} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: PERVERSIDAD TOTAL DEL HOMBRE

jueves, 22 de agosto de 2019

PERVERSIDAD TOTAL DEL HOMBRE



Rom 3:9  ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado;
Rom 3:10  como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO;
Rom 3:11  NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS;

Rom 3:18  NO HAY TEMOR DE DIOS DELANTE DE SUS OJOS.

¿Entonces qué? ¿somos mejores que ellos?

  El apóstol regresa a lo que estaba tratando al comienzo del capítulo, y sugiere que aunque el judío tiene la ventaja del gentil, con respecto a algunos privilegios externos, pero no con respecto a su estado y condición de Dios hacia adelante y como a su vista; "¿Somos [judíos] mejores que ellos [gentiles]?"
Cuando hablamos de la perversidad total del hombre, nos referimos a la condición natural del mismo, separado de alguna Gracia ejercida por Dios para restringirlo o transformarlo.

No, de ninguna manera  

Sin consideración alguna, ni como hombres, ni como judíos; que es directamente opuesto a la noción que las personas tienen de sí mismas:`` en la humanidad hay altos grados, uno más alto que otro, y los israelitas ( Mda Nym lkm hleml ), "están por encima de toda la humanidad"; ellos son la cabeza, y las naciones del mundo son la cola, y son como una serpiente, porque provienen de la inmundicia de la vieja serpiente ''. (Tzeror Hammor fol. 103. 2. Vid. Nishmat Chayim, orat. 2. c. 7. fol. 61. 1)
De nuevo, dicen (Zohar en Lev. fol 28. 2),
`` dignos son los israelitas, porque el santo bendito Dios les ha dado almas santas, desde un lugar santo, 'sobre todo el resto del pueblo', para que puedan hacer los mandamientos y deleitarse en la ley ''.
Y en otra parte se observa en esas palabras, ( Génesis 1:24 ), "la criatura viviente", o "el alma de la criatura viviente", por R. Aba:
`` Estos son los israelitas, porque son los hijos del santo y bendito Dios, y sus almas santas vienen de él; las almas del resto de la gente, ¿de qué lugar están? dice R. Eleazar, del lado de la mano izquierda, que está contaminada; porque tienen almas contaminadas, y por lo tanto están contaminadas, y contaminan a quien se les acerca: ''pero no son mejores, especialmente con respecto a su estado por naturaleza.

Que tanto judíos como gentiles (griegos) están bajo pecado

Bajo el poder y la culpa del pecado, y una sentencia de condena por ello; lo cual es igualmente cierto para los judíos, que no eran mejores que los gentiles, por ser la simiente de Abraham, por ser circuncidados, por tener la ley ceremonial y otros privilegios externos; porque nacieron igualmente en pecado y practicando pecados, como los gentiles: y esto es verdad de los elegidos de Dios en todas las naciones, que no son mejores por naturaleza, por nacimiento, que otros; tan merecedor de la ira de Dios como el resto; no mejor en sus temperamentos y disposiciones, o en las dotaciones de sus mentes, o circunstancias externas de la vida; ni mejor calificado para recibir y mejorar la gracia de Dios que se les otorgó, que otros.
No hay duda de que el hombre podría llevar a cabo más actos pecaminosos contra su prójimo de los que normalmente hace. Pero si el mismo es restringido de llevar a cabo más actos pecaminosos por motivos que no pertenecen a una alegre sumisión a Dios, entonces aun su “virtud” es mala a los ojos de Dios.

Romanos 14:23 dice: “…Todo lo que no procede de fe es pecado”. Esta es una acusación radical sobre toda virtud que no procede de un corazón humilde que depende de la Gracia de Dios.
La terrible condición del corazón humano nunca será reconocida por personas que la evalúan sólo en relación con otras personas. Romanos 14:23 deja bien claro que la depravación es nuestra condición en relación a Dios primariamente, y de una manera secundaria en relación al prójimo. A menos que empezamos en este punto, nunca percibiremos la totalidad de nuestra natural perversidad.
La perversidad del hombre es total al menos en cuatro sentidos:

A. Nuestra rebelión contra Dios es total.

Separados de la Gracia de Dios no hay deleite en su santidad, y no hay una alegre sumisión a la soberana autoridad de Dios.

Es claro que el hombre totalmente depravado pudiera ser muy religioso y filántropo. Él puede orar, dar limosna y ayunar, como Jesús enseñó (Mateo 6:1-18). Pero toda su religión es rebelión contra los mandamientos de su Creador si no proviene de un corazón como el de niño, confiado en la libre Gracia de Dios. La religión es una de las principales formas que el hombre usa para ocultar su indisposición de abandonar su auto dependencia y depositar todas sus esperanzas en la inmerecida misericordia de Dios (Lc. 18:9-14; Col. 2:20-23).

Es un mito pensar que el hombre en su estado natural busque a Dios de una manera genuina. El hombre busca a Dios. Pero el hombre no busca a Dios por lo que Él es. Él busca a Dios en un aprieto como uno que puede preservarlo de la muerte o como un medio para incrementar su placer carnal. Separado de la conversión, nadie viene a la luz de Dios.

Algunos vienen a la luz. Pero escuchemos lo que Juan 3:20-21 dice acerca de ellos: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Más el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”.

Sí, existen aquellos que vienen a la luz -llamados como aquellos que sus obras son hechas en Dios. “Hecho por Dios” significa trabajado por Dios. Separado de este trabajo en Gracia de Dios todos los hombres odian la luz de Dios y no vendrán a Él a menos que su pecado sea expuesto- Esto es una rebelión total. “No hay quien busque a Dios...No hay temor de Dios delante de sus ojos”.

B. En su total rebelión todo lo que el hombre hace es pecar.

En Romanos 14:23 Pablo dice: “…todo lo que no proviene de fe es pecado”. Por tanto, si todo hombre está en una rebelión total, todo lo que él hace es el producto de su rebelión y no puede honrar a Dios, pero sólo parte de su rebelión pecaminosa. Si un rey enseña a sus súbditos como luchar bien y esos súbditos se rebelan contra su rey y le resisten, usando todas las habilidades que el mismo rey les enseño, entonces aun aquellas habilidades se tornan malas.

Por esta razón, el hombre hace muchas cosas las cuales sólo las puede hacer porque él ha sido creado a la imagen de Dios, las cuales en el servicio a Dios Él pudiera ser adorado. Pero en el servicio del hombre rebelde que se auto justifica, estas cosas son pecaminosas.

En Romanos 7:18 Pablo dice: ”Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien”. Esta es una confesión radical de la verdad, que en nuestra rebelión nada de lo que pensemos o sentimos es bueno. Todo es parte de nuestra rebelión. El hecho de que Pablo califica su depravación con las palabras, “en mi carne”, muestra que el desea afirmar que el bien es producido por el Espíritu de Dios en el (Rom. 15:18). “Carne” se refiere al hombre en su estado natural separado del trabajo del Espíritu de Dios. , lo que Pablo está diciendo en Romanos 7:18 es que separado del trabajo del Espíritu de Dios, todo lo que pensamos, sentimos y hacemos no es bueno.

  -Reconocemos que la expresión “el bien” tiene un margen amplio de significados. Tendremos que usarlo en un sentido restringido para referirnos a muchas acciones de personas caídas, quienes de hecho no son buenas.
Por ejemplo, tendremos que decir que es bueno que la mayoría de los inconversos no asesinen y que algunos inconversos realizan actos de benevolencia. Lo que queremos decir es que cuando llamamos a esos actos “buenos” es que estos más o menos se conforman al patrón externo de vida que Dios ha ordenado en las Escrituras.-

De cualquier manera, esta conformidad externa a la voluntad revelada de Dios no es justicia en relación a Dios. No es hecha en dependencia de Dios o para su gloria. Él no está confiado por los recursos, aunque Él se los provee todos. Ni su honor es exaltado, aun cuando esa es su voluntad en todas las cosas (1 Corintios 10:31). De todas maneras, aun estas “buenas” acciones son parte de nuestra rebelión y no son “buenas” en el sentido que realmente cuenta al final –en relación a Dios-.

C. La inhabilidad del hombre para someterse a Dios y hacer el bien es total.

Recogiendo el término “carne” (el hombre separado de la Gracia de Dios), encontramos a Pablo declarando ser totalmente esclavizado en una rebelión. Romanos 8:7-8 dice: “la mente puesta en la carne es enemistad contra Dios; no se somete a la ley de Dios, ni tampoco puede; y aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios”.

“La mente puesta en la carne” es la mente del hombre separada de la morada del Espíritu de Dios (“no estáis en la carne, estáis en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros” Rom. 8:9). Así que el hombre natural tiene una mente programada para no someterse ni poder someterse a Dios. El hombre no puede reformarse a sí mismo.

Efesios 2:1 dice que los cristianos estábamos todos una vez “muertos en nuestros delitos y pecados”. El punto de la muerte es que éramos incapaces de la vida de Dios. Nuestros corazones eran como piedra hacia Dios (Efesios 4:18; Ezequiel 36:26). Nuestros corazones estaban ciegos y eran incapaces de ver la gloria de Dios en Cristo (2 Corintios 4:4-6). Éramos totalmente incapaces de reformarnos a nosotros mismos.

D. Nuestra rebelión es totalmente merecedora de castigo eterno.

Efesios 2:3 procede a decir que hemos estado muertos en nuestros delitos y pecados y que por eso éramos hijos de ira. Esto es, que si estamos bajo la ira de Dios por la corrupción de nuestros corazones, nos ha hecho buenos por la muerte de Cristo.

La realidad del infierno es la indignación de Dios por nuestra infinita suciedad. Si nuestra corrupción no mereciese el castigo eterno, Dios fuese injusto tratándonos con un castigo tan severo como el tormento eterno. Pero las Escrituras enseñan que Dios solamente condena a los incrédulos al infierno eterno (2 Tes. 1:6-9; Mat. 5:29; 10:28; 13:49; 18:8; 25:46; Apoc. 14:9-11; 20:10). Así que, de esto se entiende que el infierno es una sentencia total de condenación, para hacer esto debemos entender que somos totalmente culpables y separados de la Gracia salvadora de Dios.

En resumen, la perversidad total significa que nuestra rebelión en contra de Dios es total, y que cada cosa que hacemos es rebelión por el pecado, y nuestra inhabilidad de someternos a Dios y de reformarnos a nosotros mismos es total, y que nosotros merecemos el castigo eterno.

Es duro exagerar sobre la importancia de admitir que nuestra condición futura es mala. Si pensamos sobre nosotros mismos como si fuésemos buenos sería contrario a Dios, la obra de la redención pudiera estar entonces defectuosa. Pero debemos humillarnos a nosotros mismos sobre esta terrible verdad, que es nuestra total depravación, estaríamos en una posición de ver y apreciar la gloria y las maravillas del trabajo de Dios.

Como está escrito, no hay justo, no, ninguno .

 Los varios pasajes citados aquí, y en algunos versículos siguientes, están tomados de los Salmos e Isaías; y son llevados a probar, no solo que los judíos no son mejores que los gentiles, siendo igualmente corruptos y depravados como ellos; sino también para mostrar el estado corrupto y la condición de la humanidad en general: y las palabras no siempre se expresan literalmente, pero se atiende al sentido, como en este pasaje; porque en el texto original de ( Salmos 14: 1), es decir, "no hay ninguno que sea bueno"; de donde el apóstol infiere correctamente, "no hay justo"; porque el que no hace el bien, no es justo; y por lo tanto, si no hay ninguno en la tierra que haga el bien y no peque, no hay justo en la tierra, "no, ni una" persona. Los judíos que alegorizan ese pasaje en ( Génesis 19:31 ), "no hay hombre en la tierra que entre en nosotros", comentan así,
“ ( Urab qydu vya Nya ), "no hay un hombre justo en la tierra"; y no hay un hombre que gobierne sobre su imaginación ''.
No hay justo como Adán fue, en un estado de inocencia; porque todos pecaron, y están llenos de injusticia, y son enemigos de la justicia; ninguno es justo por su obediencia a la ley de las obras; ni hay justos ante los ojos de Dios, al pie de su propia justicia, por más que aparezcan ante sus propios ojos y ante los ojos de los demás; ni son inherentemente justos, porque no hay ninguno sin pecado, la santificación es imperfecta; ni es, ni total ni parcialmente, la justicia justificante de un santo; de hecho no hay justos, no, ninguno, sino aquellos que están justificados por la justicia de Cristo que se les imputa.

No hay nadie que entienda.

Esto se concluye correctamente, de lo que dice el salmista: ( Salmos 14: 2), "El Señor miró desde los cielos a los hijos de los hombres", a todos los hijos de los hombres, judíos y gentiles, "para ver si había alguno que entendiera"; y parece que, tras esta encuesta, no había una sola persona comprensiva entre ellos: el hombre se considera una criatura muy sabia y comprensiva, aunque nace como una persona muy ignorante: es cierto, no ha perdido por el pecado la facultad natural del entendimiento, para llegar a ser como el caballo y la mula, que no tienen ninguno; y debe permitirse que los hombres naturales tengan cierta comprensión de las cosas naturales, civiles y morales; aunque no hay nadie que entienda ni siquiera esto, como lo hizo Adán: pero tampoco entienden las cosas espirituales; sin conocimiento espiritual de Dios; sin verdadero sentido de sí mismos, su pecado y miseria; ni saben realmente el camino de salvación por Cristo; ni tienen ninguna experiencia de la obra del Espíritu de Dios sobre sus almas; ni ningún conocimiento experimental de las doctrinas del Evangelio: ningún hombre puede comprenderlas por sí mismo, por la mera fuerza de la razón y la luz de la naturaleza; ni siquiera un hombre espiritual puede comprenderlos completamente en esta vida; Como consecuencia de esta cuenta y el carácter de los hombres se deduce que…

No hay quien busque a Dios  

Que lo adora en Espíritu y en verdad, o le reza con el Espíritu y con el entendimiento; quienes lo buscan principalmente, y en primer lugar, con todo su corazón, con seriedad, diligencia y constancia; quienes lo buscan en Cristo, y bajo la ayuda del Espíritu; quienes buscan el conocimiento de Dios en Cristo, la comunión con él a través del Mediador, o su honor y gloria.

No hay temor de Dios ante sus ojos  

 El lugar mencionado es ( Salmos 36: 1), por "temor a Dios", no se entiende un temor a la ira de Dios, al infierno y la condenación; ni una desconfianza temerosa de su presencia, poder, providencia y gracia; mucho menos un miedo hipócrita; pero un afecto reverencial por Dios, y que es peculiar a los hijos de Dios, que nace de un sentido de bondad divina, es atendido con santidad de corazón y vida, es consistente con la fe, incluso con plena seguridad de ello, y con gozo espiritual  en su más alto grado; se opone al orgullo y la arrogancia, y es una bendición del pacto de la gracia: ahora esto no se puede encontrar en hombres no regenerados, porque esto brota de la gracia, y no de la naturaleza, y solo se implanta en el corazón en la conversión; De toda la vida y conversación de los hombres no convertidos, parece que el temor de Dios no está en sus corazones, ni ante sus ojos.


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