibieron del Espíritu de Dios la revelación de estas cosas, y del mismo Espíritu recibieron su impresión salvadora. Estas cosas son las que declararon con un lenguaje claro y sencillo, enseñado por el Espíritu Santo, totalmente diferente de la afectada oratoria o palabras seductoras de la humana sabiduría.
El hombre natural, el hombre sabio del mundo, no recibe las
cosas del Espíritu de Dios. La soberbia del razonamiento carnal es tan opuesta
a la espiritualidad como la sensualidad más baja. La mente santa discierne las
bellezas verdaderas de la santidad, pero no pierde el poder de discernir y
juzgar las cosas comunes y naturales.
El hombre carnal es extraño a los principios, goces y actos de la vida divina. Sólo el hombre espiritual es una persona a quien Dios da el conocimiento de su voluntad.
El Espíritu capacitó a los apóstoles para dar a conocer su mente. La mente de Cristo y la mente de Dios en Cristo nos son dadas a conocer plenamente en las Sagradas Escrituras. El gran privilegio que tenemos los cristianos nacidos de nuevo, es que podemos, como los apóstoles, conocer la mente de Cristo, revelada por su Espíritu a través, únicamente, de la Palabra de Dios en la Biblia. Experimentando su poder santificador en nuestros corazones y dando buen fruto en nuestras vidas.
El hombre carnal es extraño a los principios, goces y actos de la vida divina. Sólo el hombre espiritual es una persona a quien Dios da el conocimiento de su voluntad.
El Espíritu capacitó a los apóstoles para dar a conocer su mente. La mente de Cristo y la mente de Dios en Cristo nos son dadas a conocer plenamente en las Sagradas Escrituras. El gran privilegio que tenemos los cristianos nacidos de nuevo, es que podemos, como los apóstoles, conocer la mente de Cristo, revelada por su Espíritu a través, únicamente, de la Palabra de Dios en la Biblia. Experimentando su poder santificador en nuestros corazones y dando buen fruto en nuestras vidas.
Pedro
preguntó a Jesús cómo moriría Juan. Jesús le contestó que no debía preocuparse
por eso. Tendemos a comparar nuestra vida con otros, sea para racionalizar
nuestro nivel de devoción a Cristo o para cuestionar la justicia de Dios. Jesús
nos contesta en la forma que lo hizo a Pedro: "¿Qué a ti? ¡Sígueme
tú!"
El énfasis no descansa en la misteriosa referencia a la suerte del discípulo amado, sino en que cada individuo recibe el llamamiento al discipulado. Las vías específicas varían de un individuo a otro, pero la demanda de obediencia es la misma para todos. Sin obediencia es imposible experimentar y disfrutar las bendiciones que Dios tiene preparadas, mientras estamos habitando este lugar de forma temporal.
Asi como en la vida carnal las corrientes del mar nos pueden ahogar en sus aguas; asi en la vida espiritual, el Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a estar atentos y vigilantes ante las posibles "corrientes" que trsten de alejarnos de la seguridad en Cristo. ¿Cómo vamos a distinguirlas si no filtramos por el tamiz de la Palabra de Dios en la Biblia?
El énfasis no descansa en la misteriosa referencia a la suerte del discípulo amado, sino en que cada individuo recibe el llamamiento al discipulado. Las vías específicas varían de un individuo a otro, pero la demanda de obediencia es la misma para todos. Sin obediencia es imposible experimentar y disfrutar las bendiciones que Dios tiene preparadas, mientras estamos habitando este lugar de forma temporal.
Asi como en la vida carnal las corrientes del mar nos pueden ahogar en sus aguas; asi en la vida espiritual, el Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a estar atentos y vigilantes ante las posibles "corrientes" que trsten de alejarnos de la seguridad en Cristo. ¿Cómo vamos a distinguirlas si no filtramos por el tamiz de la Palabra de Dios en la Biblia?
Aunque es gran privilegio oír la
Palabra de Dios, sólo son bendecidos de verdad los bendecidos del Señor, que la
oyen, la mantienen en su memoria y la obedecen como su camino y su ley todos
los dias de su vida. No son perfectos, pero caminan, se ponen en acción
obedeciendo la Palabra de Dios en la Biblia.
Predicación fiel, vidas santas, oraciones fervientes y sufrimiento con paciencia, cuando sean llamados a ello, son los medios de llevar a los hombres a la obediencia a Cristo.
En la Palabra de Dios en la Biblia tenemos muchos ejemplos sobre la obediencia al Señor. Destacaría en el A.T. a Esdras que demostró cómo un dotado maestro de Biblia puede hacer que el pueblo de Dios avance. Era eficiente debido a su aplicación como estudiante de las leyes de Dios y a que estaba decidido a obedecerlas. La devoción y disciplina de Esdras lo llevaron más tarde a ministrar como sacerdote en Jerusalén. Enseñó tanto por su predicación como por su ejemplo. Al igual que Esdras, debemos decidirnos tanto a estudiar como a obedecer la Palabra de Dios.
Predicación fiel, vidas santas, oraciones fervientes y sufrimiento con paciencia, cuando sean llamados a ello, son los medios de llevar a los hombres a la obediencia a Cristo.
En la Palabra de Dios en la Biblia tenemos muchos ejemplos sobre la obediencia al Señor. Destacaría en el A.T. a Esdras que demostró cómo un dotado maestro de Biblia puede hacer que el pueblo de Dios avance. Era eficiente debido a su aplicación como estudiante de las leyes de Dios y a que estaba decidido a obedecerlas. La devoción y disciplina de Esdras lo llevaron más tarde a ministrar como sacerdote en Jerusalén. Enseñó tanto por su predicación como por su ejemplo. Al igual que Esdras, debemos decidirnos tanto a estudiar como a obedecer la Palabra de Dios.
Es muy importante saber lo que la Palabra de Dios dice, pero es
mucho más importante obedecerla. La eficacia de nuestro tiempo de estudio
bíblico puede medirse por el efecto que tiene en nuestra conducta y nuestras
actitudes.
¿Ponemos en práctica lo que hemos estudiado?
Parece paradójico que una ley pueda darnos libertad. Pero la ley
de Dios destaca nuestro pecado y nos da la oportunidad de pedir perdón a Dios.
Los cristianos somos salvos por la gracia de Dios. La salvación incluye
libertad del dominio del pecado. Los creyentes somos libres para vivir como
Dios se propuso al crearnos. Desde luego, eso no significa que seamos libres
para hacer lo que nos plazca. Ahora somos libres para obedecer a Dios. Aspirar
a una vida pura no es buscar la perfección, sino más bien la liberación de
aquellas cosas que pudieran reducir la plenitud de un vivir lleno de poder. La
Palabra de Dios actúa como un medio de reflexión, un espejo en el cual debemos
mirarnos y vernos tal como somos. El llamado es no solamente a prestar atención
a lo que vemos y aceptar las enseñanzas y la corrección de la Biblia, sino que
ella nos ofrece una lección no escrita con palabras por medio de la obediencia
práctica.
Es necesario para nuestra dicha que creamos en Cristo, que nos
arrepintamos de pecado, que vivamos una vida santa, que nos amemos unos a
otros. Esta es su voluntad, nuestra santificación.
Hay muchos cuya vida descansa en el puro oír, sin ir más allá; sus cabezas están llenas de nociones vacías. Se nos enseña a oír y hacer los dichos del Señor Jesús: algunos pueden parecer duros para carne y sangre, pero deben hacerse debemos practicar la obediencia; Haz lo que Dios dice.
Hay una tormenta que viene y probará la obra de todo hombre. Cuando Dios quita el alma, ¿dónde está puesta la esperanza del hipócrita?
Hay muchos cuya vida descansa en el puro oír, sin ir más allá; sus cabezas están llenas de nociones vacías. Se nos enseña a oír y hacer los dichos del Señor Jesús: algunos pueden parecer duros para carne y sangre, pero deben hacerse debemos practicar la obediencia; Haz lo que Dios dice.
Hay una tormenta que viene y probará la obra de todo hombre. Cuando Dios quita el alma, ¿dónde está puesta la esperanza del hipócrita?
Algunos aficionados al deporte pueden "hablar" bien de
lo que es un buen juego pero eso no quiere decir que pueden jugar bien. Y no
todo aquel que habla del cielo pertenece al Reino de Dios. Jesús está más
interesado en nuestro andar que en nuestro hablar. El quiere que hagamos lo
correcto, no que solo nos expresemos con corrección. Lo que nosotros hacemos no
puede separarse de lo que creemos.
Jesús desenmascaró a las personas que aparentaban ser religiosas pero no tenían una relación personal con El. En el Día del Juicio de Cristo solo nuestra relación con Cristo, nuestra aceptación de El como Señor y Salvador y nuestra obediencia a El, será tomada en cuenta. Muchas personas piensan que si son "buenos oidores" y aparentan religiosidad serán premiadas con la vida eterna. La fe en Cristo es lo que se tendrá en cuenta en el juicio, la obediencia en acción.
Jesús alerta contra el autoengaño, una mera profesión verbal de fe, sin obediencia a la voluntad de Dios. Es posible que hasta una persona que se engaña a sí misma pueda ejercer un ministerio espectacular, usando la autoridad de las Escrituras y el nombre de Jesús, sin caminar por la senda de un discipulado obediente. Se da gran ánimo a los que son oidores fieles de la Palabra y hacedores de la obra. Cristo los reconocerá como sus familiares. Los verdaderos familiares de Jesús son los que escuchan y obedecen sus palabras. Escuchar sin obedecer no es suficiente.
Jesús desenmascaró a las personas que aparentaban ser religiosas pero no tenían una relación personal con El. En el Día del Juicio de Cristo solo nuestra relación con Cristo, nuestra aceptación de El como Señor y Salvador y nuestra obediencia a El, será tomada en cuenta. Muchas personas piensan que si son "buenos oidores" y aparentan religiosidad serán premiadas con la vida eterna. La fe en Cristo es lo que se tendrá en cuenta en el juicio, la obediencia en acción.
Jesús alerta contra el autoengaño, una mera profesión verbal de fe, sin obediencia a la voluntad de Dios. Es posible que hasta una persona que se engaña a sí misma pueda ejercer un ministerio espectacular, usando la autoridad de las Escrituras y el nombre de Jesús, sin caminar por la senda de un discipulado obediente. Se da gran ánimo a los que son oidores fieles de la Palabra y hacedores de la obra. Cristo los reconocerá como sus familiares. Los verdaderos familiares de Jesús son los que escuchan y obedecen sus palabras. Escuchar sin obedecer no es suficiente.
La salvación no viene de utilizar métodos humanos, sino de la
humilde y amable aceptación de la palabra implantada, que Dios ha hecho que
arraigue en el corazón.
La salvación induce al servicio. Es engañoso creer que el interés de Dios en que la gente asista a la iglesia es meramente que escuchen la Palabra, en lugar de experimentar una transformación de sus vidas por la obediencia. Aquel que meramente escucha la Palabra, rápidamente la olvida; sólo aquel que actúa según la Palabra será bienaventurado en lo que hace.
Tú que lees esto ¿Qué tipo de persona eres, oidora o hacedora? Tu mismo tienes la respuesta; examina el tipo de vida que llevas a la luz del Evangelio de Cristo, es el único espejo donde descubrirás tu verdadera identidad.
La salvación induce al servicio. Es engañoso creer que el interés de Dios en que la gente asista a la iglesia es meramente que escuchen la Palabra, en lugar de experimentar una transformación de sus vidas por la obediencia. Aquel que meramente escucha la Palabra, rápidamente la olvida; sólo aquel que actúa según la Palabra será bienaventurado en lo que hace.
Tú que lees esto ¿Qué tipo de persona eres, oidora o hacedora? Tu mismo tienes la respuesta; examina el tipo de vida que llevas a la luz del Evangelio de Cristo, es el único espejo donde descubrirás tu verdadera identidad.