} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: QUE NADIE NOS ENGAÑE

domingo, 30 de agosto de 2015

QUE NADIE NOS ENGAÑE



Col 2:8  Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

Hay una filosofía que ejercita correctamente nuestras facultades de raciocinio: el estudio de las obras de Dios a través de su Palabra en la Biblia, que nos lleva al conocimiento de Dios y confirma nuestra fe en Él. Pero hay una filosofía que es vana y engañosa; y aunque complace las fantasías de los hombres, obstaculiza la fe de todos ellos: tales son las especulaciones curiosas sobre cosas que no trascienden o no nos interesan. Los que van por el camino del mundo se han apartado de seguir a Cristo. En Él tenemos la sustancia de todas las sombras de la ley ceremonial. Todos los defectos de la ley están compensados en el evangelio de Cristo por su sacrificio completo por el pecado, y por la revelación de la voluntad de Dios. Ser completo es estar equipado con todas las cosas necesarias para la salvación. Por esta sola palabra,  completo, se indica que tenemos todo lo requerido en Cristo.  En Él, no cuando miramos a Cristo como si estuviese lejos de nosotros, sino cuando tenemos a Cristo habitando y permaneciendo en nosotros. Cristo está en nosotros y nosotros en Él cuando por el poder del Espíritu, la fe obra en nuestros corazones por el Espíritu y somos unidos a nuestra Cabeza. La circuncisión del corazón, la crucifixión de la carne, la muerte y sepultación al pecado y al mundo, y la resurrección a la novedad de vida, simbolizadas en el bautismo, y por fe obrada en nuestros corazones, demuestran que nuestros pecados han sido perdonados, y que estamos completamente liberados de la maldición de la ley.
Por medio de Cristo somos resucitados los que estábamos muertos en el pecado. La muerte de Cristo fue la muerte de nuestros pecados; la resurrección de Cristo es la vivificación de nuestras almas. Cristo sacó del camino la ley de las ordenanzas que fue yugo para los judíos, y muro de separación para los gentiles. Las sombras huyeron cuando la sustancia se hizo presente. Como todo mortal soy culpable de muerte, por lo escrito en la ley, ¡qué espantosa es la situación de los impíos réprobos que pisotean la sangre del Hijo de Dios, que es lo único con que puede borrarse esta sentencia! Que nadie se perturbe con los juicios fanáticos relacionados a la carne o a las solemnidades judías. Apartar un tiempo para adorar y servir a Dios es un deber ineludible que no depende necesariamente del séptimo día de la semana, el día de reposo de los judíos. El primer día de la semana o el día del Señor es el tiempo que los cristianos guardan santo en memoria de la resurrección de Cristo. Todos los ritos judaicos eran sombra de las bendiciones del evangelio.

Pablo escribe contra cualquier filosofía de vida basada solo en ideas humanas. El mismo era un filósofo dotado, por lo tanto no condenaba la filosofía.
Filosofía es amor al conocimiento; amor a las ideas. Condenaba las enseñanzas que dan mayor crédito a la humanidad, no a Cristo, como la respuesta para los problemas de la vida, al grado que se conviertan en una falsa religión. Hay muchas propuestas del hombre para enfrentar los problemas que no toman en cuenta a Dios. Para resistir la herejía debemos  usar nuestra mente, fijar nuestros ojos en Cristo y estudiar la Biblia.
Cuando los hombres no podían hacer que la revelación aun pareciera hablar de los profundos misterios en los cuales ellos tenían curiosidad de escudriñar, entonces introdujeron la filosofía humana y las pretendidas tradiciones como ayuda, como si alguno trajese una lámpara al reloj del sol para averiguar la hora. Los maestros falsos se jactaban de una sabiduría superior en teoría, transmitida por tradición entre los iniciados; en la práctica prescribían el ascetismo, como si la materia y el cuerpo fuesen manantiales de maldad.   “Los rudimentos” o lecciones elementales “del mundo  tales como las ordenanzas legales; nuestras lecciones infantiles de tendencia judaica. Su jactanciosa “filosofía” superior no es sino tradición humana, un apego a lo carnal y mundano, y no a Cristo. Aunque nominalmente reconocían a Cristo, en espíritu le negaban por su doctrina.
Como hombre, Cristo no era simplemente semejante a la divinidad, sino en el sentido más completo era Dios no meramente como antes de su encarnación, sino ahora “corporalmente en Él” como el Verbo encarnado. Los creyentes, por su unión con Él, participamos de su plenitud de la naturaleza divina.
Donde los herejes prometen a través de medios dudosos progresos espirituales, en los que Cristo es relegado a un segundo plano, y negados los principios básicos del cristianismo, el progreso en la fe consiste en profundizar, no en descartar las verdades cristianas fundamentales. Lo que los falsos maestros llaman iluminación, cristianismo liberador, Pablo lo denomina los rudimentos del mundo.  

Dejemos que sea la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús quien ocupe todo el lugar en nuestras mentes. Las filosofías humanas del siglo XX  ateísmo, humanismo, relativismo, gnosticismo, son como las religiones del mundo, pensamientos humanos limitados que se vuelven como la neblina que se disipa cuando brilla el sol.