Mar 13:24
Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,
Mar 13:25
y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los
cielos serán conmovidas.
Mar 13:26
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
Mar 13:27
Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro
vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo
Estos
versículos parecen apuntar a la segunda venida de Cristo, para juzgar al mundo;
los discípulos, en su pregunta, habían confundido la destrucción de Jerusalén y
el fin del mundo ( Mt. 24: 3 Y estando él sentado en el
monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos,
¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?),
ese pensamiento fue construido sobre un error, como si el templo tuviera
que permanecer en pie mientras el mundo permanezca; Cristo rectifica este error
y muestra que el fin del mundo en esos días, esos otros días sobre los que
preguntaban, el día de la venida de Cristo y el día del juicio, será después de
esa tribulación, y no coincidirá con ella. Que aquellos que viven para ver la
nación judía destruida, tengan cuidado de pensar que, porque el Hijo del Hombre
no vendrá visiblemente en las nubes entonces, nunca vendrá. así no piensen,
vendrá después de eso. Y aquí Jesús presagia:
1.
La disolución final del actual marco y tejido del mundo; incluso de la parte que parece menos susceptible
de cambiar, la parte superior, la parte pura y más refinada; El sol se
oscurecerá y la luna no alumbrará más; porque serán completamente eclipsados
por la gloria del Hijo del Hombre, Isa. 24:23 La luna
se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en
el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso. . Las estrellas del cielo, que desde el
principio habían mantenido su lugar y movimiento regular, caerán como hojas en
otoño; y los poderes que están en los cielos, los cuerpos celestes, las estrellas
fijas, serán conmovidas.
2. La aparición
visible del Señor Jesús, a quien se encomendará el juicio de ese día; Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en las
nubes. Probablemente vendrá al mismo lugar donde se sentó cuando dijo esto;
porque las nubes están en la región más baja del aire. Vendrá con gran poder y
gloria, según corresponda para la misión a la que viene. Entonces todo ojo lo
verá.
3. La reunión de
todos los elegidos para él; Él enviará a
sus ángeles, y reunirán a sus escogidos a él, a reunirse con él en el aire, 1 Tes. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor . Serán llevados
de un extremo al otro del mundo, para que ninguno falte de esa asamblea general;
serán tomados de lo último de la tierra, lo más alejado de los lugares donde se
establecerá el tribunal de Cristo, y serán llevados hasta lo último de los
cielos. Un israelita fiel será llevado con seguridad, aunque sea desde el
límite más alejado de la tierra de servidumbre hasta el límite más extremo de
la tierra prometida
Habrá una sacudida que hará trizas el universo. El
Sol se volverá oscuro, y la Luna se convertirá en sangre (Joel_2:30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra,
sangre, y fuego, y columnas de humo. / Isa_13:10
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol
se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor./ Isa_13:13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se
moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día
del ardor de su ira. ).
Será un tiempo de caos moral, en el que los niveles
morales se trastornarán, y hasta la naturaleza actuará contra sus propias leyes,
y cuando las nieblas y la violencia y el odio serán la atmósfera general de la
vida.
Schürer (El pueblo judío en tiempos de Cristo 11,
154) resume las ideas judías acerca del Día del Señor, de las que estaba llena
la literatura judía que se leía en los tiempos de Jesús. «El Sol y la Luna se
oscurecerán, aparecerán espadas en los cielos, columnas de caballos e infantes
marcharán por las nubes. Toda la naturaleza sufrirá una conmoción. El Sol
saldrá por la noche, y la Luna de día. Los bosques rezumarán sangre, y las
piedras darán voces, y el agua dulce se volverá salada. Los terrenos cultivados
se volverán barbechos, los graneros llenos se encontrarán vacíos, y -las
fuentes de los pozos cesarán. Entre los seres humanos, las restricciones
impuestas por el orden se disolverán, el pecado y la impiedad regirán sobre la
Tierra. Y los hombres pelearán unos con otros como aquejados de locura, el
amigo contra el amigo, y el hijo contra el padre, y la hija contra la madre.
Las naciones se levantarán unas contra otras, y a la guerra se añadirán
terremotos, fuegos y hambrunas que arrebatarán a los seres humanos.»
Los verdaderos cristianos pueden esperar sin temor
la segunda venida de Cristo. Por terribles que sean las cosas que acontezcan en
la tierra, su Maestro cuidará de que
ningún daño les acontezca. Bien pueden sobrellevar pacientes las despedidas y
las separaciones de tiempo presente; que ya llegará la época en que regocijados se reúnan con todos sus
hermanos en la fe de todas las edades, de todos los idiomas y países. Los que
se reúnan ese día, no se volverán a
separar.
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