} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: NECESIDAD DE UNA IGLESIA VISIBLE

lunes, 18 de mayo de 2015

NECESIDAD DE UNA IGLESIA VISIBLE

LUIS PADROSA 
EX SACERDOTE CATÓLICO 
EX RELIGIOSO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS 
DIRECTOR FUNDADOR DEL INSTITUTO LOYOLA DE ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA VICEPRESIDENTE DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE PSICÓLOGOS Y PSIQUIATRAS CATÓLICOS 


CAPÍTULO II


NECESIDAD DE UNA IGLESIA VISIBLE


Para demostrar que el Papa y la Iglesia Romana es infalible, usa la Iglesia Católica otro argumento.
"Es menester - dice - una autoridad que sea depositaria de las Escrituras y del tesoro doctrinal de Jesucristo".
Verdad es que no pueden las Escrituras y las enseñanzas de Jesucristo estar abandonadas en manos do todos impunemente, para que las destruyan o modifiquen a capricho de los particulares.
Esto lo admiten incluso todos los Protestantes.
Pero esta necesidad - nosotros llamaríamos conveniencia - no demuestra la existencia de una autoridad infalible.
Siempre fue necesario o conveniente a los hombres para acertar en materia de religión una fuente segura de enseñanzas y no existió jamás.
Bien les habría ido a los israelitas una autoridad infalible para interpretar las Escrituras. De haberla tenido los judíos el tribunal eclesiástico no habría condenado a Jesucristo como reo de muerte por blasfemo e impostor.
Si Dios dejó durante tantos siglos las cuestiones más vitales para el hombre en peligro de discusiones perpetuas, ¿por qué no Puede ahora continuar haciendo lo mismo?
Lo único que se sigue lógicamente del raciocinio antes indicado es que debe haber una autoridad, llamémosla iglesia, Sinagoga, Convención, Comité, etc. que vele por la doctrina cristiana, como se hace en todas las ciencias y demás asuntos humanos.
No se puede mutilar, aunque alguien lo pretendiera, a Homero, a Virgilio, ni a ninguno de los autores clásicos. Existen documentos críticos, especialistas autorizados que salen en defensa del original.
No son infalibles. La gente sabe que no lo son, pero les cree.
No se ve por qué no puede ser igual en lo religioso, aunque no haya infalibilidad pontificio ni eclesiástica. Para conservar un libro o varios, no es menester ser infalible. Los judíos conservaron los libros sagrados durante muchos siglos y no lo eran.
La conveniencia, por tanto, no demuestra la existencia de la infalibilidad.
El error de los católicos está en creer que la Iglesia ha de dar a los hombres doctrinas nuevas y señalarlos el camino de su salvación eterna.
En esto está su error capital. Si así fuera, cierto que necesitaría, como necesitaron los Apóstoles y Evangelistas, la infalibilidad.
Pero la misión de la Iglesia no es ésta.
La misión de la Iglesia es enseñar a los hombres que el Camino, la Verdad y la Vida está expresada en la Sagrada Escritura, especialmente y de una manera completa y definitiva, en él Nuevo Testamento.
Lo que Pedro y los demás Apóstoles afirmaron, esto es lo cierto. Lo que ellos condenaron es indiscutiblemente un error.
Después de ellos, todo el que quiere conocer la Verdad ha de acudir a las Enseñanzas que ellos dejaron escritas.
Esta es la Piedra puesta por Jesucristo. Nos basta su infalibilidad.
Pero la Iglesia Católica quiere modificar a su gusto la doctrina de Jesús y de los Apóstoles. Quiere que dependa de ella la salvación de los hombres.
Y la salvación de los hombres depende solamente de Jesucristo Nuestro Divino Redentor.
El es el Camino. Nunca dijo que el Camino fuera la Iglesia. «Yo soy el camino».
En cambio la Iglesia Católica quiere ser ella el Camino, y ser dueña absoluta de la Verdad, para modificarla a su capricho. Para obtenerlo ha puesto al clero en lugar de Jesucristo, y la Iglesia en lugar de la Palabra de Dios.