Mar 14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
Mar 14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias,
les dio; y bebieron de ella todos.
Mar 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo
pacto, que por muchos es derramada.
Mar 14:25 De cierto os digo que no beberé más del fruto
de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Marcos narra el origen de la Cena del Señor, también llamada Comunión o
Eucaristía (Acción de gracias), la cual todavía se celebra en cultos de
adoración. Jesús y sus discípulos comieron la cena, cantaron salmos, leyeron
las Escrituras y oraron. Luego, Jesús tomó dos partes de la cena de Pascua
tradicional, partir el pan y beber el vino, y les dio un nuevo significado:
estos simbolizarían su cuerpo y su sangre. Se valió del pan y del vino para
explicar la importancia de lo que haría en la cruz.
Debemos en primer lugar conocer los varios
pasos de la fiesta de la Pascua para poder seguir en nuestra mente lo que
estaban haciendo Jesús y Sus discípulos. Los pasos estaban en el orden
siguiente.
(i) La
copa del Quiddush. Quiddush quiere decir santificación o separación. Este
era el acto que, como si dijéramos, separaba esta comida de todas las comidas
ordinarias. El cabeza de familia tomaba la copa, y la bendecía, y luego todos
bebían dé ella.
(ii) El
primer lavatorio de manos. Esto lo llevaba a cabo solamente la persona que
presidía el acto. Tenía que lavarse las manos tres veces, de la manera
prescrita.
(iii) A
continuación tomaba un trozo de perejil o de lechuga, y lo mojaba en el tazón
del agua salada, y se lo comía. Esto era un aperitivo antes de la comida;
pero el perejil representaba el hisopo con que se había untado la sangre en el
dintel y los lados de la puerta, y el agua salada representaba las lágrimas de
Egipto y las aguas del Mar Rojo por las que Israel pasó a salvo a la libertad.
(iv) El
partimiento del pan. Se usaban dos acciones de gracias al partir el
pan: «¡Bendito seas Tú, oh Señor, nuestro Dios, Rey del universo, Que haces
producir a la tierra!» O: «¡Bendito seas Tú, nuestro Padre en el Cielo, Que nos
das hoy el pan que necesitamos!» Sobre la mesa había tres tortas de pan sin
levadura. Tomaba la de en medio, y la partía. En este momento sólo se comía un
poco, para recordarles a los judíos el pan de aflicción que comían en Egipto, y
se partía para recordarles que los esclavos nunca se habían tomado todo un
panecillo, sino solamente trozos de pan duro. Al romperlo, el cabeza de familia
decía: " Este es el pan de la aflicción que comieron nuestros antepasados
en la tierra de Egipto. Que el que esté hambriento venga y coma. Que el que
esté en necesidad venga y guarde la Pascua con nosotros.» (En la celebración
moderna en tierras extrañas se añade aquí la famosa oración: " Este año la
guardamos aquí, el año que viene en la tierra de Israel; este año como
esclavos, el año que viene como libres»).
(v) A
continuación se hacía el relato de la historia de la liberación. El más
joven de los comensales tenía que preguntar qué era lo que hacía ese día
diferente de todos los demás, y por qué se hacía todo eso. A eso respondía el
cabeza de familia contando toda la historia de Israel hasta la gran liberación
que conmemoraba la Pascua. La Pascua no podía nunca convertirse en un ritual;
siempre era una conmemoración del poder y la misericordia de Dios.
(vi) Se
cantaban los Salmos 113 y 114. Los Salmos 113 a 118 se conocen como el
Hallel, que quiere decir la alabanza a Dios. Todos estos son Salmos de
alabanza, y son una parte de los pasajes más antiguos que los niños judíos
aprenden de memoria.
(vii) A
continuación se bebía la segunda copa, que se llamaba la copa de la Agadá,
que quiere decir la copa de la explicación o proclamación.
(viii)
A continuación, todos los presentes se lavaban las manos para prepararse para
la comida.
(ix) Entonces
se daban gracias: «¡Bendito seas, oh Señor, nuestro Dios, Que haces salir
el fruto de la tierra! ¡Bendito seas, oh Dios, Que nos has santificado mediante
Tus mandamientos, y mandado comer los ázimos!» A continuación se distribuían
trocitos del pan sin levadura.
(x) Se
colocaban algunas de las hierbas amargas entre dos trozos de pan sin levadura,
se mojaban en el jaróshet y se comían. Esto se llamaba la sopa. Era el
recordatorio de la esclavitud y de los ladrillos que habían tenido que hacer.
(xi) A
esto seguía la cena propiamente dicha. Se debía comer el cordero entero. Si
sobraba algo, se tenía que destruir, y no se podía usar para otra comida
corriente.
(xii) Se
limpiaban otra vez las manos.
(xiii) Se
comía el resto del pan sin levadura.
(xiv) Se
hacía una oración de acción de gracias que contenía una petición por la venida
de Elías como precursor para anunciar la venida del Mesías. Entonces se
bebía la tercera copa, que se llamaba la copa de la acción de gracias. La
oración era: " ¡Bendito seas, oh Señor, nuestro Dios, Rey del universo,
Que has creado el fruto de la vid!»
(xv) Se
cantaba la segunda parte del Hallel, Salmos 115-118.
(xvi) Se
bebía la cuarta copa, y se cantaba el Salmo 136, que se conocía como el
gran Hallel.
(xvii) Se
hacían dos breves oraciones:
¡Que todas Tus obras Te alaben, oh Señor,
nuestro Dios, y Tus santos, los justos que hacen Tu voluntad, y todo Tu pueblo,
la casa de Israel, con cántico jubiloso Te alaben y bendigan y engrandezcan y
glorifiquen y exalten y veneren y santifiquen y adscriban el Reino a Tu nombre,
oh Dios, nuestro Rey! Porque es bueno alabarte, y es un placer cantar alabanzas
a Tu nombre, porque desde toda eternidad y para toda eternidad Tu eres Dios.
¡Que el aliento de todos los que viven alabe
Tu nombre, oh Señor, nuestro Dios! ¡Y que el espíritu de toda carne
continuamente glorifique y exalte Tu memoria, oh Dios, nuestro Rey! Porque
desde toda eternidad y para toda eternidad Tú eres Dios, y no tenemos más Rey,
Redentor o Salvador que Tú.
Así
acababa la fiesta de la Pascua. Si la cena que
tuvieron Jesús y Sus discípulos era la Pascua, tienen que haber sido los pasos
(xiii) y (xiv) los que Jesús Se aplicó, y (xvi) el himno que cantaron antes de
salir hacia el monte de los Olivos.
Ahora
veamos lo que Jesús estaba haciendo, y lo que estaba tratando de imprimir en la
memoria de los Suyos. Más de
una vez hemos visto ya que los profetas de Israel recurrían a acciones
simbólicas, dramáticas, cuando presentían que las palabras no eran suficientes.
Eso fue lo que hizo Ahías cuando rasgó su capa en doce trozos y dio diez a
Jeroboam como señal de que diez tribus le proclamarían rey (1Reyes_11:29-32 Aconteció, pues, en aquel tiempo, que
saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías
silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos
en el campo. 30 Y tomando Ahías la capa
nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, 31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez
pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino
de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; 32 y él tendrá una tribu por amor a David mi
siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de
Israel;). Eso fue lo que hizo Jeremías cuando se hizo coyundas y yugos y
se los cargó en señal de la servidumbre inminente (Jeremías 27). Eso fue lo que
hizo el profeta Hananías cuando se apoderó del yugo que llevaba Jeremías y lo
rompió (Jeremías 28). Eso fue la clase de cosa que Ezequiel hizo repetidamente
(Eze_4:1-8 Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo
delante de ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén. 2 Y
pondrás contra ella sitio, y edificarás contra ella fortaleza, y sacarás contra
ella baluarte, y pondrás delante de ella campamento, y colocarás contra ella
arietes alrededor. 3 Tómate también una
plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad;
afirmarás luego tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás.
Es señal a la casa de Israel. 4 Y tú te
acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de
Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad
de ellos. 5 Yo te he dado los años de su
maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la
maldad de la casa de Israel. 6 Cumplidos
éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de
la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado. 7 Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y
descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. 8 Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no
te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio; Eze_5:1-4
Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma
una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después
una balanza de pesar y divide los cabellos. 2
Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando se
cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás con
espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo
desenvainaré espada en pos de ellos. 3
Tomarás también de allí unos pocos en número, y los atarás en la falda
de tu manto. 4 Y tomarás otra vez de
ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí
saldrá el fuego a toda la casa de Israel. ). Era como si las palabras se
pudieran olvidar fácilmente, pero una acción dramática se imprimiría en la
memoria.
Eso fue
lo que hizo Jesús, y asoció Su acción dramática con la antigua fiesta de Su
pueblo para que se imprimiera más indeleblemente en las mentes de los Suyos. Jesús dijo: " ¡Fijaos! Así como se rompe este pan, se rompe
Mi cuerpo por vosotros. Lo mismo que se escancia en esta copa, se verterá por
vosotros Mi sangre.»
¿Qué quería decir Jesús cuando dijo que la copa
representaba un nuevo pacto?
La palabra pacto era corriente en la religión
judía. La base de esa religión era que Dios había hecho un pacto con Israel. La
palabra quiere decir algo así como un arreglo, una transacción, una relación.
La aceptación del Antiguo Pacto se relata en Exo_24:3-8 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las
leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras
que Jehová ha dicho. 4 Y Moisés escribió todas las palabras de
Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce
columnas, según las doce tribus de Israel. 5
Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron
holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová.6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la
puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.
7 Y
tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos
todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció
sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con
vosotros sobre todas estas cosas; y en ese pasaje vemos que el pacto dependía totalmente de que Israel
cumpliera la Ley. Si se quebrantaba la Ley, se quebrantaba el Pacto, y se
deshacía la relación entre Dios y la nación. Era una relación totalmente
dependiente de la Ley y de la obediencia a la Ley. Dios era el Juez; y, puesto
que no había nadie que pudiera guardar la Ley, el pueblo siempre estaba en
falta. Pero
Jesús dice: «Yo estoy introduciendo y ratificando un Nuevo Pacto, una nueva clase de relación entre Dios y el hombre, que no
depende de la Ley, sino de la Sangre que Yo voy a derramar»
El término
del Antiguo Testamento bertih, “pacto”, no resulta fácil de definir. No existe
otro verbo similar en hebreo. Todos los esfuerzos por definir su etimología no
han resultado convincentes. Pero es obvia que la centralidad del concepto ha
presionado a los eruditos a examinar el uso de la palabra, en un esfuerzo por
determinar su significado práctico. El Pacto es el medio por el cual el Único
Dios verdadero trata con Su creación humana. El concepto de Pacto, tratado o
acuerdo es fundamental en la comprensión de la revelación bíblica. La tensión
entre la sabiduría divina y el libre albedrío humano aparecen claramente en el
concepto de Pacto.
Algunos de ellos se basan exclusivamente en el
carácter y las acciones de Dios.
1. La Creación misma (Génesis 1-2)
2. El llamado a Abraham (Génesis 12)
3. El Pacto con Abraham (Génesis 15)
4. La preservación y la promesa a Noé (véase Génesis
6-9)
Sin embargo, la misma naturaleza del Pacto exige una
respuesta:
1. Por medio
de la fe de Adán, quien debía obediencia a Dios y no debió comer del árbol
ubicado en el corazón del Edén.
2. A través
de la fe de Abraham, quien dejó a su familia para seguir a Dios creyendo en
una descendencia futura.
3. Por la fe
de Noé, que construyó un enorme barco lejos del agua y reunió a los
animales.
4. Mediante
la fe de Moisés, quien sacó a los israelitas de Egipto hacia el Monte
Sinaí, y recibió allí los mandamientos que rigieron la vida social y religiosa
(véase Deuteronomio 27-28).
La misma tensión que involucra la relación de Dios
con la Humanidad se describe en el “Nuevo Pacto”. Esto se puede ver claramente al
comparar Ezequiel 18 con Ezequiel 36:27-37 (el accionar de YHWH).
¿El Pacto se basa en las acciones de la gracia
divina o en la respuesta humana a estos mandatos?
He aquí el principal problema entre el Antiguo y el
Nuevo Pacto, por el objetivo de ambos es el mismo: (1) la restauración de la comunión con YHWH,
pérdida en Génesis 3 y (2) la fundación de un pueblo justo que refleje el carácter
de Dios.
El Nuevo Pacto de Jeremías 31:31-34 resuelve la tensión al eliminar la acción
humana como el medio para obtener tal aceptación. La Ley divina se transforma
en una motivación interna y no en un Código de ley impuesto. El ideal de un
pueblo justo, temeroso de Dios es el mismo, pero cambia la metodología. La
Humanidad caída demuestra ser incapaz de reflejar por sí misma la imagen de
Dios. El problema no es el Pacto de Dios, sino el pecado y la debilidad humana
(Romanos 7; Gálatas 3). La tensión en el Pacto incondicional del Antiguo
Testamento es la misma; pero la
salvación es totalmente gratuita a través de la obra terminada por Cristo Jesús,
aunque se requiere de arrepentimiento y fe (desde un inicio y de manera
constante). Es al mismo tiempo un pronunciamiento legal y un llamado a la
imitación de Cristo, ¡una verdadera confirmación de la aceptación y la santidad
requeridas! Los creyentes
no son salvos basados en sus actuaciones, sino en la obediencia (
Efesios 2:8-10). Una
vida temerosa de Dios llega a ser la evidencia de la salvación, no el medio de
salvación. ¡Sin embargo, la vida eterna tiene características observables!
La muerte de Jesús es simbolizada por su sangre, derramada
como sacrificio por el pecado (Marcos 10:45; Mateo 26:28; 1ra. de Corintios 15:3;
2da. de Corintios 5:21; Hebreos 9:11-15).
La Santa Cena, fue instituida para ser un memorial
de su muerte; y, por tanto, partió el pan para mostrar cuánto le agradaba a Dios
Padre magullarlo; y llamó al vino, que es la sangre de la uva, la sangre del
Nuevo Testamento. La muerte de Cristo fue una muerte sangrienta, y se hace
mención frecuente de la sangre, la sangre preciosa, como orgullo de nuestra
redención; porque la sangre es la vida, y hecha expiación por el alma, Lev. 17:
11-14 Y esta es la ley del sacrificio de paz que se
ofrecerá a Jehová: 12 Si se ofreciere en
acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin
levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y
flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. 13 Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda
en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14 Y de toda la ofrenda presentará una parte por
ofrenda elevada a Jehová, y será del sacerdote que rociare la sangre de los
sacrificios de paz. . El
derramamiento de la sangre fue la indicación más sensible del derramamiento de
su alma, Isa. 53:12 Por tanto, yo le daré parte con los
grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta
la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de
muchos, y orado por los transgresores.
La sangre
tiene voz (Génesis 4:10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho?
La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.); y por lo
tanto, la sangre se menciona tan a menudo, porque era hablar, Heb. 12:24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada
que habla mejor que la de Abel. . Se llama la sangre del Nuevo
Testamento; porque el pacto de gracia se convirtió en testamento, y en vigor
por la muerte de Cristo, el testador, Heb. 9:16-17 Porque donde hay
testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17 Porque el testamento con la muerte se
confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. Se dice
que es derramado por muchos, para justificar a muchos (Isaías 53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará
satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará
las iniquidades de ellos.), para traer muchos hijos a la gloria, Heb.
2:10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas
las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos
hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de
ellos..
Para muchos fue suficiente, siendo de valor
infinito; ha sido útil para muchos; leemos de una gran multitud que nadie podía
contar, que todos habían lavado sus ropas y las habían blanqueado en la sangre
del Cordero ( Apocalipsis 7: 9-14 ); y todavía es una fuente abierta. ¡Cuán cómodo es esto para los
pobres pecadores arrepentidos, que la sangre de Cristo es derramada por muchos!
Y si para muchos, ¿por qué no para mí? Si por los pecadores, los pecados
de los gentiles, el mayor de los pecadores, ¿por qué no para mí?
Fue instituida para ser una ratificación del pacto
hecho con nosotros en él, y una señal de la transmisión de esos beneficios a
nosotros, que fueron comprados para nosotros con su muerte; y por lo tanto que
partió el pan con ellos, y dijo: Tomad, comed de él: le dio la copa a ellos, y
les ordenó que beber de ella. Apliquen a ustedes mismos la doctrina de Cristo crucificado,
y sea comida y bebida para sus almas, fortaleciendo, nutriendo y refrescando,
para ustedes, y el apoyo y consuelo de su vida espiritual. Fue instituido con
miras a la felicidad del cielo, y para ser un fervor y un anticipo de eso, y de
ese modo quitarnos la boca del gusto por todos los placeres y deleites de los
sentidos.
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